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EL AMOR PASIONAL
Y
MILAGRO EN EL TEMPLO
DE TSUBOSAKA KANNON
COMPAÑÍA NINGYO JOHRURI BUNRAKU
Un espectáculo bien elaborado, con una estética
minuciosa y milimétricamente elaborada |
FOTOS: © KAWAHARA HISAO |
Narradores: Takemoto
Chitosedayu, Takemoto Mojihisadayu
y Toyotake Mutsumidayu.
Músicos: Tsurusawa Seisuke, Takezawa Yasaburo,
Tsurusawa Seishiro, Tsurusawa Seijo y Mochizuki Tameyuki.
Manipuladores de marionetas: Kiritake Kanjuro, Yoshida
Tamame,
Yoshida Minojiro, Yoshida Tamaka, Kiritake Ichisuke, Yoshida
Tamase,
Yoshida Minoshiro y Yoshida Tamazo.
País: Japón
Idioma: japonés
Duración aproximada: 2 horas (con intermedio)
Proclamado por la UNESCO en 2003 Obra Maestra del Patrimonio
Oral e Inmaterial de la Humanidad.
Estreno en Madrid: Teatro Español, 19 – X -2005
Estamos poco acostumbrados a ver espectáculos procedentes del
país Nipón, y menos aún a que sean de marionetas. Pues bien, en
el Teatro Español dentro de la programación del Festival de
Otoño, hemos podido ver el antiquísimo arte de las
marionetas japonesas. La representación, de estética limpia y
majestuosa, atrajo desde el primer momento a los asistentes por
su meticulosidad, paciencia y refinamiento.
En
ella se desarrollan dos historias: El amor pasional y
Milagro en el templo de Tsubosaka kannon, ambas
versan sobre el amor trágico. Pero más que en la historia el
mérito está en el manejo de los títeres (se necesitan tres
personas para cada muñeco y para su manipulación al menos
treinta años de experiencia...). Las marionetas llegan al colmo
de la expresividad moviendo no sólo manos y piernas sino ojos,
cejas, labios...
Tras la primera historia, de escenario nevado y muñeca roja con
final suicida, se explica al público, con traductora incluida,
el funcionamiento de los muñecos y la dificultad de su manejo.
La segunda parte transcurre también por la vía de la tragedia
del amor-ciego-suicida de un marido
y la entrega-oracional de una esposa que acompaña al marido en
su infausto final. Pero, la diosa de la Misericordia compadecida
por esta bella historia de amor, devuelve este matrimonio a la
vida y hace menos ciego al marido.
En
todo momento la historia que cuentan las marionetas sin voz va
acompañada por la música de un shamisen y la voz del
narrador que va cambiando de textura vocal según personaje y
situación. El narrador aparece a un lado del escenario con el
traje típico – kataginu - sentado en un banco pequeño
llamado shiri-hiki, con los pies doblados y levantando
sus talones, lo que hace que el peso del cuerpo recaiga sobre
los dedos de sus pies. Esto le permite ejecutar los movimientos
respiratorios necesarios para recitar la historia. El
shamisen, instrumento musical de cuerda, acompaña la voz
narrativa y transmite los sentimientos de cada personaje y la
atmósfera de cada escena dándole vida a la trama.
Es de agradecer la autenticidad de un espectáculo tan bien
elaborado, de una estética tan distinta a la nuestra pero tan
minuciosa y milimétricamente elaborada. Toda la representación
nos lleva a la puerta de un mundo simbólico muy diferente al
nuestro.
Parece como si nos encontrásemos ante una liturgia, desde las
marionetas hasta los manipuladores. Pero una liturgia viva en
que se nos cuentan historias, a veces tremendas. Fascina la
expresividad de las marionetas, hasta el punto de olvidarnos que
son muñecos y descubrir al personaje. Es más, llega un momento
en que manipulador y marioneta terminan por ser una misma cosa.
En el fondo, volvemos al puro teatro en el que el actor
desparece bajo el ropaje de la máscara de su personaje. Y todo
esto nos da la posibilidad de acercarnos a una cultura lejana,
que al mismo tiempo sabe captar la atención de los asistentes,
incluso del público infantil. Maravilla contemplar los ojos
extasiados de los más pequeños. Por ello, el reconocimiento a
los organizadores ya que ofrecen algo antiguo, por tradición,
pero a la vez muy novedoso para la mayoría del público. Y hay un
punto que llama la atención: manipuladores, narrador y músico
parecen como si ese trabajo fuese algo más que un simple
trabajo. Se intuye algo de consagración vocacional.
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