EL HOMBRE DE LA MANCHA

CALIDAD SONORA E INTERPRETATIVA
Título: El Hombre de la
Mancha.
Autor: Dale Wasserman.
Letras: Joe Darion.
Música: Match Leigh.
Adaptación: Nacho Artime.
Arreglista: Grover Wilkins.
Escenografía: Juan Pedro Gaspar/Gerardo Trotti.
Asesor escenografía: Juan Castro.
Iluminación: Javier Armendáriz.
Vestuario: Jesús Ruiz/Gabriela Salaverri.
Sastrería: Sandra Kostiac.
Peluquería y maquillaje: Gema lamberte y Feliciano San
Román.
Coordinadores de Coreografía: Arabia martín, Roland
Csonka.
Coordinador de especialistas: Alberto Cerrada.
Diseño de sonido: Félix Botana.
Ayudantes de dirección: Manuel Muñoz y Cristina
Fargas.
Producción: Tomás padilla para Theatre Properties.
Orquesta: Manuel Díaz (gerente de orquesta), Mario
Pérez (flauta), Miguel Civera (clarinete), Manuel Díaz
(trompeta),
Luis Aldir (trompa), Guillermo Báez (trombón), Ariel Cubría
(guitarra), Jesús Rojas (teclado), Adolfo Delgado (guitarra),
José Luis López Mingo (percusión), Renato di Prinzio (batería).
Intérpretes: Francisco Lahoz (Cervantes/Don Quijote),
Eva Diago (Dulcinea/Aldonza), Antonio Queimadelos (Criado de
Cervantes/Sancho), José Truchado (Gobernador/Ventero),
paco Arrojo (Cura), José Gamo (duque/Carrasco/Caballero de los
Espejos), Miguel Ángel Gomero (barbero/preso/arriero/moro),
Carlos Fernández (Pedro/morisco/preso/arriero/caballero), Lorena
Joaquín (Antonia), Estrella Blanco (ama de llaves), Turandot
Pastrano (ventera/presa/criada/dama/mora), Arabia Martín
(Fermina, morisca, bailarina de Sidi Ben Mali), Iván Nieto
(Anselmo/preso/arriero/caballero/moro), Kuyamanzano
(José/preso/arriero/caballero/moro), José Manuel Santos
(Juan/preso/arriero/caballero/moro), Iriar Rajal
(presa/criada/dama/mora), Lourdes Zamalloa (presa/arriera/
caballera/mora), Alberto Cerrada (preso/arriero/caballero/moro),
Darío Gallego (preso/arriero/caballero/moro), Rafael Higuera
(preso/arriero/caballero/moro), Roland Csonka (preso/ arriero/
caballero/moro).
Director Musical: César Belda.
Director: Gustavo Tambascio.
Estreno en Madrid: Teatro Calderón, 20 de diciembre de
2004.
El IV
centenario de la publicación de El Quijote, ha promovido,
imagino, la programación del musical El Hombre de la Mancha.
Se trata de la misma versión que, en su día, subió al escenario
el productor Luis Ramírez. Gustabo Tambascio, el
director de entonces, también lo es de esta versión y solamente
ha retocado pequeñas cosas. En aquella primera versión se
contrató a José Sacristán y Paloma San Basilio,
como reclamo estelar. El primero, un gran intérprete al que se
le acomodaron las tesituras musicales y la segunda, una gran voz
a la que se le acomodó la parte interpretativa. A parte de las
virtudes del espectáculo y de las propias, como intérpretes, de
cada una de las estrellas elegidas, parte del público acudía por
el reclamo. Es una fórmula necesaria en los espectáculos de gran
público y máxime en una nueva andadura del musical, que
emprendía Luis Ramírez.
En esta ocasión las figuras estelares no existen. Sí, muchos de
los componentes, los cuales ya han participado en la primera
versión y otros no, pero el género musical anglosajón les es más
que familiar una vez que han ido saltando de uno en otro, en
estos últimos años. La ausencia del estrellato, se ve compensada
por la calidad de todas las voces, hasta el punto que se ha
podido retomar, musicalmente, la versión original. Y este
aspecto es el que mejor funciona.

Eva Diago (Aldonza) |
Eva Diago personifica a Aldonza, que se come a Dulcinea. Su
exuberante físico y su desgarrada interpretación resulta muy
convincente para la trajinada Aldonza por arrieros y demás
morralla. Musicalmente también posee la misma virtud. Utiliza
sabiamente dos registros: uno más desgarrado para Aldonza y otro
más lírico para la muerte de D. Quijote, lleno de gran
sensibilidad y dulzura. Tanto en uno como en otro es voz segura
y de gran expresividad.
Francisco Lahoz, D. Quijote, aúna también las dos cualidades:
calidad vocal e interpretativa, en su desdoblamiento de
Cervantes y Quijote. De voz espesa “Un sueño imposible”, tema
musical central y mítico de la obra, cobra un matiz nuevo en el
lirismo de la propia canción: la interpretación de un Quijote
que es lírico en su corazón pero rudo en su expresión exterior,
huyendo de florituras innecesarias.

Paco Arrojo (Cura) |
En este panorama canoro, sobresale Paco Arrojo en su
interpretación del Cura. Es voz bien timbrada, segura, y de
melodiosos acordes. La misma seguridad y melodiosa voz emana de
Antonio Queimadelos, en su doble papel de Sancho y de criado de
Cervantes.
Podríamos proseguir con alabanzas para los cantantes. Esta es la
mejor baza de esta versión. Hay una buena unidad coral. No
obstante me ha llamado la atención, negativamente, - al menos en
el día del estreno - la interpretación del cuarteto “Lo hago
sólo por él” - sobrina (Lorena Joaquín), ama de llaves (Estrella
Blanco), Carrasco (José Gamo) y cura (Paco Arrojo). Recuerdo que
en la primera versión era una pequeña joya musical a nivel
interpretativo. En esta ocasión el mencionado cuarteto, resulta
pálido y deslucido.
Ya he mencionado que el nivel interpretativo posee cierta altura
y de un modo uniforme en todos. Se han corregido, positivamente,
algunas escenas como es la de la violación de Aldonza y mozas
por los arrieros. Aquí posee una fuerza dramática y una variada
coreografía en los movimientos que antes no tenía. Lo que no
parecen muy necesarios son los culos al aire de los arrieros.

Estrella Blanco (Ama) |

Lorena Joaquín (Antonia) |
Otras siguen teniendo la pesadez de entonces o han perdido el
brillo espectacular. Pierde brillo – la falta de la fastuosa
escenografía de entonces, puede ser la causa – la puesta en
escena de el Yelmo Dorado de Mambrino, que funcionaba muy bien
como un fin de acto esplendoroso. Aquí se ha eliminado la
rutilante y brillante escenografía – imagino, por causa de
producción o de espacio en el escenario – y su ausencia se nota.
La pesadez o poca aportación es la recreación del mundo oriental
de Sidi Ben Mali. Lo era entonces y lo es ahora.
Parte de la escenografía se ha eliminado o se ha ajustado,
imagino que por necesidades de espacio, como son: el fondo de la
cárcel – una impresionante escenografía y juego de perspectivas
– ; el brillante fondo del Yelmo de Mambrino; la doble altura de
estructura gótica para el “Lo hago sólo por él”; la
espectacularidad de los Molinos de Viento con D. Quijote
enredado en las aspas, tras su agotadora lucha… Esos ambientes
han sido sustituidos por proyecciones, no siempre de gran
eficacia, que se ven manchadas por las sombras de los propios
personajes sobre la pantalla, con lo cual se pierde el relieve
lumínico. Tales supresiones hacen que la fastuosidad
escenográfica – no del barroquismo – necesaria para este tipo de
musicales, se pierda.

Carlos Fernández (Arriero) |
Problema más graves es el ritmo de todo el espectáculo. Esto se
acusaba ya en la primera versión, pero imaginé que se debía al
movimiento de la pesada escenografía de entonces. Hoy ésta se ha
aligerado, como ya he dicho, pero no ha sido posible hacerlo con
el ritmo. Sigue siendo pesado. Se notan demasiado las
transiciones y en otros momentos – por ejemplo en la Obertura –
las acciones denuncian que son simple relleno poco imaginativo.
No sé si es posible, a estas alturas, subsanar este aspecto.
El hombre de la Mancha, tiene ya muchos años encima – 35 años –
y algo de esto se percibe en la misma construcción narrativa.
Posee cierto olor a naftalina argumental y estructuralmente. No
sé si ha sido una buena idea retomar el montaje español de los
años 90, sin revisarlo más profundamente.
A nivel de contenido sigue siendo válida esa idea fundamental en
el Quijote - que en este musical queda plasmada en la romanza
Sueño imposible o en la conversión de Aldonza en la nueva
quijota Dulcinea - : para caminar sobre el mundo es necesaria la
utopía, la cual siempre es portadora de una dosis de locura,
propia de los poetas. Alonso Quijano es ese poeta al que
Cervantes le presta su pluma. Dale Wasserman ha creído ver tras
Alonso Quijano al propio Cervantes: un poeta que traza el camino
de una humanidad más solidaria.

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José Ramón Díaz Sande
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