LA VERDAD DE LAS MENTIRAS
MARIO VARGAS LLOSA
y
AITANA SÁNCHEZ GIJÓN
SOBRE EL ESCENARIO
Del
TEATRO ESPAÑOL DE MADRID
JUAN RULFO, JOSÉ LUIS BORGES, FRANCICO AYALA,
JUAN CARLOS ONETTI y WILLIAM FAULKNER
TRASPASAN LOS LÍMITES DE LA LECTURA |
MARIO VARGAS LLOSA
FOTO: CHEMA MADOZ |
Mario Vargas Llosa (Arequipa (Perú) 28 de marzo de 1936) viene
identificado como novelista. Cuentos, novelas y artículos
periodísticos son su primer quehacer. Algunas de sus novelas
subieron al escenario, mediante adaptaciones de otros. En 1990
su talante literario cede en pro de presentarse como candidato a
la Presidencia del Perú. La política le dijo que no y volvió a
la literatura y a su círculo de intelectualidad.
Así de tranquilos estábamos los que le hemos seguido, cuando nos
sorprende su subida al escenario como un cómico más. En opinión
de Mario Gas, director del Teatro Español al que se encarama
Mario Vargas Llosa:
- Es su debut como actor, pero si creemos a las crónicas de
Barcelona, donde ya se ha representado el espectáculo, su debut
es esplendoroso.
El espectáculo lleva por nombre La verdad de las Mentiras y se
basa en el texto homónimo del propio Vargas Llosa, publicado en
1990. Se trata de una lectura dramatizada de alguno de los
cuentos más representativos de cinco autores: William Faulkner,
Juan Rulfo, José Luis Borges, Francisco Ayala y
Juan Carlos
Onetti.
- Es
– precisa
Mario – un homenaje a la literatura, al teatro y
a un puñado de grandes escritores que me cautivaron con la
maestría de sus relatos.
Sobre el escenario no se encuentra solo y desamparado. La actriz
Aitana Sánchez Gijón, comparte esta experiencia. El encuentro de
uno y otro, parece cosa del destino y recuerda aquel fragmento
musical de Maruxa (Amadeo Vives), cuando Rosa – la señorita-
descubre al pastor Pablo:
Rosa:
Le ví, me vió
Y su mirada en mi clavó |
Mario confiesa.
AITANA S. GIJÓN/M. VARGAS LLOSA
FOTO: CHEMA MADOZ |
- Desde el principio
soñé como utopía que
Aitana aceptara, no sólo porque era una buena
actriz, sino porque en una entrevista le oí hablar
con solvencia y entusiasmo acerca de literatura.
Esto permitía fundir teatro y literatura. Se lo
propusimos y lo aceptó, para alegría mía.
|
Tal rapidez de respuesta en Aitana, tenía su prehistoria:
- Conocí a
Mario hace 2 años en el Festival de Cine San
Sebastián. Cuando lo ví fui casi como una posesa a su encuentro,
pues es un autor que me había acompañado en mi viaje literario
durante mi adolescencia y mi juventud. Soy una gran entusiasta
de su obra. Mi sorpresa fue comprobar que ya me conocía. A ello
se añadía el que tenía una nieta que también se llamaba
Aitana.
A los dos meses me propuso trabajar con él en este espectáculo y
no lo dudé: dije que sí.
TURÍN Y ALESSANDRO BARICCO
EN LA BASE DE
“LA VERDAD DE LAS MENTIRAS”
Todo parecía allanarse. El inicio del proyecto había comenzado
hacía dos años:
- Yo había ido a Turín a dar una conferencia a un Centro
Académico, cuya labor se centra en formar novelistas,
libretistas y dramaturgos. Descubrí una librería muy especial:
sólo a 7 libros se les daba gran publicidad. Junto a esto pude
ver un Video en el que el escritor italiano
Alessandro Baricco,
junto con una actriz leía los textos de sus libros favoritos,
artículos y los alternaba con música. Era un espectáculo que
representaba por las Universidades y Centros Culturales.
El concepto de la selección y el espectáculo de Baricco,
generaron un deseo en Mario:
- Desde que lo vi quise hacer algo semejante en español. La
primera idea fue recurrir a lecturas alternadas, pero poco a
poco y por influencia de Joan Ollé
– director del montaje -
concebimos por un lado la lectura y por otro la interpretación.
A esto se añadió una tercera idea, cuyo autor fue
Joan Ollé:
recurrir a la vieja tradición de los contadores de cuentos. El
famoso Cuenta Cuentos. Esta idea me encantó y resucito en mí una
vieja debilidad por los contadores de cuentos. Yo ya había
escrito algo sobre esto.
De este modo, el espectáculo quedó configurado fundiendo las
tres características: teatro, literatura y la historia de
contadores de cuentos.
- Ha sido una experiencia emocionante, estimulante y gracias a
estos dos profesionales
– Aitana y Ollé – muy experimentados en
las tablas.
|
FOTO: CHEMA MADOZ |
Aitana es de sobras conocida por el público y huelga
presentarla. Es lo que tiene el cine.
Joan Ollé también, pero en los círculos teatrales. Su labor
escénica comienza en los años 70 con Yo era un tonto y lo que he
visto me ha hecho dos tontos. Se trataba de una serie de textos
de Rafael Alberti que montó con la conocida y original compañía
Dagoll-Dagom, de la que fue fundador. Siguieron muchos años de
actividad y en la actualidad ha estrenado L’illa del tresor,
cabaret poético inspirado en el programa televisivo del mismo
título que dirige y presenta con Joan Barril en el canal 33 de
TV de Catalunya. Paralelamente ensaya Le malentendu de Albert
Camus y prepara una versión teatral de la novela de Javier
Cercas, Soldados de Salamina.
UN ESPECTÁCULO CAMBIANTE
El espectáculo ha ido cambiando en lo que se refiere a los
textos, los cuales van muy condicionados por los países en los
que se representan.
- Los textos de base que presentamos en Barcelona y los que
llevamos a Guadalupe (México), no son los mismos que los que
ofrecemos en el Teatro Español. Para Madrid hemos echado mano de
cuentos de Juan Rulfo como Diles que no me mate y de
Francisco
de Ayala: Los primeros cien años de vida y Diálogo entre el amor
y un viejo.
La elección sigue un criterio subjetivo y arbitrario, según
Mario.
- Me gustaban y son los que tenía en mi memoria. Volví a
releerlos. En la primera versión pusimos algo del Quijote, del
que soy gran conocedor, ya que estábamos en su Quinto
Aniversario. Elegí la llegada del Quijote a Cataluña, ya que lo
representábamos en Barcelona en el Teatro Romea, que es de donde
partimos. En Guadalupe de México, lo obvio era
Juan Rulfo. El
criterio de elección ha sido seleccionar aquellos textos en los
que me siento muy a gusto. El compromiso afectivo con los textos
también ha sido muy importante, ya que el texto es la materia
prima y el punto de partida.
El que se trate de textos escritos por otros autores, no supone
que el espectáculo sobre el escenario se reduzca a la mera
lectura del texto. Es más, entendiéndolo, se puede hablar de
cierta infidelidad.
- La versión no es fiel. Me he concedido libertades. Hay una
reelaboración del texto literario a través de la narración oral.
Lo que se mantiene es el espíritu, pero me permito tomarme
muchas libertades.
De tales libertades es sufridora Aitana
FOTO: CHEMA MADOZ |
- Al estar sobre el
escenario yo también me convierto en espectadora,
aunque la espectadora más privilegiada. Mario no
memoriza el texto sino que sobre la base del cuento
cada noche lo cuenta de modo distinto. Pienso que no
va a terminar con la palabra adecuada, lo que
nosotros en teatro llamamos “pie”, para que yo le dé
la réplica. No obstante siempre la encuentra y me da
el “pie” adecuado. Él sigue las normas de lo que es
un orador expertísimo, pero estar en el teatro es
otra cosa y no obstante tiene sentido del
espectáculo y del rigor del teatro.
|
Para Aitana este juego interpretativo y creativo es
- Un gozo inmenso. Se convierte en un trabajo maravilloso,
debido a las mencionadas variaciones. El tener que trabajar un
texto nuevo es una experiencia de vida y de discrepancias acerca
del cuento y su modo interpretativo. La creación es continua
JOAN OLLÉ,
DE LA LECTURA A LA ESCENA
Joan Ollé recibió una llamada para subir al escenario textos,
puros textos.
- Mi cerebro comenzó a acordarse de textos de
Becket,
Beaudelaire,
Shakespeare… Nos vimos
Vargas y
Aitana. En la
ingenuidad de la exposición había cosas. Yo sentía que había
mucha letra y Vargas leía y leía. ¿Habíamos entendido lo que
habíamos leído? Por ejemplo El infierno tan temido de
Onetti no
lo entendíamos.
Mario espetó: ¿Cómo que no lo has entendido?
Mario lo conocía perfectamente. Entonces, le dije, vamos a
releerlo a través de la interpretación de
Mario Vargas. Y nació
un espectáculo nuevo. Me da miedo llamarlo teatro.
Para Ollé es y no es una puesta en escena.
- Se trata de reproducir, sobre la escena, el momento en que nos
encontramos en la Casa de América (Madrid) aquella tarde. Había
una serie de elementos. Sol, libros, personas, textos, agua.
La estructura quedó conformada en una alternancia entre
narración y diálogo.
- En cada cuento
Vargas ha decidido lo que es una parte
narrativa y otra dialogada, pero al tener cada cuento una
estructura diversa, no hay una norma fija. Unas veces el
narrador es Vargas y otras
Aitana.
La estructura diferente de cada cuento, la lectura diferente y
la novedad de cada día llevan a una pregunta ¿hay una
reescritura anterior?
- Es una interesante pregunta
– afirma
Mario – El Infierno tan
temido de Onetti, tan conocido, al repetirlo lo veo cada vez más
complejo y sobre todo al escenificarlo. Se descubren capas
profundas de la misma historia. Una cosa interesante es que se
puede arrojar luz diferente sobre textos literarios y la prueba
definitiva es la prueba oral. La prueba en voz alta de la
lectura que tanto predicaba
Flaubert. Si algo choca en la frase
no es culpa de las palabras sino de las ideas. Cuando no chirría
quiere decir que el pensamiento está perfectamente expresado. El
escenario lo engrandece o lo empobrece.
EL CUENTA CUENTOS
QUE ES
MARIO VARGAS LLOSA
Autor y conferenciante son oficios connaturales, ya, a Mario.
Pero eso de patear el escenario es otra cosa.
- Nada que ver con una conferencia o con una clase. Es distinto.
En aquellas situaciones soy yo mismo. En cambio contando cuentos
vivo una experiencia diferente. Aterradora. He vivido eso que
los actores definen como el pánico escénico. Nunca he tenido
tanto miedo. Me vinieron unas ganas de salir corriendo y
desaparecer.
Aitana lo confirma
- Doy fe de ello.
Aún ahora. Cuando
Mario ha visto todo el centro de Madrid lleno
de banderolas anunciando el espectáculo, le vino ese
miedo. Pero ya le dije “no hay
marcha atrás”. Tengo que añadir que le ha
picado el gusanillo de la interpretación y ya se le
ha metido en la sangre. La realidad es que está como
un niño con zapatos nuevos.
- Bueno, lo que sí
me tranquiliza es
Aitana con su experiencia
– añade Mario.
Pienso que cada vez que meta la pata, ella me
salvará. Y con respecto a lo del gusanillo, pues es
cierto. De todos modos hay un paralelismo con el
comienzo de una novela. Cada vez que empiezo es como
cuando comencé a escribir mi primer cuento. Empiezas
a vivir de nuevo.
|
FOTO: CHEMA MADOZ |
En el mundo de la interpretación, a pesar del pánico escénico,
algunos autores hablan del “Síndrome del gladiador” – la
terminología es de Ángel Fernández Santos. El gladiador tiene
auténtico pánico, pero cuando está en la arena llega a tal
excitación que incluso se traduce en experiencia sexual. Algo
similar sucede con los toreros.
- No sé si lo tengo
– confiesa
Mario. Pero es bonito. El teatro
siempre me gustó. Fue mi primer amor. En 1950, cuando yo empecé,
en Lima no había movimiento teatral. De lo contrario habría sido
dramaturgo en vez de novelista. Recuerdo que por aquellas fechas
vino una compañía española
– la Compañía Lope de Vega de
José
Tamayo - con La Muerte de un viajante (Arthur Miller). Fue una
gran experiencia y me quedó grabado ese juego de tiempos que
tiene la obra. Me pareció el género más creativo. Pero al haber
en mi país un movimiento teatral mínimo, ello me empujó hacia la
narrativa. Después el azar me hizo combinar muchas cosas y luego
he llegado a algo que funde teatro y literatura. De esto estoy
contento. No sé si esto es el Síndrome.
FOTO: CHEMA MADOZ |
Al proponerse al inicio lo que iba ser una mera lectura y no una
interpretación le ayudó a lanzarse al ruedo:
- Como la primera propuesta era leer y no actuar, me lancé a
ello. Si desde el principio lo hubiéramos concebido como
actuación, me hubiera sentido más intimidado.
Mario se transforma en un Cuenta cuentos y ello consiste en
encarnar un personaje que lo distancia de su propia personalidad
como escritor, conferenciante o profesor. |
- Al escribir me muevo en un mundo racional de ideas. Lo
intuitivo es instintivo y por lo tanto pasa a segundo plano. En
una obra de teatro o en un espectáculo hay un elemento
espontáneo de intuición y emoción que juega un papel hegemónico.
Prevalece la personalidad creativa. Es difícil medir cómo juega
lo racional. Lo hace de modo distinto. Al contar un cuento desde
dentro uno se despersonaliza. Es un fenómeno muy interesante,
fascinante.
“LA VERDAD DE LAS MENTIRAS”
La verdad de las mentiras es título para el espectáculo teatral
y para uno de los ensayos de Mario. Como se ha podido ver no se
trata de llevar ese ensayo sobre le escenario. No obstante el
título no es arbitrario.
- Tiene que ver con mi libro en cuanto que la literatura es la
otra vida fabricada. La mentira que narramos cuando nos conmueve
tiene una relación con la vida real y forma parte de la gente y
al final se vuelve otra verdad. Por eso el título sirve tanto
para el ensayo como para el espectáculo.
NUEVOS PROYECTOS
Aunque este espectáculo esta siempre preparado para ir allá
adonde los llamen, tiene preparados dos libros ya en trance de
salir:
- Uno es una serie de
Reportajes sobre Palestina e Israel. El
otro es una novela: Travesuras de la niña mala. Se trata de una
historia de amor que ocurre en Lima en los años 1950; en París
en los años 1960;, en Londres en los años 1970, y en Madrid en
los años 1980. Para construirla he aprovechado mucho las
experiencias de mis años en esas ciudades.
|
FOTO: CHEMA MADOZ |
SUS TEXTOS SOBRE LA ESCENA
Incluir sus textos en el espectáculo no le convence.
- No sé por qué. Me sentiría más intimidado. Menos libre.
Aitana matiza:
EL APLAUSO,
ESA MARAVILLOSA PLENITUD
FOTO: CHEMA MADOZ |
Cuando cae el telón lo más común es que el aplauso resuene en el
coliseo. Aquí, así sucede.
- Es una sensación maravillosa de plenitud. Una sensación de
haber vivido la ficción. Uno se siente más realizado. Una
satisfacción por haber conseguido el sueño, la fantasía.
|
En el Teatro Español no solo ha caído el telón tras el
espectáculo de Mario Vargas Llosa y Aitana Sánchez Gijón, sino
que de momento queda bajado durante una temporada para nuevas
reformas.
|