ALUMINIO Y HERRUMBRE
DOS METALES NADA APÁTICOS
Título: Aluminio
Coreografía: Mats Ek
Música: John Adams, Shaker Loops.
Escenografía y vestuario: Peder Freiij.
Iluminación: Eric Berglund.
Asistente del Coreógrafo: Ana Laguna.
Realización vestuario: Sastrería de la Compañía.
Realización escenografía: Riks Teatem, Pinto’s, Gracilazo.
Bailarines:
(23, 24 y 30): Tamako Akiyama/; Luisa María Arias/Rafael
Rivero/Yolanda Martín/Amaury Lebrun; Lucía Barbadillo/Christelle
Horna/Inés Pereira/José Carlos Blanco/Francisco Lorenzo/Jens
Rosen.
(27, 28 y 30 matinal): Ana María López/Alejandro
Álvarez; Miriam Kescherman/Gentian Doda/
Ana Tereza Gonzaga/ Swee Boon Kuik; Nadja Sellrup/
Marina Jiménez/ Andrea Méndez/Joel Toledo/
Fabrice Edelmann, Mathieu Rouvière.
Estreno absoluto: Teatro Real de Madrid, 23 de abril de 2005.
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TAMAKI AKIYAMA, DIMO KIRILOV.
FOTO: FERNANDO MARCOS |
Título: Herrumbre
Coreografía y figurines: Nacho Duato.
Música: Pedro Alcalde y Sergio Caballero: Herrumbre.
David Darling: Dark Wood.
Escenografía: Jaffar Chalabi.
Iluminación: Brad Fields
Realización vestuario: Sastrería de la Compañía.
Realización escenografía: Odeón Decorados.
Bailarines:
Yolanda Martín, Ana María López, Ana Tereza Gonzaga, Andrea
Méndez, Tamako Akiyama, Nadja Sellrup, Luisa María Arias, Swee
Boon Kuik, Gentian Doda, Dimo Kirilov, José Carlos Blanco,
Amaury Lebrun (días 27 y 28 Fabrice Edelmann), Jens Rosen, Oscar
Salomonsson, Rafael Rivero, Francisco Lorenzo, mathieu Rouvière.
Estrenado por la Compañía Nacional de Danza:
Gran Teatro del
Liceu de Barcelona el 2 de agosto de 2004.
Estreno del espectáculo en Madrid: Teatro Real, 23 de abril de
2005. |

TAMAKO AKIYAMA, GENTIAN DODA,
ISAAC MONTILLOR
FOTO: FERNANDO MARCOS. |
Un metal, el aluminio, y las secuelas de otro, el hierro
abandonado a la intemperie, conforman el programa ofrecido en el
Teatro Real, por la Compañía Nacional de Danza.
ALUMINIO
Aluminio tiene el aliciente, además de ser una
coreografía que firma el sueco Mats Ek, el ser la primera
que compone para la Compañía Nacional. Hasta ahora había bailado
otros títulos de Mats, pero, en esta ocasión, es un
encargo que parte de las posibilidades técnicas de los
bailarines. Con cierta modestia Mats, ha declarado que
son los bailarines los que le han obligado a ponerse las pilas
para crear algo que estuviera a la altura de de su fuerza y
juventud.
Mesa, platos y pátina del vestuario aluden a ese metal, el
aluminio, que transmite cierta frialdad, serenidad, acomodación
y limpieza al concebir una estética próxima al minimalismo. Todo
resalta sobre un fondal negro que forma caja con unos laterales
grises traslúcidos.

ALUMINIO.
LUISA MARIA ARIAS
RAFAEL RIVERO
FOTO: FERNANDO MARCOS |
Con un comienzo ordenado en el que una música de melodía
monocorde contrasta con la intranquilidad de la cuerda, siempre
en rebeldía, va desarrollando un desorden progresivo en los
objetos – los platos caen por tierra y ruedan a capricho, la
mesa es volcada - motivado por unos movimientos casi robóticos y
elásticos que progresivamente pierden su rigidez para hacerse
más flexibles y desordenados. La rebeldía transmitida por los
movimientos de la pareja central contrasta con el disciplinado
cruce del grupo en formación de un lado al otro del escenario, -
muy bello y expresivo el paso, remembranza de las estructuras
militares - el cual sucesivamente irá también abandonado su
rigidez para asimilar el desorden de los protagonistas y la
confusión con los objetos por el suelo.
En esta coreografía, Mats olvida algo a lo que nos tenía
acostumbrados: barnizar sus danzas con una serie de apuntados
sentimientos, que a veces rozaba la ternura como en Niños
Viejos. En esta ocasión la frialdad en movimientos, casi
estereotipados, y posteriormente el contorsionismo de los mismos
se hacen protagonistas. En el programa de mano y declaraciones
del propio Mats, se nos habla del tema de la “rebeldía”, del
“desasosiego” como eje central de esta composición balletística.
Un no abandonarse a la monotonía, al estancamiento que nos lleva
a suponer que ya todo debe ser así. La limpieza del aluminio,
sus formas lineales puras plasman muy bien ese mundo finito y
ordenado. De igual modo sabe componer unos movimientos muy
precisos y puros. Pureza y ecuanimidad reflejan muy bien la
monocorde melodía que entra en conflicto continuo con el
inquietante sonido de la cuerda, el cual se traduce
balletísticamente con la angustia del desorden en movimientos
muy expresivos.

ALUMINIO
FOTO: FERNANDO MARCOS |
Impacta favorablemente la partitura Shaker Loops de John Adams,
que forma un todo con la concepción balletística. Hay que
destacar a Tamako Akiyama, que como en otras ocasiones es dueña
del cuerpo y precisa en sus movimientos. El conjunto del cuerpo
de baile muestra también precisión y limpieza en todos sus
desplazamientos.
Otro aspecto es el haber conseguido un buen ritmo en la media
hora que dura, sin entrar en tiempos muertos o superfluos.
HERRUMBRE
Herrumbre venía con buenas credenciales, las del Teatro del
Liceo de Barcelona y las del Teatro Chatêlet de París. Tenía
más, las del propio contenido: una reflexión sobre la violencia,
la tortura y en general el terrorismo. Todo ello era
esperanzador y así en un primer acercamiento no defrauda. Nacho
ha construido una coreografía que llama la atención por la
acertada composición de los movimientos de los solistas y los
corales y por una buena banda sonora que alterna fragmentos del
emotivo lamento del chelo electrónico en clave de adagio, con
bruscos y dolorosos sonidos metálicos y de golpes.

HERRUMBRE
FOTO: FERNANDO MARCOS |
Construye su discurso balletístico mediante un montaje alterno
de escenas amorosas, en la pareja, - un amor que tiene bastante
de temor – con otras violentas, que reproducen diversos aspectos
de la tortura o de la cárcel. Durante una buena parte del
tiempo, nos tiene sobrecogidos y sobre todo a través de la
propia danza crea, en la mente del espectador, una serie
imágenes, recuerdos que terminan por trazar un cuadro del
horror. Nacho ha sabido encontrar el movimiento adecuado tanto
para la parte más lírica que puede llevar a un futuro de
esperanza como en la parte más atroz. |
Ayuda mucho la enrejada escenografía metálica de Jaffar Chalabi,
capaz de adquirir múltiples personalidades, todas ellas
relacionadas con el horror y la enclaustración hasta terminar en
el gran candelabro sobre el que se depositarán las infinitas
velas rojas, lágrimas de cera, como las ha llamado un
dramaturgo. La traslación de ella, así como su propia
transformación se logra con fluidez sin quedar desintegrada de
la propia danza. La iluminación es un gran acierto.

HERRUMBRE.
GENTIAM DODAY Y TAMAKO AKIYAMA
FOTO: FERNANDO MARCOS |
Si bien es cierto que Herrumbre, entra en la línea de las
felices inspiraciones de Nacho en cuanto modo de abordar una
temática importante y encontrar su traducción escénica,
balletística y sonora, no lo es tanto en cuanto al “tempo” de
duración. Tengo, al menos yo, la sensación – llegando hacia el
final - de que el discurso balletístico no avanza los
movimientos se enferman con la reiteración hasta el punto que
añaden poco al discurso general. Creo que unas discretas tijeras
a tiempo no vendrían mal.
Lo que se sigue admirando con satisfacción es la perfección
interpretativa y balletística del grupo.
Presencié el espectáculo el día 24 de abril, un domingo. El
Teatro Real, prácticamente estaba lleno con un público, digamos
de edad madura. Tuve la sensación de una cierta frialdad por
parte de él. Yo lo interpreté, durante la representación, como
frío sobrecogedor o impacto que deja a uno helado. Algo me
alarmó cuando antes de llegar al final, algunos pocos
abandonaban sus localidades. Después vinieron los aplausos, un
tanto prolongados por aquello de que las luces no se encienden y
baja y sube el telón. Mi asombro fue que al encenderse las luces
había habido una considerable desbandada durante el rito del
aplauso. Este es el hecho. De su interpretación no sé que decir,
porque el espectáculo no es, en justicia, de desbandada.
Entonces surge una pregunta: El público del día después del
estreno, el que paga su localidad o tiene su abono, ¿en qué
cánones estéticos y balletísticos se mueve? ¿Es posible que
también ellos hayan captado esa caída de ritmo hacia el final y
son más inmisericordes?  |