LA TEMPESTAD
de
WILLIAM SHAKESPEARE
en el
TEATRO ALBÉNIZ
de la mano
HELENA PIMENTA
EL DESPERTAR |
MINIMALISMO EN LA ESCENOGRAFÍA Y
TRABAJO ACTORAL PREFERENTEMENTE
“NUNCA HE HECHO A SHAKESPEARE”,
EL LEIV MOTIV
DE LOS ACTORES.
- Es nuestro primer
Shakespeare. Ante Shakespeare uno se
pone riguroso y serio. Miras todo lo que se ha
representado y escrito sobre él y sobre el tema de
La Tempestad y ves que todos afirman cosas
distintas.
– es Ramón Barea
(Próspero) quien así se expresa –
Tal diversidad te tranquiliza, pues intuyes que no
está todo dicho. Y esta es la gran virtud de los
clásicos: el que en cada época se puede trabajar el
subtexto. Los clásicos crean personajes de rango
universal.
|
RAMÓN BAREA es PRÓSPERO |
Este no haber hecho nunca a Sakespeare es el denominador
común de este elenco al frente de Helena Pimienta.
ALEX ANGULO es ESTEBAN el borracho. |
- Yo soy un tercio
de los cómicos. También es mi primer Shakespeare
y el autor me ha obligado a darme a la bebida.
– es Alex Angulo
quien habla - Estaba asustados por dos
razones: una Shakespeare y la otra el haber
estado 8 años sin hacer teatro. Tenía miedo de
haberme olvidado. He visto que no tengo miedo sino
mucho morro por meterme con un Shakespeare y
dejarme dirigir por una señora.
|
Alex forma parte del trío cómico, personajes obligados en
las tragedias shakesperianas. Vicente Díaz es otro de los
tercios payasescos y, mire por donde, también es su primer
Shakespeare.
- Así de entrada me
asusto. Pero después ves que los grandes autores te
ponen fácil la cosa. Lo bonito de las comedias
clásicas es que muestran muy evidente su vigencia.
La gente se ríe y se agradece esa respuesta
inmediata. Pero lo que más emociona es pensar que la
gente del 1611 y la de hoy se rían con los mismos
chistes. Conmueve ese gran amor que Shakespeare
muestra por el mundo de los clowns y es que al ser
él mismo un actor, lo que en realidad hace es
mostrar su propio mundo y el de la comedia.
|
VICENTE DÍAZ es TRÍNCULO |
Con respecto a esto de la risa Alex, que personifica a
Esteban,
el borracho piensa que
- “No tenemos gracia pero en esta obra parece que sí y yo me
estoy divirtiendo con la obra y no me creo que haya sido escrita
en 1600, pues me siento muy aludido.
LOS CÓMICOS
Un tercero que tampoco ha interpretado a Shakespeare es
Mikel
Losada, “también de Bilbao como yo” - especifica
Alex Angulo,
haciendo patria.
EL DESCONOCIMIENTO DE SHAKESPEARE
LO SUPLE HELENA PIMENTA
La tal falta de experiencia sobre las tablas con Shakespeare,
puede ser un handicapp o una ventaja, al venir sin clichés de
cómo es un Shakespeare y una Tempestad. Todos, al menos los que
allí estaban, confían en Helena Pimenta, la directora, cuya
virtud en palabras de Ramón Barea consiste en:
- “No mirar al texto sino la parte
carnal que tiene de teatro. Y
este tratamiento es muy lógico para con Shakespeare, ya que era
un actor y un contemporáneo a su época.
Helena no estuvo con
Shakespeare, pero sí con la escena y con lo que hay que
comunicar. Cuando la ves dirigir parece que estuvo con el mismo
Shakespeare”.
Este concepto “carnal” Ramón lo ejemplifica a través de su
propio personaje:
- “Yo soy el Duque de Milán y me ha pedido que me he olvidara
del ducado. Eso está muy lejos para el espectador. Lo importante
no es ser el duque sino el padre que tiene una hija. Esta
consideración hace que Helena trabaje a favor de los actores. Va
hacia los sentimientos y no te permite declamar nada. Esta es
una de sus virtudes”.
HELENA PIMENTA
Una de las características de dirección de Helena Pimenta es
mirar con ojos distintos a los clásicos de toda la vida. Fue la
revelación con El Sueño de una noche de verano y mantuvo esa
filosofía con los textos que fue abordando.
En La Tempestad, obra escrita en las postrimerías de la obra
literaria de Shakespeare, mantiene la misma filosofía
insistiendo en la vertiente más humana.
Es obra de no fácil lectura, en cuanto que confluyen diversas
historias, aunque la de Próspero, el duque Milán, es la central.
- Tiene
fama de ser difícil y hermética en
cuanto a la interpretación. Por ello ha
y que elegir un camino. Por otro lado la
trama parece débil con una serie de
conflictos menores. Los grandes
directores siempre la han retomado en
carias ocasiones como buscando más
cosas. Por otro lado requiere un amplio
elenco, como todo
Shakespeare. A todo esto se
añade un trabajo interpretativo nada
fácil. Por ejemplo Próspero no
tiene la empatía de Hamlet. La
mayoría de las versiones se han
orientado por la línea de la magia,
huyendo de la propia historia. Yo como
pienso que siempre hay que probar asumo
el riesgo de buscar otra línea. Pongo
especial atención a cuatro tramas, que
creó tuvo en cuenta
Shakespeare: la épica, la
mágica, la trágica y la lúdica.
|
EL ENSAYO |
El hecho parte de un acontecimiento que sucedió realmente: el
ambiente de conquista y colonización tardía hacia América que
latía en la Inglaterra de 1611.
- "Shakespeare tomó un caso de la vida real para plantear
cuestiones como el bien y el mal, la colonización de América y
el deseo de rectificar errores cometidos en el orden social con
la esperanza de inventar en una nueva tierra algo que salvara
esa contradicción constante".
EVITAR EL ABSTRACTISMO
La Tempestad es obra que se recuerda con dificultad en cuanto a
la trama, no así con Hamlet, Macbeth o cualquier otra obra
shakesperiana.
LOS ENAMORADOS |
-
“En sí misma, la historia es
sencilla y como ya he dicho tiene
mucho de relato contemporáneo –
había ocurrido hacía 12 años - a la
época de Shakespeare. Por lo
tanto hay una identificación entre
le tiempo real y el tiempo de la
ficción. Aunque hay muchas tramas y
una central, la historia de
venganza, en realidad la trama no es
muy importante, pero sí debe ser
contada. Este cruzar de historias es
necesario porque es como si se
completaran y al mismo tiempo se
completan unos personajes con otros.
Entre todos se completa la historia
de la humanidad”.
|
Ello lleva a un cierto “abstractismo”, que posiblemente es el
lastre que tiene el texto y de ahí que en el recuerdo siempre La
Tempestad aparezca como confusa. A este respecto Helena tiene
las ideas claras.
- “Hemos intentado evitar de hablar de cosas abstractas y hemos
buscado una historia hilvanada. Pero tampoco se pretendía
centrarse en una historia como tal, porque entonces hubiéramos
hecho una historia de aventuras muy propia de la época. Esa
proliferación de historias que se complementan vienen a ser como
un espejo múltiple de la humanidad”.
Helena define el tratamiento de “minimalista”, lo cual para ella
es “fascinante”.
De tal minimalismo se contagia la escenografía que en palabras
del escenógrafo – interpreta también el papel de Antonio - José
Tomé:
- “Se ha pretendido quitar lo mágico para adentrarnos en una
historia pequeña que tiene que ver con la vida de Shakespeare.
Por ello se ha pretendido que el paisaje no distraiga. De ahí
que el nuestro sea un espacio neutro y el atrezzo sea mínimo,
con el fin de conseguir qure a través de la nada, aparezca el
lenguaje del teatro más que otra cosa”.
Así pues la escenografía y la iluminación están al servicio del
actor que es el que se mantiene en primer término. Ello ha
exigido un trabajo del actor muy cuidado.
Aunque todas las historias son necesarias, la de Próspero marca
la línea central. Ramón Barea - el Próspero de esta versión –
expresa su relación con el personaje como una incógnita:
R. BAREA y CONCHA MILLA (MIRANDA) |
-
“Al principio no entiendes
nada. Te pierdes en el
texto. Sin embargo cuando te
olvidas de la parte política
y social, te olvidas del
Duque y te centras en su
paternidad, ves cómo este
hombre obliga a sumisiones a
Calibán, a su propia hija
Miranda, a Ariel… Ves las
calidades humanas en lo
bueno y en lo malo. Al
quitarle el concepto de mago
que tiene y buscarle el lado
de la venganza y su parte
humana, el personaje aparece
como menos cartón piedra. En
realidad lo que hemos hecho
es quitarle el disfraz. Ese
ha sido nuestro recorrido.
En el mundo hay infinidad de
Prósperos. Nuestro
Próspero es ha sido
despojado de todos los
perifollos que ocultaban su
identidad humana.
|
LA TEMPESTAD
Título: La tempestad.
Autor: William Shakespeare.
Versión y dirección: Helena Pimenta.
Escenografía y vestuario: José Tomé.
Iluminación: Miguel Ángel Camacho.
Espacio sonoro: Eduardo Vasco.
Intérpretes:
Ramón Barea (Próspero), Álex Angulo (Esteban, contramaestre),
Jorge Basanta (Ariel), Vicente Díez (Trínculo), Jesús Berenguer
(Gonzalo),
Jacobo Dicenta (Sebastián), Pietro Olivera (Calibán), Concha
Milla (Miranda),
José Tomé (Antonio),Jorge Basanta, Mikel Losada y Fernando
Ustarroz.
Compañía: Ur.
|