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LAS BRIBONAS
de
VIÉRGOL y CALLEJA

Y

LA REVOLTOSA
de
Lopez Silva/Fernández Shaw y chapí

MUJERES, HOMBRES Y MANZANAS
LAS BRIBONAS
UNA REFRESCANTE RECUPERACIÓN

Título: Las Bribonas (Zarzuela en un acto y cinco cuadros)Libro: Antonio Martínez Viérgol
Música: Rafael Calleja
Estrenada en el Teatro de Apolo de Madrid, 10 de junio de 1908
Edición Crítica: a cargo de Xavier de Paz
(Ediciones Iberautor, Promociones Culturales SRL/Instituto Complutense de Ciencias Musicales, 2006
Intérpretes: Juan Viadas (Secretario), Jesús Castejón (Don Higinio), Fernando Ransanz (Alguacil), Mamen Godoy (Doña Florita), Estrella Blanco (Doña Angustias), Karmele Aranburu (Doña Milagros), Mary Carmen Ramírez (Doña Desideria), Cipriano Lodosa (Liborio), Johana Jiménez (Trini La Jerezana), Carmen Conesa (Mademoiselle Margherite), Eloy Arenas (Negro Domingo), Miguel Ángel Gallardo,   (Juez Municipal), Roberto da Silva (Médico), Nacho Castro (Boticario), Paco Torres (Veterinario)

 

 

Título: La Revoltosa (Sainete lírico en un acto)
Libro: José López Silva y Carlos Fernández Shaw
Música: Ruperto Chapí
Estrenado en el Teatro Apolo de Madrid, el 25 de noviembre de 1897
Edición Crítica: a cargo de Emilio Casares (Ediciones Iberautor, Promociones Culturales SRL/Instituto Complutense de Ciencias Musicales, 2005)
Intérpretes: José Luis Gago (Tiberio), Leticia Rodríguez/ Cristina Faus  (Soledad), Eva Diago (Gorgona), Josep-Miquel Ramón/Juan Jesús Rodríguez (Felipe), Luis Varela (Cándido), Manuel Borraz (Chupitos), Virginia Flores (Encarna), Antonio Torres (Atenedoro), María Rodríguez/María Mendizábal (Mari-Pepa), Eloy Arenas (Señor Candelas), Nacho Castro/Miguel Ángel Gallardo/Roberto da Silva yPaco Torres (Cuatro Vecinos); Manuel Borraz/ Sarah Leal y Nacho Rodríguez (Niños)      
Ballet-Figuración : Cristina Aguilera, Rodrigo Alonso, Carmen Angulo, Cristina Arias, Esther Carrasco, Olga Castro, Carlos Elgueta, Joaquín León,Mónica Martínez, Eva Pedraza, Antonio Perea y Vicente Santaella

Escenografía: Andrea D’Odorico 
Figurines: María Luisa Engel
Iluminación: Juan Gómez-Cornejo (A.A.I.)
Coreografía:
Fuensanta Morales
Maestro de Luces: Manuel Muñoz
Realización de Escenografía: Odeón Decorados / Peroni
Realización de Vestuario: Cornejo
Utilería: Hijos de Jesús Mateos
Sombreros y Tocados: Charo Iglesias
Mantones: Artesaníatextil Ventura y Casas
Pelucas: Mario Audello
Maestra Repetidora: Lilian Castillo
Maestra Sobretituladora: Irene Albar
Ayudante de Dirección: Isabel Cámara
Ayudante de Vestuario: Ana Cortázar
Ayudante de Iluminación: David Hortelano
Nueva producción del Teatro de La Zarzuela
Orquesta de la Comunidad de Madrid, Titular del Teatro de La Zarzuela
Coro del Teatro de La Zarzuela
Dirección del Coro: Antonio Fauró
Dirección Musical : Enrique Diemecke / Ramón Torrelledó
Dirección de Escena: Amelia Ochandiano
Estreno en Madrid: Teatro de la Zarzuela,
22 de junio de 2007








FOTOS: JESÚS ALCÁNTARA

Para terminar temporada, el Teatro de la Zarzuela ha programado dos piezas breves: Las Bribonas y La Revoltosa. Todos los años recurre al género chico para no olvidarlo. De la archiconocida Revoltosa siempre cabe esperar disfrutar con su música y ver qué montaje se le puede hacer. Musicalmente es poderosa en preludio y dúo.

Las Bribonas es una pieza musicalmente menor, no obstante, en este caso, era la estrella de la velada por el simple hecho de que se desconocía. Popular y divertida en su época no permaneció en el repertorio que se ha establecido a partir de los años treinta.

El olvido de muchas de estas piezas breves, viene motivado, la mayor parte de las veces, por la desaparición de esa fórmula inventada  en 1868: el Teatro por Horas.  Se trataba de cuatros sesiones independientes cada día, así que había que crear libretos y componer música para una hora de duración. El sainete fue el género ideal. Según el horario, el argumento podía ser más o menos subido de tono, de modo que historias y músicas inventaron lo que después sería la revista y que desembocó en el género ínfimo como se le llamó al cuplé.

Ahora exigimos como la hora y media de espectáculo y programar este género chico no es fácil. Hay que dar al respetables dos obritas. Entonces ¿cuál es el criterio a seguir? ¿Mismo compositor? ¿Misma época? … Siempre la incertidumbre.


A. DURERO
(1507)
 
En esta ocasión si algún pretexto justifica estos dos títulos es el tema de la mujer. Bribonas son esas chicas de las varietés que vienen a un tranquilo pueblo vestido de austeridad en sus damas, menos en sus hombres.  Y bribona,  también,  es la Mari Pepa de La Revoltosa que revoluciona a los hombres de una Corrala, usando malas artes en opinión de las honestas cónyugues. También hay otro punto en común: la imbecilidad del hombre manejado por la mujer, imbecilidad iniciada en el paraíso cuando Adán, sorprendido con la manzana en el gazmate, en vez de  salir en defensa de Eva, su amada, se limita a decir a Dios que le pide cuentas: La mujer que me diste, ella me dio del árbol y comí. Y Eva se disculpó: La serpiente me engañó y comí.


FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
(2007)

A partir de entonces Eva y sus hijas siempre han aparecido como las culpables por su capacidad de seducción y el pobrecito hombre se ha quedado sin arreos para resistir a las sucesivas manzanas. Pues de ese doble juego masculino femenino van las dos obras.

LAS BRIBONAS
UN DIVERTIDO HALLAZGO


FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
Las Bribonas deambulan entre el sainete del género chico y una apuntada revista. Una compañía de varietés llega al pueblo de Estropajosa. Las importantes damas del pueblo, todas ellas piadosas, montan en cólera. Las que vienen traen la indecencia. Los “salidos” hombres del lugar, alcalde incluido, no les hacen ascos a tales cuerpecidtos y movimientos. Las del varieté se alarman ante la amenaza de que su espectáculo sea prohibido y les dejen sin comer. A dos aguas navega el sacristán, hábil organista y pianista, que encuentra la solución al plantear ante las piadosas damas una función de beneficencia.

En clave cómica existe una denuncia de una cierta moral puritana en las damas y una doble moral en los hombres. También hay una concepción de la vida. Estropajosa – el nombrecito ya dice mucho – es un pueblo íntegro, pero aburrido y enlutado en sus damas. Las del varieté exudan colorido y vida. El libretista, al final, consigue amigar las dos posturas. Se trata, pues, de una crítica social y de costumbres pero sin que llegue la sangre al río. La obra están ambienta en 1908, en la misma fecha que se estrenó. Quiere decir que la historia rozaba cierto realismo.

Esta denuncia en vez de deslizarse por la amargura, prefiere la amabilidad del vaudevil y la comedia. El tema de los habitantes del pueblo y las varietés da pie a entreverar números musicales de diversos estilos hasta llegar a los propiamente de varietés, incluyendo el cuplé “Yo soy modista”, aceptando de este modo un género que ya había comenzado y se conocería como ínfimo, pero de gran popularidad a principios del siglo XX. La música de Rafael Calleja es pegadiza y agradable, y se oye con gusto. Junto a los consabidos números de canto, abundan los instrumentales.
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA

A pesar de la brevedad de la obra, obliga a continuos cambios de escenario. Es un reto. La escenografía se ha encomendado a Andrea D’Odorico y ha conseguido encontrar la solución para los múltiples ambientes, incluido el teatrito de varietés. Un gigantesco libro ocupa el fondo. Es el libreto de Las Bribonas, que se recupera del pasado y por lo tanto lleno de polvo en sus lomos. El pasar las páginas del libro ambientarán los diversos lugares. Una buena solución escenográfica y a la vez evocadora de otros tiempos.


FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
A excepción del coro, la veterana Mari Carmen Ramírez (Doña Desideria) y Jesús Castejón (D. Higinio), otras voces no tan habituales se incorporan como son las de Carmen Conesa (Mademoiselle Margherite) y Johana Jiménez (Trini La Jerezana). Carmen protagoniza el cuplé a ritmo de vals Yo soy Modista y Johana baila y canta los tientos en tiempo detengo ¡Ay!¡Ay! Mira si yo te querré. Son voces no al uso lírico, pero Carmen aunque su carrera la ha desarrollado como actriz en teatro, cine y televisión, de vez en cuando tiene sus conciertos como solista con temas de compositores anglosajones. Quiere decir que no es una neófita en esto del cante y sale bien parada. Algo similar sucede con Johana en su papel de Cantaora.

Jesús Castejón compone un divertido D. Higinio y es baza segura en el canto lírico, como lo fue toda su familia. Son de alabar los coros.

Amelia Ochandiano ha sabido dirigir con ritmo y gracia la escena, así como sacar el actor que el cantante lírico lleva dentro, hoy en día. Es cierto que partía de buenas bases: Carmen Conesa, la comicidad de Eloy Arenas y la veteranía a todos los niveles de  Mari Carmen Ramírez, cantante que tras patear mucho el Teatro de la Zarzuela como protagonista ha desarrollado, posteriormente, una fructífera carrera en el cine y la televisión como intérprete de teatro de prosa. Cabe destacar a Cipriano Lodosa en el papel de sacristán.

La obra se ve con gusto, con sonrisa y el oído se recrea con agradables melodías. Son emblemáticas las coplas que canta el alcalde  Don Higinio, obligado a tomar el papel del Negro Domingo (Eloy Arenas), por un ¡Sálvese quien pueda de mi mujer! Las tales coplas, propias de muchas zarzuelas del género chico y de la revista de entonces, se retomaban en los “bises” o al final y nueva letras para tales menesteres aludían a la actualidad del momento en tono de amable sátira. En esta ocasión tras los aplausos del final, toda la compañía, en línea paralela al proscenio, retoma las coplillas y entre los aludidos están la tan requerida por los Medios de Comunicación Social – léase televisión del “cuore” fundamentalmente - Ana García Obregón y su flamante novio polaco Darek. Con ellos y otras alusiones viajamos desde el 1908 al 2007.
DAREK

Las Bribonas, ahora nos resulta inocente, pero para algunas voces del 1908 no debió ser así. El periódico El Universal escribía tras el estreno:


FOTO: JESÚS ALCÁNTARA
…Hija legítima del anticlericalismo galdosiano… es absolutamente reprobable que católico alguno, y menos las señoras, asistan bajo ningún concepto a las representaciones de esta obra en donde se nos combate malamente y se nos desacredita… la escenas de las dos catadoras, la española y la francesa, y especialmente la de ésta con el alcalde del pueblo en donde figura la acción, son de lo más pornográfico que se estila en el género chico, comprendiendo los del Cómico y el Eslava.  

Tal comentario, hoy, nos parece fuera de tono y que ya no se da ¿No se da?

LA REVOLTOSA

De La Revoltosa mucho se ha dicho y a ella se vuelve periódicamente por las diversas compañías. Es obra agradecida para el oído por su preludio que, aunque sea un tópico, al escucharlo se crea una magia especial que se prolonga en los primeros acordes, levantado el telón, y en las seguidillas. Brillantes también serán las Guajiras. Es obra de interpretación coral musicalmente. No hay romanzas y cuenta únicamente con un dúo: el ya famoso de Felipe y Mari Pepa que rompe el tono jocoso y alegre de la partitura, siguiendo líneas más dramáticas. Se trata de una tesitura que admite diversos registros: tenor o barítono y soprano o mezzosoprano. La han cantado todos todas las voces.


DECORADO EN EL ESTRENO (1897)
BOCETO
RECEREACIÓN COLOREDA
(J.R. DÍAZ SANDE)
La acción se desarrolla, originalmente, en tres cuadros: Una corrala madrileña – casa de vecindad la llama el texto -, y un telón corto de calle con buñolería y vuelta a la Corrala. En esta versión se ha eliminado el telón corto, pero no los dos encuentros: el de Felipe y Mari Pepa y el sustancioso de Cándido y Gorgona. Ambos se desarrollan en la misma Corrala. La habilidad de la directora Amelia Ochandiano es haberlos integrado muy bien en el mencionado espacio, sin que se note que pertenecen a otro. Quien no conozca la obra, para nada, descubrirá la traslación.

De nuevo Andrea D’Odorico se encarga de la escenografía, que lleva por las líneas de un realismo poético, sin recargar el costumbrismo.


LA REVOLTOSA (BOCETO 2007)
DISEÑO:
ANDREA D’ODORICO

Aunque Amelia es nueva en los campos de la Zarzuela – filosofía que en estos últimos años se ha utilizado con respecto a directores y escenográfos para que no trabajaran sobre clichés preconcebidos -, posee un largo bagaje de sus muchos años en el Teatro de la Danza, que, aunque de prosa, nunca olvidó el aspecto musical.

Ha cambiado la época, llevándola hacia el final de la década de lo años 20 del siglo XX.  Por lo tanto falda hasta la media pierna en ellas. El cambio de época resiste la historia y la mayor parte del texto. Ha habido pequeños ajustes para ser congruente, entre ellas la disculpa para encontrarse con los tres enamoriscados. En el original baja con unas camisas planchadas p’a entregar – ella es planchadora por cuenta propia. En esta adaptación baja con cántaro a buscar agua en la fuente del patio. Pequeños detalles de adaptación hace que el texto fluya bien en este inicio del  s. XX. Por otro lado, ese casticismo y tipos aún sobrevivían en Madrid.

En el desarrollo del texto se puede descubrir un subtexto transmitido con pequeños matices. Al principio de esta crítica aludía a Adán y Eva y a la tentadora manzana, aunque en la Biblia se habla de “fruto”, sin más (*). Aquí se opta por la manzana y muy sutilmente en el enfrentamiento entre Mari Pepa y Felipe, ella tiene en su mano una manzana acaramelada, montada en un palito, muy propio de las ferias.  

MARÍA MENDIZÁBAL
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA

Desde el punto de vista interpretativo, Amelia consigue que los personajes sean creíbles. Prácticamente, todos, desarrollan una buena capacidad interpretativa. Ha recurrido a Luis Varela, como Cándido, actor eficaz en el campo de la comedia y que no es neófito en el campo de la zarzuela. Sus intervenciones como tenor cómico han sido abundantes. Compone un gracioso personaje que fascina al público en el famoso diálogo – prácticamente monólogo - con su Gorgonia (Eva Diago), la cual en su sucinta réplica sabe estar a su altura. También sembrado de gracia está Eloy Arenas como el señor Candelas en su diálogo con Mari Pepa. Tanto en uno como en otro es de agradecer el haber suavizado ese tono chulesco madrileño del habla, que en otras ocasiones termina siendo un tanto caricaturesco. El haber encontrado esa discreción castiza del habla madrileño en todos los personajes es de agradecer. El sainete resulta más cercano y creíble.


FOTO: JESÚS ALCÁNTARA

En la representación a la que asistí los intérpretes principales eran, María Rodríguez (Mari Pepa), Juan Jesús Rodríguez (Felipe) y Leticia Rodríguez (Soledad).

María Rodríguez combina una excelente musicalidad de soprano con una buena capacidad interpretativa, lo cual hace muy creíble su personaje. En las partes cómicas desarrolla gracejo y picardía.

Juan Jesús Rodríguez  es un barítono seguro y de clara vocalización. Y esto es lo que importa. Aunque es algo secundario, sorprende el haber mantenido su calva en escena. Es cierto que hoy muchos jóvenes se rapan y la moda es la bola de billar en la cabeza. Juan Jesús (38 años), en escena y a lo lejos, con su calva nos da un Felipe más madurito de lo que en realidad es, lo cual aleja a su personaje.

Leticia Rodríguez nos da una Soledad que combina bien, en sus guajiras, el cante y el baile. Voz de calidad, sería de agradecer, más potencia de voz.

A destacar las seguidillas de Atenedoro en la voz de Antonio Torres.

Esta Revoltosa es un ejemplo de conjunción musical y actoral, así como de labor de dirección sin caídas de ritmos y consiguiendo una unidad interpretativa en todos. La discreción y buen gusto en la construcción de los tipos, sin caer en los tópicos casticistas o en los trillados modos de actuar y hablar es una de sus mayores virtudes.

(*) La manzana ha sido utilizado por los pintores a lo largo de la historia, debido a una mala traducción del malus-malum (mal o fruto), por manzana. No es creíble que fuera una manzana, pues en la zona donde imaginariamente se sitúa el Edén – el mundo conocido de entonces – no se daba ese tipo de fruto. En las diversas culturas el tal fruto se concreta en un higo, una nuez o una algarroba para el mundo judío; una naranja para los ortodoxos; la miel para los protestantes y un vaso de vino para los musulmanes.


José Ramón Díaz Sande
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TEATRO DE LA ZARZUELA
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