RESEÑA (1988)
(Nº187 pp. 7-8)

AZAÑA, UNA PASIÓN ESPAÑOLA

(Crítica aparecida en Reseña en el día de su estreno
en el Centro Dramático Nacional. En aquel entonces se programó
como fin de temporada y se alternó – el 30 de junio de 1988 - con otro
monólogo interpretado por Alfredo Alcón: Los caminos de Federico)


Título: Azaña. una pasión española.
Selección y adaptación de textos: José María Marco.
Dramaturgia: José Luis Gómez.
Música: Alejandro Masan.
Iluminación: José Manuel Guerra.
Espacio escénico: Mario Bernedo.
Dirección e interpretación: José Luis Gómez.
Producción: T. Maria Guerrero.
Estreno en Madrid: T. María Guerrero, 29 de junio de 1988.

FOTO: ROS RIBAS

Cuando yo era niño, Azaña era un nombre. Después fue un señor gordo con verrugas. Más tarde fue el que nos llevó a la ruina. Nuestros mayores se encargaron de no desvelar el alma humano-política de un gobernante que ni unos ni otros acabaron de comprender.

No es la primera vez que José L. Gómez se enfrenta con la figura de Azaña (La velada de Benicarló). Ahora vuelve de nuevo a través de cartas, discursos y entrevistas. Y la clave, la misma de la velada: la partida. Entra con una maleta y se marcha con ella. Los papeles esparcidos por el suelo y recogidos en una papelera comienzan a arder en sustitución de una vida consumida por el fuego, la pasión.

En este monólogo no solamente se trata de leer (recitar) unos fragmentos, sino de encarnar al propio personaje. Para esa personificación nada más lejos del físico de Azaña que José Luis, tanto en volumen como en rostro. No obstante, la sustitución no importa, porque se trata de reflejar el alma, alma que algunos pensaban que Azaña no tenía. Recurre a inteligentes soluciones: cierta penumbra, contraluces y disminución de luz en el rostro. De este modo, Azaña se encarna perfectamente en el actor que es José Luis Gómez.

Su locución es clara, pausada, sin estridencias y contenida. La persuasión de las ideas llega por el austero camino de la emoción y los gestos. Los personajes, presencia de Azaña y ausencia del periodista, se sugieren a través del «hábito» (traje) que en este caso “sí hace al monje” para Azaña y las caracolas de humo del entrevistador. Un tipo de dramaturgia de la que José Luis es devoto (recuérdese su montaje sobre Kafka) y de la que siempre sale bien parado.

Buen trabajo de interpretación y de puesta en escena para unos textos que pueden parecer fríos y sin poesía. José Luis Gómez realiza el milagro o la magia, que las dos cosas son patrimonio del teatro.


Más información

           AZAÑA, UNA PASION ESPAÑOLA - Información General
           AZAÑA, UNA PASION ESPAÑOLA - Entrevista
           LA VELADA EN BENICARLO - Crítica


José Ramón Díaz Sande
Copyright©diazsande

 


Centro Dramático Nacional
Teatro María Guerrero
Director: Gerardo Vera
C/ Tamayo y Baus, 4
28004 – Madrid
Metro: Colón, Banco de España, Chueca.
Bus: 5,14,27,37,45,52,150
RENFE: Recoletos
Parking: Marqués de la Ensenada,
Pz de Colón, Pza del Rey.
Tf. :91 310 29 49


 

 

 

volver

arriba