NOCHE DE VERANO EN
LA VERBENA DE
LA
PALOMA
EL ARTE NUEVO DE HACER
ZARZUELAS
Título:
Noche de verano en
La Verbena
de
la Paloma
(o El
boticario y las chulapas y celos mal reprimidos) Sainete lírico en
un acto
Libreto: Ricardo de
la Vega
Música: Tomás Bretón (1850-1923)
Adaptación: Marina Bollaín
Escenografía: Natascha von Steiger, Marie Greffrath,
Josune Lasa
Vestuario: Josune Lasa
Iluminación: Oiga García (A.A.I.)
Coreografía: (Soledad y Soleares gitanas) Nuria
Castejón
Imágenes de video: Franziska Seeberg, Marina Bollaín ((rodadas en la verbena de
la Paloma. Agosto 2001
Madrid)
Ayudante de escenografía: Francisco Sanz
Ayudante de vestuario: Teresa Mora
Ayudante de dirección: Khrish Otero
Pianista: Manuel Coves
Orquesta Graffiti
Orquesta
y Coro de
la
Comunidad de Madrid
Director
del coro: Félix
Redondo
Repetidor: Manuel Coves
Intérpretes: José Antonio López (Julián), Amparo Navarro (Susana), María José
Suárez (Casta), David Rubiera (Don Hilarión), Emilio Sánchez (Don Sebastián),
Marina Pardo (Señá Rita), Federico Gallar (Tío Antonio), Nuria Castejón
(Una bailaora), Cristina Luar (Severiana), Felipe García-Vao (El tabernero), Anabel Aldalur (Una vecina), Fernando Cobo (Joven 10/Guardia 10), Ángel Saiz (Joven 20/Guardia 20)
Director Musical: Miguel Roa
Dirección: Marina Bollaín
Estreno en San Lorenzo de El Escorial:
Auditorio de San Lorenzo de El Escorial,
30-VII-2006 |
MARINA
PARDO (SEÑÁ RITA)
JOSÉ
ANTONIO LÓPEZ (JULIÁN) |
Noche
de Verano en
La Verbena
de
la Paloma
es una propuesta de Marina Bollaín
acerca de
La Verbena de
la Paloma
de Tomás Bretón. Marina se apunta a ese deseo de
actualizar la zarzuela e intentar encontrarse con un público joven o un público
no habituado al género por aquello de la “antigualla”.
Desde hace varios años la zarzuela va siendo revisada tanto
por el Teatro de
la Zarzuela
como por otras Compañías. El Teatro de
la Zarzuela, con un
suficiente presupuesto, ha montado espectáculos fascinantes en la escenografía
y ha llamado a cantantes de rango y a directores y adaptadores imaginativos.
Marina
Bollaín, desde Berlín donde reside, la ha emprendido con
La
Verbena en una adaptación que va un poco más adelante. Una
idea que parece provenir de un deseo: el bajarla al siglo XXI, pero sin cortar
el cordón umbilical con la tradición y respetar la música original de Tomás Bretón. Otra licencia a
permitirse es el añadir nuevas músicas.
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Mis observaciones parten
de la visión del DVD que se ha grabado en el Teatro Auditorio de San
Lorenzo de El Escorial, con motivo de las tres representaciones que se
dieron en julio de 2006 y que ahora sale a la venta. En su momento no pude
asistir al estreno mencionado y, una vez, que el DVD está confeccionado a partir
de las representaciones en directo, se puede captar bastante este espectáculo
que a algunos ha molestado, calificándolo de “bodrio”.
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Teniendo como criterio la fidelidad a la partitura original, la,
llamémosle, modernización ha ido por la traslación a la época actual en la
parte externa y en barnizar los tipos originales. La tijera ha comenzado por
deshacer los madrileñismos castizos, posiblemente retratos para el estreno del siglo XIX pero al traerla
a nuestros días, tales desplantes, modos de hablar y demás estereotipos ya no
funcionan.
Hoy siguen las verbenas y el público acude. Los nostálgicos se
visten de chulapos y chulapas – un vestuario más propio de la farándula que de
la representación original que simplemente reproducía la vestimenta de 1884 - y
algunos se marcan un chotis, que por otro lado era baile de moda en la época y
provenía de Bohemia (centro Europa) con el nombre de Schottisch (escocés). La
mayoría de los verbeneros del siglo XXI se divierten con ritmos heterogéneos en
el tiempo y conceden su beneplácito a cierto clasicismo como puede ser el
chotis, el bolero, el pasodoble o similares.
La Bollaín ha buscado los
equivaleentes de un Julián, una Casta, una Susana, una Tía
Antonia, un Don Hilarión y demás comparsa en el siglo XXI y les ha cambiado oficio y comportamiento.
Julián
ya no es el cajista de imprenta – rata
de imprenta, lo llama
la Tía Antonia, en el
original -, pero sí mantiene lo que supone ser un cajista de imprenta: el
ignoto y paupérrimo porvenir. Marina
lo ha encontrado en el oficio de “butanero”, profesión en declive con el gas ciudad. Casta y Susana
siguen sin una transformación especial, sólo que ya no tienen que “entregar, al obrador”. Su oficio no
queda muy especificado. Tampoco importa mucho.
La Tía Antonia
pasa a ser el Tío Antonio, tío de las mozas y al mismo tiempo peluquero de
señoras. |
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EMILIO SÁNCHEZ/DAVID RUBIERA |
Capítulo a subrayar es
el Don
Hilarión que deja de lado sus seniles pieles, para transformarse en lo
que se llama un maduro de buen ver y mejor vestir con su toque de “sex-appeal”,
atreviéndose con pantalones de cuero. No es la primera vez que a Don
Hilarión se le baja la edad. La temporada del 2007, lo hizo Sergio Román con su versión de
La
Verbena de
la Paloma en el Teatro de
la Zarzuela. Aquí
se ha dado un paso más. El Don Hilarión de Román era un maduro, dentro de una respetabilidad de
lo que son los maduros con dinero, pero acercándose al ocaso de su actividad sexual,
años más años menos. |
Aquí, en cambio, a este Don
Hilarión le queda mucha marcha y, como todo potentado, juega al golf en
su despacho de
la Farmacia,
así como no tiene inconveniente en desnudarse, exhibir su musculatura y meterse
en la bañera antes de ir a la verbena. Después, en la verbena, será
capaz de bailarse unos ritmos modernos, sin caer en el ridículo. Vamos, que no
es un viejo baboso. Maquillado de este modo nuestro tradicional Don
Hilarión hace más soportable la relación con las dos chicas. Desde
siempre – y son muchos años que voy viendo Verbenas de
la Paloma
– me ha chocado ese contubernio azuzado por
la Tía Antonia, porque
la Tía Antonia desea el
matrimonio o el amancebamiento de una de sus sobrinas con el tal vejete Hilarión. Por parte del Don
Hilarión su única duda es la elección de: cual de las dos me gusta más. La
tal Tía Antonia, en tal contexto, apunta
a
la Madama de
burdel. El Hilarión de Marina
Bollaín es menos morboso y es posible su enlace matrimonial o
de pareja con una de ellas. |
AMPARO NAVARRO |
Severiana,
la mujer de Don Sebastián, que en el original aparece en el último cuadro
consigue un mayor protagonismo. Desde el principio está presente con su
repetitivo lavado de la camisa de su marido: “pues yo tengo todo el día la cabeza tan sudá”.
Al mismo tiempo es recuperada, inteligentemente, para ser la “vocalista” de los
ritmos modernos populares – Si, la vida son dos días (rumba), Un movimiento
sensual (bomba), Dos gardenias para ti (bolero) – en la verbena nocturna.
La Verbena de
la Paloma, amén
de una historia de celos reproducía una serie de cuadro de costumbres: el
sereno en su ronda y el famoso ¡voy
allá!!!!!; los
serenos con sus meditaciones políticas; el café cantante de
la época, y los diversos tipos, junto a los consejos maternos para con núbiles
doncellas, en el baile del último cuadro.
CRISTINA LUAR (SEVERIANA) |
Hoy no existe ninguno de
estos colectivos. Por lo tanto la goma de borrar, Marina, la ha tenido que usar, pero no ha guillotinado los
cantables. Y lo ha hecho acertadamente. Todo está en trasladar los cantables de
modo congruente. Comenzando por el sereno, que era toda una institución
y hoy ha desaparecido, su perorata y su ¡Voy allá! se lo endilga a Don Sebastián,
así como el grito en off de “¡¡¡sereno!!!!,
a su mujer Severiana. La escena la construye bien. Don Sebastián y demás
están en la azotea. Ha quedado de ir a
la Verbena con su mujer Severiana
le espera en el portal. Ante el retraso entra bien el grito, cada vez más
desaforado, que en esta ocasión no es “¡¡¡Sereno!!!”,
sino “¡¡¡Sebastián!!!”. En cuanto a los diálogos de los policías
urbanos se los reparten entre el tabernero y amigos que en la azotea juegan a
las cartas, la petanca y se asoman. |
Al destruir el Café Cantante desparecería “¡Ay! En Chiclana me crié”
y sería un crimen. Pero
la Bollaín nota que Casta,
en el original, canta poquito, y le pasa el cantable de
la Cantaora. Casta
está en la peluquería de su tío y en espera Susana y otra cliente –
una bailaora. El Tío Antonio atusa el pelo de Casta y cuando le da los
tirones, Casta suelta el ¡Ayyyy!
musical, lamento de las coplas. Una licencia humorística que parece inspirarse
en ese acercamiento superficial al cante jondo cuando se pregunta de si “le
duele algo”. Y rizando el rizo hasta encuentra lugar para que se baile la
soleá: la bailaora que espera
en la peluquería enntretiene a todos con su baile. |
Mª JOSÉ SUÁREZ (CASTA)/
FEDERICO GALLAR(TÍO ANTONIO)/
AMPARO
NAVARRO (SUSANA) |
Buscando también una mayor digestión para el monologo de Julián
en el primer cuadro: “Venía
yo esta mañana…”, lo reparte entre todos los
vecinos que asisten al relato de Julián ante la señá Rita.
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En esta aproximación a nuestro mundo uno de los problemas es cómo
encajar el emblemático número musical y leif-motiv: “Por ser
la Virgen
de
la Paloma”.
La Bollaín da un salto lírico y abandona el realismo
costumbrista. No serán parejas jóvenes las que irrumpen en el barrio en su
caminar hacia la verbena, sino que todo el vecindario en formación, a lo alto y
a lo ancho del edificio, lo canta y lo acompaña con sutiles y cómicos
movimientos. Y este invento se repite de vez en cuando como leif-motiv que es:
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POR SER
LA VIRGEN DE
LA PALOMA…
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Donde hay más desafío es
en el último cuadro:
la Verbena. Está
concebida como lo son las verbenas de hoy. Ritmos y vestido de ahora, pero con
un cierto tufillo a lo antiguo, que por un día no pasa nada bailarse un
pasodoble o marcarse un chotis. El desafío estaba en resolver el nuevo
enfrentamiento de Julián y Don Hilarión. En el texto original,
tras la trifulca del cuadro anterior, cada uno va por su lado y Don
Hilarión consigue llegar echando la bilis a la tienda de Don
Sebastián y allí tomar un refrigerio. Hay que volverlos a enfrentar y
la solución del libretista Ricardo de
la Vega la consigue al hacer
entrar en la tienda de Don Sebastián a Julián para cambiar su
pantalón desgarrado por los perros de
la Tía Antonia. Nuevo
encuentro y nueva trifulca.
Bollaín
sale bien del atolladero en que se ha metido. Tras la pelea del cuadro anterior
cada grupo va a la verbena. Hilarión se siente obligado a
centrarse en Casta, sin dejar de echarle un ojo a Susana. Julián,
requemado, observa el percal de lejos, hasta que en un momento Hilarión
en el baile se roza en exceso con Susana. Nueva trifulca y
desenlace final.
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LA
VERBENA DE
LA PALOMA, 1894 |
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EUROPEAN HOUSE (2006)
(ALEX RIGOLA) |
13 RUE DEL PERCEBE
(FRANCISCO IBAÑEZ) |
LA VERBENA… (2002)
(MARINA BOLLAÍN) |
Todos los tipos de
La Verbena de
la Paloma de 1894, eran el reflejo emocional de
una sociedad popular. Ricardo de
la Vega fue desplazando a
sus personajes de la calle primera, a la calle segunda y al recinto de
la Verbena. Bollaín ha optado,
inspirada imagino por el cómic de Francisco
Ibáñez 13
la Rue del Percebe, en
situarlos a todos dentro de una hipotética casas de pisos sin las paredes
frontales para que podamos ver lo que sucede dentro. Recurso similar lo utilizó,
en el 2006, Álex Rigola para su European House. Pero ya en 1897 lo concibió
José López Silva cuando escribió
La
Revoltosa y situó a todos sus personajes en una corrala madrileña, microcosmos
de un mundo más amplio. También el sistema de escenario en vertical se uso en
el teatro de
la Edad Media
para Los Misterios Medievales (Autos de
la Pasión), dividido en tres niveles: Infierno,
tierra y cielo.
Bollaín,
huyendo de un decorado realista como podrías ser
la Corrala de
La Revoltosa o el European House de Rigola,
lo reduce a la mínima expresión: el esqueleto de esa vivienda plasmada en un
andamio con una serie de cortinitas o persianas que se corren o se levantan según
la acción transcurra en esa sección. Con este recurso de levantar o descorrer resuelve
el eterno problema de los escenarios simultáneos: ¿qué hacen los
personajes que no actúan en ese momento? Pero también es el método de leer el
cómic de Francisco Ibáñez,
viñeta a viñeta, en 13 Rue
del Percebe. Funciona. Así como funciona el ambiente de
la Verbena al girar el
escenario. Noche de verano en
La Verbena de
la Paloma consigue
combinar un tratamiento realista con otro más simbólico, a nivel de escenario,
vestuario e interpretación.
Una de las cosas que más llama la atención, positivamente, es la
frescura de la interpretación en todos. Estamos habituados a aceptar cierto
envaramiento en los cantantes de zarzuela, motivado por la lejanía del texto de
las historias. En el caso de
La Verbena el
estereotipado casticismo, que muchas veces no sabemos si en la época era así o
lo ha creado la escena. Aquí se ha intentado una entonación, tanto en la parte
hablada como en la cantada, más cercana a nuestra época sin intentar el
barnizarlos de lo castizo, que, en Madrid, ya no se oye. Y así todos los
personajes nos llegan mejor y más humanos
El vestuario traído a nuestra época funciona y sólo hay
pequeños guiños a lo antiguo: los mantoncitos, alejados del
mantón auténtico de Manila, y los grandes lunares que Susana va pegando sobre
su vestido rojo.
Musicalmente suena muy bien tanto por los cantantes como por
la Orquesta de
la Comunidad e Madrid que
dirige con acierto Miguel Roa. Los
cantantes eliminan el engolamiento que, a veces, se da en el género, sin mutilar
la tesitura original.
Bollaín
ha refrescado y ha dado mayor vida a esta emblemática zarzuela, siguiendo las
huellas de lo que ahora se entiende por musical. Con todo, ha podido dar un
paso más en lo que respecta al texto de los cantables. Prácticamente no los ha
tocado y ello está en contradicción con su teoría de traer a nuestra época la
historia en otros aspectos. Resulta chocante oír: El aceite de Ricino ya no es malo de tomar…o la limonada purgante…o el agua de Loeches…
o refresco de naranja o de cebá… y algunos otros textos.
No sé porqué en ese afán de traerla a nuestro tiempo no se han variado algunos
textos que lo harían más creíble. No es
que esto tenga mayor trascendencia, pero revela una cierta timidez en lo que
respecta a un paso más en la adaptación. También es verdad es que si algunos le
han echado los perros de
la Tía
Antonia por ese andamio, ese butanero y demás licencias, es
posible que la crucificasen.
La representación en El Escorial se hizo con micrófonos
incorporados a los cantantes, algo que a los más puritanos del género lírico
les pone un tanto frenético y a mí también. La disculpa es el gran espacio del Teatro Auditorio de San Lorenzo de El
Escorial. Pero el uso de la electrónica ha venido que ni pintado para la
grabación del DVD que nos llega con un sonido limpio y sin molestos ecos, que a
veces se producen sin no se cuenta con una técnica electrónica buena.
Sin pensar que se ha encontrado un método nuevo o que la versión
fascine al público joven como pueden ser ciertos musicales actuales que tanto
por temática como por partituras están más en consonancia con su tiempo. Es abrir nuevos caminos a la lírica tradicional.
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Lo más llamativo es que esta Verbena
de
la Paloma,
en ningún momento, está acartonada. Personalmente me ha sorprendido la
vitalidad y gracia de Amparo Navarro
(Susana),
María José Suárez (Casta),
Marina
Pardo (Seña Rita), José
Antonio López (Julián) o David Rubiera
en ese Don Hilarión tan peculiar. Y la historia termina por hacerse
creíble.
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