LA TABERBERA DEL PUERTO
de
PABLO SOROZABAL y LUIS OLMOS
UNOS PERSONAJES CONTEMPORÁNEOS DE
EL CORTO MALTÉS
FOTOS BASE: JESÚS ALCÁNTARA |
Hace 34 años que no se montaba en el Teatro de la Zarzuela La
Tabernera del Puerto de Pablo Sorozábal, que dirigió
él mismo. Estrenada el 16 de mayo de 1936 (¿6 de abril de 1936?)
en el Teatro Tívoli de Barcelona y cuatro años después en
Madrid, este título ha sido de los más socorridos en las
Compañías de Repertorio y para el público medio, junto con
Katiuska y La del manojo de Rosas. De sus melodías
las más populares han sido la romanza de Marola:
En un país de Fábula – a la que acude con cierta ironía
Fernando Trueba en su película Bélle Epoque,
en la voz de Mari Carmen Ramírez - , y la de
Leandro: No puede ser, esa mujer es buena, cuya
interpretación ha terminado por ser un referente en la voz de
Alfredo Kraus.
Luis Olmos – actual director del Teatro de la Zarzuela –
es el director escénico de esta versión. Él mismo no se explica
la causa de esta ausencia de tantos años:
- Sorprende que no se haya
montado en tantos años, pues es una obra musicalmente
maravillosa. Se pueden encontrar algunas causas. Una de
ellas es que tiene unas delicadas y arriesgadas exigencias
vocales que no son fáciles de llevar a escena.
A parte de una partitura no fácil, exige un amplio reparto
de voces. Soprano, tenor lírico, dos barítonos, bajo, tenor
cómico y la llamada tiple cómica, convertida en esta ocasión
en un chico adolescente, Abel.
Cuando Luis Olmos llega al Teatro de la
Zarzuela como director artístico, José Antonio
Campos ya le propuso que montara La Tabernera
del Puerto.
- Yo tenía un
buen recuerdo de La Tabernera. De
pequeñito, tenía una vecina que me decía que le
pusiera el disco de La Tabernera y yo
cuando lo oía me emocionaba con aquellas
melodías. La cantaba
Kraus,
que es un referente, dentro del mundo de
Sorozabal, pues ha interpretado muchas de
sus versiones discográficas. Hacerla ahora era
recordar aquellos momentos, pero, al mismo
tiempo, redescubrirla.
|
LUIS OLMOS |
En la ficha técnico – artística a Luis Olmos, además
de la dirección, se le adjudica este epígrafe:
Revisión Dramatúrgica
- Con ese nombre se
quiere decir
– aclara Luis –
que he hecho un peinado de la obra sobre una serie de
aspectos reiterativos, que lo único que hacían era
alargarla. A veces se refiere a la propia rima. El texto
está escrito en romance con rima asonante. Por ejemplo
Leandro
– el galán –
se expresa en rima asonante y suena un poco
cursi. En ese caso he roto el romance, ya que te das
cuenta de que se añade un verso para completar el
romance y la rima. También he quitado florituras
inútiles, o cosas para ser coherente como cuando Juan
Eguía advierte ¿me acompañas a
la guitarra? Y después nadie la toca.
Además de este peinado de texto, la versión de Luis
desvela la entraña de una historia oscura, que la época
sólo apuntó y suavizó.
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
Estamos en el imaginario pueblo de Cantabreda
(Norte de España), cuyos rasgos apuntan al
verdadero Castro Urdiales. Pescadores,
antiguos contrabandistas, mujeres de los
pescadores y una taberna en el puerto. En ella
Marola, una bella y enigmática
mujer, por la que beben los vientos los hombres
de aquel mar. Entre ellos, dos enamorados:
Leandro y el adolescente Abel.
Marola parece tener un dueño,
Juan Eguía. En el trasfondo se intuye
que ciertos personajes cuentan con un pasado
tortuoso que proyecta su sombra sobre el
presente. |
SACAR A LA LUZ
UN PASADO TORTUOSO
Luis ha intentado desentrañar ese misterioso
trasfondo de oscuridad que late en algunos personajes.
- El tratamiento que
le he dado es el de la fábula
- aclara Luis.
De hecho el subtítulo de la obra es “Romance
marinero”. Desde que la conozco siempre me sugirió
el que era una fábula que narraba la piratería en un
pueblito de fantasía llamado Cantabreda. Juan de
Eguía, Simpson, Verdier aparecen
como piratas y con una serie de trapicheos, pero ya
en decadencia. han vivido y viven en un mundo
marginal. Sugieren mundo de piratas, la cocaína, la
trata de esclavas… Pertenecen a ese mundo y han sido
traficantes, lo que sucede es que ahora ya están en
decadencia. Hay todo un mundo oscuro y perseguido
por la ley.
Esta temática se insinúa en el terceto de los dos
Barítonos y el bajo (Juan de Eguía,
Verdier y Simpson)
Juan de Eguía y Verdier:
¡Aquellas noches de borrachera.
Durmiendo en brazos de torpes hembras!
¡Y aquellas horas de corto idilio
Que eran amores para el olvido!
Simpson:
Y aquella negras y aquellos vinos
Los tres:
¡Cuántos caminos tiene la mar!
¡Cuántos escollos ocultos hay!
Juega el velero con el azar
Y nunca sabe ni cuándo llega
Ni a donde va.
- Hay un
mundo de pasiones muy curioso
– continúa Luis.
Los libretistas
– Fernando
Romero y Guillermo Fernadez Shaw
– juegan con el espectador
e intentan justificar ciertas
situaciones. Por ejemplo está la
relación padre (Juan) e hija (Marola)
que hacen creer que son marido y mujer.
Los libretistas dan ciertos trazos que
sugieren que existe el incesto. Yo
pienso que entre el padre y la hija hay
algo más que una relación
paterno-filial, pero que lo han matizado
los libretistas dejándolo con ese
equívoco ante el pueblo. Hay una
situación incestuosa, de lo contrario no
serían tan tramposos. Los personajes
trascienden su aspecto exterior y son
complejos. La imagen de la hija le
recuerda a su mujer y ahí ya se confunde
todo. Existe todo un mundo de peligro y
contrabando en un entorno marinero con
trazos de piratería. Todo este ambiente
me ha llevado al mundo de la fábula y
del cómic de los años 30 americanos como
puede ser el mundo que
Hugo
Pratt nos describe en el
cómic El Corto Maltés.
|
|
Centrado este romance marinero en le mundo
del cómic, la escenografía, retroproyecciones y
vestuario siguen ese estilo.
BOCETO ESCENOGRÁFICO:
GABRIEL CARRASACAL |
- El que
se centre en le cómic como estética, no
quiere decir
– precisa Luis
– que se pierda
verosimilitud en las emociones de los
personajes, tanto musicalmente como
actoralmente.
|
La traslación a la estética del cómic sin perder su
verosimilitud es algo…
- Que hemos
conseguido. Aún faltan algunos días para el
estreno y limpiaremos más cosas. Es una obra
delicada, que se centra en los perdedores como
es la figura de Simpson que es un antiguo
pirata, hoy alcohólico y que vive de la caridad
de los que le rodean. Juan de Eguía es un
empedernido traficante y pirata que va a
realizar su último negocio. Hay un mundo que
subyace sin resolver y hemos intentado darle
sentido a casi todo.
SUPERACIÓN DE LOS
CLICHÉS
Otra de las revisiones ha sido el eliminar
ciertos clichés. Una de las romanzas más
celebradas ha sido la de Marola
“En un país de fábula…”
- Se ha tratado como
algo ligero
– advierte Luis -,
y no lo es. Hemos buscado el sentido hondo de esa
narración que es una historia muy triste. Y
musicalmente hemos sido muy rigurosos. Por ejemplo,
desde el punto de vista musical hay una cierta
incoherencia y salida de tono tras el dramatismo de
la escena de la barca y la tormenta. En las
versiones tradicionales se bajaba el telón y sonaba
un interludio que reproducían orquestalmente el
dueto cómico de Chinchorro y su mujer
Antigua. Dramáticamente no pega nada, pero era
una excusa para poder cambiar de decorado. Lo hemos
olvidado, ya que ahora podemos realizar el cambio a
la vista del público. En buscar esa coherencia y dar
mayor profundidad a la historia narrativa y
musicalmente hemos hecho un gran esfuerzo.
|
MAROLA
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
Un ingenuo enamorado es el adolescente Abel:
- Es un niño enamorado como
un adulto. Cuando le dice “te quiero”,
lo dice como un adulto. Nuestro Abel es más
sobrecogedor, le hemos dado más dureza y lo hemos perfilado
más.
Desde siempre este personaje se le ha encomendado a la
llamada tiple cómica. Estrella Rivera lo estrenó en
1936 y en las versiones discográficas siempre lo ha
interpretado Enriqueta Serrano, mujer de Pablo
Sorozábal. Puestos en ese revisionismo de mayor
autenticidad, lo lógico hubiera sido acudir a un chico
adolescente de voz blanca.
- Lo hemos pensado
–
aclara Luis. Pero era mucho riesgo
el que lo asumiera un niño porque se les cambia la voz.
Pilar Moral
lo encarna muy bien.
Uno de los personajes más tontorrones es el
enamorado de Marola, Leandro.
Le salva su partitura musical, sobre todo en su
famosa romanza “No
puede ser, esa mujer es buena”, no
obstante dramáticamente resulta un tanto
anodino.
- Es un
personaje que no sabe expresarse. Vive como
obnubilado y es algo obsesivo. Consigue
arrancarse y declararse, pero lo hace de un
modo rudo y con un sentimiento muy noble y
sencillo. Su misión es estar junto a
Marola. Su idea de
“Fuguémonos” nos da un amante
comprometido y por ello Juan de Eguía
juega con él y consigue que acepte ese
turbio acuerdo.
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JOSÉ BROS (LEANDRO) |
El papel de Leandro (tenor) lo interpreta
José Bros y se alternará con Albert Montserrat
y Vicente Ombuena
ENRIQUE BAQUERIZO
(JUAN DE EGUÍA)
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
Juan de Eguía (barítono) es un personaje
con unos trazos dramáticos más precisos.
-
Dramáticamente es un personaje muy complejo
y no solamente es el malo. Me gusta su
corazón roto. Ve en su hija a su mujer, con
la que no se portó bien. Llama a Leandro
para deshacerse de él como rival, pues madre
e hija para él son la misma persona. Es un
personaje muy enriquecedor. El final le
redime.
|
Marola es un personaje enigmático y según
María Rodríguez – alterna el papel de
Marola con María José Moreno – es…
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
- Muy
verdadera. Yo la relaciona con esos
personajes operísticos sicilianos que he
interpretado. En el número
– un atractivo número
musical a ritmo de vals - con
las pescaderas que la acusan de mala hembra
y diablo, saca toda su fuerza y se defiende.
Pierde la pelea cuando entra Juan de
Eguía y la arroja por el suelo. Ahí es
donde aparece lo que yo califico como
aspecto siciliano, esa especie de
oscurantismo. Es casi como Divinas
Palabras, de
Valle
Inclán.
|
María Rodríguez (Valladolid) se ha licenciado en la
RESAD y ha estudiado canto con Ángeles Chamorro. Lleva
interpretado varios papeles como Mimí, Musetta. Donna
Anna y Donna Elvira, Fiordiligi, la Condesa Almaviva,
Micaela, Adèle … posee un surtido currículo operísitco
español Don Quijote de Halffer, Divinas palabras de
García Abril, La vida breve, Goyescas, El hijo fingido
de García Abril, La Dolores de Bretón etc… También una
serie de zarzuelas.
- Siempre defiendo la zarzuela
– precisa María. Disfruto
con roles como el de Marola. Es un personaje que toca
muchos sentimientos. Ella no es la inocente como
Leandro. Se ha criado en el arroyo. Viene a ser un
personaje similar al de
La Dolores y el que interpreta
Charo López en
Los Gozos y las Sombras. Es una mujer
frontera, que está en el límite de la prostituta. Por
ello he dicho que me recuerda un personaje siciliano.
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MARIA RODRIGUEZ (MAROLA)
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
Marola vocalmente no tiene una tesitura fácil.
- Vocalmente es un reto. Yo he cantado papeles
dramáticos en Ópera, pero en zarzuela no había hecho
este tipo de personajes más dramáticos. Por ello aunque
yo sea soprano dramático, me encuentro muy cómoda.
- Es también un personaje complicado
- añade
Luis -, por
esa relación que guarda con su padre, al que se siente
atado por el amor a su madre. Todo esto da un tinte de
comedia melodramática pero importante y obliga a un
ritmo fulgurante en la obra.
LA MÚSICA
Manuel Galduf (Liria) alterna la dirección musical con
Ramón Torrelledó (Castro Urdiales). Para Manuel Galduf
es una satisfacción trabajar con Luis Olmos, dirigir en
el Teatro de la Zarzuela y La Tabernera.
- Es una satisfacción y un reto. Musicalmente,
Sorozábal, es un músico con una cultura alemana, cuyo
entorno conoce muy bien. Es sinfonista y lo ha aplicado
a partituras fantásticas como son La tabernera del
Puerto y La del Manojo de Rosas. Aquí parece oírse a
Wagner, algunas veces y también sabe bajarse a otros
estilos como sucede con el dueto cómico de Chinchorro y
Antigua. Va desde la orquestación más fulgurante a la
del género chico. Y es difícil encontrar cantantes que
puedan pasar de un estilo a otro.
Juan de Eguía y lo mismo
Verdier son barítonos. La
tesitura del barítono de zarzuela es más difícil que la
de ópera. El barítono de zarzuela juega con una amplitud
mayor de registros, llegando a agudos cercanos al tenor.
Tiene también unos filatos muy delicados. El barítono de
ópera se mantiene más en su cuerda. Hoy se puede decir
que ese tipo de barítono ha desaparecido. De los últimos
fueron Manuel Ausensi y Marcos Redondo |
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
- Es difícil hoy encontrar barítonos de zarzuela
–
corrobora Manuel – y prácticamente han desaparecido. En
esta ocasión se juega con tres voces graves, con lo cual
se complica más. Por ello han de ser excepcionales.
Conjugar todo esto es difícil para un director de
orquesta que tiene que mantener un equilibrio.
La comedia musical y la zarzuela al alternar las partes
habladas y musicales, pide una cierta complicidad con el
espectador para que acepte el salto. Sorozábal ha
intentado que el espectador no tuviera que dar ese salto
y procuraba la transición más suave. De ahí que el
“parlato” comience o se prolongue con la música.
- Esa alternancia
– advierte Manuel -, obliga a un
reparto excepcional. He disfrutado dirigiéndolos y ello
al más alto nivel.
Enrique Baquerizo y Juan Jesús Rodríguez se alternan el
papel de Juan de Eguía. Las otras dos voces graves –
bajos – son Abel García (Verdier) e
Ivan García
(Simpson).
Abel García (Barcelona), es ya la tercera vez que pisa
el Teatro de la Zarzuela:
Los sobrinos del Capitán Grant (el General)
La Bruja (el Inquisidor)
El asombro de Damasco (Ka-Fur y otros personajes)
Manifiesta un entusiasmo hacia los montajes de este
Coliseo:
-
Para mí es un lujo venir a la Zarzuela. Es el único
sitio que tratan a cantantes como personas y a personas
como cantantes. Ya me tocó la lotería con mis anteriores
intervenciones, pero con La Tabernera más, pues obliga a
una exigencia vocal muy grande
|
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
La voz de Abel – hablando – es la de un bajo profundo.
- Quisiera decir algo. No sé cómo estas producciones de
la Zarzuela no salen fuera, por todo el mundo. Tienen
caché como cualquier espectáculo de los teatros de
Europa.
FIDELIDAD A LA
PARTITURA
La dificultad de la propia partitura original ha hecho
que las versiones hayan tenido diversas adaptaciones. Ya
en el estreno en Barcelona el bajo Aníbal Vela (Simpson)
tuvo sus dificultades y no pudo con su papel. Le
sustituyó Manuel Gas con gran éxito, el cual fue,
prácticamente, a partir de este momento el intérprete
fetiche de otras obras de Sorozábal: Black el Payaso
(1942), Don Manolito (1943), La Eterna Canción (1945).
También el tenor Faustino Arregui (el Leandro del
estreno), que obtuvo las máximas ovaciones con la ya
mítica romanza “No puede ser, esa mujer es buena”, le
cogió miedo. El mismo Sorozábal describe ese momento:
SOCIEDAD ESPAÑOLA
DE AUTORES LIRICOS |
…la expectación del público era tremenda y el silencio,
impresionante; nunca volvió a cantarla como la noche del
estreno… yo mismo dirigí casi todas las representaciones
y pronto comenzó él (Faustino Aguirre) a darme la
tabarra, pidiéndome que le bajase la romanza medio tono,
a lo que me negué. Llegada la fecha en que debía
regresar a Madrid, le cedí la batuta al director titular
de la compañía, quien – ya frente al atril de la
orquesta – me consultó: “Arregui acaba de pedirme que le
baje la romanza ¿qué hago?” “Dígale que de acuerdo –
respondí – pero tóquenla como está”… Así se hizo y el
tenor la interpretó estupendamente. Cuando fui a
felicitarle durante el
entreacto, Arregui
– burlona sonrisa – me espetó:
“Con que te ha gustado como la
canté, ¿no?”. “Si mucho”. “Pues,
para que te enteres, ¡medio tono
bajo!” “Caramba, chico, ¡Ni lo
he notado!” Al par de días, el
maestro se fue de la lengua y
contóselo a alguien, llegando la
cosa a oídos de Arregui
y volviendo éste a ponerse
nervioso a la hora de la
verdad.¡Todo mera sugestión! (Memorias de
Pablo Sorozábal) |
Estas y otras dificultades han hecho que la partitura
fuera retocándose continuamente. En general, el mundo de
la zarzuela las obras se han interpretado con la
partitura de piano que es lo que existía y cada músico
confeccionaba su librillo. Sorozábal había escrito la
partitura orquestal en la que preveía todos lo posibles
cambios. “Si no hay este instrumento, se sustituya por
este otro etc…” Poeyendo la partitura original la
versión que se estrena ahora es fiel a la misma:
- Se canta y se toca
– confirma
Manuel Galdulf –
tal
como la escribió Sorozábal. Es cierto que
La Tabernera
se ha interpretado mucho, pero musicalmente se ha
tratado con gran libertad y yo diría con libertinaje.
Nuestro intento es interpretarla tal como reescribió.
Ramón Torrelledó (Castro Urdiales (Santander), 31 de
agosto de 1956) se alterna en la dirección musical. Para
él La Tabernera
RAMÓN TORRELLEDÓ |
-
Es un símbolo en el que
el ser humano se refleja
en todos sus matices, a
través de los diversos
personajes: Juan
Eguía es muy malo
pero embaucador y
sensible. Tiene estos
tres perfiles.
Leandro y Marola,
representan la
ingenuidad y el amor.
Tienen una imbecilidad
transitoria, porque eso
es lo propio del amor.
Están enamorados.
Verdier es la
personificación de la
maldad. Abel, el
muchacho, es la
ingenuidad y la bondad y
Simpson es el
gran narrador e indica
el camino a cada
personaje. Todo ello
hace que sea una obra
muy seria musicalmente
en el que se crea un
leiv motiv. Es una obra
llena de unidad
dramática y musical.
|
Los caracteres descritos por Ramón se corresponden
musicalmente a un tratamiento preciso.
-
Juan Eguía posee
tres temas musicales. El
primero es el
rasgado, el de la
maldad. El segundo
es el embaucador, a
través del clarinete,
con el que seduce a
Simpson al principio
y a Marola, y el
tercero es el de
Simpson, que hace
que el propio tema de la
maldad se desvanezca. En
Leandro y Marola,
es el tema del amor
inestable que aparece en
el preludio y en la
introducción del tercer
acto. Hay también temas
ambientales como son el
de la Habanera
que sugiere donde fue
concebida Marola.
Viene a ser el resumen
de su vida. También está
la escena de la barca,
que da unidad musical a
toda la obra. Es un tema
que se ha ido anunciando
y ahora se canta y lo
toca toda la orquesta.
|
JUAN JESÚS RODRÍGUEZ
(JUAN DE EGUÍA)
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
DEL CLAQUÉ DE UNAS VICETIPLES
COMO MARINEROS
A UN SIMPSON DE COLOR
El libreto original contaba con un número muy en boga en
libretos en la línea de la opereta: unas vicetiples
vestidas de marineros yankis bailaban claqué.
-
No me gustó
– confirma
Sorozábal - … así que lo
suprimí, cambiándolo por la famosa romanza “Despierta
negro”, que compuse para el personaje de Simpson, quien
de ser sólo actor pasó a bajo cantante. Fue el principal
arreglo escénico…
(Memorias de
Pablo Sorozábal)
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
Las vicetiples quedaron trasformados en unos marineros
yanquis negros y blancos durmiendo una borrachera.
Simpson los contempla y canta su
“Despierta negro, que
viene el blanco…el negro drumi que drumi, y el blanco
vela que vela…” pero Simpson, tradicionalmente, ha sido
blanco.
En esta versión la sorpresa es Simpson, según
Luis Olmos:
-
Yo siempre he visto a
Simpson como un hombre de color
y de ahí la presencia de
Iván García.
|
Iván García (Caracas), debuta en 1996 en el Festival de
Glasgow y ha participado en el Teatro Colón de Buenos
Aires, la Ópera de Tel Aviv, Ópera de Lyon, Liceo de
Barcelona, Teatro Rinnovati de Siena y en una serie de
salas de Conciertos y Festivales. Títulos en su carrera
son: Orfeo y L’incoronazione di Poppea (Monteverde),
La
reina de las hadas (Pourcel), Cosí fan tutte,
Don
Giovanni y La Flauta Mágica (Mozart), La donna del lago
(Rosini), El cimarrón (Henze) etc…
Con Luis Olmos la negritud de los marineros pasó a
Simpson y de ahí la elección de
Iván que se siente muy
agradecido a Miguel Roa - director musical titular del
Teatro de la Zarzuela - …
-
…Desde el momento de la propia audición en el año
pasado, le estoy agradecido. Es una delicia participar
en esta producción. Una experiencia que se suma al
enriquecimiento de mi trabajo. Es una exigencia escénica
y musical. Es también un enriquecimiento al llegar al
mundo de la zarzuela, a pesar de mi condición de
extranjero. Estoy muy contento. Es la primera vez que
participo en este Teatro y espero que no sea la última.
|
IVAN GARCÍA (SIMPSON)
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
BAILE DE CIFRAS
EN LA FECHA DEL ESTRENO
No hay coincidencias en la fecha de estreno. Sólo en el
local: Teatro Tívoli.
-
16 de mayo de 1936 (Diccionario de la Zarzuela de
Emilio Casares Rodicio, lo afirma en la ficha
Javier
Suárez Pajares; información en la reedición del CD a
partir de grabaciones de 78 revoluciones por minuto de
las casa Odeón, la Voz de su Amo y Columbia)
-
Sábado de Gloria de 1936 (Mi vida y mi obra, Pablo
Sorozábal). El 16 de mayo era un sábado, pero no de
Gloria)
-
6 de abril (miércoles) de 1936
Esta última fecha, 6 de abril de 1936, parece ser la
definitiva en opinión Javier Suárez Pajares, quien firma
el artículo La última gran zarzuela de la historia
publicado en el dossier de prensa con motivo de esta
versión de 2006 y autor de la reseña sobre La Tabernera
en el Diccionario de la Zarzuela. Se mantuvo en cartel -
a lleno completo - hasta el 28 de junio, que era cuando
terminaba la temporada.
La obra se pensaba volver a reponerla al abrir la
temporada en Septiembre. Después vendría el estreno en
Madrid. La Guerra Civil truncó los planes y no sería
hasta el 23 de marzo de 1940 en el Teatro de la
Zarzuela, cuando se estrenase en Madrid. Un incidente
empañaría un tanto la versión madrileña. El propio
Sorozábal en su autobiografía lo anuncia con estas
palabras:
|
PABLO SOROZÁBAL |
“En el teatro de la Zarzuela de Madrid, en una fecha que
no quiero acordarme ni jamás podré olvidar, se cometió
el crimen teatral más grandes de la historia lírica
española” |
El tal
crimen teatral sucedió…
“… el Sábado de Gloria, 23 de marzo, de 1940. Para la
temporada de Primavera, el teatro de la Zarzuela había
anunciado una breve temporada de ópera italiana, pero
algunas dificultades determinaron la cancelación de este
proyecto y, según nociva publicada en la prensa, “la
ópera se sustituye por zarzuela, y Marcos Redondo
estrenará La tabernera del Puerto (ABC, 3-III-1940, p.
17). Sorozábal había vuelto de Valencia y se encontró en
Madrid con toda una confabulación contra su persona
organizada en San Sebastián, durante la guerra civil,
por Federico Moreno Torroba y su secretario Manuel
Merino. Además de éstos participaron contra Sorozábal
Jacinto Guerrero, Jesús María de Arozamena y
Daniel
Montorio, nombre, como vemos, muy relevantes de la
estructura lírica española de aquellos años. La
falsedades que se vertieron contra Sorozábal colocaron
su vida en una posición de grave peligro y fue sometido
a un proceso extraordinariamente minucioso de depuración
en la Sociedad General de Autores del que, finalmente,
salió exculpado de todas las acusaciones que pesaban
sobre él, con la prohibición, no obstante, de desempeñar
cargos de confianza en la Sociedad General de Autores.
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
Está claro que la sentencia no satisfizo a sus enemigos
ni aclaró las responsabilidades que se le atribuían en
ciertos ambientes radicales y desinformados. Así, una
semana antes del estreno, a Sorozábal se le prohibió
aparecer en público dirigiendo la orquesta. Estos datos
ayudan a comprender el contexto en el que se iba a
producir el estreno en Madrid de La Tabernera del
Puerto. Con el río así de revuelto, Moreno Torroba - no
ya según las memorias de Sorozábal, sino según un
informe privado que envió Federico Romero a Jaime de
Foxá, Jefe Provincial de Falange Española
Tradicionalista y de las JONS de Madrid - se marchó a
San Sebastián, dejando preparado en Madrid todo un
aparato con el fin de boicotear este estreno. La torpeza
de los reventadores, que podemos fácilmente intuir ya
que no era gente habituada al teatro, queda clara en el
relato de los hechos realizado por Sorozábal, pero el
disturbio que ocasionaron fue sonado y llevó a que la
Dirección General de Seguridad tomara cartas en el
asunto, llamara al orden a Moreno Torroba y, desde ese
mismo momento, se acabaran los problemas. A pesar de
incidentes, confabulaciones y ambientes de ningún tipo
creados contra Sorozábal, La Tabernera del Puerto
triunfó en el Madrid de la posguerra como había
triunfado en la Barcelona republicana. Y es que el
público, diezmado, depurado..., en el fondo, era el
mismo. (Javier Suárez-Pajares)
El estreno en Madrid trajo una romanza más para el
personaje de Juan de Eguía. A Marcos Redondo no le
sentaba nada bien, siendo él el divo, que a otros como a
Conchita Panadés (Marola) y a Manuel Gas (Simpson) el
público, con los aplausos, les forzaran el “bis”.
“Aunque sin apenas exteriorizarlo, le fastidiaban las
formidables ovaciones a Conchita Panadés tras su romanza
(que el público le hacia repetir), al tenor en la suya
que asimismo repetía y luego, cuando tuvimos que
prescindir de Aníbal Vela (sustituyéndole con
Manuel
Gas), los vítores y aplausos premiando su magnífica aria
"Despierta, negro" que igualmente repetía... Y es que
los buenos cantantes se parecen a las cebollas, las
morcillas y los ajos justo en eso, en que suelen ...
"repetir".
Marcos tenía una hermosa romanza en el
tercer acto de "La tabernera", que también le aplaudían
muchísimo, pero cuya intensidad y dramatismo no se
prestaba al bis ... Yo, conociéndole como si le
hubiera parido, enseguida advertí su descontento y que
sufría en silencio. Por otro lado, él era - sin duda -
el indiscutible "divo" de la compañía y la mayor parte
del público venia a verle y a escucharle a él; no a mi
obra, simple pretexto. Le prometí, pues, componerle otro
cantable que siguiera al tan celebrado de la soprano y
eso le tranquilizó. De momento, a fin de calmarle y que
pudiera lucirse, le arreglé lo del "Sol en la cumbre",
pero a los pocos días estallaba nuestra maldita guerra y
la prometida nueva romanza a su medida - el "Chíbiri,
chíbiri" - no pudo él darla a conocer hasta la, por
motivos políticos, “bastante accidentada” presentación
de"La tabernera" en Madrid, pasados varios años"...”
(Pablo Sorozábal, Mi vida y mi obra) |
CONCHITA PANADÉS
MANUEL GAS |
Estreno en Barcelona: (1936)
Intérpretes del estreno: Marcos Redondo (Juan de Eguía,
barítono), Conchita Panadés (Marola, soprano), Faustino
Arregui (Leandro, tenor), Simpson (Aníbal Vela/ Manuel
Gas, bajos), Antonio Ripoll (Verdier, barítono),
Estrella Rivera (Abel, tiple cómica), María Zaldívar
(Antigua, característica), Antonio Palacios (Ripalda,
tenor cómico), Joaquín Valle (Chinchorro, tenor cómico)
Escenografía: Salvador Alarma
Dirección Musical: Pablo Sorozábal
Estreno en Madrid: (1940)
Intérpretes del estreno: Marcos Redondo (Juan de Eguía),
Conchita Palacios (¿Panadés?) (Marola), Manuel Gas
(Simpson), Esteban Guijarro, (Leandro), Martelo,
gracioso (Chinchorro), Valeriano Ruiz París (Verdier),
María Zaldívar
(Antigua) y Natividad Piñero (Abel).
Orquestación: 2 flautas, flautín, oboe, 2 clarinetes,
fagot, 2 trompas, 2 trompetas, 3 trombones, timbales,
percusión, arpa y cuerda. (Diccionario de la Zarzuela) |
MARCOS REDONDO |
FOTO: JESÚS ALCÁNTARA |
La Tabernera del Puerto es una de esas obras que trae el
Destino. No iba destinada a Pablo Sorozábal. Federico
Romero y Guillermo Fernandez-Shaw la ofrecieron a
José
Guridi que había triunfado con El Caserío y
La Meiga. No
obstante, José Guridi estaba ocupado en otro argumento
de temática similar Mari-Eli con libreto del escenógrafo
Eloy Garay supervisado por
Carlos Arniches, que añadió
alguna escena. Por esta razón no aceptó el encargo.
Mari-Eli se estrenó en abril de 1936 en el Teatro
Fontalba de Madrid. No quedó en el repertorio. Se ha
aludido a la inoportunidad de las fechas, el preludio a
la guerra civil. Es posible, pero La Tabernera también
se estrenó en abril
de 1936.
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