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BAILE DE MÁSCARAS
EL PUEBLO SOBERANO

Título: Baile de Máscaras
Coreografía e Idea Original: Rojas y Rodríguez
Música de cámara: José Nieto
Composición “Seguidilla”: Daniel Jurado
Diseño Iluminación: David Pérez
Diseño Escenografía: Ricardo Sánchez-Cuerda
Figurinista: Rosa García Andújar
Texto Dramático y Dirección de Actor: Antonio Hernández Centeno
Colaboración Especial: Luis García Montero,
(Escritor Y Poeta)
Coordinación: Técnica Belén Castres
Técnico Iluminación: David Pérez
Asistente Dirección: Artística María López
Coordinación Musical: Daniel Jurado
Asistente de Producción: Laura Marín
Técnico Sonido: Kike Cabañas
Regiduría: Maite Prieto y  Belén Castres
Jefe Maquinaria: José Rubini
Maquinista: Paco Llori y José Montero
Sastrería: Mª Ángeles Carreras
Maestra Ballet: África Paniagua
Masajista: Juan Carlos Hurtado
Fotógrafo: Alvaro Vlllarubia
Diseño Gráfico: Jesús Araque
Realización Escenografía: May Estructuras y Deblanc
Realización Vestuario: Raquel + Roberto
Calzado: Gallardo
Espacio Sonoro: Héctor González
Empresa de Comunicación: Truc Comunicación
Distribución Nacional: Pentación
Distribución Internacional: Rojas Y Rodríguez Compañía Nina Gómez
Dirección de Producción: Alicia Cordero
Intérpretes:
    Bailarines Principales:
Rojas & Rodríguez
    Bailarín Invitado: Rafael Rivera, Los Días
   19, 20, 21, 29 Y 30 / Daniel Doña, Los Días
   22, 23, 25, 26 27 Y 28
    Actor Invitado: Féllx Gómez
  
Bailarines: María López, Cristina De Vega,
   Pilar González, Pilar Arteseros,
   Raquel Tamarit, Verónica López,
   Emilio Ochando, Cristian Martín,
   Altor Hernández, Paco Berbel,
   Andrés Fernández, Daniel Morillo
Músicos: Daniel Jurado (Guitarra), Enrique Terrón (Percusión), Laura Pedreira (Piano), Moisés Natenzón (Batería), Albert Anguela (Bajo Eléctrico), Ramiro Obedman (Saxo y Flauta), Pedro Obregón (Cante)
Dirección Artística: Rojas & Rodríguez
Estreno en Madrid: Teatro Albéniz,
19 – XI - 2008







FOTOS: ALVARO VILLARUBIA


GOYA
FOTO: ALVARO VILLARUBIA
Estamos finalizando la reflexión sobre el  bicentenario del 1808, en este 2008. Se han desplegado una serie de actividades en todos los campos. En lo que respecta al área de las artes escénicas finalizamos, en Madrid, con danza: Baile de Máscaras, un espectáculo de baile y texto que vuelve al ballet, llamado argumental.

Existe un texto dramático sobre una acertada idea original de los bailarines Rojas y Rodríguez – el antiguo Nuevo Ballet Español y que ahora pasa  a llamarse Rojas y Rodríguez Compañía -  y al final un poema (*) de Luis García Montero. Por lo tanto se conjugan tres elementos: el texto presentando a los personajes y situando los acontecimientos que recita Félix Gómez. No quisiera desvelar el basamento espacial y humano sobre el que se asienta todo el espectáculo, ya que puede resultar una sorpresa para el espectador, pero la construcción de este personaje, me ha recordado a aquel otro con que comienza la historia de Drácula y que está recluido en un manicomio, contando una extraña historia.

El segundo elemento es la coreografía de Rojas & Rodríguez que se alterna con el mencionado texto apoyándose en cada uno de los personajes protagonistas de aquel 2 de Mayo, cuyo colofón es el poema, tercer elemento.

Hay un cuarto elemento a destacar: la impactante música original de José Nieto que termina por cobrar entidad propia, al recrear un fantástico ambiente sonoro que va más allá del apoyo a la danza, llena de fuerza y ritmo.

A nivel argumental Baile de máscaras posee originalidad con respecto otros espectáculos que han tratado el tema. No he visto todo, pero las rememoraciones escénicas de aquel 2 de Mayo han caminado con mucho cuidado, como si el suelo sobre el que se pasearan fuera de vidrio. Sin querer aparecer como patrioteras, no podían menos de rozar ese concepto, suavizado bajo el término “nación”. Y aquí ya comienzan las discrepancias en la España de 2008. Tales espectáculos se quisieron salvar al acudir al pueblo como víctima y protagonista de la creación de un nuevo concepto de España: el pueblo soberano que da a luz la Constitución de Cádiz.
FOTO: ALVARO VILLARUBIA

Baile de máscaras se lo plantea de otra forma. Deja de lado el gesto heroico para no deslizarse por lo “patriotero”. Se centra en los personajes claves del conficto y su ingerencia en la contienda, nacida a raíz de la ingerencia napoleónica.  De este modo, aborda la tesis de una España invadida por la ambición de un Napoleón y la  ineficacia de un Fernando VII. Y en otro bando un primer Goya ambigüo políticamente que evoluciona hacia un sentimiento más noble y digno para con un pueblo que ha percibido, intuitivamente más que racionalmente, la amenaza. No traza por tanto un nivel argumental al uso, en el que se nos cuenta una historia, sino que aborda una serie de posicionamientos vivenciales ante unos hechos.

Concebido así le viene muy bien para una estructuración danzística, pues proporciona solos, pasos a dos y coreografías de conjunto. A ello le ayuda el tono de farsa que le proporciona cierto distanciamiento y el poder dibujar con trazos gruesos y esperpénticos – los trazos de Goya en sus pinturas negras – las figuras y las situaciones. Tales trazos están diseñados a dos niveles: el de la interpretación y el de la danza, logrando una buena simbiosis entre ambos.


FOTO: ALVARO VILLARUBIA
La danza recurre en sus líneas fundamentales al flamenco contemporáneo al que nos tiene habituados Rojas & Rodríguez, pero no olvida los dos estilos, patrimonio del ballet español: la escuela bolera y la danza española. La gran virtud es el hilván que han hecho de los tres estilos y, según sus opiniones, de otros pasos tomados aquí y allá de danzas antiguas que el pasar del tiempo arrinconó. De estas últimas es difícil saber cuáles son. Pero no importa, porque el valor del tejido balletístico que han creado no son compartimentos estancos de cada estilo para un personaje o una situación, sino que son como hilos que se entreveran en el tapiz total y nos trazan el dibujo final. Indudablemente hay sus solos y los ya conocidos zapateados – marca de fábrica -, pero han conseguido que todo fluyera de modo natural.

El pueblo se encarna en el cuerpo de baile que reacciona violentamente ante el abuso de de Napoleón o ante la ineficacia del Rey. Compagina bien los diversos estilos de danza y el aspecto interpretativo, lo cual no es fácil al haberse concebido este engranaje alterno de diversos estilos, que también a ellos les toca.

Rojas & Rodríguez vuelven a hacer gala de su pureza en su propio estilo y ambos en sus respectivos papeles – Ángel es Fernando VII y Carlos es Goya – combinan una buena interpretación con la danza que no la dejan en ningún momento.

El  22 de noviembre – día en el que asistí a la representación – el papel de Napoleón lo interpretaba Daniel Doña. Este papel no tiene un bailarín predeterminado, sino que se ofrece a lo que en el programa llama “bailarín invitado”. El estilo adjudicado al personaje posee una extensa amplitud que Daniel supo ejecutar. De todos, posiblemente es el que queda más desdibujado llegando a ser como un fondal.

Hay que volver a recordar la impactante música de José Nieto, interpretada en directo. Posee fuerza y además de guiar el baile, se convierte en una auténtica banda sonora. No es casual el que José Nieto haya compuesto música para películas.

Un apunte positivo sobre el vestuario de Rosa García, el cual encaja muy bien en el entorno espacial del presente para el que se ha creado y que nos traslada también al pasado con un toque de cierta esperpenticidad.

Una ágil escenografía ayuda al fluir el ritmo.


(*)
En página aparte publicamos el poema de Luis García Montero (Hechos y Figuras)


José Ramón Díaz Sande
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