RESEÑA 1988
NUM. 186, pp 7 |
SQUASH
BUENO Y BREVE
Eran años en que surgían nuevos autores y los textos
buscaban elementos renovadores. Los actores jóvenes
salidos de una RESAD, que luchaba por renovarse y
actualizarse, se lanzaban a la escena mediante la
formación de grupos independientes y el público se
familiarizaba con las Nuevas Salas Alternativas. |
MARTA BARÓ
DANIEL MORENO |
Título: Squash.
Texto y dirección: Ernesto Caballero.
Escenografía: Producciones Marginales.
Vestuario: Eloy Martín.
Intérpretes: Blanca Suñén (Piedad), Marta Baró (Trini),
Daniel
Moreno (Eladio).
Estreno en Madrid: Círculo de Bellas Artes, 18 de mayo, 1988.
Espectáculo a espectáculo los nombres de Ernesto Caballero
(autor dramático y director) y Producciones Marginales (la
compañía teatral madrileña que acaba de cumplir su quinto año de
existencia) se están afirmando como un pequeño fenómeno lleno de
renovación e interés que insufla agradecibles ráfagas de
frescura teatral en ese ámbito del teatro joven e investigador
cada vez más pretencioso, más confuso y más opaco en que se
mueven, y que aglutina a tantos grupos y propuestas
presuntamente experimentales. Y no es que autor y compañía
desdeñen la experimentación; al contrario de lo que ocurre con
otros grupos cuyos montajes parecen calcos de los anteriores,
Producciones Marginales aborda cada vez una propuesta
radicalmente distinta a las precedentes. Se trata sencillamente
de una cuestión de ideas, de tener algo que decir, y de hacerlo
con la suficiente calidad.
BLANCA SUÑER
MARTA BARÓ |
Squash es un buen ejemplo de teatro que busca elementos
renovadores al tiempo que se sirve hábilmente de fórmulas
típicas de teatro popular: el sainete, los tipos pintorescos,
las situaciones reconocibles, las alusiones a hechos de estricta
actualidad afloran con eficacia sobre la escena y se mezclan sin
tensiones ni estridencias con el absurdo, con la crítica social,
con una apreciable estilización, tanto estética como dramática,
que comienza en la escenografía y va configurando poco a poco la
interpretación de los actores, el devenir de las situaciones y
el final con sorpresa incluida. |
MARTA BARÓ
DANIEL MORENO |
El lenguaje es ágil y divertido; contiene buenos hallazgos,
aunque en ocasiones no evita caer en chistes facilones. Está
bien servido por un buen trabajo del trío de intérpretes que
acierta a transmitir el humor y el patetismo de sus personajes y
conduce la acción de la comicidad a la dureza sin producir
resquebrajamientos en la verosimilitud de la kafkiana situación
que viven sobre el escenario: las absurdas pruebas que dos
mujeres de muy distinta condición (una joven prostituta y una
ama de casa) deben afrontar para optar a un puesto de trabajo
... Después vendrá la caída de las máscaras y unas cuantas
sorpresas de buena ley que acrecientan la teatralidad del asunto
a la par que lo hacen avanzar en una dirección más crítica.
La inusual duración del espectáculo (1 hora) da prueba de la
honestidad y el valor de la compañía. Se trata del tiempo justo
que precisa Squash para
mantener su ritmo y su encadenamiento de
situaciones sin perder nunca el interés y la atención de los
espectadores. Es un detalle más que agradecer en un panorama de
montajes a los que parece sobrarles la mitad del tiempo
empleado.
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