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DON GIL DE LAS CALZAS VERDES
de
TIRSO DE MOLINA

por la


COMPAÑÍA NACIONAL
DE TEATRO CLÁSICO




Estreno, 4 de octubre de 2006

Con Don Gil de las Clazas Verdes de Tirso de Molina, se inicia la temporada teatral 2006/2007 de la Compañía Nacional del Teatro Clásico, ubicado en el Teatro Pavón.

  • Cuando comenzamos – advierte Eduardo Vasco, director del Teatro Clásico - dijimos que íbamos a llevar dos líneas: la primera era descubrir textos clásicos del gran repertorio español. La segunda era consolidar títulos que tienen que estar sobre la escena. Este es el caso de Don Gil.

Desde 1994 – el montaje de Adolfo Marsillach - no subía al escenario un Don Gil en el Teatro Clásico. En ese entretanto el Teatro Corsario mostró una versión muy imaginativa en el Teatro Galileo de Madrid, dirigida por Fernando Urdiales.

  • Doce años sin ver a Don Gil. Es algo que debemos empezar a cuidar y esta es una de las razones de habernos detenido en Don Gil – añade Eduardo. Otra razón de elegirla es porque necesitábamos, como Compañía, una comedia. Destilando su humor poliédrico nos encontramos con una auténtica pieza de manual que goza al mismo tiempo del gusto popular y de la estima de los estudiosos. Tirso está mejor que nunca.

Texto muy elogiado por profesionales y la crítica es también una comedia urbana en la que aparece un Madrid babélico. Uno de los temas es el travestismo de la protagonista. Se vista de hombre par ir tras su amante que la ha abandonado, pero esto se puede traducir según Eduardo:
 
  • En un inconformismo de ser un tipo mujer que imponía aquella sociedad. Está dispuesta a luchar por la única salvación posible para lavar su honor. Aprende una lección muy de su tiempo – el barroco -, que la falsedad es la medida de todas las cosas. Que apariencia y realidad son asuntos muy distintos, y que la mentira hay que vencerla con sus propias armas. Es aparentemente pesimista, pero con ello se muestra un camino para que el ser humano supere lo peor de su naturaleza.
     

FOTO: ROS RIBAS

La obra comienza como un drama de honor y avanza hacia una comedia y después hacia la farsa.

  • Es un enredo - continúa Eduardo -, que ha sido calificado de los más complejos de nuestro teatro. Es una comedia elegante, proporcionada y llena de poesía. Habla a un vulgo que manda – resabiado en lides teatrales – pero es original y sorprende hasta en los géneros más trillados. Es un gran poeta. Compone con naturalidad pasmosa, logrando bellos y musicales versos que funcionan como vehículo perfecto para la narración.

TIRSO,
LA OBSESIÓN POR LA MUJER LIBRE

Tirso tiene una especial mirada sobre la mujer, a la que parece proteger.

  • Para Tirso la mujer es un ser fascinante que rompe cualquier límite. Es una mujer libre o tenía que ser libre. Es la conclusión al ver lo que sucedía a su alrededor.

DE VESTIR A NOVIAS
A VESTIR A DON GIL Y SU TROUPE:
LORENZO CAPRILE

 

FOTO: ROS RIBAS
El nombre de Lorenzo Caprile va unido al vestuario de novia. De sus manos han salido los diseños nupciales y trajes goyescos para toreros y los figurines para la película La dama boba de Lope de Vega. Su aguja ha tenido, pues, un toque teatral desde siempre.
 

  • Es como un sueño hecho realidad – confiesa Lorenzo. Siempre quise actuar en un vestuario teatral. Este montaje me permite jugar en el personaje femenino con un vestuario hombre/mujer. Me he permitido ciertas licencias. Lo he adelantado en el tiempo, llevándolo hasta la época de finales de Felipe IV, cuando la moda francesa se introduce en España. Era una moda que la ostentaban los primeros afrancesados en España.

LA MÚSICA DE ALICIA LÁZARO

Para Alicia Lázaro es la tercera vez que colabora con el Centro Nacional de Teatro Clásico (CNTC).
 
  • Don Gil – aclara Alicia - es una comedia urbana, madrileña y de gente bien. He intentado que la música refleje todo ese ambiente. Hay un uso protagonista del arpa porque estaba de moda y al mismo tiempo es muy elegante y graciosa. El Madrid de aquella época era algo fascinante, porque sin dejar de ser un pueblo, ya era capital. Por eso la música se encuentra a medias entre lo popular y lo cortesano.

FOTO: ROS RIBAS

Se utilizan diversas composiciones a partir de los romanceros y danzas de la época, incluido el minueto.

UNA ESCENOGRAFÍA
A PARTIR DE CUADROS


Carolina Fernández firma la escenografía.

  • Eduardo - añade Carolina -, pinta un mundo con personajes. Hemos extraído los materiales a partir del mobiliario y los marcos de la época. Materiales como son la madera, el negro y el oro. Usamos cuadros de distintos tamaños. Se trata de cuadros de los que salen los actores. La embocadura es en realidad tres molduras de cuadros. Podría decirse que la escenografía está concebida como una galería de cuadros.

FOTO: ROS RIBAS
  • Es como asistir a una galería de pinturas del siglo de oro – resume Eduardo Vasco. Lo más fascinante es contemplar el Madrid del momento: calles arriesgadas, entorno del palacio, gentes nuevas. Nos fascinó ese tipo de visión.

DON GIL, MÁS QUE UNA FARSA.

Don Gil empieza como un drama de honor: el amante que ha abandonado a su dama. Hay que vengar tal afrenta y sobre todo evitar que Doña Juana (Gil) ingrese en un convento, como era costumbre en la época ante ciertos acontecimientos.

  • Lo que sucede es que comienzan a acaecer cosas divertidas – advierte Eduardo. Por eso es fácil que algunas versiones, desde el comienzo, lo enfoquen por el lado histriónico. Otras piensan que es una farsa. No es ese nuestro planteamiento. Es una comedia en la que aparecen unos seres fascinantes, capaces de cualquier cosa a los que Tirso humaniza y respeta. Si la mujer travestida de hombre era un recurso habitual, en Tirso llega a su desarrollo pleno. No es algo anecdótico y meramente teatral, sino que es una declaración de intenciones. Una expresión humana. Una necesidad.

FUNCIONES
De miércoles a sábados: 20:00 horas
martes y domingos: 19:00 horas


PRECIOS
18 €


Título: Don Gil de las calzas verdes.
Autor: Tirso de Molina.
Versión: Eduardo Vasco.
Escenografía: Carolina González.
Iluminación: Miguel Ángel Camacho.
Vestuario: Lorenzo Caprile.
Diseño de peluquería y maquillaje: Miguel Ángel Álvarez.
Atrezzo: Odeón
Calzados y complementos: Sastrería Cornejo, E. Moreno.
Coreografía: Lieven Baert.
Música: Alicia Lázaro.
Arpa: Sara Águeda.
Ayudante de escenografía: Henar Montoya.
Ayudante de dirección: Héctor del Saz.
Ayudante de vestuario: Anuschka Braun
Realización de escenografía: Odeón, Peroni, Talleres Guillermo Díaz, Gerriets, Pinto’s, ATJ, EME. O.K.
Realización vestuario: Lorenzo Caprile.
Fotografía: Ros Ribas.
Asesor de verso: Vicente Fuentes.
Lucha escénica: Javier Mejía.
Intérpretes: Juan Meseguer (Quintana), Montse Díez (Doña Juana), Joaquín Notario (Caramanchel), José Luis Santos (Don Pedro), Miguel Cubero (Don Martín), César Sánchez (Osorio), Pepa Pedroche (Doña Inés), Toni Misó (Don Juan), Elena Rayos (Una dama), Ione Irazábal (Doña Clara), Paco Paredes (Aguilar), Emilio Buale (Alguacil), Jordi Dauder (Don Diego), Javier Mejía (Don Antonio), Jorge Gurpegui (Celio), Rodrigo Arribas (Fabio), Xavi Montesinos (Decio).
Dirección: Eduardo Vasco.
Estreno en Madrid: Teatro Pavón (Compañía Nacional de Teatro Clásico), 4 – X - 2006.



FOTOS: ROS RIBAS

Teatro Pavón
(Compañía Nacional de teatro Clásico)
Director: Eduardo Vasco
C/ Embajadores, 9 (Plaza de Cascorro)
28012- Madrid
Tf. 91 528 28 19
Metro: La Latina
Entradas: ServiCaixa 902 332211
Precios especiales grupos: Tf. 91 521 45 33