ADIOS HERMANO CRUEL
UN
ROMEO Y
JULIETA
DE
ALTO
VOLTAJE
Titulo: Adios hermano cruel
Guión de Elio Marchi para ballet en 2 actos. (Inspirado en “Lastima que sea una puta” de John Ford)
Música: Lito Vitale
Coreografía: Ana María
Escenografía: Tito Erguza
Vestuario: Renata Schussheim
Iluminación: José Luis Fiorrucio
Ayudante
de Vestuario: Andrea Mercado
Realización
escenografía: Roberto Suárez
Realización
vestuario: Sara
Trama/Alejandro Bologna
Realización
calzado: Rodolfo Teves/Jorge Donoso
Peinadores
Madrid: Feliciano San Román/Mauro Gastón
Producción: Ballet Argentino de Julio Bocca
Intérpretes: Julio Bocca (Marco, adulto),
Cecilia
Figaredo (Lucía, adulta), Lucas Oliva (Franco,
adulto), Lucas
Segovia/Benjamín Parada (Sacerdote, Pedro), Valentín Fernández (Marco,
adolescente), Vanesa Echezarreta (Lucía, adolescente). Emmanuel Amuchastegui
(Franco, adolescente), Federico Fernández (Pedro, adolescente), Victoria
Balanza/María Eva Predicer (Marietta, Nana y Lucía), Leonardo Otarola (Padre de
Marco y Lucía), Soledad Drago (Madre de Marco y Lucía), Rubén Rodríguez (El
Dux, padre de Franco)
Bailarines: (Familiares, pretendientes, sacerdotes,
soldados)
Lara Delfino, Marisa Eva
Prediger, María José Redelico,
Marisol
Alonso, Soledad Drago, Vanesa Echezarreta, Soledad
Drago, Vanesa Echezarreta, Gabriel
Martínez, Óscar Escudero, Valentín Pagliaricci, Gabriel Usandivaras, Emaul
Amuchastegui, Federico Fernández, Valentín Fernández, LeonarJo Otarola, Rubén
Rodríguez.
Dirección: Julio
Bocca
Estreno
en Madrid: Teatro
Albéniz, 7 de febrero 2007 |
JULIO BOCCA/CECILIA FIGAREDO |
El año pasado Julio Bocca al presentarse en el Teatro de
la
Zarzuela con El hombre
de
la Corbata Roja,
anunciaba su retirada de los escenarios para el año próximo. Este es el
año próximo, y se presenta con un estreno Adiós Hermano Cruel, un ballet completo. Adiós hermano cruel, traduce
el título Adio fratello crudele (1971), una película que dirigió el polifacético Giuseppe Patroni Griffi (1921 – 2005), a partir del texto del dramaturgo John Ford (1586 – 1640): Lástima que seas una puta (Tis Pity She’s a Whore) (1626 - 1633)
Elio Marchi escribió,
para la danza, un guión en dos actos – un prólogo, diez cuadros y un epílogo -,
a partir del texto original y, sobre todo, de la película mencionada. Lito Vitale se ha encargado de componer
la partitura y Ana María Stekelman la coreografía.
J. BOCCA/C. FIGAREDO |
Con Adiós hermano cruel, se vuelve al ballet
argumental: una historia de alto dramatismo y con un tema tabú, el incesto.
Nada tiene que ver con temas balletísticos edulcorados o aquellos otros que
enmascaran su escabrosa temática mediante eufemismos. El esqueleto dramatúrgico
se parece mucho al Romeo y Julieta shakesperiano.
No hay que olvidar que John Ford fue
contemporáneo de Shakesperare,
aunque este texto aparece ocho años después de la muerte de Shakespeare. Los dos escriben dos
imposibles, sufrientes y hermosas historias de amor, sólo que Ford avanza un paso más. Romeo y Julieta,
con su amor, transgreden los convencionalismos sociales, mientras que Anabella y Giovanni – los dos hermanos enamorados - transgreden lo que se
ha llamado ley natural, pero que ya tiene un antecedente bíblico en Tamar (Libro 2º de
Samuel, cap. 13). |
En la película los hermanos se convierten en
hermanastros – Anabella y Giovanni -, tal vez por paliar la
censura. En el ballet recuperan la consaguineidad total, como en el original de Ford, y responden a los nombres de Lucía y Marco.
El argumento obliga a una gran tensión dramática.
Ya en la época de John Ford se
incluía en el contexto de un teatro jacobino (Jacobo I de Inglaterra), que gusta del sensacionalismo en los
escenarios y en los textos. En Shakespeare había grandes pasiones y grandes crímenes, pero emanadas de la propia
pasión humana, tan compleja. En las obras posteriores el crimen y las
atrocidades, a veces, suceden sin razón ninguna. No es el caso de Lástima que seas una puta, un texto
lleno de fuerza e inspiración.
Ana María Stekelman ha construido
una coreografía con momentos impactantes, en los que el dramatismo es
protagonista. Lirismo e ingenuidad en la adolescencia de los personajes, pasión
reprimida y explotada en la madurez y venganza final, son tres líneas que marcaban
la estética coreográfica a seguir. Recurrir a los experimentados caminos del
clásico no parecía lo más adecuado, a pesar de que una base fuerte en el Ballet Argentino de Julio Bocca es el clásico. No obstante, Julio ha hecho evolucionar su
primigenio estilo, incluyendo en su compañía otros tipos de danza. De
ellos se aprovecha Ana María, para
ir combinando el clásico, la danza moderna y una discreta y elegante acrobacia
que genera un gran dinamismo a lo largo de toda la historia.
Julio Bocca, desde hace algún tiempo, entiende la danza narrativa, según los
cánones de un lenguaje teatral. La música y danza al servicio de la narración,
sin concesiones al virtuosismo o lucimiento vacuo de los bailarines. A esto es
fiel en esta coreografía. Los movimientos intentan expresar la tensión
dramática, lírica o violenta. Esto obliga a una buena dosis de interpretación dramática,
en la que la danza sustituye a la palabra hablada. De ello son conscientes los
bailarines-intérpretes y salen airosos. Los pasos a dos son de una gran fuerza
y llama, agradablemente, la atención la coreografía de los soldados
capitaneados por Franco – el esposo oficial de Lucía. Julio Bocca y Cecilia Figaredo – los protagonistas – no solamente muestran una
técnica y precisión en la composición conjunta, sino que expresan con gran
dramatismo sus personajes.
Tal tensión obliga también a una música, un tanto
ecléctica como lo es la danza. Hay momentos de gran fuerza y el piano tiene una
buena dosis de protagonismo. Este eclecticismo lleva a una cierta falta de
unidad, lo que hace que la composición musical pase, a veces, a un segundo
plano.
JULIO BOCCA |
La historia obliga a diversos espacios. En la información del dossier se
advierte. “La
acción se desarrollará siempre dentro de un gran espacio, dividido en niveles, que podrá ser alternativamente el patio de un
palacio, el campo, el altar de una iglesia, o lo que se necesite”. Se ha recurrido a una escenografía virtual de proyección,
cuyo responsable es Tito Erguza.
Funciona a la perfección, hasta el punto de que hasta que no se efectúa la
primera transición visual de un escenario a otro, no se cae en la cuenta de que
se trata de una proyecciones. Ello permite una gran fluidez de ritmo, sin
tiempos muertos, así como el lujo de ir cambiando el colorido o la iluminación
del mismo ambiente a tenor de las emociones. No obstante, tras esta primera
sorpresa
agradable y epatante, me inclino por la nota escenográfica del dossier. La
escenografía virtual, termina por resultar un tanto relamida y emana cierto
olor a los telones pintados, sin la evocadora teatralidad de éstos. |
El vestuario de Renata Schussheim remite a la estética pasoliniana, posiblemente
intentando no concretar una época del pasado, aunque lo sitúa en uno siglos
bastante anteriores o futuros – tiene también reminiscencias de
La Guerra de las Galaxias - al nuestro respetando la otra observación del
dossier: “La
época es atemporal. Puede haber sucedido hace cinco siglos o suceder en un
probable futuro”.
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