.:: Entrevista ::.

EL VALS DEL ADIÓS
Doble despedida

Elsa Triolet

FERNANDO GUILÉN

LOUIS ARAGON

El adiós esta vez llega con un vals. Es el adiós de Fernando Guillén (Barcelona, 1932) a la profesión de actor. Ese adiós lo dio antes Louis Aragon con una carta en 1972. En 1982 se suicidaría. No es este el caso de Fernando Guillén. La carta de Aragon la toma Fernando y nos la lee escénicamente.

Esto se representa en la Sala Pequeña del Teatro Español. A Fernando lo ha traído Mario Gas, director del Teatro Español, que ahora es todo loa para con Fernando.

  • No es una buena noticia – advierte Mario esta de dejar de hacer teatro por parte de Fernando. Actores como él siguen siendo necesarios. Yo espero que su decisión se como la de los toreros que se cortan la coleta pero después vuelven. Desde su postura es una decisión que podemos comprender, pero desde el patio de butacas le pedimos que se olvide de eso. Es emocionante y estoy contento de poder tener a Fernando en esta sala, que está dando tantos frutos. A Fernando no hay que descubrirlo. Pertenece a esa generación de valentía tremenda a la hora de abordar los textos y su selección.

MARIO GAS

Tales parabienes no fueron así cuando Mario tenía 17 años y conoció a un actor llamado Fernando Guillén.

EL PASADO DE MARIO GAS
UN “JOVEN AIRADO”

Últimamente bien sea en la televisión, en la prensa o en otros medios, anécdotas y amoríos del pasado salen a la luz. Fernando se apunta a la moda y nos desvela el pasado de Mario Gas a los 17 años.

  • Yo conocí a Mario Gas como “joven airado”.

ALBERT CAMUS
El término de “jóvenes airados” nació en Inglaterra para definir a un grupo de autores de los años 50 que se rebelaban contra una forma de teatro. En España el teatro se movía en la Alta Comedia, la comedia burguesa o el puro divertimento y algunos de la farándula, con calzador, intentaban representar autores, llamados por la censura, malditos. Quienes usaban el calzador eran Adolfo Marsillach, Nuria Espert, Alfonso Sastre y entre otros también Fernando Guillén y su mujer Gemma Cuervo que habían formado compañía.  Uno de esos autores malditos era Albert Camus (1913-1960). Marsillach había montado para Gemma y Fernando El malentendido de A. Camus.
  • Mario me increpaba por el pasillo – recuerda Fernando y se enfadaba porque lo habíamos hecho mal. La verdad es que aquello no le salió bien a Marsillach. Mario y otros eran de los que les molestaba que ese tipo de teatro se hiciera mal. De otros tipo de teatro, por ejemplo el de Paco Martínez Soria y similares ni les preocupaba. No se ocupaban de ellos.
  • Era una buena época aquella – rememora Mario. Nosotros dábamos la cara con las protestas, otros protestaban sin dar la cara e iban a reventar el espectáculo  Luego, la vida te sitúa en el conocimiento de las personas. De aquella no valorábamos cómo una serie de actores y directores se enfrentaban ante un teatro muy interesante. Las experiencias hacen a uno más armónico y me acerqué a esa generación que intentaban un nuevo teatro y a Guillén, con amistad. He tenido una suerte con él cuando acudió al reparto de Top Dogs que dirigí. Me admiró la capacidad de él, de enfrentarse a cualquier espectáculo. El que regrese con El Vals del adiós es como decir un “Hola, aquí vuelvo otra vez”. Espero que algún proyecto de futuro le excite y vuelva de nuevo.

TOPO DOGS (Urs Widmer)

EL ADIÓS DE LOUIS ARAGON

En el otoño de 1972 Louis Aragon escribe una carta que publicará en el último número de Les Lettres Françaises a punto de cerrarse, porque el Partido Comunista Francés (PCF) le quita el apoyo económico debido a la crítica pública que Louis había hecho de la invasión rusa de Checoslovaquia en la llamada “primavera de Praga”.  Esta es la carta que está sobre la mesa de Fernando Guillén, que se ha metido en la piel del escritor francés.

  • Es una carta de despedida – nos revela Fernando -, pocos años antes de suicidarse (1982). Yo encarno al escrito y leo, releo, memorizo. Algo que hacen casi todos los escritores hacen. Releen sus textos  en voz alta para ver cómo suena. Corrige lo que cree que está mal, antes de mandar esta carta maravillosa a la imprenta. Con este leer y releer, se angustia. Hace dos años que ha muerto su mujer Elsa y tiene problemas con el PCF por la denuncia que ha hecho sobre el asalto de las tropas soviéticas a Checoslovaquia. Louis era uno de los comunistas más representativos que se oponen a esta invasión.

El PCF expulsa a Louis Aragon y cierra la revista Les Lettres Fraçaises.

  • La revista – continúa Fernando -, era, en aquella época, el buque insignia de la izquierda francesa. Todo esto le lleva a redactar esta carta que no la escribe para ser representada. Es sencillamente una despedida, en la que confiesa sus contradicciones, sus temores de infancia, su premonición del suicidio que años más tarde llevará a cabo.

Revista:
Les lettres françaises

LOUIS ARAGON
UNO DE LOS LIDERES
DEL DADAISMO Y SURREALISMO
LITERARIO


LOUIS ARAGON

Louis Aragon - (Neuilly (París), 3 – X – 1897) -, poeta novelista y ensayista es uno de los líderes del dadaísmo y surrealismo, pactó con las ideas comunistas y la estética del realismo socialista a partir de 1927. Su nueva ideología le llevó a ser consecuente y por ello respaldó el bando republicano en la guerra civil española, la dominación contra el POUM y asistió al Congreso de Valencia de 1937.

Su militancia va en aumento y llegará a ser de los propagandistas más activos del comunismo francés. Siguiendo la misma lógica, durante la II Guerra Mundial será miembro activo en la Resistencia. En 1957 se le concede el Premio Lenin de la Paz y en 1967 es elegido miembro de la Academia Goncourt. Con motivo de la invasión de Praga por Rusia y su protesta, sigue siendo consecuente y renuncia al Premio.

DE LA LECTURA A LA REPRESENTACIÓN

Carlos La Rosa – actor, escritor, director y productor argentino, radicado en España desde hace 20 años – es el último responsable de resucitar a Louis Aragon con su carta. Él es quien la ha adaptado y la ha dirigido.

Pero este Vals tiene una prehistoria. En el Festival de Otoño de Madrid de 2000 vino Jean Louis Trintignant al Teatro de la Abadía durante cinco días para leernos esta carta. Lo dirigía Antoine Bourseiller y Carlos La Rosa hizo de ayudante de dirección y se sintió fascinado tanto por la dirección de Bourseiller como por la interpretación de Trintignant.

  • Me decidí a pedir los derechos de autor a los herederos de Louis Aragon para los países de lengua castellana – aclara Carlos. La versión actual se diferencia de la de Trintignant en cuanto que aquella era una lectura  de la carta con esa voz fantástica que tenía Trintignant y con su fabulosa interpretación. Los espectadores salían conmovidos de la Abadía. Este espectáculo no tiene nada que ver con aquel. Fernando actúa: relee e interpreta a Aragon.


Jean Louis Trintignant
FOTO: AGFNCF DE PRESSE BERNAND

La antigua confesión de Louis Aragon, según los comentarios del estreno en Madrid, cobra una actualidad en la voz de Trintignant, que confiere al texto la vibración de la adolescencia y consigue remover la conciencia del espectador.

EL TRINTIGNANT
DE LOS AÑOS CINCUENTA
SEGÚN BOURSELLIER

Antoine Bourseiller y Jean Louis Trintignant eran antiguos compañeros de estudios de arte dramático y también amigos. Antoine desgrana los recuerdos de aquellos años vividos:


CorinNe
  MARCHAND/
ANTOINE BOURSELLEIR
CLEO DE 5 A 7 (AGNÈS VARDA)
(1962)
Nos conocimos en la escuela Charles Dullin, pronto hará casi cincuenta años... éramos alumnos-actores, ante nuestros profesores pasábamos escenas de Chejov, Schiller, Pirandello, Calderón o Musset, éramos europeos antes de tiempo, éramos felices. Por la noche a lo largo de los espectáculos llevábamos alabardas, taburetes, banderas, en el T.N.P. de Jean Vilar, mirábamos a los demás actuar y aprendíamos que actuar  es

JEAN LOUIS TRINTIGNANT
un privilegio, en invierno Jean-Louis  llevaba un abrigo negro, con el cuello  levantado, me parecía muy chic, el verano, se lo pasaba en Ardèche en los desfiladeros, aquello me parecía increíble, era un joven que no era banal, tenía un tío piloto de carrera, las chicas sabían contestarle, lo cogían del brazo, verdaderamente me asombraba, nos queríamos porque éramos dos chavales tristes, además sin saber bien por qué, hoy creo saberlo, estábamos al acecho, las cortinas del teatro, comprendéis, preocupados por lo que nos reservaban, sin embargo descarados/desenvueltos también ante el alejamiento que separa los sentimientos de las palabras en aquella edad de las risas locas y de las penas fulgurantes, luego como a menudo la vida nos ha separado uno para el cine, otro para el teatro, y hace poco nos volvimos a encontrar, nuestra conversación se reanudó, como si nos hubiéramos despedido la víspera, la vida nos lleva esta noche a esta lectura bajo la batuta de Louis Aragon, vais a oír este texto, tan claro por su vocabulario, tan profundo por sus ideas, tan íntimo por su emoción, este texto editado en el último número de Les Lettres Françaises, el 11 de octubre de 1972, cómo a Jean-Louis le gusta leer en voz alta, eso es todo lo que me apetecía decir sobre mi amigo de “mi" juventud. (*)

[(*) Se ha mantenido la puntuación a base de comas como se encuentra en el texto del dossier de prensa]

UNA CARTA A
LES LETTRES FRANÇAISES

Para Carlos La Rosa el punto de partida para la puesta en escena era imaginar lo que Louis Aragon pudo haber hecho la víspera de mandar la carta a Les lettres Françaises.

  • Es Louis Aragon quien revive en su cabeza y su cuerpo los recuerdos de su infancia – precisa Carlos. Regresa allí y esto en medio de una ensoñación surrealista. Su texto, que puede parecer anti-comunista, denuncia la falsedad que hay en los optimistas que van de “triunfo en triunfo”, sin percatarse de que esas falsas victorias no son más que “estúpidos toques de trompeta”. Es muy conmovedora la creación que de este trabajo hace Guillén. Para mí ha sido un placer trabajar con él. Tiene una capacidad de trabajo Asombrosa que lo descubrí cuando Fernando interpretó Pantaleón y las Visitadoras. Es capaz de estar encerrado en la habitación del hotel durante dos horas y media trabajando.

  • Carlos La Rosa ha sido mi director  y nuestra relación ha sido espléndida – advierte Fernando Guillén.

Fernando reconoce que no es un texto fácil.

  • Es un texto atípico. Independientemente de su fondo político, pertenece al surrealismo practicado por Aragon, tras el cual está Bretón, Dalí y demás surrealistas. No es un texto al uso. No es nada fácil y puede ser ininteligible. No es realista, ni naturalista. Yo he intentado, dentro de mi cortedad e inteligencia, transmitirlo.

ANDRÉ BRETÓN

Todo el pasado
vuelve como una ola

El adiós de Aragon de alguna manera ha involucrado a Fernando en otro adiós y como decía José Luis Borges “Todo el pasado vuelve como una ola”. Algo de esto parece sucederle a Fernando.

  • El Vals ha sido para mí – confiesa Fernando -, un revulsivo tremendo y me ha hecho plantearme muchas cosas. Es El Vals del adiós y ha sido premonitorio. Este texto hace que, para mí, sea el momento ideal para decir adiós a mis 55 años sobre la escena. Lo represento en el Teatro Español  que es donde empecé. Es como cerrar el ciclo de mi vida teatral.

Hay otro punto de Aragon que a Fernando le seduce: las ideas políticas. 


FERNANDO GUILLÉN
  • Aragon es un autor afín a mí que soy “rojo” y quiero decir “rojo” y no simplemente de izquierdas. Este título tan sugestivo me remite a la etapa en que algunos actores hacíamos un teatro comprometido. Luego vinieron unos jóvenes actores con más compromiso hasta ir a la cárcel: Juan Diego, Mario Gas, Lola Gaos y otros. Nosotros no llegábamos a tanto. Sólo hacíamos un teatro comprometido frente a la censura. No se si debe a este pasado el que Mario Gas se haya acordado de mí y me llamase para Top Dogs (2000) (de Urs Widmer para el Teatre de la Generalitat Valenciana)

A Fernando le vienen los recuerdos y presentes por asociaciones de ideas. La nostalgia de sus años de compromiso le trae a la memoria el teatro que se hace   en Madrid:

  • El teatro en Madrid está pasando por uno de sus mejores momentos. Es un teatro de compromiso y de lucha y al mismo tiempo buenísimo teatro. Se podrían decir muchas cosas de él. Madrid está en un momento brillante y en esto gana a Barcelona, que en otras épocas fue por delante. Pero en Barcelona hay muy buen talento y tengo esperanzas de que se incorporará pronto a un teatro más comprometido.  

UNA LARGA Y FRUCTÍFERA CARRERA
EN LA QUE EL TEATRO ES SU PASIÓN

Sería largo enumerar todos los títulos de Fernando entre cine, teatro y televisión.  Ha representado más de 70 funciones. Fernando Guillén inició la carrera de Derecho, que abandonó al descubrir su vocación de actor. Comenzó con las compañías de Tina Gascó, Conchita Montes y Fernando Fernán-Gómez, en los años cincuenta del pasado siglo. Posteriormente ingresó  en la Compañía Lope de Vega, que dirigía José Tamayo. Siguió otra temporada con Adolfo Marsillach y uno de sus éxitos más queridos fue Equus, bajo la dirección de Manuel Collado y que ahora en los escenarios londinenses se ha vuelto a retomar con el ya adolescente Daniel Radcliffe, popular intérprete de la Saga de Harry Potter


Daniel Radcliffe

(equus, 2007)


En el cine ha protagonizado cerca de 30 películas y más de 50 como actor invitado.

En televisión era un rostro frecuente en los Estudios 1, y en la novela de Televisión Española La Saga de los Rius fue Joaquín, el protagonista.

FERNANDO GUILLÉN
como D. JOAQUÍN, el patriarca de la familia
en la SAGA DE LOS RÍUS  (1976)

No obstante Fernando se siente hombre de teatro y acerca de su etapa cinematográfica es duramente crítico:

  • Mi carrera cinematográfica fue equivocada. Comencé con películas de consumo y muy malas. Las compatibilizaba con el teatro, que era lo que me compensaba porque era mi verdadero oficio. Con todo, puedo salvar algunas como Vida de familia de José Luis Fon y El mundo sigue de Fernán-Gómez.  A partir del año 1981-1982 hago El caso Almería. Fue primordial pues se fijaron en mí y comencé a hacer cine sin parar.
A pesar de esa crítica a su profesión cinematográfica, en 1992 le conceden el Premio Goya al mejor protagonista por Don Juan de los Infiernos  (1991) de Gonzalo Suárez, como Don Juan

FERNANDO GUILLÉN
(DON JUAN DE LOS INFIERNOS)

Premios han sido muchos:

  • 1967: Medalla de oro de las Bellas Artes
  • 1967: Premio Ondas
  • 1971: Premio de los Críticos de Madrid
  • 1972. Premio Nacional de Teatro
  • 1976: Medalla de oro de Valladolid
  • 1977: Premio T.P. de Televisión
  • 1990: Premio Cinematiográfico de la
             Generalitat de Cataluña
  • 1991: Premio Fotogramas de Cine
  • 1992: Premio Sant Jordi de Cinematografía
  • 1992: Premio GOYA al Mejor Actor
             Protagonista
    por
             D. Juan de los Infiernos.

 


M.ª LUISA MERLO/JOSÉ BÓDALO
FERNANDO GUILLÉN
TODOS ERAN MIS HIJOS (A. Miller)
(ESTUDIO 1, TVE)

FERNANDO GILLÉN,
POCO TEATRO CÓMICO

Muchos han sido los títulos de textos en la carrera de Fernando, entre los que no abunda la comedia. No obstante su hija Cayetana Guillén Cuervo posee una vis cómica que me llamó la atención cuando comenzaba a subirse a los escenarios en Una farola en el salón (1989) de Santiago Paredes (Premio Castilla La Mancha, 1988), que se estrenó en Teatro Infanta Isabel de Madrid.


Cayetana Guillén Cuervo
  • Sí, mi hija tiene vis cómica. Yo, alguna vez, he hecho incursiones en el teatro cómico pero no me siento nada orgulloso. Nunca he admirado a esos actores cómicos españoles. A algunos los odiaba por su modo de hacer lo cómico. No, no he hecho ese tipo de teatro cómico. Para mí la comedia es Gary Grant. Me gustaría hacer comedia como él. Ojalá. Pero ese humor de él y ese tipo de teatro nada tiene que ver con el estilo de algunos nuestros actores cómicos. Ese no es teatro de humor. Para mí no hacen ninguna gracia. Se podría hacer algo del estilo de Mr. Bean o la comedia cinematográfica de los años 20: Chaplin y demás. Dentro de ese género solamente me siento orgulloso de una comedia y coincidió con la Huelga de Actores de 1975. Esa sí que fue la única vez que he hecho teatro de humor.

UN ACORDEÓN
DE AIRES PARISINOS

Esta carta de Aragon que la representación transforma en poema acude a la música que ha compuesto un joven: Alfredo Valero.

  • Sin la música de Valero – insiste Fernando -, “esta cosa” que vamos a hacer no sería lo mismo. Se trata de valses de entre guerras. Se podría haber recurrido a músicas de Jacques Brel o de Edit Piaff, pero él ha preferido componer música original.

Alfredo Valero será también el intérprete. Sentado en una silla con su acordeón en silencio y tras las palabras de Fernando, hace sonar su acordeón y las notas evocan imágenes y recuerdos en el protagonista.

  • He preferido componer música original. Para mí ha sido una suerte trabajar con Fernando y Carlos. A Carlos lo conocí en el metro de París, donde me ganaba la vida tocando el acordeón. Buscaba un acordeonista y me llamó. Hemos estado trabajando  juntos. Ha sido un placer trabajar con estos monstruos.


ALFREDO VALERO
EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO

El metro de París era el modo de subsistencia de Valero, pero él es músico de formación profesional y ganador del Concurso Nacional AEDA en 1987 y en 1988 ganador del Concurso Internacional Reina Sofía. Su currículo almacena la colaboración con grupos como Radio y la composición de las bandas sonoras para las películas: El crimen de una novia (Lola Guerrero, 2006) y Y a mí quién me cuida (Ángeles González Sinde, 2007).

Su último trabajo ha sido como músico y actor en El Sueño de una noche de verano (2007), dirigida por Tamzin Towsend y estrenada en el Teatro Albéniz de Madrid. En el programa de mano de aquel espectáculo el Alfredo se transforma en Freddy.

EL ADIÓS DE FERNANDO
¿DESICIÓN IRREVOCABLE?

El futuro de Fernando, según él, tras este último Vals es la “vida retirada”.


CARTEL
  • Ahora estoy convencido de mi decisión de que este trabajo es el último adiós a la escena. Estoy influenciado por Louis Aragon. Para los actores el encontrar un texto y personaje que tiene que ver con uno hace que nos sintamos muy influenciados. Eso me pasó con Equuus y Los secuestrados de Altona. He sentido muchas cosas sin concretar nada. Me he sentido identificado con Aragon que murió siendo un “rojo” recalcitrante como yo. Perdón por la palabra, pero se es o rojo o de derechas. Las circunstancias te pueden hacer cambiar. Hay mucha gente que eran de izquierdas y se han escorado hacia la derecha. Gente amiga, conocida y estupenda. No me extraña que Aragon se sienta acuchillado por su partido. Aragon era íntimo amigo de Alfonso Sastre, nuestro buque insignia de la izquierda en aquellos años de plomo de la dictadura franquista. Todo esto es lo que revolvió en mí este Vals del Adiós.

Hay más razones para esta retirada a tiempo.

  • Hay también otras razones. Me estoy volviendo vago en cuanto a la memoria. Yo siempre estudio mucho y cuando tengo que aprender un texto lo hago paseando por la playa y durante ese tiempo me retiro. Después, viene el proceso de los ensayos. Si encuentro un director complaciente, no me vale para nada. Si, en cambio, topo con otro exigente, como es el caso de Carlos y Mario, aunque me tratan con un cariño especial, son tres meses de trabajo muy duro. Con Mario el trabajo es tremendo. En el cine esa exigencia también está. como sucede con Pedro Almodóvar, pero es más llevadera porque es sólo un ratito.

A pesar de todas las razones dadas hay un Rey Lear que le está agazapado para asaltarle en cuanto baje la guardia.

  • Hace cuatro años Mario me propuso un Rey Lear. Le dije que no podía. Ahora Gerardo Vera, al enterarse de que me retiraba, me dijo “no será verdad que te retiras. Tienes que hacer un Rey Lear y con la edad que tienes es perfecto”. Lear tiene unos 75 u 80 años. Muchas veces lo hace uno de 40 años caracterizado, lo mismo que un Hamlet que tiene que ser un chico joven, lo hace un cuarentón.  

FERNANDO GUILLÉN

Fernando a sus 75 años ha desarrollado ese humor en el que no ha trabajado como intérprete y fantasea sobre su futuro como actor si decide  romper su promesa.

  • Tengo la convicción de que mi porvenir, si sigo, será hacer padres, abuelitos, personajes de composición y de reparto. Ante esta perspectiva prefiero decir Adiós con este texto que me ha tocado mucho. Si Mario Gas, dentro de 10 años, me llamase para hacer un abuelito en silla de ruedas como Lyonel Barrimore en Qué bello es vivir, a lo mejor aceptaba.

En la exposición de Fernando, Aragon y él parecen intercambiables y el interpretar el texto de El Vals del Adiós, parece convertirse en su legado artístico y humano.


FERNANDO GUILLÉN
  • No, no es mi legado artístico – protesta Fernando. No me puedo comparar con Aragon. Yo soy un actor muy profesional que me conozco muy bien. No soy un actor de excesivo talento. Lo que si soy es muy trabajador. He sido un actor de prestigio que he procurado hacer textos con los cuales haya estado de acuerdo. A veces he tenido que hacer en cine cosas, dos veces, por razones alimenticias. La mejor parte la he hecho en este teatro y también bajo la dirección de José Tamayo, que aunque su concepción del teatro pueda ser opinable ahora, significó mucho para mí. A los actores que hemos trabajado con él nos dio ocasión a enfrentarnos con Shakespeare, Pirandello y tantos autores. Eso y mi carrera me han convertido en un actor de prestigio.

Tal prestigio ha hecho que acumulase premios.

  • He tenido la suerte de tener todos los premios que se pueden dar en este país. No sé, en realidad, por qué esos premios y lo digo como una “confesión”. Yo no sé fingir nada que no sienta y tengo que confesar que no soy un actor que entusiasme, pero tampoco un mal actor. Tampoco he llegado a ser un actor estrella. No soy ambicioso. Cuando pienso en el caso de Antonio Banderas, me fascina. Se va a Holliwood con casi nada de inglés y después allí se pasa 15  horas estudiando el idioma. Yo soy muy vago e incapaz de esa hazaña de Banderas. Lo admiro.

Un título que cambia el rumbo de su vida sentimental es Un soñador para el pueblo. Actuaba también Gemma Cuervo. En 1960 se casaron y de su unión nacieron Natalia, Fernando y Cayetana.

Fernando y Cayetana se lanzaron a la interpretación y posteriormente montaron su propia productora teatral StriónNatalia no siguió los mismos pasos, no obstante publicó en el 2003 Siempre suena con su voz, una biografía sobre su padre Fernando Guillén.


José Ramón Díaz Sande
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