LA GISELLE
de
MARÍA JIMENEZ
o
LA PASIÓN POR EL BALLET CLÁSICO
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I. YEBRA/MARIA GIMENEZ (1995) |
MARIA GIMENEZ/M. GUERRA (2005) |
María Jiménez si no fue la favorita de Víctor Ullate
para interpretar papeles protagónicos, lo parecía. Desde muy
joven manifestó unas cualidades excepcionales para la danza
clásica. La fuimos viendo crecer balletísticamente en los
ballets cortos de la Escuela, primero, y después en la
Compañía Víctor Ullate Ballet, Comunidad de Madrid.
A Vítor Ullate se le ocurrió emprenderla con el Ballet
Clásico y anunció una Giselle. No dejó de inquietarnos.
Podría ser un “fiasco” como dicen los italianos. Pero, en
aquellos años, estaban todos los que, posteriormente, sería
grandes fuera de España: María Jiménez, Tamara Rojo,
Ruth Miró, Igor Yebra, Carlos López… Era
una Giselle en la que el elenco de los protagonistas era
intercambiable:
MARÍA GIMÉNEZ/IGOR YEBRA
RUT MIRÓ/ CARLOS LÓPEZ
ANA NOYA/IGOR YEBRA
TAMARA ROJO/JESÚS PASTOR |
Yo asistí a la versión de María Jiménez (Giselle),
Igor Yebra (Abrecht) y Eduardo Lao (Hilarión). De
aquel montaje no hubo que ruborizarse. Surgió la esperanza.
Después vino un D. Quijote y tras él, el telón se bajó
definitivamente en la Compañía de Ullate para el Ballet clásico.
MARIA GIMENEZ (ESCUELA VICTOR ULLATE)
FOTOS: J.R. DIAZ SANDE |
ARTE 369
Tras varios años de Premios y Estrella invitada en varios
ballets extranjeros para interpretar: Giselle, D. Quijote, La
bella durmiente, Coppelia, El lago de los cisnes, La bayadera,
El Corsario, Las Sílfides, Cascanueces y Raimonda, en
el 2003 María Gimenez abre en Madrid Arte 369 - su
propia escuela -, de formación predominantemente clásica. Un
silencio hacia fuera y un continuo trabajo hacia dentro y en el
2005 nos sorprende con un reto: ha fundado una Compañía de
Clásico: Ballet Clásico ARTE 369…
- Con la Escuela y
con la Compañía pretendo que una serie de bailarines
de clásico no tengan que salir fuera para encontrar
trabajo, como tuve que hacerlo yo y otros compañeros
míos. También es verdad que yo fui una privilegiada
porque no tuve que emigrar, en el sentido preciso
del término, sino que me llamaron de distintas
Compañías.
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Para el debut de su Compañía ha elegido un título emblemático y
a la vez prueba de fuego para el cuerpo de baile: Giselle.
Por un lado extraña el reto, pero por otro no, ya que es uno de
los títulos que María Jiménez más domina.
- Elegirlo ha sido por
cuatro motivos: el técnico, el artístico, el humano y el
empresarial.
VIRTUOSISMO SIN QUE SE NOTE
Giselle es el culmen del ballet romántico que obliga a
una depurada técnica y a un exquisito virtuosismo…
FOTO: CARLOS BELÉN |
- La evolución
de la técnica actual en danza
– aclara María Jiménez
- ha desviado, en gran parte, la
esencia de este ballet donde lo más importante
es supeditar el virtuosismo, a la esencia
expresiva y no supeditar la expresividad al
virtuosismo. He aquí la gran dificultad,
mantener el equilibrio y hacer de la técnica
algo que siendo sumamente virtuoso nunca lo
parezca. La ingravidez necesaria, por parte de
todo el elenco en el segundo acto, hace
necesario un gran esfuerzo técnico capaz sólo de
lograrse con la conciencia necesaria de que la
técnica sin sentimiento no es nada a lo que
podamos denominar Ballet Clásico.
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GISELLE CULMINACIÓN
DE UNA ÉPOCA BALLETÍSTICA Y ESTÉTICA
Giselle aparece en el panorama del ballet clásico como el
culmen del ballet romántico y detona una época…
- Hablando
artísticamente Giselle es la culminación de una
época: “El romanticismo”. Se convierte pues en el pilar
de toda una corriente artística representativa, como tal
vez ninguna. Es el reflejo de una sociedad que ansiaba
la belleza y la armonía ante todo el horror y oscuridad
de épocas pasadas. El equilibrio existente en su
argumento es tan perfecto, que roza lo sublime y ese es
el gran reto de todo artista, que desee representarlo.
Es un ballet, en el que la atmósfera ha de ser creada
por todos y cada uno de los miembros del elenco y por
eso requiere de una gran preparación psicológica y
artística, para que el espíritu siempre aflore por
encima de la técnica y de lo terrenal.
BÁLSAMO ANTE LOS HORRORES
DE UNA SOCIEDAD EN CRISIS
El siglo XXI, lleno de prisas y conflictos socioeconómicos está
como alejado de ese mundo romántico y etéreo que puede sonar a
escapismo.
- No es
escapismo. Es suscitar sentimientos más
nobles: nuestra sociedad vive en un caos de
violencia, racismo, intolerancia y
deshumanización. Prisas continuas que no nos
dejan ahondar en nosotros. A ello se añade
la exigencia de los cánones actuales a
seguir que nos convierten en maniquís de un
escaparate y entramos así en una rueda de
intereses impuestos. Con Giselle el
espectador olvida lo externo y recupera la
belleza, la armonía y la fuerza de nuestro
más grande, aunque escondido, sentimiento
que es el amor. En el amor no existen los
idiomas, ni los colores, ni las fronteras
como tampoco en el arte. La existencia de
estos sentimientos hace que continúe viva la
llama de la esperanza. Tal vez esto dure
solamente las dos horas de la
representación, pero vale la pena.
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FOTO: CARLOS BELÉN |
FOTOS. CARLOS BELÉN |
UN PROYECTO EMPRESARIAL
NO IRRACIONAL.
MARÍA GIMÉNEZ |
Quienes se han acercado a tocar el ballet
clásico en España, han salido como escaldados
económicamente y la Administración parece no
tener mucho interés en resucitarlo. Por eso esta
Giselle tenía un doble reto: el artístico
y el económico. El “se necesita mucho dinero
para un ballet clásico” es una frase en la que
no cree mucho María Jiménez.
- El estudio
de mercado, realizado por la consultoría,
nos dio los porcentajes más que elevados y
el estudio del D.A.F.O fue el empujón
definitivo para lanzarnos a este proyecto.
El que en España no exista ni una sola
Compañía de Ballet Clásico, es para
nosotros, personal y profesionalmente una
tragedia, pero como empresa es, sin lugar a
dudas, una gran oportunidad.
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La realidad es que hay un público nostálgico del ballet clásico
y la prueba de ello es que acude cuando aparecen ballets de
mayor o menor relieve. A las Compañías más modestas, este
público, les perdona mucho y se quedan con lo más positivo. Ese
interés, que es un brasa aún no extinguida, es la base para
emprender la tarea del ballet clásico. La insistencia de María
Jiménez en resucitar el Ballet Clásico y en concreto Giselle es
porque…
- Es el que más une los cuatro aspectos fundamentales de una
obra (ninguno de ellos es válido sin los otros tres): para el
público, para los bailarines y por supuesto para mí misma. No
puedo olvidar que este ballet ha sido uno de los que más éxitos
me ha hecho cosechar y uno de los que sin duda más me ha
aportado artística y humanamente.”
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GISELLES 1995
PHOTODANCE |
MAXIMILIANO GUERRA |
Maximiliano Guerra (Argentina) – principal Guest de la Scala de
Milán y primer bailarín del teatro Colón de Buenos Aires – le
acompaña en este reto. bailarín de amplio currículo y multitud
de premios que van desde 1985 hasta el 2000. Este último es el
llamado Premio Constelación, consistente en que una estrella del
firmamento lleva su nombre registrado en NASA. Es el primer
artista latinoamericano que recibe esta condecoración.
Interpreta el papel protagónico de Abrecht, que alternará con
Mike Larrabeiti. |
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