.:: Entrevista ::.

EL ARQUITECTO Y EL RELOJERO
respetar la memoria histórica


FOTOS BASE: JESÚS ALCÁNTARA

Por los años cuarenta – probablemente es anterior – se cantaba un chotís:

Cuando la bola que hay en Sol
A las doce la veo caer
Al compás del reloj de Bretón
Y la Cibeles sigue aquí
No se asusten señores
Que no pasa Madrí.

La Bola de Sol es parte integrante de un emblemático reloj, sito en la Puerta del Sol. La inmensa mayoría lo asocian a la Nochevieja y sus tradicionales doce campanadas, precedidas de sus engañosos cuartos que incitan a comer antes de tiempo las uvas. La generación de la posguerra, además de las uvas sonoras lo identifican con “El parte”: momento en que Radio Nacional “daba” las noticias del día. Los ciudadanos aprovechaban el momento de “El parte” para poner en hora sus relojes de bolsillo que, a media que el día avanzaba, retrasaban o adelantaban. Así que el reloj se había convertido en un nuevo Amon-Ra – un nuevo dios - con su sacerdote: el relojero.  Pero lo que muchos ignoran es que el reloj,  con torre incluida, se instala con posterioridad al edificio que lo mantiene. Un edificio lleno de historia y no siempre agradable.
PUERTA DEL SOL (MADRID)
(NOCHEVIEJA, 2000)
FOTO: TOMASZ OLENIACZ
  • Es el edificio el que inspira mi obra – aclara Jerónimo López Mozo (Gerona, 15 de mayo de 1942), autor del texto teatral El Arquitecto y el Relojero. Y sobre todo el uso último que se hizo, en la época de Franco, como Dirección General de Seguridad. Allí sucedieron varios acontecimientos. Julio Grimau, oficialmente, se arrojó por una ventana pero la realidad parece ser que lo arrojaron…
Allí cayó (Julio Grimau) por la ventana desde un segundo piso a un callejón, lo que le ocasionó graves lesiones en el cráneo y en ambas muñecas. Grimau explicó este hecho a su abogado declarando que en un momento dado de la sesión de tortura a la que fue sometido por sus interrogadores, le agarraron y le arrojaron por la ventana, esposado con las manos delante, razón por la cual se fracturó la frente y las muñecas. La policía política, por boca del Ministro de Información Manuel Fraga Iribarne, declaró por el contrario que Grimau recibió un trato exquisito y que en un momento de su interrogatorio se encaramó a una silla, abrió la ventana y se arrojó por ella de forma "inexplicable" y por voluntad propia. Poco probable, ya que se solía esposar al reo a la propia silla. Frente a todas las previsiones, Grimau no fue acusado por su militancia clandestina (lo que le habría valido una condena a prisión) sino por su actividad durante la guerra civil. Fue la última persona procesada y condenada en España como consecuencia de la guerra. (Wikipedia, la enciclopedia libre)


JERÓNIMO LÓPEZ MOZO
  • Con motivo de la Huelga de Actores en 1974 -recuerda Jerónimo -, algunos actores fueron detenidos y llevados allí y aunque no los maltrataron, no lo pasaron nada bien… Estaban también aquellos sótanos con ventana a ras del suelo de la calle, testigos de torturas para arrancar confesiones y de los cuales se contaban muchas cosas… Yo tenía esa imagen de persecución y cuando aparece la democracia, el edificio se trasforma en su símbolo. Ya con Joaquín Leguina – Presidente de la Comunidad de Madrid – se inicia la remodelación y no solamente se lava la cara al edificio, sino que se intenta hacerlo más atractivo y acercarlo a la nueva situación. Y ahí ya surge un personaje: “el arquitecto”. Ante esa rehabilitación, no pude evitar el temor de que aquellos trabajos, sin duda necesarios, sirvieran para borrar toda referencia a su pasado. El edificio está en Madrid, pero podría estar en cualquier otra ciudad de nuestra geografía. ¿Cuántos de sus edificios notables, tienen una historia parecida? ¿Quién se acuerda de que ese parador de lujo alojó, en otros tiempos, a peregrinos enfermos, o que aquel museo fue cárcel de la Inquisición?

Puestas las cosas así, tras El Arquitecto y el Relojero, está la necesidad de recuperar la memoria histórica.

NACIMIENTO DE UN ARQUITECTO
Y UN RELOJERO

El relojero nace, en la mente de Jerónimo, con motivo de las Navidades:

  • Me llamó la atención que, con motivo de las Navidades, siempre salían en la televisión, entrevistas con el relojero que estaba al cuidado del Reloj de la Puerta del Sol. Contaba detalles y cómo se esmeraba en la limpieza de las diversas piezas.

En la Nochevieja de 1990, casi el reloj no puede cantar las doce uvas. El 30 de diciembre se detectó una avería en la maquinaria, producida, parece ser, por un electricista de Radiotelevisión Española al iluminar el Reloj para las campanadas. Uno de los cables se enganchó en la maquinaria.

Vicente Rodríguez, el empleado municipal encargado del mantenimiento del reloj, pasó toda la noche del día 30 y gran parte del día 31 reparando las piezas estropeadas para que el reloj cumpliera su misión. El relojero decidió durante la reparación ampliar los intervalos entre campanadas porque la gente se quejaba de que con el ritmo de sonido tradicional no daba, tiempo a comerse las uvas, informa (Europa Press)

En 1768 se había construido un gran edificio en la Puerta del Sol. Se destinaría a los Servicios de Correos. Posteriormente, en 1774, se remata con un reloj de bola. Sonaba a las doce del mediodía y con su son los madrileños rezarían el Angelus.  Las crónicas relatan cómo, en su inauguración, los viandantes guardaron silencio y se quedaron boquiabiertos al ver cómo la bola descendía. Ninguno rezó el Ave María, debido al embobamiento.

El reloj actual fue regalado en 1866, a la reina española Isabel II, por el prestigioso relojero José Rodríguez Losada (Iruela, León, 1797) – que hizo fundir en 1865 las campanas  en Londres. El 6 de noviembre se instala y el 19 de noviembre comienza a funcionar. En el periódico aparece la noticia:

 

DISEÑO: JESÚS ALCÁNTARA
«José Rodríguez Losada, prestigioso relojero leonés, ha construido en Londres un extraordinario reloj que ha donado al pueblo de Madrid, como muestra de admiración hacia la reina Isabel II».

En sus comienzos la puntualidad no se avenía bien con el naciente reloj. Bromas y letrillas se intercambiaron los madrileños:

Este reló tan fatal
Que hay en la Puerta del Sol
- dijo un turco a un español -
¿Por qué funciona tan mal?
Y el turco con desparpajo
contestó cual perro viejo:
«Esté reló es el espejo
del Gobierno que hay debajo».

 

BESOS Y UVAS EN LA PUERTA DEL SOL
(NOCHEVIEJA 2000, LAS 12 CAMPANADAS)
FOTO: TOMASZ OLENIACZ
  • Es entonces cuando se edifica una torreta para albergarlo – añade Jerónimo -, y se añade al antiguo edificio. Se convirtió en el Centro de interés, en símbolo de “El Parte” de noticias y el lugar para tomar las uvas. Fue el centro de España.

DOS POSTURAS ANTE LA VIDA

Jerónimo López Mozo enfrenta a Arquitecto y Relojero, representantes de dos posturas ante la vida española y de ahí ante la vida humana. Así surge un texto escrito en el 2000, editado en el 2001 y Premio Arniches 2000.


ANTONIO CANAL/GARY PIQUER
FOTO: J. ALCÁNTARA
  • Yo relaciono al Arquitecto (Gary Piquer) y al Relojero (Antonio Canal), socialmente situados en planos distintos, en un tipo de relación que no es fácil y que se da en la vida real. El arquitecto es un universitario con deseo de superación. El relojero es un autodidacta. El relojero se irá comiendo al arquitecto y éste se dejará comer. La dramaturgia de Luis Maluenda – director del espectáculo – ha corregido esta lectura, aunque debo decir que el texto se mantiene íntegro. Es de las pocas veces que se han respetado mis textos y no me quejo.

Luis Maluenda ha leído la obra con otro matiz:

  • Me interesó el asunto de la obra, pero la libertad literaria me producía cierta dificultad en la acción. Me sorprendió sus cambios imprevistos, la relación con el público y cómo rompía la expectativa para ofrecer algo inesperado. Planteaba muchos problemas a la hora de subirla a escena. Problemas técnicos, problemas de estilo de la interpretación, problemas con respecto a la estética de las proyecciones, problemas con la música… Mi intención fue buscar una propuesta visual heterodoxa, al mismo tiempo que preservar el trabajo del autor y de los actores. Potenciar ese trabajo.

En cuanto al “asunto” de la obra Luis Maluenda lo centra en:

  • Cómo la arquitectura de rehabilitación que trata de conciliarse con la modernidad, olvida la historia del edificio, borrando la memoria histórica de los ciudadanos españoles. Ante ese edificio se recuerda el alzamiento de los españoles contra los franceses, el comportamiento de los ciudadanos ante el 11 M – el atentado terrorista de Atocha -, pero se ignoran otros asuntos como el que fue Dirección General de Seguridad. Es muy curioso que en las visitas, no hay referencias a que en ese edificio se proclamó la República. Tales omisiones se transforman en una declaración ideológica: borrar cierta memoria histórica. Conviene no tener memoria. Me atrapó el tema y el conflicto entre la Memoria y el Olvido.

PUERTA DEL SOL
(HUELGA ACTORES, 1988)
FOTO: J. R. DÍAZ S.

  • En el edificio ondeó la Primera Bandera Republicana – añade Jerónimo. Todo esto parece olvidarse. El problema de este olvido, parte de cómo se hizo la transición política. Al morir Franco, la transición no se hace violenta, como se temía, porque no había un partido establecido. Lo hubo tácito. Se metieron las cosas debajo de la alfombra. Los partidos eran clandestinos y la gente del franquismo, que ya veían venir los nuevos tiempos, se acomodaron y empezaron a ser demócratas. Tenemos, por ejemplo, el caso de Manuel Fraga, que fue Ministro del Interior en la época de Franco y terminó siendo Presidente de la Comunidad Autónoma de Galicia. Fundó, además, el partido de Alianza Popular. Está claro que se pacta con la transición. Se instala la Monarquía, pero una Monarquía fiel a los Principios Fundamentales del Estado. Un juramento de fidelidad que después se desmontará. Fue positivo la no violencia y no hubo juicios. No se castigó. Eso vino bien. El Rey se consolidó con el golpe de Estado del 23 F – el Golpe de estado del 23 de febrero – y se olvidaron muchas cosas. No se ha analizado ese pasado.
     

ANTONIO CANAL/GARY PIQUER
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
  • Es cierto lo que dice Jerónimo – añade Luis Maluenda -, con la transición política se dejaron muchos asuntos debajo de la alfombra. Tras desaparecer UCD, durante estos últimos años de elecciones libres ha gobernado el PP, los socialistas, el PP y los socialistas. En los dos tipos de gobierno, a pesar de los distintos puntos de vista, se ha tenido miedo de afrontar los que fueron víctimas del franquismo: aquellas personas injustamente tratadas. La Ley de la Memoria Histórica, ayudaría a la reconciliación, desde el punto de vista histórico. 

ALEMANIA PARADIGMA DE
REHABILITACIÓN MORAL Y MATERIAL
DE SUS VÍCTIMAS

Luis Maluenda apela, como ejemplo, al caso alemán:

  • Hacia los años 90 Alemania determina afrontar las reclamaciones de todo el mundo judío que reivindicaba ser tratado con dignidad y, en concreto, aquellas familias que habían sido maltratadas. Hubo un gran esfuerzo del gobierno alemán, no sólo en restituir el honor de las víctimas, sino en crear fondos económicos cuantiosos para resarcirlas y devolver las propiedades que les pertenecieran.

Para Maluenda la nueva Ley de la Memoria Histórica que se redacta en España:

  •  … tendría que afrontar algo parecido: unos fondos que materializan el reconocimiento.
     

FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
  • Mi obra - matiza Jerónimo -, formaba parte de un proyecto más legal: el testimonio del vivir día a día. Mi padre sufrió la represión y era un hombre pacífico. Lo hemos vivido día a día y se tiende a olvidar las cosas, para que no transcienda fuera, porque uno se llena de miedo. Te prohiben muchas cosas por los antecedentes de tu familia. A mí, en concreto, se me negó hacer las milicias universitarias por los antecedentes de mi padre. Al final las hice, pero gracias a un Comisario, compañero y amigo de mi padre. Por eso, desde siempre, me interesó el tema de la memoria histórica.

Jerónimo abundó en el tema en  El Olvido está lleno de memoria (2002) y en Las Raíces cortadas (2003).

  • El Olvido está lleno de memoria trata sobre un republicano, y me inspiré en el actor Edmundo Barbero – actor de la Compañía de Catalina Barecena, ya fallecido, que se enroló en la compañía de Margarita Xirgú al llagar a América -, que estuvo en el exilio y volvió. Algo similar a lo que le sucedió a Max Aub, que al volver se encuentra con una España distinta. En cuanto a la futura Ley de la Memoria Histórica, no soy tan optimista como Maluenda. Una cosa es el proyecto y otro el que salga, al menos el 80%. De momento, ya hay cosas que se van a borrar: la revisión de los juicios que se hicieron mediante juicios militares. Se niegan a borrarlos y a reivindicar el que fuera fusilado o metido en la cárcel. La justicia lo rechaza en virtud de que se atenía a la ley del momento. En el fondo, es el temor a que los herederos reclamen compensaciones económicas. No se sabe lo que va a pasar.

EL ITINERARIO DE LAS TUMBAS COLECTIVAS
A PUNTO DE DESAPARECER

En estos últimos años los nietos de la generación franquista, han mostrado especial interés en conocer el por qué sus abuelos murieron o fueron encarcelados, y han emprendido la búsqueda de sus antepasados en las anónimas tumbas. Allí la única referencia es la de un viejo, que, instaurado el Movimiento Nacional, selló, por miedo, sus labios con un aparente olvido. 

  • Yo no sabía de tantas tumbas colectivas – advierte Jerónimo. Hay  muchas dificultades en determinar los sitios para sacar esos restos. Esas tumbas sólo las saben un ancianito del lugar, el cual tenía tal pánico que ha vivido, 50 ó 60 años, callado. Y estos ancianitos, ahora, nos proporcionan los indicios y detalles de cómo mataron al alcalde y sus 10 concejales. Cuando estos ancianos mueran se habrá perdido toda posibilidad de rastro. Se habrá olvidado la memoria. Hay una resistencia a indagar, por parte del Estado. Para que valga la pena la Ley debería salir al 100%, de lo contrario será una ley descafeinada.

El cierto pesimismo de Jerónimo, contrasta con el optimismo de Maluenda, el cual matiza:

  • He quedado que soy muy optimista. Nadie puede superar el dolor de los seres perdidos, pero hay algo que he escuchado a esas víctimas: el reconocimiento moral de su dignidad. Padres y abuelos han sido maltratados, se los han llevado de sus casas y los han hecho desaparecer; juicios impuestos; personas perseguidas y encarceladas… Esto es lo que el Estado debe afrontar y reconocer que esas personas fueron maltratadas por un gobierno dictatorial y que los juicios contra ellas, los alienaron de la sociedad destituyéndolos de sus trabajos y cargos. Ya solamente el reconocimiento de esto sería algo valioso. Si además esas palabras se dicen, algo que nos e ha hecho, y después se materializan económicamente, es el ideal.

FOTO: JESÚS ALCÁNTARA

Maluenda parece tener el tema muy meditado, ya que se adelanta a cualquier apostilla:

  • Soy consciente – advierte Jerónimo - que uno de los miedos, es el miedo a afrontar el conflicto que ha terminado por crear la convicción de que no se puede abrir esa herida. Creo que hay que afrontarlo, a pesar de que se barrunte un fracaso en esa línea. Hay una serie de Asociaciones de Víctimas del Franquismo, que  reivindican los principios del reconocimiento que lo perdieron todo.

Un cierto reconocimiento económico e incluso de honor se ha llevado a cabo, pero sólo en algunos sectores. 


FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
  • Ha habido un reconocimiento económico con respecto al Ejército Republicano y otros sectores. Por ejemplo el mismo caso de mi padre, que era funcionario, fue rehabilitado. Lo habían cesado y bajado de escalafón, pero la rehabilitación le llegó a punto de jubilarse. A otros les ha llegado demasiado tarde: habían muerto.
  • Pero insisto – añade Maluenda -, que el reconocimiento moral sigue siendo un acto de justicia. 

Lo que ha sido rehabilitado ha sido el gremio de los funcionarios, pero fueran han quedado otros muchos colectivos.

MUCHOS COLECTIVOS
SIN REHABILITACIÓN

Juan Carlos González es el tercer actor de la obra: el utilero. Personaje que da un cierto toque brechtiano a la representación. Con motivo de esos otros colectivos señala:

  • Están fuera muchos otros colectivos – advierte Juan Carlos González. Entre ellos el de los homosexuales que fueron sometidos, por su condición homosexual, a palizas, campos de internamiento y demás vejaciones porque sobre ellos pesaba la Ley de Vagos y Maleantes. Muchos de ellos perdieron los mejores años de su vida o toda su vida. La primera reivindicación no fue hasta los años 80.
     
  • Otro colectivo – añade Jerónimo -, fue el docente: la Universidad, los maestros... Hubo usurpaciones de cátedras o bien se facilitaron las caídas de cátedras. Surgen muchos nombres…

La memoria acude a Maluenda:

  • Yo recuerdo a dos trabajadores de la empresa de mi padre. Eran maestros titulares en la República. Tras la guerra, no pudieron trabajar en la enseñanza por no ser adictos al régimen. Tuvieron que buscar trabajo en lo que eran mercados de abastos hasta que se jubilaron: una vida que fue desde sus 20 años hasta los 68. Trabajaron con mi padre de escribientes. Era gente buena y estaban ejerciendo un trabajo que no les correspondía.

GARY PIQUER/ANTONIO CANAL
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA

Maluenda insiste en que…

  • …hay que afrontar la memoria sin miedo. Para unos es una reivindicación de la justicia, para otros es una pesadilla. Y como pesadilla yo la planteo, en la que la memoria se reconstruye.

PESADILLA
EN LA MENTE DEL ARQUITECTO

La lectura original del texto inducía a un espacio de encuentro entre el Arquitecto y el Relojero.

  • Ese espacio era el taller del relojero, a la cual llega la remodelación del edificio y de ahí su encuentro con el arquitecto. Seguirla era una posibilidad, pero me pareció que el arquitecto en el taller, no reflejaba la diferencia social que comportaba el concepto de la remodelación. En una lectura esto podía ser asimilable, pero no en un montaje de teatro. Ello me llevó a transformar el espacio del taller en un lugar elegante, aunque sencillo: el despacho del arquitecto, en el que se está instalando, por eso no está completo. La remodelación debe ser elegante, sobria y lo vemos a través de las diversas proyecciones, que sí están en la obra. Durante esas proyecciones el arquitecto cae dormido y el sueño se convertirá en una pesadilla.

VIDEO: MANUEL FERNÁNDEZ
FOTO: J. ALCÁNTARA

Por ese edificio en remodelación pululan obreros. También en el despacho del Arquitecto. Mientras éste, aún en vigilia, se centra en las diapositivas, dos obreros irrumpen con sus elementos de trabajo. Ya en la dormición del arquitecto, los obreros se incorporan al sueño. Y uno de ellos será el relojero.


FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
  • Por lo tanto – precisa Maluenda - el debate de los dos pensamientos enfrentados, se dan en la cabeza del arquitecto. Es como si el edifico, al transformarse, se rebelara y discutiese. El relojero representa la conciencia histórica. Y ese el conflicto que presentamos ante el público. Opté por esta lectura porque me permitía muchas licencias estéticas. Había una serie de  cambios que los permite el sueño. Te permite que el público acepte, de modo sensible, el conflicto de la obra.

ANTONIO CANAL Y GARY PIQUER
DOS GENERACIONES,
DOS ESTILOS INTERPRETATIVOS

Antonio Canal, su edad le permite recordar lo vivido en el posfranquismo, y Gary Piquer tendía que recurrir a que se lo contasen, por su nacimiento en el 1961, encarnan a Relojero y Arquitecto respectivamente.


ANTONIO CANAL/GARY PIQUER
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
  • Son dos actores excelentes y muy profesionales – afirma Maluenda. También son dos estilos distintos de interpretación y eso es lo que me ha ayudado a marcar a los dos personajes, que representan dos estatus sociales diferentes. Cuando los elegí pensé que podían encarnarlos y mis expectativas se han cumplido. Al leer la obra  barajé varios nombres. Antonio Canal fue actor desde edad muy temprana. Siempre quise trabajar con él como director, aunque he trabajado con él como actor. Con respecto a Gary Piker me pareció que me pareció que era perfecto para encarnar el personaje.  

Antonio Canal tiene a sus espaldas mucho teatro y televisión. Encarnar al relojero le resulta fácil porque…

  • Se trata de un texto muy bien escrito y cuando esto ocurre todo se hace más fácil. Sólo ha habido alguna revisión de ciertas escenas, para poder potenciar la dramaturgia elegida. Estoy entusiasmado con la obra por las posturas polémicas que se defienden: conservamos la memoria o hacemos borrón y cuenta nueva.

Para Antonio Canal el relojero no es sólo un personaje más. Su postura tiene un engarce con su propia vida, como testigo de los hechos que se quieren olvidar.


ANTONIO CANAL
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
  • Ese personaje lo he vivido en la realidad y por ello está muy presente en mí, lo cual te lleva a la emoción, algo que tienes que controlar. Cuando forma de tu propia vida, tienes que separarlo de la parte actoral, pues de lo contrario traicionas el personaje. Tengo que controlarme.

Gary Piker tiene también algo de su personaje. Abunda también en la misma idea de Antonio:

  • Cuando un texto está bien escrito es más fácil el trabajo del actor. Si no es así, de hace más difícil hacerlo creíble. La emoción de los personajes está ya en la letra de quien escribe. Mi personaje era…, bueno,…estaba escrito para mí. Yo, el franquismo, lo viví poco, pues nací en 1961. Además al ser mi madre británica y vivir en Barcelona donde abundaba el conflicto y se vivía un espíritu de rebeldía la situación era diversa. Mi padre era un viejo republicano y mi abuelo murió en la cárcel en Burgos. Todo esto se recordaba y se hacía hincapié, incluso a la hora de comer, y llegó a ser algo cansino para mí. El conflicto del arquitecto lo he sentido muy cerca y a veces me rebelo contra el relojero porque veo en él a mi padre. Me tengo que controlar, pues no puede ser el malo de la historia.  

GARY PIQUER
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA

UNA HISTORIA LEJOS DEL MANIQUEISMO

Bueno y malo como absoluto está muy lejos de la historia que se nos cuenta.

  • No es una historia maniquea – insiste Maluenda -, ya que he pretendido un montaje de absoluta honestidad. Es todo lo contrario al maniqueísmo. Me interesa que el público pase un buen rato, pero cambiando de opinión a lo largo de la obra. No quería que tomara una actitud inmediata a favor de un punto de vista y se mantuviera así. El texto defiende una tesis pero a mí me gustaría que, en algún momento, te convenciera también la contraria, así la opinión del espectador entraría en debate. Finalmente el público debía tomar partido, pero no antes de terminar. Que sea algo más que los debates en televisión. Esto me ha preocupado mucho.

El final de la obra queda abierto, pero Jerónimo declara:

  • Yo me identifico con el relojero, porque creo que la memoria histórica hay que conservarla. Es un tema que. Desde la transición, me ha interesado, ya que en aquella época no se hizo o no convenía por prudencia hacer una revisión del pasado.

LA NUEVA DRAMTURGIA DE MALUENDA:
ALGO MÁS QUE UN RECURSO EXTERNO

El hecho de modificar la dramaturgia al situar el conflicto en la mente del arquitecto, no era solamente un recurso externo al texto.


GARY PIQUER/ANTONIO CANAL
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
  • Otro de los temas que me interesaba era analizar cómo procesamos nuestro pensamiento, nuestra opinión – añade Maluenda. Es decir el conflicto de nuestra mente, destacando la parte interna del personaje hasta el punto que al público le fura revelado una parte que ni el propio personaje sabría conscientemente… . Esto es importante porque mientras no nos damos cuenta de que nos damos cuenta, nuestro pensamiento seguirá moldeado por nuestra ignorancia.

 

Este modo de desvelar la realidad es, para Maluenda, lo que puede hacer el teatro.

  • El teatro debe ofrecer al público el privilegio de ver lo que no puede apreciar en la vida cotidiana. Al menos eso es lo que pretendo. Debe ofrecer algo que no se encuentra en  ningún otro lugar. La rapidez con que se suceden las cosas en el día a día, nos impide ver lo que vemos en el teatro.

Después está el ya mencionado meollo de la obra: Recuerdo u Olvido.

  • Quería plantear sobre el escenario el conflicto entre quienes buscan la justicia en el recuerdo de las víctimas y quienes defienden que la vida se construye cada día sin anclajes, pasando página y emprendiendo nuevos horizontes. Y que no fuera fácil tomar una decisión. Puede interpretarse como una búsqueda intensamente teatral por verdadera.

Arquitecto y Relojero, no retratan a personas reales.

  • No parto de una persona concreta – confirma Jerónimo. El arquitecto simboliza a todos los arquitectos que remodelan y hacen una arquitectura de esas a base de grandes cristaleras. El relojero sí es real. Tampoco entiendo mucho de arquitectura ni de relojes. Me compré un libro sobre remodelación, que recogía todo: desde la idea política que impulsaba al edificio hasta todo el proceso.   

ANTONIO CANAL / GARY PIQUER
FOTOS: J. ALCÁNTARA

BRECHT VIGILA LA NARRACIÓN

Hay un tercer personaje: el utilero, que interpreta  Juan Carlos González:

  • Soy el utilero y el torturado en pantalla, así como uno de los obreros que entran al principio. Con el personaje del hombre torturado, me vienen recuerdos de cuando era pequeño y el edificio era la Dirección General de Seguridad. Al ras del suelo de la calle había unas ventanas que comunicaban con las celdas donde se torturaban.

La acción teatral se interrumpe por momentos por un personaje: el utilero, que encarna al trillado utilero que se necesita en cualquier representación teatral. Esa persona que se encarga de controlar y hacer entrar en su momentos los objetos y utensilios que se necesitan (atrezzo, utilería) y que nada tienen que ver con la historia que se nos cuenta.

  • Es el toque brechtiano que tiene esta historia. Se rompe la historia y nos sitúa en la realidad: es una representación teatral. Con ello obligamos al espectador a distanciarse de lo que sería una obra naturalista. El utilero forma parte del sueño del arquitecto e indica que lo que pasa no es real.

TEXTO AVALADO
por la comunidad de madrid

La obra plantea, en el fondo, una denuncia contra la Institución que es reticente a abundar en el tema de la memoria histórica. No obstante ha obtenido una beca de la Comunidad de Madrid.

  • No he ocultado nada – corrobora Jerónimo. Y me dieron la beca. En el Parlamento un diputado socialista, Chazarra, hizo una defensa sobre las Víctimas del franquismo. Se habló de hacer un homenaje, pero no se hizo. Me llamó la atención. Le envié la obra. Me respondió que habría que montarla en la Puerta del Sol. Es un enamorado de la obra y nadie del mundo institucional ha emitido un comentario adverso. En cuanto al Ayuntamiento la concejala de las Artes Alicia Moreno conoce la obra y prometió que vendría al estreno.      

NOCHEVIEJA PUERTA DEL SOL
FOTO: TOMASZ OLENIACZ

La obra ya ha recorrido un pequeño periplo. Un primer pase fue en el Centro Nicolás Salmerón, local en el que se había ensayado. Fue el pistoletazo de salida, una vez que se tuvo la oportunidad de confrontarlo con el público. Después vino Alicante en la Muestra de Autores Españoles de 2006, en la cual se homenajeaba a Jerónimo López Mozo. A continuación le tocó el turno a Sevilla,

  • En Alicante – confirma Maluenda -, la representación fue muy bien. En Sevilla la gente se emocionó mucho, pues siempre hay quienes conectan más, ya que tienen víctimas del franquismo. Se han acercado a nosotros con palabras de agradecimiento.

UNA ESCRITURA DRAMÁTICA
LLENA DE PREMIOS

En este último año Jerónimo López Mozo, además del homenaje de la Muestra de Alicante ha obtenido

    • la Medalla de la ADE (Asociación de directores de Escena)
    • Hijo predilecto del Estado, en Kentucky, (EEUU)

Con anterioridad ha acumulado otros muchos Premios:

1968: Premio Sitges de Teatro por Moncho y Mimí.
1968: Premio Nacional de Teatro para Autores Universitarios por Collage occidental.
1970: Premio Arniches de Teatro por Matadero solemne.
1976: Buho de Bronce de la Institución Cultural Vox por Guernica.
1979: Premio Arniches de Teatro por Como reses.
1980: Premio Villa de Móstoles de cuento por El secuestro del hijo de Juan Ruiz.
1986: Premio Castilla-La Mancha de Teatro por D.J.
1988: Premio Enrique Llovet de Teatro por Bagaje.
1989: Premio VI Certamen Literario de Teatro Breve Ayuntamiento de Santurzi
         por La boda de media noche.
1992: Premio Hermanos Machado de Teatro por Eloídes.
1992: Premio Álvarez Quintero de la Real Academia Española por Yo, maldita india.....
1996: Premio Tirso de Molina por Ahlán.
1998: Premio Fray Luis de León de Teatro por El engaño a los ojos.
1998: Premio Nacional de Literatura Dramática por Ahlán.
1999: Alfiler de la Bufanda de Valle Inclán.
2000: Premio Serantes de Teatro por La Infanta de Velázquez.
2000: Premio Arniches de Teatro por El arquitecto y el relojero.
2001: Premio ACE (Association of Entertainment Critics of New York) a la mejor producción
         por El Guernica de Picasso.
2001: Premio Doña Mencia de Salcedo de Teatro por Puerta metálica con violín.
2002: Premio Ciudad de San Sebastián de Teatro por Ella se va.
2002: Premio Villa de Benasque de Narrativa por El día en que la Infanta
         de Velázquez conoció a Tadeusz Kantor.
2002: Premio V Certamen Literario Ciudad de Torremolinos por Madrid-Cracovia.
2003: Premio Arniches por El Arquitecto y el Relojero

Tal acumulación de premios marcan una trayectoria literaria y de vida, que le hacen exclamar:

    • Estoy algo perplejo porque barrunto que estoy envejeciendo. A lo mejor es el final de una trayectoria. Espero que no. Sigo escribiendo y mucho. Yo soy un autor muy constante en el escribir. Por otro lado siento satisfacción por tantos premios.


José Ramón Díaz Sande
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