FERNANDO FERNÁN-GÓMEZ,

NIETO DE MARÍA GUERRERO
E HIJO DE SU TIEMPO

FERNANDO FERNÁN GÓMEZ

En La fiacca, del autor argentino Ricardo Talesnik, Néstor, el protagonista, le confiesa a su joven esposa Marta que no tiene ganas de levantarse para ir al trabajo, de modo que ha decidido quedarse en la cama. Con un “¡No aguanto más!”, trata de poner fin a las protestas de ella.  En 1968, la obra llegó a España y fue estrenada, con el título de La pereza, en el teatro Eslava. Fernando Fernán-Gómez era el oficinista rebelde y Analía Gadé, su pareja. Nadie sospechaba entonces que el actor suscribía íntegramente aquellas palabras que el autor había puesto en boca de su personaje. Sin embargo, así era.

AGRADO POR INTERPRETAR LAS FIGURAS DE FICCIÓN,
DESAGRADO POR REPETIR DIARIAMENTE
LA MISMA OBRA E IR DE GIRA

Aunque le agradaba dar vida a las criatura de ficción y sentirse invadido por ellas, Fernán-Gómez llevaba mal lo de ir cada tarde al teatro para representar la misma obra y tampoco le hacían gracia las giras, a lo que más adelante añadiría cierta aversión hacia el público, que le parecía poco respetuosos con el trabajo de los actores. Lo que sucede es que aún tardaría algunos años en tomar la decisión. Fue en 1980 y, el detonante, el alboroto de un grupo de colegiales que asistía a una representación de El alcalde de Zalamea protagonizada por él. Ni siquiera el hecho de que por aquél trabajo le concedieran el Premio Mayte le hizo cambiar de opinión. Con todo, el adiós a los escenarios no fue definitivo, aunque los pisó en muy contadas ocasiones. La última fue en 1992, en un espectáculo dirigido por Mario Gas, en la que tuvo el valor de recitar con su portentosa voz de trueno una retahíla de anuncios por palabras publicados en el ABC.

FERNANDO FERNÁN GÓMEZ “CUANDO SE ESPERA” (PEDRO LAÍN ENTRALGO) TEATRO REINA VICTORIA

BOY EN LAS REVISTAS DEL PAVÓN Y EL ESLAVA,
MERITORIO EN LA POSTGUERRA,
GALÁN CÓMICO IMPRESCINDIBLE EN EL CINE
Y DIRECTOR DE TEATRO

F. FERNÁN GÓMEZ/ANALÍA GADÉ “gravemente peligrosa” (ALONSO MILLÁN) (TEATRO REINA VICTORIA (MADRID)

Su andadura de cómico se inició durante la Guerra Civil en el teatro Pavón y continuó en el Eslava, locales dedicados a la revista, en los que él actuaba como comparsa. Luego, en los inicios de la postguerra fue meritorio en varias compañías de comedia. Poca cosa para quién llevaba en la sangre el veneno del teatro. Su madre, Carolina Fernán-Gómez, era actriz y le llevó en su vientre durante una gira americana, echándole al mundo en Lima, aunque registrara el nacimiento cuando la compañía recaló en Buenos Aires. Pasó sus primeros años de vida en los camerinos de los teatros y es muy posible que sus primeros paisajes fueran los escenarios vistos por entre los bastidores. Pocos lo sabían, algunos habían oído campanas y el resto éramos  ignorantes de un dato que se acaba de conocer: que su padre se llamaba Fernando y que era hijo de Fernando Díaz de Mendoza y de doña María Guerrero. Pero este importante dato biográfico sólo sirve para que hoy podamos decir que de casta le viene al galgo, pues lo cierto es que sus comienzos apenas se diferencian de los de cualquier aspirante a cómico en aquellos difíciles años.

AQUEL ADOLESCENTE PELIRROJO
QUE INSPIRÓ A JARDIEL PONCELA

Tras los citados primeros pasos y sin más bagaje que las clases de declamación que recibió de la actriz Carmen Seco, el bautismo de fuego lo recibió en 1940 de manos de Enrique Jardiel Poncela, quien creó para él el personaje Peter “el Pelirrojo” de Los ladrones somos gente honrada. En los cuarenta años transcurridos hasta su retirada actuó en numerosas comedias y en algunos dramas de autores españoles y foráneos. Entre aquellas, que le situaron a la cabeza de nuestros galanes cómicos, figuran, amén de otras piezas de Jardiel, como Un marido de ida y vuelta y Eloísa está debajo de un almendro, La vida en un bloc, de Carlos Llopis; El caso del señor vestido de violeta, de Miguel Mihura; Con derecho a fantasma, de Eduardo de Filippo; Mayores con reparos, de Alonso Millán; y Mi querido embustero, de Jerome Kilty. Entre los dramas, destacan La sonata a Kreutzer, de Tolstoi; El pensamiento, de Andreiev; Los lunáticos de Middleton y Mowray; Un enemigo del pueblo, de Ibsen;  y A los hombre futuros, de Brecht.

LA VIDA ALREDEDOR (*) (1959)

UN ENEMIGO DEL PUEBLO (H. IBSEN) (DIRECCIÓN: FERNANDO FERNÁN GOMEZ) TEATRO INFANTA BEATRIZ, 24 – IX -1971
FERNANDO F. GÓMEZ	Mª  LUISA PONTE	EMMA COHEN	ALBERTO FERNÁNDEZ
(Presentación teatral de Emma Cohen en Madrid)
FOTO: ENSAYO GENERAL

“El trabajo de Fernando Fernán Gómez como director es coherente. Y magnífico como actor”. (José Paulino, Reseña, 1971, num 49, pp.541-544

HIJO DE SU TIEMPO,
OBLIGADO A  LA MEDIOCRIDAD
DE UNOS AÑOS DE HIERRO
POCO PROPICIOS PARA LA CULTURA

Curiosamente, brillan por su casi total ausencia las grandes tragedias universales y nuestro repertorio clásico, de los que no se ocupó ni siquiera cuando, poseyendo compañía propia, pudo hacerlo. Intervino como actor, y a veces como director, en cerca de cincuenta espectáculos, que no son muchos si los comparamos con las casi doscientas películas que protagonizó y dirigió, unas buenas y otras para el olvido. Nada extraño, pues, como tantos otros, Fernán-Gómez fue hijo de su tiempo, y su tiempo no fue el mejor para un artista como él, que, además, se consideraba libertario. A la mediocridad de unos años de hierro, poco propicios para la cultura, se unía  la necesidad de atender a su supervivencia material, lo que obligaban a no rechazar ninguna oferta de trabajo.

EL VIAJE A NINGUNA PARTE (**) (1987)

LA ESCRITURA EN LA RECÁMARA
DE SU OFICIO COMO ACTOR Y DIRECTOR

LAS BICICLETAS SON PARA EL VERANO (1978) TEATRO ESPAÑOL (1982) FOTO: ANTONIO DE BENITO

Esa pereza para ponerse bajo los focos de un escenario no alcanzaba a su interés por la escritura. Desde joven se dedicó a ella, aunque no la diera a conocer. No fue, pues, tardía su vocación literaria, que se inició cultivando la poesía y el cuento, géneros a los que iría sumando la novela, el teatro, artículos, guiones y el relato de sus propias vivencias. En justicia, no puede decirse que, como dramaturgo, estuviera llamado a ocupar un lugar destacado en nuestras letras. Las bicicletas son para el verano, con la que obtuvo en Premio Lope  de Vega en 1977, le situó en lugar destacado en la nómina de los dramaturgos españoles, aunque a punto estuvo de engrosar la larga lista de obras que, habiendo obtenido el prestigioso galardón, jamás fueron representadas porque los rectores del teatro Español desconfiaban del acierto del jurado. Tuvo que ser José Carlos Plaza quien, cinco años después, la rescatara para llevarla a escena. Recibió el aplauso unánime del público y de la crítica, hasta el punto de que teniendo que dejar el Teatro Español, para que entrase, en este coliseo, la programación posterior ya contratada (***), pasó al Centro cultural de la Villa de Madrid.

DEL REY ORDÁS Y SU INFAMIA (1983)

El resto de su obra, alumbrada con posterioridad a la concesión del premio, no añadió nada a su prestigio. Pasaron por los escenarios sin pena ni gloria La coartada (2º lugar en el Premio Lope de Vega de 1974); Los domingos, bacanal; Del rey Ordás y su infamia; Ojos del bosque; Defensa de Sancho Panza; y Morir cuerdo y vivir loco. Alguna, como Los invasores de palacio, permanece inédita.

EL TIEMPO SEPARARÁ
EL GRANO DEL LA PAJA Y
SURGIRÁ UNA OBRA SINGULAR.

La fama de Fernando Fernán-Gómez debe más a su plural presencia en casi todos los campos de la creación literaria y escénica que al valor del conjunto de su labor, muy irregular. Pero en todos los terrenos por los que ha transitado ha dejado algún testimonio que acredita su enorme talento. El tiempo irá separando el grano de la paja y, cuando ésta haya sido aventada, quedará para el futuro una obra singular que le confirmará definitivamente como uno de los grandes personajes de la cultura española del siglo XX.

FERNANDO FERNÁN-GÓMEZ

(*) Carola Fernán Gómez, madre de Fernando, participó como actriz en La Vida alrededor y en Diez Fusiles esperan.

(**) EL VIAJE A NINGUNA PARTE, 3 GOYAS 1987: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión.- MEJOR PELÍCULA ESPAÑOLA 1986: Asociación directores españoles, Crítica Barcelona (Sant Jordi), Crítica Andalucía, Crítica Madrid,

(***) Las bicicleta son para el Verano, planteó en su momento un problema para los Teatros Públicos. Éstos tienen que cumplir con las fechas de programación. ¿Qué pasa entonces con aquellos espectáculos oficiales que, debido a su éxito, deberían prorrogarse?. La solución improvisada que se encontró fue trasladarla a  otro coliseo también dependiente del Ayuntamiento de Madrid: el Centro Cultural de la Villa, hoy Teatro Fernando Fernán Gómez. La traslación supuso la adaptación de los decorados, teniéndolos que cortar de altura.

Actualmente el Centro Dramático Nacional, la Compañía de Teatro Clásico y el Teatro Español, optan por volverlos a programar en la temporada siguiente. Así ha sucedido últimamente con Los Sainetes, Las visitas debería estar prohibidas por el Código Penal, La eterna canción (zarzuela en el Teatro Español), Casa de Muñecas etc…

Otros países, como Inglaterra, optan por la fórmula de entregar el montaje a una productora privada para que la siga explotando.