NINA
de
JOSÉ RAMÓN FERNÁNDEZ
PREMIO LOPE DE VEGA 2003
FOTO BASE: RAFAEL SUÁREZ |
El Premios Lope de Vega – fundado en 1932 – es un premio
que concede anualmente el Ayuntamiento de Madrid a una obra de
teatro. Es un premio con ciertas intermitencias: algunos años no
se ha convocado, otros ha quedado desierto y en algunos casos no
se ha llegado a estrenar o se ha retrasado el estreno.
La nueva dirección del teatro Español se ha puesto como meta
estrenar los premios. Este mismo año lo ha hecho con Armengol
(Premio 2002) de Miguel Murillo y ahora continúa su
promesa con Nina (Premio 2003) de José Ramón Fernández.
Le quedan pendientes Último verano en el paraíso (Premio
2004) de Jesús Cracio y Demasiado humano (Los
últimos días de Nietzsche) (Premio 2005) de Jaime Romo.
JOSÉ RAMÓN FERNÁNDEZ
COLECCIONISTA DE PREMIOS
José Ramón Fernández (Madrid, 1962), Premio Lope de
Vega 2003 por su obra Nina, no es la primera vez que
recibe premios. Comenzó a coleccionarlos ya en 1993 con Para
quemar la memoria que fue Premio Calderón de la Barca.
En 1998 fue finalista del Premio Tirso de Molina por
La Tierra.
Ha colaborado en trabajos con otros dramaturgos como fue con las
propuestas del Teatro del Astillero y con la Cuarta
Pared, la cual produjo la Trilogía de la Juventud. La
primera obra de esta trilogía, Las manos, recibió el
Premio MAX de la SGAE como mejor texto castellano 2002. La
segunda parte, Imagina, fueron finalistas del Premio
Nacional de Literatura 2003.
Para Mario Gas, Nina
FOTO: RAFAEL SUÁREZ |
- Es un texto
interesantísimo. Los personajes van saliendo como si
no te dieras cuenta. Es un texto como un remanso que
por debajo tiene aguas muy turbulentas. Con este
espectáculo debuta uno de los directores de cine más
sensible del panorama cinematográfico actual. Sus
tres películas son muy interesantes. Hace un cine
que parece de verdad, que es verdad. Y posee la
capacidad agudísima y sutil en la dirección de
actores.
|
El tal debutante en teatro es el cineasta Salvador García
Ruiz (Madrid, 1963) y sus tres películas son:
Mensaka (1998),
basada en la novela de José Ángel Mañas
El otro barrio (2000)
basada en la novela homónima de Elvira Lindo
Las voces de la noche (2004),
adaptación de la novela de Natalia Ginzburg Las
palabras de la noche
El recurrir a un hombre de cine para dirigir teatro por parte de
Mario Gas nace de una teoría que tiene muy meditada:
- El teatro y el cine son
primos hermanos y pensé que
Salvador
podría iniciarse con esta obra. Aunque sea un hombre de
cine, es un gran consumidor de teatro y lo conoce bien. Se
lo propuse y para mí fue una gran alegría cuando me dijo que
sí.
En el caso de Salvador, la propuesta de Mario Gas
para dirigir teatro le hizo preguntarse:
- ¿Qué pasa? Yo
hago cine ¿Es que no lo hago bien? La propuesta
cumplía algo que sucede siempre en mi vida
profesional: yo avanzo profesionalmente por los
empujones que me dan los demás. Yo por mí mismo
soy muy cobarde y no me lanzo. Me asusté y lo
único que me dio confianza es que si
Mario Gas me lo proponía, quería decir
que yo podría hacerlo. Lo único que le pedí es
que necesitaba estar arropado, porque no tenía
ni idea de teatro.
|
SALVADOR GARCÍA RUIZ
FOTO: RAFAEL SUÁREZ |
Este “miedo escénico” o “humildad” de Salvador es lo
que valora Mario Gas:
- En un mundo en que
todos saben de todo, el que alguien te diga que no sabe
nada de teatro, que tiene terror, necesita de unas
muletas y te pida ayuda es poco frecuente. Te dan ganas
de ayudarle. Hace activarte para trabajar con
tranquilidad y desde dentro. Lo que sucede que
Salvador tiene un gran talento. Estoy muy
contento de esta producción. He visto dos ensayos y me
ha conmovido.
El equipo lo ha decidido Mario Gas pero según
Salvador…
RICARDO MOYA Y JUAN ARTERO
FOTOS: RAFAEL SUÁREZ |
- …con
muchísimo respeto sin imponer a nadie.
Mario ha sido muy respetuoso. Yo no
conocía mucho del ambiente teatral y
necesitaba gente del medio, que
Mario sí conocía. Me dio nombres,
opciones y yo fui decidiendo. Algunos los
conocía como a
Antonio – Antonio Belart, el
escenógrafo – que es maravilloso y a
Pascal Gaigne, el músico, con el cual
ya había trabajado en Mensaka.
|
Un puntal de ayuda ha sido Luis d’Ors, como
ayudante de dirección.
- A
Luis no lo conocía y tuve una entrevista con
él. El pretendía limitarse a organizar el trabajo,
pero viendo que sabía bastante más que yo en el
mundo del teatro le pedí que estuviera conmigo y que
no se limitase a organizar.
Arropado con un equipo que le dio confianza se lanzó
a dirigir la historia de tres personajes.
UN TEXTO TRABAJADO
ESCÉNICAMENTE
COMO UNA OBRA DE ORFEBRERÍA
José Ramón Fernández cree en su propio texto:
- Va a
ser un acontecimiento lo que veais. Es
un texto que pasados unos años no me
avergonzaré de él.
Salvador ha hecho un delicado
trabajo de orfebre, ya que de una piedra
de más o menos de valor se saca una
joya.
Salvador lo ha hecho en esa
especie de estado de gracia. El trabajo
con los tres actores es realmente
extraordinario y que si por una vez Dios
respeta la justicia, que es lo que tiene
que hacer, repartirá bienes y premios
para todos.
|
JOSÉ RAMÓN FERNÁNDEZ |
La idea partió de una imagen: jóvenes esperando que
algo sucediese.
- Hablando con
los alumnos de la RESAD
(Real Escuela Superior de
Arte Dramático de Madrid) – añade José Ramón
– que estudiaban conmigo los “los
malditos rusos”, se sentían identificados con
los personajes de
Chejov.
Por otro lado yo quería desintoxicarme de mi
teatro anterior, haciendo un texto con unidad de
acción, lugar y tiempo. Quería hacer algo
tremendamente mío con mis libros, mis
periódicos, mis películas. Trabajar en algo muy
mío y pensando en la situación de hoy día. Habrá
mucha gente que se reconocerá en los personajes
y situaciones. Existen muchos que piensan, como
mis personajes, que conseguirían la felicidad si
van a otro sitio y eso es un error
El estreno en el Teatro Español le ha
satisfecho.
JUAN ARTERO Y LAIA MARULL
FOTO: RAFAEL SUÁREZ |
-
Estrenar en el Español, donde
estrenaba
Lope de Vega, ha sido una
suerte, pues se ha hecho
especialmente bien y con las mejores
condiciones. Estoy impresionado por
el trabajo que se ha hecho.
|
UN TEXTO QUE SE
CONVIERTE EN ALGO PERSONAL
Salvador que ha entrado en el proyecto de
puntillas, terminó metiéndose de lleno en él.
- Al leer el
texto
- precisa
Salvador – y hablar
sobre teatro se convirtió en algo muy
personal. Es curioso cuando te cercas desde
fuera a un proyecto y después se convierte
en algo natural a uno mismo. Se trata de un
texto aparentemente muy sencillo, pero acaba
siendo complejo y te hace dar un salto al
vacío. No hay trucos. Te tienes que entregar
a él y sobre todo por parte de los actores.
Es un equipo a tres.
Nina (Laia Marull)
es una historia de la esperanza.
Tres personas a las que no le han
salido bien las cosas. En una noche
los tres se enfrentan con sus
imágenes en el espejo de los otros.
Nina, joven actriz que salió del
pueblo para hacer carrera y vuelve
desesperada, con sus ilusiones
rotas. Tal vez quiera morir. Un
hombre maduro, Esteban (Ricardo
Moya), y un joven, Blas
(Juanjo Artero),
también esconden sus dramas e
intereses. Comienza una largan noche
en la que se entremezclan:
recuerdos, ilusiones rotas, miedo al
futuro y la esperanza.
|
LAIA MARULL
FOTO: RAFAEL SIÁREZ |
Salvador define el trabajo de los
tres actores de un modo peculiar:
- Es
respirar, encarnar sus personajes más
que interpretar. Conozco mucho a
Laia, es la tercera que
trabajamos juntos. Me sorprende que
quisiera trabajar conmigo
– carcajada de
Laia – pues es una
gran actriz. Se abre totalmente a ti. Se
lanza. Siempre le he dicho que se
reservase un poco y no se entregase
totalmente, pero me dice que ella es
así. Ahora con este texto el espectador
tiene oportunidad de verla.
Ricardo Moya y Juanjo Artero
nunca habían trabajado con Salvador.
-
Aunque no he trabajado con ellos,
han estado a la altura de
Laia. Son muy receptivos a
cualquier indicación. Y esta
receptividad es importante porque es
lo que pide el texto de
José Ramón. Por eso es un
trabajo de ellos y no mío. Yo sólo
los miro, como si fuera une
espectador privilegiado y dejo que
ellos vivan sus personajes. Durante
estos tres meses he estado viendo a
tres actores maravillosos viviendo
un texto.
TRES VIDAS
QUE EL
EL ESPECTADOR OBSERVA
Esteban (Ricardo
Moya) es el hombre, ya maduro,
que no ha salido del pueblo. Ha
visto crecer a Nina (Laia
Marull)y a Blas (Juan
Artero). Conoce sus infancias y
sus relaciones con la generación
anterior que es la de él. Lo
interpreta Ricardo Moya
(Santander, 17 de septiembre de
1954) que José Ramón Fernández
define como:
-
Un
actor que llena los silencios
difíciles. Uno de esos actores
que siempre son una garantía,
que saben dibujar un personaje,
darle hondura, darle dimensión.
RICARDO MOYA
FOTO: RAFAEL SUÁREZ |
-
Soy el mayor de los
tres
– confirma
Ricardo Moya.
Estoy a medio camino
entre la memoria y
lo cotidiano. Mis
relaciones con los
jóvenes son
peculiares y
precedentes, entre
ellos y entre sí.
Hay un misterio que
no se acaba de
desvelar. Su
experiencia se ve
enriquecida y se
siente sorprendido.
Comprueba que no hay
reglas fijas y lo
único real es el
presente, pero ve
que sus vidas
transcurren en el
pasado y el futuro
que no existe. Está
a medio camino entre
la memoria y lo
cotidiano. Piensa
que podría ser útil,
pero teme en el
actuar.
|
Ricardo Moya, licenciado
en Arte Dramático por el
Institut del Teatre de Barcelona
(1976), su carrera transcurre
por la interpretación, la
dirección y la pedagogía. Sus
últimas interpretaciones han
sido:
2004 |
La Orestiada
de Esquilo
(dir. Mario Gas)
Romul el Gran
de Dürrenmatt
(Dir. Carles
Alfaro) |
2005 |
A Electra le
sienta bien el luto
de E. O’Neill
(Dir. Mario Gas) |
Ayudante de dirección de
Mario Gas en una decena
de óperas y obras dramáticas,
funda en 1989 (Santander) la
Compañía Variedades del
Cantábrico donde dirige e
interpreta Háblame como la
lluvia y otras obras de
Tenesse Williams. En 1991
dirige La Pasión de
Potes.
Como profesor de
interpretación formó parte
del equipo fundador de la
Escuela de Arte Dramático de
Cantabria (1988 – 1993). En
1993, junto a Obdulia Peredo
y Eduardo Gruber, obtiene
el Premio de Escenografía
Ciudad de Oviedo por el
proyecto para la ópera El
cazador furtivo de Carl
Maria Von Weber con
dirección de Pilar Miró.
-
El texto de
José Ramón
– afirma Ricardo
– es
un texto apetecible
por lo abierto y
brinda posibilidades
de ser rellenado de
mociones y actitudes
en las que hay que
elegir. Agradezco a
Salvador que
haya sido el capitán
de este navío y se
haya comportado como
un buen guía y aunar
la fuerza del
equipo. El texto
obliga a estar
receptivo. Es un
lenguaje llano y
directo y en mi caso
me obliga a dotarlo
de un tipo de verdad
humana, ya que mi
personaje es capaz
de desentrañarla y
vivir con ella.
Salvador ha
sido muy hábil. Sin
tener que recurrir a
un trabajo de
psicoanálisis de los
textos, nos ha
sabido mostrar la
vida de cada día. Es
un personaje difícil
pues Esteban
tiene que meterse en
ese ring
(en el espacio en el
que se reúnen, un
café)
y pelear con los
fantasmas de la
realidad. No es
fácil explicar el
personaje, ya que
como los otros dos,
se explican a través
de los otros. Cada
uno tiene un tesoro
escondido y se saca
el diamante de la
montaña de carbón
que aparentan.
|
LAIA MARULL Y RICARDO
MOYA
FOTO: RAFAEL SUÁREZ |
LAIA
MARULL
LA ROTURA DE LAS FRONTERAS
ENTRE CINE Y TEATRO
Guste o no, Laia Marull
nació, para el gran público, en
2003 con la película Te doy
mis ojos de Iciar Bollain.
A partir de ahí en ella se pensó
como actriz de cine y nadie
sabía que desde 1993 actuaba en
el teatro. Tal ignorancia
justificaba la opinión de
algunos: “cómo una actriz de
cine podía interpretar Lulú
(2001) de Frank Wedekind y a la
hija muda de Madre Coraje
(2001/02) de Bertold Brecht
ambas con dirección de Mario Gas
y para el Teatro Nacional de
Cataluña (TNC)”. Tales
interpretaciones, según Mario
Gas, fueron muy buenas. Y a
Mario esta versatilidad de
Laia
le refuerza su teoría de cine u
teatro no tienen fronteras.
- Acabemos ya con esas fronteras
entre cine y teatro
– insiste
Mario. Este espectáculo está
hecho desde el teatro y
Salvador
es ahora director de cine y
teatro y
Laia también.
El que se recuerde a Laia por
Te
doy mis ojos, no es solamente
por el Premio Goya 2004
recibido, sino porque ofrecía
con su interpretación un
personaje muy verista hasta el
punto de pensarse en ella como
si no fuera una actriz.
Según José Ramón Fernández
LAIA, JUAN Y SALVADOR GARCÍA
FOTO: RAFAEL SUÁREZ |
-
Laia es tan de verdad que duele. Eso que
a veces ponen los carteles: tal actor ES tal
personaje. El verbo SER se llena aquí
de sentido.
Laia ha hecho muy importantes trabajos en
teatro en Barcelona y ha asombrado a todo bicho
viviente con sus creaciones en cine de los
últimos años. Pues capaz de superar todo eso.
Creo que va a ser su debut en Madrid. Estoy
seguro de que esa fecha se recordará, como se
recuerda la llegada a Madrid, de cuyo corazón no
se ha ido nunca, de otra actriz de Barcelona,
joven y menuda, de nombre
Margarita (Margarita
Xirgú) allá por 1914.
|
Laia se siente afortunada y
define su vida como una
“suerte
tras otra”…
- Al leer el
texto me sentí muy abrumada. No sabía cómo
enfocarlo. Tienes la ventaja de que
Salvador te deja trabajar lo que quieras
y después él es una maravilla, sabe mucho, es
muy delicado y tiene la posibilidad de sacarte
cosas. Después he tenido la suerte de
encontrarme con estos dos compañeros. Es muy
importante el sentirnos, el escucharnos. Es un
trabajo de conjunto y de matices. Lo bonito del
texto es que es un irse abriendo. Encontrarse en
la noche en un momento de sus vidas que se les
ha hecho grandes y no saben cómo afrontarlo. La
sacan desde su propia intimidad. Estoy muy feliz
de estar aquí.
|
LAIA MARULL
FOTO: RAFAEL SUÁREZ |
Con respecto al dilema cine o
teatro, lo tiene muy claro.
- Para mí tanto las experiencias
cinematográficas como teatrales
son nuevas. Yo empecé con el
teatro y seguí con el teatro.
Después fui combinando. No me
gusta encasillarme.
JUAN ARTERO
UNA ACTOR AL QUE EL ÉXITO
LE HA LLEVADO A TRABAJAR MÁS
Juan Artero para una generación
era Javi, uno de los niños de la
popular serie infantil Verano
Azul. Para otra es uno de los
policías de la actual serie
televisiva El Comisario. En
medio, una carrera repartida
entre teatro cine y televisión.
Juan para José Ramón Fernández
- Es un actor que ha sabido
forjar su oficio, no dejarse
llevar por el éxito que siempre
le acompañó, estudiar y trabajar
hasta llegar a trabajos
extraordinarios y emocionantes
como su papel en Por amor al
arte
- autor Neil LaBute,
dirigida por Gerardo Vera -;
hasta llegar a este momento
dulce en el que es capaz de
doblegar cualquier personaje, de
hacer carne con el papel, de a
sus ojos toda la hondura del
fracaso de Blas, de ser tan de
verdad que duele.
La intención de Juan en estas
fechas era tomarse unas
vacaciones en Oliva, que
necesitaba.
JUAN ARTERO Y LAIA MARRULL
FOTO: RAFAEL SUÁREZ |
- Mi
representante me habló de
Salvador, del que yo conocía su
trabajo, aunque no a él. Siempre me
impresionaron sus actores en sus
películas. No sé cómo trabaja pero te
lleva muy bien, así como
Luis d’Ors, su ayudante. A
Laia no la conocía, salvo en cine
y es un monstruo teatral. Y en cuanto a
Ricardo es alguien al que admiro.
Ha sido muy satisfactorio a albor
interpretativa, pues la interpretación
es un juego mutuo en el que yo te doy y
tu me das y eso lo hemos conseguido.
|
Juan encarna a Blas, el joven
que, como Esteban, no salió del
pueblo.
- El se siente muy malo
– añade
Juan. Tiene un hijo. Piensa que
su vida es un fracaso, pero tira
adelante por su hijo. Se
encuentra muy bloqueado y no ha
podido mover ficha. Tenía
inquietudes, pero nunca se ha
dejado llevar por ellas. Nina
hace que se de cuenta de ello y
la probabilidad de salir
adelante. Aparece la posibilidad
de mover ficha. Ahora habla para
saber lo que es su vida y
reflexionar sobre ella. Esteban
podría haber sido Blas en el
pasado.
Juan Artero debutó en el Teatro
Español y está contento de
volver a él.
- Me gusta ver cómo funciona
este Teatro con esa gran
variedad de espectáculos. Hay
también un elemento sentimental
pues venía con mi abuelo a este
teatro. Estoy muy contento. Vale
la pena haber dejado las
vacaciones de Oliva.
EL ESPACIO:
EL DE CUALQUIER CAFÉ
Para esta historia a tres basta
un pequeño espacio como puede
ser el de un café. Los tres
hablan y el espectador viene a
ser el cliente que en ese café
toma una copa y escucha a los
vecinos de al lado. El Café del
Teatro del Español, ha sido el
sitio ideal.
- Desde el principio sabíamos
–
precisa Salvador -
que íbamos a
ir aquí al Café del Español. La
función transcurre en un café y
pensábamos hacerlo en un café de
verdad. El espectador observa un
espacio real y no un decorado.
Es lo que el texto demandaba. Es
un texto que el espectador tiene
que sentir de verdad.
Para el autor José Ramón…
-
Este espacio posee las
mejores condiciones
posibles. Ofrece la
posibilidad de cercanía. Es
una historia que ha nacido a
partir del espacio. Él es el
generador y me interesaba en
mi historia, ya que los
actores tienen que sentirse
solos con el mundo de sus
ensueños que, en el fondo,
es el mundo del teatro. El
espectador es un ser
privilegiado que puede
observarlos y puedan estar
tan cerca que incluso ve
cómo se les eriza la piel.
|
EL ESPACIO: UN CAFÉ
RICARDO MOYA Y JUAN ARTERO
FOTO BASE: RAFAEL SUÁREZ |
ANTONIO BELART |
Antonio Belart es el creador de
este espacio. Su trabajo se
reparte entre el teatro y el
cine. En el teatro es un adicto
a crear los espacios para Mario
Gas, Dagoll Dagom, Carme
Portaceli, Calixto Bietio,
Els
Joglars, Esteve Ferer,
Rafael
Amargo… En el cine lo ha hecho
para Francesc Ballmunt,
Vicente
Aranda, Óscar Aibar,
Mireia Ros,
Joaquim Jordà…
Antonio es parco en palabras:
-
Es un lujo trabajar con
Salvador. Idear el espacio no ha
sido difícil, ya que los tres
personajes me lo han puesto
fácil. Y por otro lado trabajar
en un espacio ya existente ha
sido muy interesante.
|
Para José Ramón Fernández
Nina
ha encontrado un espacio idóneo:
- Es un espacio que parece haber
sido creado expresamente para
este texto. Nina servirá como
lugar en el que hervirán estos
extraordinarios actores, como
lugar para que cada tarde, a eso
de las nueve, ellos consigan que
podamos mirar sin pudor un trozo
de vida, porque ellos habrán
sido capaces de eso tan difícil:
encarnar, Dar carne a un
personaje, para buscar nuestra
emoción y, a través de ella,
nuestro pensamiento.
Nina, en cuanto historia,
José
Ramón la define como…
- …un combate
entre la desesperación y la voluntad de vivir;
de seguir viviendo mañana por la mañana. Es eso
extraordinario que nos pasa a usted y a mí y al
que se sienta a mi lado en el autobús. Espero
que a usted también le interesen estas cosas.
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JUAN ARTERO Y LAIA MARULL
FOTO: RAFAEL SUÁREZ |
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