.:: Entrevista ::.

FINAL DE PARTIDA

UNA DE LAS MARAVILLAS
DEL TEATRO CONTEMPORÁNEO
AL ALCANCDE DE UN AMPLIO PÚBLICO


FOTO BASE: PIPA ÁLVAREZ

El año pasado el Teatro del Temple acudía el Centro Cultural de la Villa con Yo mono libre, a partir del texto Informe para una academia de Franz Kafka, que ya reseñamos en nuestra página www.madridteatro.net. Para Mora Apreda – directora del Centro Cultural de la Villa de Madrid:

  • Es un gusto presentar de nuevo a la Compañía Teatro del Temple y, aparte del condicionamiento del propio Centro Cultural – actuar en la Sala Pequeña - la pregunta es ¿por qué habeis elegido este texto: Final de partida?.
  • Nos pareció – responde Carlos Martín, director del montaje – que aparte del texto en sí, que es una de las maravillas del teatro contemporáneo, iba más allá del otros texto de Beckett: Esperando a Godot. Es un texto fascinante. El ser humano no es igual después de  Final de Partida. En el texto vive toda la filosofía becketiana a través de estos dos seres en relación con un mundo aniquilado que está muy próximo al actual. Después está el juego metateatral. Es la prueba del nueve. Hay una compenetración entre los propios actores: un juego paralelo entre lo teatral y el de los dos personajes

A España no tardó mucho en llegar, aunque vino para públicos minoritarios gracias a Trino M. Trives y Dido, pequeño teatro, la compañía de Josefina Sánchez Pedreño. Fueron sólo seis sesiones que la crítica vio con recelo. En el año 1984 Miguel Narros volvió a montarla teniendo un gran respeto hacia Beckett y que se puede considerar como de “acierto”.

EL TEATRO DEL ABSURDO
MÁS CONTEMPORÁNEO QUE NUNCA

Carlos analiza la evolución del teatro el absurdo cuando así se le denominó en su momento inicial.


SAMUEL BECKETT
(29 AÑOS, 1935)
  • Hace años el teatro del absurdo aparecía como algo insólito. Actualmente ya no. Los diálogos son de una gran modernidad en cuanto muestran el asilamiento del ser humano que es a lo que hemos llegado. Después esta también el modo tan sintético de narrar que lo acerca a la contemporaneidad. Beckett plantea la relación entre dos pobres actores que tienen que llevar la pieza adelante: “Esto no marcha”, “Esto va mejor”, nos van indicando. Es tan importante la relación amo-criado como la de los dos actores.

El texto tiene algo de oscurantismo, tremendismo e incluso feísmo. Esta puesta en escena, según Carlos:

  • … no cae en el tremendismo: el carrito, la ceguera, el cuerpo deforme. El infierno que somos nosotros pueden ser un refugio en donde hay un contenedor, un televisor. Es una ventana teatral a la que nos asomamos. Están condenados a pasar su tiempo allí y como actores a repetir la pieza.  

LA DRAMATURGIA :
EL ENCUENTRO DEL TRABAJO ACTORAL
CON EL PÚBLICO

Alfonso Plou (Zaragoza 1964) es el responsable de la dramaturgia en comandita con Carlos Martín.

Alberto Plou con su obra Laberinto de Cristal obtiene el Premio Nacional Marqués de Brandomín – para talentos jóvenes – y en 1989 se le concede el Premio Nacional Castilla La Mancha de Teatro por La ciudad, noches y pájaros que en 1990 se montará en el CNNTE (Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas, Sala Olimpia) y la dirigirá Ernesto Caballero.


LA CIUDAD, NOCHES Y PÁJAROS
(Sala Olimpia ,1990)
FOTO: CHICHO

A partir de 1994 escribe y produce para el Teatro del Temple Rey Sancho y en 1995/96, también para él, escribe Goya con motivo del los actos del Año Goya. La obra se representa en el teatro Español de Madrid e inicia una gira de 3 meses por América Latina en abril de 1997. Posteriormente seguirá su colaboración continua como dramaturgo en el Teatro del Temple.


SAMUEL BECKETT
(12 AÑOS, 1918)
  • Básicamente en la Compañía tenemos dos figuras míticas: Shakespeare y Beckett. Ya habíamos hecho Esperando a Godot y nos pedía volver otra vez a Beckett, el cual se ha convertido, ya, en un clásico a partir de la modernidad renovada. Cada día parece más actual y también metateatral. Shakespeare y Beckett son dos primos en los que hay que trabajar sus textos de vez en cuando. Hay que propiciar el encuentro directo mediante el trabajo actoral y el propio público.

Ha ocurrido un gran cataclismo mundial. Hamm y Clov son los últimos supervivientes de la especie humana. Se han recluido en un refugio. Hamm – paralítico y ciego - ejerce como amo. Clov asume ser su esclavo, aunque a regañadientes, Están condenados a una espera inútil en que nada se puede hacer. Sus gestos son huecos y sus palabras vanas. A su lado agonizan el padre y la madre de Hamm metidos en un contenedor.

Hamm es Ricardo Joven, actor de larga trayectoria teatral desde 1972. Junto a esta faceta ha desarrollado la de director artístico, diseñador de vestuario y productor ejecutivo en más de una docena de montajes. Vitorio Gassman, John Hurt, Glend Ford y Alberto Sordi se han servido de su voz en los doblajes españoles de largometrajes. Su voz también es familiar en las series televisivas.

  • La interpretación de estos personajes es enormemente atractiva, aunque difícil. En la lectura hemos asumido el trabajar nuestro compromiso con Beckett, al hacer que el significado de las palabras no estuviera fuera de lugar. Es un reto hermoso y nos proporciona una gran alegría. Traer al teatro ciertos gestos que se dan en el teatro actual en el que domina el divertimento, se da muy bien en este espectáculo. 

RICARDO JOVEN
FOTO: PIPA ÁLVAREZ

Final de partida posee un sarcástico horror y al mismo tiempo una maravillosa ternura, pasados por el humor de Beckett. Manteniendo la respetuosidad hacia el espíritu de la letra, el Teatro del Temple ha dado una vuelta de tuerca haciendo que la obra sea más cercana y reconocible para el espectador, desvelando su gran sentido cómico…

  • Que a veces ha sido apartado de la obra por su contenido existencial – matiza Ricardo

Hay tres cualidades sobre las que se han apoyado: desnudez, interpetación y rigurosidad estética.

  • Hemos preferido un gris asfáltico – precisa Alfonso - , sólo conectado con el mundo exterior por una pantalla de televisión. El metal es el elemento dominante, símbolo de una sociedad tecnificada, pero asumida ya en el desastre medioambiental. El espacio sonoro, la luz y el uso puntual de imágenes audiovisuales, sirven para acabar de componer este fresco entre patético e irónico de un posible punto final para la especie humana.

FOTO: PIPA ÁLVAREZ

José Luis Esteban es el siervo Clov.


JOSE L. ESTEBAN
FOTO: PIPA ÁLVAREZ
  • Final de Partida es muy atractiva para el actor, pero cuando subes al escenario sientes un vacío enorme al interpretar esa partitura de Beckett. El texto da un juego escénico entre los dos actores que juegan a muchas cosas. Ha sido muy divertido, pues el público es el que está al final. Para el actor hay que olvidarse de metalenguajes. Es otro lenguaje nuevo y nuestra labor es acercar Beckett al espectador.

EL TENEBRISMO DE BECKETT
ILUMINADO POR EL HUMOR

En las obra de Beckett siempre aflora un cierto tenebrismo, que se emparenta con el humor negro.

  • En Final de partida el tenebrismo es brutal – aclara Carlos. Hasta una sexta o séptima lectura no captas el sentido de la pieza. Tras los ensayos se tiene una clarividencia definitiva. Hemos hechos destilar ese proceso para llegar al espectador. El oscurantismo atribuido a Beckett, desaparece y aparece como algo contemporáneo pues la forma de decirlo es ahora más sintético. Ello hace que en Beckett no sobre ni una sola palabra. El elemento de humor negro está y el público lo capta. Lo que sí sucede es que entre los dos actores la ironía es más hiriente. Recuerda al humor anglosajón y este es un elemento importante.

J.L. ESTEBAN/R. JOVEN
FOTO: PIPA ÁLVAREZ
  • Un humor liberador - advierte José Luis -, un humor trasgresor. Un humor muy fino y por eso mismo es humor.

LA CONDICIÓN HUMANA
COMO TEMA CENTRAL

Tras los diálogos becketianos, aparentemente sin sentido, se oculta una temática que los diversos montajes han tratado de subrayar. Para el Teatro del Temple

  • El tema es el hombre – responde sin vacilación José Luis. Trata sobre la condición humana. Beckett lo que hace es diseccionar al hombre.

J.L. ESTEBAN/R. JOVEN
FOTO: PIPA ÁLVAREZ
  • La herramienta que utiliza Beckett – añade Carlos -, es la duda como vehículo para seguir adelante. El cuestionarse todo que, en principio, parece manipulación lleva a descubrir la esperanza. La duda plantea la posibilidad de reacción. Es el vehículo del aprendizaje a través del humor.

Cuando Beckett escribe la obra, latía en el ambiente la amenaza nuclear. Una posible actualidad, en palabras de Alfonso Plou podría ser…

  • …la amenaza del cambio climático.
BECKETT “PITA” SI LO TRAICIONAS
  • En toda escritura dramatúrgica -  precisa Carlos -, viene insertada un código de alarma. En cuanto te traicionasen la interpretación se nota. En Beckett esto es muy llamativo. Lo más importante para la dramaturgia es el código interpretativo que los dos actores tienen que captar: amo/criado y también una  convivencia artística sobre el escenario. Lo más curioso es que cuando algo no va el código “pita”. ¿Por qué? No sabría decirlo, pero podría ser por la misma inteligencia del personaje. Mi personaje tiene esta conciencia. Los de Shakespeare, tienen mucho juego o fantasía. Éste es más estricto, pero liberador.

S. BECKETT
(80 AÑOS, 1986)

La teoría del “pitar por parte del código” que ha desglosado Carlos Marín es algo que es para todos: actores, dirección y dramaturgia.

  • El código es claro para todos trabajando y hablando a lo largo de los ensayos, que es cuando se descubren si tienes zonas de mundos no resueltos. Es cuando se van atando cabos y manteniendo el respeto por el texto.  Se va reflexionando y aclarando lo que uno dice.  Después quedan cositas de traducción como son aquellas que en el original pueden decir algo, pero aquí no dicen nada.
  • Al hablar de “pitar” – añade Alfonso -  quiere decir que los actores no pueden decir ninguna frase como tirándola o soltándola sin más. Es cuando Beckett aparece diciendo esto no es.

PERDER EL MIEDO
A BECKETT

Beckett, desde que comenzó a representarse se desencadenaron términos como difícil, incomprensible, no teatro… Aún recuerdo en una de las primeras representaciones de Esperando a Godot que tras el primer acto el público se marchó pensando que aquello había terminado. Fueron los actores los que salieron tras los espectadores advirtiendo de la equivocación. Algo surrealista. Para Alfonso Plou


J.L. ESTEBAN/R.JOVEN
FOTO: PIPA ÁLVAREZ
  • …Es que Beckett tiene una imagen que no corresponde a lo que es. Se le tiene cierto miedo y se olvida el humor que posee. Hay que seguirlo trabajando. En los años cincuenta cuando aparece el teatro del absurdo era romper con el teatro al uso y era difícil. Hoy el plantear algo sin el esquema de planteamiento, nudo y desenlace se ha visto mucho en el teatro. Es algo ya cercano. Quiere decir que ese miedo ya no debe existir.

De todos modos aún hoy día Beckett no es un autor que atraiga a todo tipo de público y sigue situándose en la esfera de la intelectualidad.

  • Bueno, en nuestro país no ha acabado la transición cultural – declara Carlos. Este tipo de autores han quedado como desdibujados y no se ha reflexionado lo suficiente sobre ellos. Beckett ha quedado como un autor enigmático y hay que intentar que el público vaya a verlo. De alguna manera se podía comparara a Cámara Café, que no es una comedia al uso. Una cámara fija y diálogos con situaciones sin el esquema tradicional. Una vez que el público joven observa esto ve que no es tan extraño.

Carlos piensa que el dudar en entregar a Beckett al público joven por si no lo entiende es dudar de su inteligencia.

  • Al público hay que tratarlo como lo que es: un público inteligente. Hay que tratar al público con la inteligencia que se merecen. La gente joven es muy inteligente y entiende esos puntos suspensivos al soltar la carcajada, porque es inteligente.
  • Es curioso – reflexiona José Luis -, cómo Beckett tiene reputación de cosa difícil, pero olvidamos que la huella que ha dejado en el teatro español es muy fecunda. Hay muchos autores nuestros discípulos suyos y tiene gran éxito.

FOTO: PIPA ÁLVAREZ

El Teatro del Temple tiene como vocación la investigación.

  • Nos hemos convertido sin querer en una compañía de repertorio – afirma Carlos. Llevamos cinco espectáculos y todos funcionan. Lo que sí hemos conseguido a lo largo de estos años es un código interpretativo que permite el análisis de las cosas. Al ser siempre los mismos todo resulta más fácil. Únicamente en dos ocasiones hemos trabajado con actores que no pertenecían a la Compañía, como eran José María Pou y Pere Ponce, pero yo los conocía y era fácil trabajar en la misma línea.
SAMUEL BECKETT

Teatro intelectual o no, para este u otro público no es un “handicapp” para el Teatro del Temple. Alfonso Plou advierte:

  • No engañamos al público. El público sabe que estamos situados en lo cultural y no en el simple ocio. Nuestra tarea es limpiar a Beckett de modo que pueda cubrir un espectro muy amplio. La actitud del público es por una parte de curiosidad y por otra con ganas de participar. Esto está bien pero hay que ser conscientes de distinguir entre lo cultural y de mero ocio.

SAMUEL BECKETT


José Ramón Díaz Sande
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