EL
MISTERIO DEL CRISTO DE LOS GASCONES
TALLA ORIGINAL
DE EL CRISTO DE LOS GASCONES
(IGLESIA DE
SAN JUSTO, SEGOVIA) |
“Una curiosa talla románica, en madera policromada y con los
brazos articulados, probablemente era suspendida de la bóveda del presbiterio.
Así, durante la celebración de
la Semana Santa, el sacerdote podía explicar el
desarrollo de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.” |
Teatro
y rito religioso es una “pareja de hecho” en muchas culturas. En la cultura cristiano
occidental se desarrolla a partir de
la Edad
Media. De todos modos el concepto de teatro en
la
Edad Media posee un amplio marco. Se trata
de obras muy próximas al acto ritual que representan y con el que la población
se siente muy cercana. Su
prehistoria posee una serie de textos provenientes de la liturgia, que los
interpretaban los clérigos con su voz y gesto. El esquematismo de esa liturgia
con un mínimo de dramatización, llevó a aumentar
más escenas sobre la vida de Cristo.
CRISTO DE LOS GASCONES
(SAN JUSTO, SEGOVIA) |
- A esta categoría de rituales o
ceremonias – señala Ana Zamora creadora de este Cristo de los Gascones - pertenecen una serie de creaciones músico-literarias, que hoy
identificamos bajo las modernas denominaciones de tropos y prosas de las
misas, oficios rimados y dramas litúrgicos de los oficios
divinos.
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Con
el siglo XV muy avanzado se pueden encontrar ya los nombres de autores que
pueden ser denominados los padres del teatro español. Algunos autores
afirman que con ellos entramos en
la Edad
Moderna. Varios de estos textos le han dado pie a Ana Zamora – ducha en estos ardides teatrales medievales – a construir
el espectáculo El Misterio del Cristo de
los Gascones. Los textos de los que parte son:
- Lamentaciones fechas para
la Semana Santa,
de Gómez Manrique
-
Representación del nacimiento de Nuestro
Señor, de Gómez Manrique
-
Auto de
la Pasión,
de Alonso del Campo
-
Pasión trobada,
de Diego de San Pedro
-
Las siete angustias de Nuestra
Señora de Diego
de San Pedro
-
Coplas de Vita Christi
de Fray Íñigo de Mendoza
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Textos
muy emparentados con la cultura religiosa del momento hace que, según Ana Zamora:
- Hemos considerado imprescindible, a la
hora de abordar nuestra propuesta, aproximarnos también a los aspectos más
ancestrales de este tipo de ceremonias. Aún hoy, en pleno siglo XXI, la
mayor celebración ritual de nuestro calendario, celebrada en torno al equinocio de primavera, es la conmemoración de la
muerte y resurrección del fundador del cristianismo. Se trata del
recurrente mito de origen agrario que nos habla del Dios solar que muere y
renace cada año, y que ha sido, a lo largo de la historia, motivo
de celebración de grandes fiestas rituales de las que se conservan todavía
buen número de elementos formales.
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CRISTO DE LOS GASCONES
(REPRESENTACION TEATRAL)
Foto: Iván Caso/
Miguel Ángel Coso |
Tal
contexto lleva a Ana a abordar el Misterio teniendo en cuenta las
conexiones del género con los rituales relacionados con el Ciclo de Semana Santa. Tales conexiones se encuentran según Ana:
- Son los populares Desenclavos que se conservan en
lugares como Villavicencio de los Caballeros, Bercianos de Aliste... y tantos otros a lo
largo de la geografía española. Pero no podemos olvidar tampoco que
el teatro nace en la antigua Grecia vinculado a celebraciones de carácter agrario, y que la
reflexión sobre el género trágico ha sido una constante a lo largo de los
siglos.
Ana Zamora, en este aspecto, se remite a las declaraciones de F. Nietzsche en El nacimiento de la tragedia:
-
“Por eso es la
muerte el placer supremo, en cuanto que significa el reencuentro con el
origen. Morir no es, sin embargo, desaparecer, sino sólo sumergirse en el
origen, que incansablemente produce nueva vida. La vida es, pues, el
comienzo de la muerte, pero la muerte es la condición de nueva vida. La
ley eterna de las cosas se cumple en el devenir constante. No hay culpa,
ni en consecuencia redención, sino la inocencia del devenir. Darse cuenta
de esto es pensar trágicamente”
|
-
Nuestro Misterio
del Cristo -
advierte Ana - no es, por tanto, una reconstrucción
arqueológica de aquello que pudo realizar una compañía de gascones
en tiempos medievales. Es una recreación libre, que reinterpreta aquella
ceremonia desde el eclecticismo, para reformular preguntas universales,
para las que, después de tantos siglos de escenificaciones, no tenemos
respuestas.
EL
TEATRO DE TÍTERES
VEHÍCULO
PARA TRANSMITIR
LOS
TEXTOS MEDIEVALES
El
auténtico Cristo de los Gascones es,
aparentemente, una estatua yacente más de Cristo. No obstante es, en realidad,
una marioneta de tamaño natural y en la actualidad ha dejado de cumplir
sus funciones para las que fue creada.
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- La réplica que hemos realizado – aclara Ana - para la creación de este espectáculo,
reproduce las características estéticas básicas de la talla original, pero
cuenta con varias innovaciones como son su fabricación en materiales
ligeros que permiten la manipulación, o las nuevas articulaciones que se
han añadido al muñeco y que amplían sus posibilidades
expresivas. Ante un teatro no regulado por paradigmas realistas rígidos,
ni preocupado por anacronismos, hemos elegido el teatro de títeres como
recurso que acumula todas las inverosimilitudes posibles.
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Foto: Iván Caso/Miguel Ángel Coso |
El Teatro de Títeres es la esencia de
la compañía Nao d’amores, la cual funda Ana Zamora en el 2001. Se trata de un colectivo de profesionales
procedentes del teatro clásico, los títeres y la música antigua. Se ha
desarrollado en Segovia y lleva ya más de 20 años trabajando. Durante
todo este tiempo ha desarrollado una labor de
investigación y puesta en escena en torno al teatro renacentista. Ello
hace que Segovia se halla convertido en la capital española del Teatro de Títeres. Hasta
este Cristo de los Gascones ha
presentado una serie de espectáculos en esta línea:
- 2001: Comedia llamada Metamorfosea de Joaquín Romero de Cepeda (Premio
José Luis alonso de
la Asociación
de Directores de Escena de España a la mejor dirección novel de la
temporada
- 2003: Auto de
la
Sibila Casandra, de Gil Vicente (Gira por varios
Festivales)
- 2004: Auto de los Cuatro Tiempos, de Gil Vicente
- 2005: Viaje del Parnaso de Miguel
de Cervantes, bajo la dirección de Eduardo Vasco
- 2006: Tragicomedia de Don Duardos de Gil Vicente, bajo la dirección
de Ana Zamora.
MÚSICA
PARA
EL
CRISTO DE LOS GASCONES
En
los espectáculos medievales, lo mismo que en los de la liturgia cristiana, es
primordial la función de la música. Por eso Alicia Lázaro – veterana en música para espectáculos similares – ha
investigado en archivos y bibliotecas, declara Ana Zamora:
- Ha podido rescatar
toda una serie de piezas procedentes de la música litúrgica, como es el
caso del Pasionario Toledano o
composiciones de Juan de Antxieta, así como diferentes villancicos, romances y canciones sacras en lengua
vernácula, procedentes de fuentes diversas como son el Cancionero de Segovia, o el Cancionero de Palacio. La música
se interpreta indirecto, porque creemos que forma una unidad con el hecho
teatral, que es específico e irrepetible.
A
las celebraciones de
la Pasión en el Medievo acompañaban músicas que procedían de
diversas fuentes.
- Podemos distinguir dos
estilos – aclara Alicia Lázaro - que
responden a dos tipos de celebraciones: las litúrgicas, y las paralitúrgicas o
teatrales como son los Autos y Misterios.
Dos
fuentes principales orientan la música
medievalista en este tipo de Misterios. El canto litúrgico en latín de
la Pasión y los Autos. En la lectura musicada
de
la Pasión según San Mateo (Domingo de Ramos) y
la Pasión según San Juan (Viernes Santo) al
antiguo canto gregoriano se había añadido partes polifónicas. Los Autos la música a la que recurre son
villancicos, romances y canciones sacras que se pueden en encontrar en El Cancionero de Palacio.
-
Hemos querido reflejar ambas tradiciones, paralelas en la historia, en la
música del Misterio del Cristo de los Gascones – afirma Alicia Lázaro. Pero la historia de la música
europea es también la crónica musical de muchos viajes. Viajes de ida y
vuelta, de Flandes y Borgoña a Castilla y Aragón, de Aragón a
Italia y viceversa. Música viajera que en algunos momentos cruza el camino
que la tradición nos cuenta que hizo esta imagen, desde Gascuña a Segovia. No sabemos en qué momento y
circunstancias exactas llegó a Segovia la imagen del Cristo de los Gascones.
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Foto: Iván Caso/
Miguel Ángel Coso |
En la época del obispo ilustrado Arias Dávila (1465-1497) tales músicas se copiaron en Segovia. Parece
ser que tal trascripción fue para la
reina Isabel I de Castilla. Se
trataba de una colección de músicas
sacras y profanas en latín, francés, flamenco y castellano. Cuando se incendió
el Alcázar de Segovia en 1867 se
salvaron estas colecciones porque, transitoriamente, se encontraban en
la Catedral. Era El Cancionero de Segovia.
- Su contenido – precisa Alicia - refleja tanto la
influencia de la música franco-flamenca en España como la
importancia creciente de la música española en lengua vernácula,
que el Cancionero de Palacio,
conservado en Madrid, hará evidente en esa misma época.
Las músicas que arropan al Misterio de El Cristo de los Gascones parten de:
- El Cancionero de Segovia,
(piezas transcritas por E.Pancorbo y A.Lázaro),
- El Cancionero Musical de Palacio (editado por F.A.Barbieri y H.Anglés,
entre otros)
- El de Montecassino,
estudiado por I. Pope, y de Uppsala (estudiado
por Bal y Gay, R. Mitjana,
y M.C.Gómez Muntané,
entre otros).
- El Kyrie sobre
el tema de Nunca fue pena mayor (motivo
recurrente en la música de este Misterio) proviene de una misa de F.
Peñalosa conservada en Tarazona, y las
citas litúrgicas en latín, de las pasiones de J. Anchieta
- El Pasionario toledano,
estudiados por D. Preciado.
- Junto a esos cancioneros esbozamos
asimismo alguna danza de la segunda mitad del siglo XV - añade Alicia. Reflejar con el necesario rigor y
cuidado, pero ejerciendo la libertad de elegir nuestro modo de expresión,
y recorrer en el Misterio del Cristo una parte de ese trayecto musical,
está siendo nuestra tarea.
La
danza también es primordial en este tipo de dramatizaciones teatrales.
- De ello dan fe
numerosos documentos que demuestran que la danza era algo habitual en las
primeras representaciones teatrales -
confirma Ana Zamora -, sobre todo en ambientes monásticos
femeninos; un aspecto que hemos tenido muy en cuenta a la hora de
configurar nuestra propuesta.
EL CRISTO
DE LOS GASCONES
VIAJA
POR ESPACIOS SACROS
El Cristo de los
Gascones se ha estrenado en la iglesia de San
Justo y su segunda parada es en el Teatro
de
la Abadía en
la Sala Juan de
la Cruz, un espacio que al ser una iglesia
recuperada para el teatro Ana Zamora piensa que:
- Supone el privilegio de
poder trabajar con la coincidencia entre el espacio de representación y el
espacio representado, o lo que es igual, en un espacio de ficción
dramática que se confunde con el espacio real. Este hecho marca
inevitablemente la opción estética a elegir, y condiciona no sólo la
relación de los actores con el público, sino el mismo código
interpretativo. Son sólo algunos puntos de partida para esta nueva
travesía de Nao d´amores, en la creación de un
espectáculo que pretende desarrollar una vía de investigación entre rito y teatro,
contenido teológico y reflexión personal.
Todo ello enfocado desde la recuperación
del patrimonio histórico-artístico
desde una óptica absolutamente
contemporánea.
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PORTADA DE
LA ANTIGUA CAPILLA
DEL CRISTO DE LOS GASCONES
(SAN JUSTO, SEGOVIA) |
EL
CRISTO DE LOS GASCONES
EN SEGOVIA
Una urna de cristal conserva una talla de un Cristo yacente, procedente del s. XI.
Está esculpida en madera y la peculiaridad es que tiene los brazos articulados,
aunque éstos no son los originales. Pasó a ser talla procesional en 1648. Un
año antes se había fundado
la Cofradía y puede decirse que es la procesión más antigua
de Segovia.
La historia, entreverada con la leyenda, habla del descubrimiento de un Cristo en la frontera entre Francia y
España. El límite territorial daba opción a varios propietarios y surgió
la discusión. La solución se dejó al mundo que llamamos irracional. Decidiría
un animal. Unas crónicas hablan de una yegua y otras de un burro o una mula.
ALCAZAR DE SEGOVIA |
Dicen personas muy
antiguas desta Ciudad que oyeron decir a sus pasados
que una compañía de Gascones y Alemanes tuvieron fuera destos Reynos un Christo, con una esquila o campana pequeña, y fue
tanta la devoción que todos le cobraron que cada uno le quería para sí. Y como
les fuere forzoso el salir de aquella tierra donde
se hallaban, deseando todos llevar consigo esta devota Imagen, quisieron
saber la voluntad de Nuestro Señor donde era servido le llevasen. Para
esto se juntaron todos y vinieron en un acuerdo y parecer: que se le hiciese
una caja en donde le meter y se buscase una yegua a la cuál le sacasen los ojos
y le pusiesen en ella, y que puesta en camino, donde esta yegua llegase y
parase, quedase allí el Christo y ellos todos en
compañía y guarda del. Y es tradición muy antigua y recibida en esta
Ciudad heredada de padres a hijos que, puesta la yegua sin ojos en camino y
sobre ella la caja con el Christo y la esquila al
cuello de la yegua, anduvo la yegua muchos días sin parar por
ACUEDUCTO DE SEGOVIA |
diversas partes y
los Gascones y Alemanes en su seguimiento, hasta que entró en España y
vino a parar a esta ciudad de Segovia. A donde, paro por la iglesia de San
Salvador, entro por una puerta y saliendo por la otra, camino de la calle
abajo, y vino a parar a la iglesia de Sancti Justi, que entonces era ermita y entrando en ella se
arrodilló junto a un poyo, y acostándose hacia él con la caja del Christo, reventó allí por medio. Viendo los Gascones el
prodigioso caso, entendieron todos era la voluntad de Nuestro Señor se
quedase en aquella Yglesia esta Santa Imagen de Christo Redentor. |
Otras leyendas hablan del protagonismo de un niño que viendo
las peleas entre Gascones y Alemanes, se
acercó al Cristo y se puso a hablar
con él. Poco tiempo después apareció una mula y se acercó al Cristo. Con su
morro indicaba que montasen al Cristo sobre su lomo. Así se hizo. Después la mula cerró los ojos – esta versión es
menos cruel – y comenzó a correr hasta detenerse en Segovia.
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