LA ETERNA CANCIÓN
DE
PABLO SOROZABAL


FOTOS: CEDIDAS POR EL TEATRO ESPAÑOL

VUELVE AL
TEATRO ESPAÑOL DE MADRID

EN LOS
VERANOS DE LA VILLA

EN SU
60 ANIVERSARIO

La Eterna Canción de Pablo Sorozábal iba a ser la primera zarzuela del ciclo Sorozábal que el Teatro Español pensaba desarrollar. Se estrenó en la temporada anterior durante la canícula del verano. Unas dos semanitas de lleno completo. Este año tocaba otro título, pero una vez que recaló en el 2005 por el Teatro Arriaga de Bilbao – que dicho sea de parte, tiene una actividad teatral de impresionante calidad a lo largo de todo el año – y con éxito pareció oportuno prolongar el título una temporada más en el Teatro Español.

  • “Vuelve – especifica Mora Apreda, directora de los Veranos de la Villa – por ese éxito y también porque se cumple el 60 aniversario (1945 - 2005) de su estreno. Para mí por todo eso es un enorme placer presentar en el Teatro Español La Eterna Canción y como programación de los Veranos de la Villa”.

En la temporada anterior www.madridteatro.net ya ha tratado el tema y a esos artículos nos remitimos. El elenco, a excepción del personaje de Jacinto que en esta versión lo interpreta Ricardo Bernal, es el mismo. Un denominador común embarga a intérpretes, director de escena y director musical: el entusiasmo por poder repetir y la seguridad que da el éxito experimentado aquí y allá.
 

EL CAFÉ VERSALLES
A excepción de Manuel Gas – el director musical e hijo de Manuel Gas, el bajo que estrenó la obra y que hoy interpreta Enrique Baquerizo - el resto del equipo, por edad, parece desconocer los trillados y manidos cánones clásicos de la zarzuela de hace bastantes años. Quiere esto decir que están liberados de prejuicios y lugares comunes de cómo interpretarla.

Ignacio García – hombre que viene de dirigir teatro y ópera y, por edad, alejado de los clichés zarzueleros – manifiesta su entusiasmo por los resultados obtenidos de su primer debut en el mundo de la zarzuela.

  • “Nunca me había planteado hacer zarzuela, pero cuando me lo propusieron y garantizaron los criterios de calidad me alegré. No hay que olvidar que el género ha estado condenado a usar presupuestos bajos y ello la limita mucho. Esta es mi primera incursión. El trabajo de este tipo de musical es diferente al de la ópera, de donde yo venía. Es difícil hacer hablar a los cantantes, por ello es muy importante que tengas a los profesionales adecuados”.

La dificultad que expone Ignacio - Nacho para la profesión – surge desde el punto de vista dramático. Desde siempre en el mundo de la zarzuela hemos perdonado dos cosas: la insulsez – al menos vistos hoy día - de algunos argumentos y el que los cantantes líricos fueran malos actores. Y se daba un fenómeno muy curioso. El personaje era creíble cuando cantaba y falso cuando recitaba. Este Mister Hayde y mister Jeckill en los cantantes líricos, actualmente se ha subsanado mucho.

Además de la dificultad dramática se añade la vocal, que Alfredo Kraus hizo notar con motivo de su interpretación en la Doña Francisquita de José Luis Alonso y que corrobora Enrique Baquerizo (D. Aníbal, en la función).
 
  • Es cierto, ya que tienes la voz colocada para el canto y después tienes que volver a colocarla para el modo de hablar normal. Supone un esfuerzo vocal y dramático. No es fácil, pero es lo que las nuevas generaciones han ido aprendiendo. Y, por otro lado, es la única forma de dar credibilidad al personaje. Recuerdo que fue José Luis Alonso quien me lo planteó, por vez primera. “Quiero que cuando se hable se haga como un actor de teatro”.

ENRIQUE BAQUERIZO

Esta esquizofrenia vocal e interpretativa es el caballo de batalla del género.

La zarzuela – sinónimo de conservadurismo para muchos – ha sido un género maldito y de desprestigio para los directores jóvenes, que una vez caído el régimen franquista, anhelaban un espíritu más avanzado. Ha sido muy curioso que incluso, para el público nuevo no le ha importado asistir a los musicales USA – que en el fondo en los libretos también emanan un olorcillo a conservadurismo - y sí al género zarzuelístico. Hay, creo, una explicación: la comedia musical americana brindaba unas partituras más cercanas al oído de hoy y las puestas en escena apabullaban por espectacularidad y ritmo. Nacho García es uno de esos directores jóvenes y reconoce toda esta problemática, pero ha conseguido saltársela a la torera:
 
  • “Es cierto. Con respecto al género y a lo que es el teatro de siempre: pon Jacinto Benavente y similares. No lo tenemos fácil los directores jóvenes, pues tratar textos tradicionales o géneros como la zarzuela, es como quedarte marcado por un estigma. Yo pienso que se puede hacer todo y reivindico la libertad de poder hace cualquier cosa. Las nuevas generaciones no hemos podido trabajar con los expertos de antes, pero yo pienso que lo importante son los textos y no tanto tal o cual director como la haya dirigido. Es cierto que los referentes nuestros son otros, en concreto los míos son los años 80, pero cuando dirijo un texto, por ejemplo éste, lo que manda es el propio texto y no me siento peor que haciendo otra cosa. Desde aquí pregono la libertad de continuar con este género de zarzuela y sin perder la esencia”.

Un discurso así podría, en parte, ser firmado por uno de los conservadores del género. Lo que sucede es que al ver los resultados el abismo es inmenso. Y si uno, antes de ver el montaje, lee el programa de mano resalta un nombre el de Ángel Facio, revisor del texto. Y vuelve la, como, contradicción: Ángel Facio metido a zarzuelero. No casa ni con sus montajes, ni con su trayectoria dramatúrgica.

LA ETERNA CANCIÓN, UN APUNTADO THRILLER POLÍTICO
DE LA ESPAÑA FRANQUISTA.

La revisión de Ángel Facio en opinión de Nacho García ha pretendido por un lado respetar el original, pero acercarla más al teatro.
 
  • En el original, al ser un sainete, hay una buena dosis de costumbrismo madrileño. Sin eliminarlo y teniéndolo en cuenta se ha dado más valor a la época en que sucede y una gran importancia a la música, en cuanto que termina siendo una metáfora ya que a través de ella se encuentra la libertad. Y esto es importante en unos años en que todo estaba muy controlado por una serie de poderes fácticos que en la obra se concreta en los estraperlistas y se sugiere en el ambiente. En contraposición están los valores espirituales de esos músicos principiantes y de D. Aníbal que ven en la música el pasar de lo nublado al sol: la libertad. Sorozábal – hombre enfrentado al régimen franquista - no pudo, imagino, decir todo, pero hay una serie de sutiles resquicios en los que expresa sus ideas. No es casual que se cite musicalmente así mismo con el “¡Qué tiempos aquellos!”, de El manojo de Rosas, obra que compuso durante la República.

Urgando aquí y allá La eterna Canción termina por ser un icono sainetero de la denuncia de una época.
 
  • “Hay también ciertos comentarios de tipo político. D. Aníbal utiliza una expresión: ”el espacio vital”. En 1945 aún estaba la segunda guerra mundial y ese es un término acuñado, ya que lo utilizaba Alemania como excusa para invadir un país tras otro. También otro elemento, connatural, por otro lado del sainete, son las peleas callejeras. De esa época es también Historia de una Escalera - de Antonio Buero Vallejo – en la que también ocurre una pelea. Eran modos de denunciar la pelea de las dos Españas que no se podía mencionar en aquel momento. Por eso, en esta versión hemos limado el costumbrismo y hemos intentado leer el trasfondo. De todos modos hay que tener en cuenta que es un sainete y no un thriller político. Sólo hemos apuntado ese thriller”.

La interpretación de La Eterna Canción, para Manuel Gas, posee una connotación emocional al ser su padre quien la estrenó y el que la grabó en su primera versión – aquellos discos de 78 revoluciones por minuto, en pasta.

  • “Dirijo 28 músicos, la mayoría de la Orquesta Nacional de España y cada vez que oigo a todos tocar se me saltan las lágrimas, así como también se me saltan de nuevo cuando oigo a Enrique Baquerizo, pues me recuerda a mi padre. A nivel orquestal, la partitura, posee una novedad impensable en una orquesta lírica: la batería como la de un conjunto rock. Esto era insólito en el mundo de la zarzuela. Y es Sorozábal quien la introduce por vez primera”.

El Sorozábal de repertorio más habitual sobre los escenarios, ha sido La tabernera del Puerto, La del Manojo de Rosas, Katiuska. Otros títulos como Adiós a la Bohemia, D. Manolito, Black el payaso, Entre Sevilla y Triana, Los Burladores han sido menos frecuentes.

La Eterna Canción conoció su estreno (1945) en el Teatro Principal de Barcelona y después se repuso en la gira por América en Uruguay – en esa ciudad nació Mario Gas, actual director del Teatro Español. Las razones de tales ausencias las aclara Manuel Gas:

  • “Que haya títulos de Sorozábal menos representados se debe a un problema de los derechos protegidos por la SGAE y que depende de que den permiso sus herederos. A ello se añade de que tales títulos tienen bastantes dificultades vocales y necesitan un elenco de calidad. En cuanto a La Eterna Canción, tras el estreno y la reposición en Uruguay, en aquellos años no se repuso más por desaveniencias entre Sorozábal y mi padre. Y con respecto a la segunda grabación – existe la original y otra en microsurco de Hispavox – creo que no llegaron a un acuerdo económico”.

LOS INTÉRPRETES: UNA GRAN SATISFACIÓN

De entre los intérpretes unos ya han interpretado zarzuela y otros no. Lo que les une es que – por edad – no conocieron aquellos clichés de las representaciones de las compañías de zarzuela que repetían esquemas establecidos. De las más alejadas de este mundo es la asturiana Beatriz Díaz (Bóo, Aller 1981) – Tina -, que interpreta lo que se denominaba en la época la tiple cómica: la graciosa con la que había que reírse.

  • Es la primera vez que hago zarzuela. Y alguna zarzuela sí he visto.

Su currículo se centra fundamentalmente en la ópera: El amigo Fritz (Caterina), La Rondine (Bianca y Gabrielle), Lakmé (Rose), Elisir d’amore (Gianetta), Tardes con Donizetti (Teatro Real de Madrid) y El Viaje a Reims (Modestina)
 
  • “En parte es mejor no haberlo visto porque así no estás influenciada. No tenía ni idea de cómo abordarla, pero la buena gente que tengo alrededor te ayuda. Y al subir a un escenario he aprendido un montón. Al principio se me hacía superdifícil y sobre todo al ser un papel cómico, yo que era una cantante y que de cómica tenía poco. Después te sorprendes cuando oyes que el público se ríe con tus intervenciones y eso te anima. Estoy muy contenta porque la obra es una joyita y nos lo hemos pasado muy bien”

BEATRIZ DÍAZ

A la tiple cómica le da la parte el tenor cómico. Es obligado en el género como son obligados los cómicos (pareja de enamorados) en el teatro clásico español). Y el tal tenor cómico es Millán Salcedo - ¿recuerdan a Martes y Trece? Millán no es nuevo en el mundo de la zarzuela, pero en la zarzuela de última hornada (el Teatro de la Zarzuela) y no la de los telones pintados. Su primer contacto resultó ser un “shock”.
 

MILLÁN SALCEDO
  • “Yo que estaba acostumbrado a comenzar a cantar o a actuar un poco a la limón, todo cambió con la batuta del director. Cuando ves la batuta levantada y te ataca, te entra pánico. Es como una agresión. Pero todo esto me ha resultado gratificante, porque era volver a los escenarios. Yo nací en el teatro, pero después con el dúo transcurrimos muchos años por discotecas y locales similares y con éxito, “Gracias a Dios” – no puede evitar el juego de palabras y repite – “gracias a dos”. Personalmente no veo mucha diferencia del modo de interpretar en la zarzuela a otra interpretación de teatro. Y lo que agradezco infinito es el poder ser dirigido, pues en nuestros “sketchs” nos dirigíamos a nosotros mismos y lo que se nos ocurría. Ha sido un placer para mí que un director me haya sacado lo que yo no sabía que tenía dentro. Yo sacaba mis “ticks” cómicos y Nacho me recordaba que lo que tenía que dar al público era un personaje, que es Montilla el joven enamorado de Tina, – y se pone el parche antes de que surja la pregunta - Ya sé que puedo ser el padre de Tina (Beatriz) pero este pelo gris me lo tiñen y doy el pego”.

La diferencia de edad entre Beatriz Díaz y Millán Salcedo no es óbice para el teatro y la distancia, porque como decía el empresario italiano Querubini de El dúo de la Africana, en el teatro “tutto è convenzionale, mía cara”.

Javier Galán es Manolo, amigo de Montilla y como él, joven principiante en la música. Salvará a Laura (Amanda Serna) de las garras de los mafiosos españoles de la época.

Valenciano de origen, comienza su andadura operística y de zarzuela de la mano de Enedina Lloris (Doña Francisquita, en la última versión de José Luis Alonso que cantó con Alfredo Kraus). En su haber: La serva padrona, de Pergolesi, Rita de Donizetti, Bastian y bastiona de Mozart, El caballero de la Rosa de Strauss, Carmen de Bizet, El Barbero de Sevilla (Fígaro), Lucía de Lamermoor (Enrico), La del manojo de Rosas (Jacinto), La Bohème (Marcelo), La flauta mágica (Papageno)…
 
  • La eterna Canción hay que venir a verla. Era la preferida de Sorozábal. Casi nadie la conoce. Mi personaje me ha costado muy poco, porque es así como yo: un chico de provincias que viene a Madrid. Algo similar a mi vida. Me he criado en Valencia en medio de las Bandas y del ambiente musical y aterrizo por Madrid. El personaje representa el triunfo del antihéroe.

JAVIER GALÁN

Javier Galán está familiarizado con el género y lo defiende:

  • “He hecho muchos títulos de zarzuela. Lo que sí siento es un poco de lástima del modo cómo se hacían pues lo llevaban a cabo compañías modestas. Como creo en el género animo a que se haga una continua labor de investigación sobre la zarzuela y sus modos de puesta en escena”.

Amanda Serna es Laura, la “prota”. Premiada en varias ocasiones, ha protagonizado varios títulos de zarzuela: El Barberillo de Lavapiés, La del manojo de Rosas, El mal de amores… Tardes con Donizetti … . Sus escenarios el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el Apolo de Barcelona, el Liceo …
 

AMANDA SERNA
  • Me siento muy contenta de poder volver de nuevo. Este año nos ha servido para una mayor asimilación y hemos crecido todo el conjunto, al estar más rodado el espectáculo. Por mí que la hagamos toda nuestra vida. Yo ya había hecho zarzuela, pero en este tratamiento de abordar el personaje sin recurrir a clichés anteriores – Amanda es joven y los antiguos fantasmas zarzueleros no pueden existir en su mente – pues lo abordas desde que lees el guión. No es difícil, vas haciendo poco a poco el personaje. Yo en concreto recurro a mis experiencias personales …

Mirada sorpresiva y maliciosa de todo el elenco y humor en Manuel Gas:

  • No sabía que habías tenido una experiencia así. ¡Vaya lo que se descubre!.
  • “Bueno todo el mundo ha tenido un novio alguna vez – se defiende Amanda – Bueno, lo que decía, echas mano de tus sentimiento, de tu propia experiencia”.

En la obra están, como es frecuente en el sainete, el vejete, apuntando al viejo verde o eso de a “la vejez viruelas”, Don Tomás. Pep Sais (Girona) es su intérprete.
 
  • Es mi debut en la zarzuela, porque yo soy actor de texto – Tirant lo Blanc, Martes de carnaval, Hamlet, Top Dogs …- De pequeño sí había visto zarzuela y de mayor alguna en el Teatro de la Zarzuela. Personalmente me enfrento al género como si fuera un personaje de un teatro de texto. Oí las dos versiones musicales que existen y comprobé que Don Tomás en ambas era un personaje distinto. Ello me dio pie a poderlo cambiar una vez más siguiendo las instrucciones de Manuel Gas y de Nacho. Yo he hecho comedia musical y aunque es distinto, no obstante lo he abordado de un modo similar, prescindiendo del tipo de música que diferencian a una y otra.

PEPE SAIS

Pep Sais, fuera de la ficción, está lejos de ser un vejete. Como actor ha trabajo bajo las órdenes de directores de prestigio: Ventura Pons, Pere Planella, Joseph Montantes, Adriá Gual, Mario Gas, Ariel García Valdés, VCalixto Bieto, George Lavaudeant, Luis Homar … y es habitual en los escenarios baceloneses: Centre Dramàtic, de la Generalitat de Catalunya, Teatre Nacional de Catalunya, Teatre Lliure, TeatreGrec, Teatre Villaroel …

D. Aníbal - columna vertebral del edificio musical de aquellos tejados madrileños – es Enrique Baquerizo.

  • Mi personaje tiene muchas connotaciones. Es un idealista y lo que mejor le define es la frase que él mismo dice: “tras la negrura de la noche nace un nuevo sol”. Por eso como ya se ha dicho anteriormente, la música en la obra se convierte en una metáfora de la libertad. La técnica vocal de D. Aníbal no es fácil, ya que se trata de un bajo-barítono, tesitura que Manuel Gas (padre) manejaba muy bien. Hay una serie de notas bajas alargadas que te lo ponen más difícil.

La voz de Baquerizo es de una gran profundidad, que Millán Salcedo cómicamente, advierte que, cuando se encuentra entre Baquerizo y Amanda el sonido, “te entra por un oído él (Baquerizo) y por otro ella (Amanda) taponándote los dos oídos y situándote la escucha en el alto de mi nariz”.

Situado, preferentemente en el mundo de la ópera, Baquerizo (Madrid) debutó con I Pagliaci (Silvio) en la ópera de Detroit. Siguieron El Barbero de Sevilla (Fígaro), Don Giovanni (D.Giovanni), Lucía de Lammermoor (Enrico), Bomarzo de Ginastera, Le nozze de Fígaro (Figaro), Amida de Gluck (Hidraot), Goyescas, Divinas Palabras de García Abril, Werther, D. Quijote (protagonista), Babel 46 de Montsalvatge, El niño y los sortilegios de Ravel, Madame Buteterflye, La correcta caprichosa de Martín y Soler, Tosca (Scarpia) …
 
  • Pienso que hacer zarzuela – que conoce bien – es un reto por lo que tiene de esa división entre la parte cantada y hablada que pide un tratamiento dramático como el de cualquier otro texto. Para un cantante lírico en la parte musical se defiende bien, el problema está al pasar a la parte hablada y ahí es cuando se te ve el plumero como intérprete. Últimamente he tenido una gran satisfacción interpretando La Venta de D. Quijote, de Chapí, ya que hay un perfil muy bien tratado del personaje. Indudablemente que hay que ir eliminando los clichés de siempre y por ello la gran responsabilidad del teatro de la Zarzuela es buscar nuevos tratamientos del género, aunque se equivoquen. Los centros públicos son centros de investigación y en toda investigación hay aciertos y desaciertos. Pero es la única forma de sacar adelante el género. En la Zarzuela, la parte musical ha conseguido un buen nivel, pero todavía falta preparar más la parte dramática.

EL PÚBLICO DE LA ZARZUELA

Hoy por hoy entre el público amante del género hay una cierta división. Las nuevas formas de tratamiento sea a nivel interpretativo, de montaje, vestuario o espacio escénico desconciertan a un público más tradicional. Tal debate se da en un público de cierta edad. Unos conocieron la zarzuela de los telones pintados y de las formas repetitivas de hacer y otros se han apuntado a las nuevas formas. En opinión de Nacho García:

  • “Hay que ser respetuoso con el público. Personalmente me asusto cuando veo que ese público me dobla la edad y temo no saberles entregar el género. No obstante hay que ir consiguiendo la evolución de ese público. Es la única forma de que el género no muera”.

Con respecto a la polémica de si los nuevos montajes traicionan el género, antes de que se estrenase la temporada anterior La eterna canción, en una de las ruedas de prensa del Teatro de la Zarzuela, Nieves, la nieta del Luis Fernandez de Sevilla, autor del libreto de La Eterna Canción, manifestaba sus dudas acerca de lo que se montaba en el Teatro Español.

  • “Asistió al estreno – aclara Nacho vino a vernos después de la función y quedó encantada porque entendió que no se hacía de menos la obra de su abuelo. En este sentido hemos intentado no desvirtuar el original”.

 

Más información

           LA ETERNA CANCIÓN - Información General

           LA ETERNA CANCIÓN - Música
           LA ETERNA CANCIÓN - Hechos y Figuras
 


José Ramón Díaz Sande
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