ASÍ ES (SI ASÍ OS PARECE)
La
verdad es múltiple y diversa
Título: Así es (si así os parece).
Autor: Luigi Pirandello.
Traducción: Juan Carlos Plaza Asperilla.
Escenografía y
vestuario: Andrea D’Odorico.
Iluminación: Juan Gómez-Cornejo.
Interpretaciones y
arreglos musicales: Cristina Presmanes.
Música:
“Il mio ben…” de
La Nina o sia La pazza pera more (1789 – 95) de Giovanni Paisiello
Diseño Gráfico: Vicente A. Serrano y Esperanza Santos
Fotos cartel y
ensayos: Luis Malibrán
Ayudante de dirección:
Luis Luque
Ayudante de vestuario:
Ana Rodrigo
Asistencia
coreográfica:
Marta Gómez
Intérpretes
(agrupaciones
según Pirandello):
o
Julieta
Serrano (Señora Frola),
Chema León
(Señor Ponza),
Rosa Vivas (Señora Ponza),
o
Rubén Ochandiano (Laudisi), -
o
Juanjo Cucalón (Consejero hagáis),
Maru Valdivieso (Señora Amalia),
Ana Arias (Dina),
o
Mélida Molina (Señora Sirelli),
Jorge Calvo (Señor Sirelli),
o
Fidel Almansa
(Señor Gobernador),
David Sánchez (Comisario Centuri)
o
Arantxa
Aranguren (Señora Cini),
Marina Durante
(Señora Nenni)
o
Paco Blázquez (Criado)
y Luis Garbayo (Un señor).
Producción:
Producciones Andrea D’Odorico S. L.
Distribución: Celestino Aranda, Producciones Faraute
Dirección: Miguel Narros.
Estreno
en Madrid: Teatro Valle-Inclán (CDN), 22- XI - 2006. |
JULIETA SERRANO
FOTOS: LUIS MALIBRÁN |
FOTOS: LUIS MALIBRÁN |
En una capital de
provincia italiana en 1917. Podría ser en otro lugar y en otra época. Un
funcionario recién llegado a ella para ejercer de secretario del Gobierno Civil
ocupa una vivienda con su esposa. En otra distinta, instala a su suegra. Es
normal que el matrimonio quiera vivir solo, pero no lo es tanto que el esposo
impida que madre e hija se visiten. “¿Por qué lo hace?”, “¿A qué
viene esa conducta?”, se preguntan los vecinos. Todos hacen conjeturas a partir
de la información que poseen o de lo que imaginan. Hay opiniones para todos los
gustos. Para unos, se trata de un asunto de incompatibilidad de caracteres
entre madre e hija o, tal vez, entre yerno y suegra. Para otros, los celos
están por medio. Se plantea la posibilidad de que algún miembro de tan extraña familia esté loco. Las
respuestas, contradictorias, se multiplican. ¿Dónde está la verdad? No
llegaremos a saberlo. |
Pirandello no la desvela. Uno de los personajes, Lamberto Laudisi, alter ego del autor, se pregunta:
“¿Qué podemos saber realmente de los demás, quiénes son, cómo son, qué
hacen, por qué lo hacen? Y es que, como escribió José-Miguel Velloso en una presentación a esta y otras obras del
autor, la verdad es múltiple y diversa, porque está hecha de muchas verdades,
que, a su vez, se componen de otras, y así hasta el infinito. Según él, para Pirandello la ficción es más verdadera que la
verdad y el personaje más auténtico que la persona, porque está fijado y, sin
embargo, vivo para toda la eternidad. Estamos, pues, ante una obra de gran
complejidad temática, que ya anunciaba Seis
personajes en busca de autor, alumbrada apenas cuatro años después.
FOTOS:
LUIS MALIBRÁN |
Pirandello, que calificó su obra de
parábola y también de farsa filosófica, y la situó a mitad de camino entre la
comedia de la curiosidad y el drama de lo desconocido, la abordó desde
presupuestos próximos a la comedia burguesa. En realidad, se trata de una
acumulación de géneros dramáticos – desde la tragedia al melodrama, pasando por
el realismo, el grotesco o el costumbrismo- fundidos con maestría, aunque no se
puede negar que el heterogéneo conjunto mantiene un equilibrio inestable. No
pocos, al llevarla a escena, lo han roto. No es el caso de la que ahora ha
llevado a
cabo Miguel Narros. Buen conocedor del teatro
de Pirandello,
del que ha dirigido Los gigantes de la
montaña, La vida que te dí y, en dos
ocasiones, Seis personajes en busca de
autor, ha evitado las trampas que tan bien conoce. Ha prescindido de
cualquier aproximación a algún género concreto o categoría dramática de las
sugeridas por el dramaturgo. Una apuesta arriesgada, pues ha optado por
convertir el diáfano espacio diseñado por D’Odorico - paredes transparentes y un gran espejo que
simboliza el teatro - en el escenario de un gran guiñol. A él pertenecen
los personajes. Era una apuesta arriesgada, porque exige un gran dominio de la
dirección de actores, pero respetuosa con la descripción que, de los chismosos
vecinos provincianos, hizo Pirandello. En las acotaciones se habla de tipos de modales
solemnes y exagerados, con muchos “¡Ah!” y “¡Eh!” intercalados en
las conversaciones, que se dan más importancia de la que tienen y que, sin
serlo, se pretenden elegantes. En general, son dados a las risotadas, a los
movimientos de manos y otros gestos acelerados. También aparecen señoras
toscas, estúpidas y melindrosas llenas de ávida malicia, en cuya indumentaria
abundan los vestidos recargados, y hombres que usan gomina en abundancia y
lucen zapatos brillantes y chirriantes. Frente a ellos, los miembros de la
familia objeto de su curiosidad, enlutados, cabales representantes de las
máscaras desnudas que habitan la obra pirandelliana.
FOTOS: LUIS
MALIBRÁN |
Teatro, teatro, teatro sin
tapujos. Teatro al desnudo. Eso es lo que hay sobre el escenario. Si alguien
alberga alguna duda, la despeja ese final en el que los actores, al intentar
abandonarlo, tropiezan con la invisible cuarta pared. Actores que satisfacen
plenamente lo que el director exige de ellos, entre los que brilla con luz
propia Julieta Serrano, en el papel
de señora Ponza, la protagonista, uno
de los mejores que ha representado en su dilatada trayectoria. Julieta Serrano es una vieja atildada,
modesta, amable, de triste sonrisa, dolorida, suplicante,
asustada, perpleja y desgarrada. Se diría que Luigi Pirandello se inspiró
en ella para crear su personaje.
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