PLAY STRINDBERG
COMEDIA SOBRE LAS
TRAGEDIAS
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DESDE |
DANZA MACABRA |
HASTA |
PLAY STRINDBERG |
FOTO BASE: ROS RIBAS |
Primero fue Strinberg y después Dürrenmat. Primero
fue Danza Macabra y después fue Play Strindberg. En el habitual
oficio de adaptaciones o dramaturgias sobre textos de otro, Friedrich
Dürrenmatt (Konolfingen (Berna 1921/ Neuchâtelm 1990) podía haber sido uno
más. No obstante su, digamos, adaptación del original texto de Johan August
Strindberg (Estocolmo,
22 de enero de
1849 - Estocolmo,
14 de mayo de
1912), traspasó los límites de la simple
adaptación de Danza macabra (1900).
- En 1948 vi por primera vez Danza Macabra de Strindberg; después recordaba
los actores, más no la obra – confesaba Dürrenmant en
1969, con motivo del estreno de su Play Strinberg en la Comedia de Basilea.
En
1968 Dürrenmat pretende adaptar la obra de Strindberg y choca con
el carácter literario de la obra. Salva solamente su planteamiento teatral.
- Emprendo una dramaturgia, mediante cortes, o sea a la
manera en que habitualmente se adapta a Strindberg. Pero lo dejo. La
razón: la forma habitual de adaptar a Strindberg, mediante cortes,
transposiciones, retoques e inserciones textuales, le falsifican, lo cual
es aún más grave en la medida en que se pretende interpretar al auténtico Strindberg. Rehacer el texto me
parece más honrado.
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FREDERICH DÜRRENMATT |
Busca
una traducción literal y se queda con el argumento y el planteamiento de base.
Eliminado el decimonónico lenguaje literario se hace la luz
AUGUST STRINDBERG
(ACTOR) |
- Queda más evidente – revela Dürrenmatt -, la
proximidad de su visión teatral al mundo moderno, a Beckett, a Ionesco, pero también a mi
obra El meteoro. El diálogo de Strindberg sirve de modelo para
un diálogo anti-Strindberg; de una obra de actores nace una obra para actores.
El actor ya no tiene que realizar endemoniados estudios del alma, sino
hacer posible en el escenario un texto condensado y despojado in extremis.
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Comienzan
los ensayos con los tres actores y el texto se va ajustando a su trabajo.
- El texto definitivo nace del agotamiento de cada una
de las distintas situaciones escénicas. De tres actores surge la unidad de
un trío que juega con máxima precisión. Arte actoral. De un drama burgués
nace una comedia sobre el drama burgués: Play Strindberg.
Así nació la obra de Dürrenmatt. Ahora se han reunido tres
actores-directores – Nuria Espert (Alice), José Luis
Gómez (Edgar) y Lluís Homar (Kurt) -, y
le han dado la batuta al director francés Georges Lavaudant (Grenoble,
1947) para llevar al Teatro de la Abadía Play Stindberg.
- Este proyecto – aclara José Luis Gómez, director
del Teatro de la Abadía -, nace de un deseo de 2 actores y una actriz la cual
me ha orientado mucho desde que llegué a este país. Siempre hemos tenido
ganas de trabajar juntos, ya desde que fuimos codirectores del Centro
Dramático Nacional, junto con Ramón Tamayo (1979 – 1981). En
cuanto a Lluís Homar ya había actuado en esta casa - El hombre
de teatro - y lo conocíamos como actor. Por eso pensamos en él.
Ahora lo hemos conocido como persona. La Danza macabra la ví en mi último año de Alemania. Es una obra extraordinaria con tres grandes
papeles. Es un trabajo consistente y estábamos buscando un texto que nos
aportase algo como actores.
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JOSÉ LUIS GÓMEZ |
Nuria, José Luis y Lluís además de actores han
dirigido mucho y bien. La tentación de dirigirse a sí mismo es una elección
lejana, cuando la figura del director era el primer actor de la
compañía, que solía ser su propia compañía.
- El dirigirse a sí mismo – afirma José
Luis -, es algo que sólo la inconsciencia de la juventud te permite
hacerlo. Desde el principio decidimos que alguien nos dirigiera. El que
hayamos elegido a George Lavaudant es porque pertenece a esa
generación de directores jóvenes franceses y aunque yo ya lo conocía, el
público pudo ver su trabajo en el Festival de Otoño de 2005 con La Rose et la hache.
LA ROSE ET LA HACHE
EN EL PUNTO DE PARTIDA
La Rose et la hache fue creada en 1979 y
se basa en el Ricardo III de Shakespeare y Carmelo Bene.
Se volvió a retomar en el 2004 por el Odéon-Théâtre de l’Europe y de ahí pasó
al Festival de Otoño de Madrid. |
La Rose et la hache |
NURIA ESPERT |
Nuria Espert había visto pocos espectáculos de Lavadaunt,
pero sí La Rose et la hache.
- Me dejó fascinada – confiesa Nuria. Y me permitió,
cuando me lo propusieron, dar un sí y saltos de placer. No sabía como
trabajaba, pero he descubierto que tiene un magnífico amor por los actores
y la interpretación. Su mano, aparentemente, es aterciopelada, pero firme.
Es la seriedad más absoluta.
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Con todo, José Luis no pensó en Lavaudant por el
montaje de La Rose et la hache.
- Es cierto que ese espectáculo condensa la
poética de Lavadaunt. Es un lenguaje formal y muy preciso. Pero recurrir
a Lavadaunt no es para que
reprodujera el estilo de La Rose et la hache. Lo que me
interesaba es su personalidad artística
Para
Lluís Homar, Lavadaunt había dejado de ser un huésped lejano.
- Es la tercera vez que he tenido la suerte de
trabajar con él. Comencé con Lavadaunt en Los gigantes de
la montaña de Pirandello para el Teatro Nacional de
Catalunya en 1999. Fue increíble.
George Lavadaunt conocía a José Luis de verse “aquí y allá” en el mundo del teatro.
- Siempre hablábamos de hacer algo juntos – confirma
Lavadaunt- , pero el calendario no funcionaba y había que
dejarlo. Finalmente salió. El texto de Dürrenmatt era excelente para un,
magnífico trío de actores. Yo tenía una gran
curiosidad y un placer
en trabajar con este texto porque son tres caracteres imaginarios. Tres
maneras de hacer la interpretación. Conocía bien a Lluís y lo había
dirigido. Conocía el recorrido de
Nuria como actriz y
la admiro mucho. Lo mismo que a José Luis.
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LLUÍS HOMAR |
Nuria, José Luis y Lluís tres actores de
brillante recorrido, pero que nunca habían trabajado juntos. Esto…
- …me excitaba al principio de los ensayos –
confiesa Lavadaunt- la idea de que ninguno de los tres había trabajado
juntos. Yo tenía una pequeña ventaja con Lluís. Ya había trabajado
con él. El trabajo ha sido muy agradable. Al ser un texto para actores son
ellos los creadores de la obra, la cual no es nada sencilla en su
propósito. Hay un lenguaje claro y elegante, pero se precipita por dos
pendientes: una parte trágica y otra absurda llevada al límite. Estamos
siempre en la cuerda floja de lo absurdo y lo trágico y en él nos debemos
mover.
Se trata de la historia
de Alice y Edgar, pareja monstruosa entregada a un
infierno conyugal. Desde hace un cuarto de siglo la batalla es continua. El
primo Kurt, resurge de un pasado lejano y viene a visitarlos en
su isla. |
GEORGES LAVAUDANT
FOTO: ROS RIBAS |
- Todo ocurre en apenas tres días – especifica Lavadaunt -,
que Dürrenmatt narra en once asaltos y un epílogo. Caen algunas
máscaras. No todas. Después, todo vuelve a ser como antes. todo, o casi
todo, vuelve a ponerse en orden, el orden de la desesperación, atroz e
inmóvil, con el matiz de que se ha dado un paso más hacia lo ineluctable,
como un horrible crepúsculo que se dilata y ralentiza a medida que la
noche no acaba de llegar, o como si la Nada misma, ese último cobijo, debiera permanecer para siempre fuera de alcance. Una historia cruel y sencilla,
en apariencia. Una pesadilla grotesca. Una historia casi
banal: el relato de un último sobresalto
entre dos vacíos, o de una danza
final antes de la caída.
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Aunque Play Strinberg parte de Danza
Macabra, para Lavadaunt no tiene sentido la comparación de las dos
obras.
- El texto de Dürrenmatt no se reduce a
trasladar el tema a un plano más moderno. La modernidad que introduce
penetra con tanta profundidad en el texto, que lo impregna casi de parte a
parte. De entrada es mejor renunciar a cualquier comparación. Dürrenmatt se lo ha apropiado,
pero ha querido mantener el vínculo explícito con el original. El vínculo
está en el título y en el cuerpo de la obra desde sus primeras palabras.
El
cartel es un guante de boxeo del que salen tres piernas, la de los tres
personajes.
- Dürremantt lo ha planteado como
un combate de boxeo. Antes de cada escena pidió que se anunciara su título
y su número: Primer asalto. Conversación antes de la cena. Con ello
mantiene la historia a distancia crítica a lo Brecht. No hay que olvidar
que cuando Dürrenmatt escribe se está ya en una fase postbrechtiana y a
distancia del realismo atormentado de Strindberg. Dürrenmatt ha
escrito no solamente un texto, sino que ha marcado la puesta en escena.
Indica que a cada asalto le precede un toque de gong. Describe
meticulosamente la escenografía e incluso apunta la duración relativa de
los silencios. Esto hace la dirección difícil porque deja pocas
elecciones.
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El dilema estaba servido. O seguir escrupulosamente
a Dürrenmatt o bien forzarla.
- El seguirla a pies juntillas –
advierte Lavadaunt -, corre el riesgo de que la obra se quede en su
“modernidad”, un tanto desfasada en algún lugar de mediados del siglo XX (1969). He preferido no
destruirla desde luego, pero sí alterarla ligeramente. La he hecho más
irracional, menos segura de su propio funcionamiento. Nos esforzamos en no
hacer a Dürrenmatt lo que él mismo hizo a Strinberg, sino más bien en
trabajar sobre él como David Lynch los hace sobre las
atmósferas hitchcockianas o el pintor Jacques Monory sobre las imágenes,
las siluetas, los elementos de la novela y el cine policíaco.
Tal alteración que Lavadaunt llama “trabajo de sacudida y apertura”, piensa que…
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FOTO:
ROS RIBAS |
- Sólo se puede hacer desde el interior.
Sólo se puede iniciar con la presencia de grandes intérpretes. Nuria, Lluís y José Luis forman parte del juego. No lo habría emprendido sin ellos. Es un texto
fuerte que vuelve como un bucle continuo. Da la vuelta al sentido de las
frases.
¿POR QUÉ UNA
REESCRITURA
DE DÜRRENAMTT?
Dürrenmatt ha hecho una
reescritura de Strinberg. Se ha podido hacer también una reescritura de Dürrenmat,
pero no ha sido así. Según Lluís Homar
- Strindberg ha estado muy
presente en este montaje. Lo formal de Dürrenmatt ha sido reencontrar
una visión de la obra, pero sin olvidar la parte psicológica que hay en Strindberg. Hemos tenido que
recurrir a él. Personalmente creo que la obra de Dürrenmatt sin Strindberg no encuentra el
verdadero trasfondo. Dürrenmatt como suizo que es ha
construido una obra de relojería. Cada frase sirve a la obra, no es una
simple excusa. Hemos releído la obra de Strindberg. La hemos resucitado
en la escenificación, no en el texto.
FOTO: ROS RIBAS |
- Aparte de eso – reconoce José Luis -, nunca he tenido la
tentación de una reescritura. También estaba el factor tiempo. La hemos
montado en 24 días y ha habido que trabajar con el vector velocidad, lo
cual no quiere decir precipitación. Tiene todas las garantías de un
trabajo bien hecho.
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LA ESTELA DE STTRINDBERG
La sombra de Strindberg se ha
proyectado posteriormente en varios autores contemporáneos. Entre ellos Edward
Albee en su famosa Quien teme a Virgina Wolf. Nuria Espert interpretó en estos últimos años esta obra junto a Adolfo Marsillach.
Es un texto también duro y agresivo. Aunque Strindberg estaba detrás, Nuria reconoce que…
- El trabajo que hizo Adolfo era completamente diferente.
Quiso hacer lo de Dürrenmatt. Readaptarlo, quitarle el
polvo. Reescribió la obra y salió un nuevo espectáculo interesante. Pero
lo que ha hecho Dürrenmatt va más allá. Adolfo no era un autor
teatral de la talla de Dürrenmatt. Era un adaptador. Play
Strindberg, como ya han dicho, es más que una adaptación. Es una
recreación llena de vida. Retrata mejor la obra de Strindberg. Es mundo violento
en que nos desarrollamos y la vida burguesa
que nos envuelve. Es la llamarada con un
mundo en llamas.
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NURIA
ESPERT/ADOLFO MARSILLACH |
El que se haya recurrido a la versión
de Dürrenmatt y no al original, a pesar de que Strindberg haya
estado en la recámara de todos, ha sido según José Luis Gómez:
- Siendo la obra de Strindberg genial, no deja de
tener un cierto sabor al siglo XIX. Es una tragedia de terciopelo rojo y
me gustaba menos. Dürrenmatt le aporta esa modernidad
necesaria.
UN ESCENARIO
DE JEAN-PIERRE
VERGIER
Jean-Pierre Vergier firma la
escenografía, el cual está habituado a trabajar en grandes escenarios
fundamentalmente.
- También he trabajado con
medios más sencillos – añade Vergier. En el caso de la Abadía es un escenario con una estética muy particular y había que adaptarse a ella. Por otro
lado es una escenografía delicada pues viene muy marcada por el texto. Se
imponía una escenografía un poco policíaca, un poco realista y algo
expresionista. Hemos probado una y otra vez y hemos vuelto a la idea del
autor. Algo sencillo. En cuanto al vestuario lo hemos llevado a la época
de 1945. No tiene un estilo particular preciso.
FOTO: ROS RIBAS |
- Es verdad que ha seguido las
pautas de Dürrenmatt - matiza José Luis -, pero Vergier ha creado una escena
más poética, que Dürrenmatt la concibe más funcional y
brechtiana. Vergier ha conseguido un aura poética. Esos muebles
flotan. Algo muy delicado.
Según Lavadaunt, ha habido
alguna complicación más. La obra tiene también que ir al Corral de Comedias de
Alcalá de Henares.
- Vergier ha tenido que
encontrar una fórmula media entre los dos teatros.
CUATRO DIRECTORES:
UNO DE PIE,
LOS OTROS TRES
AGAZAPADOS
Nuria, José Luis, Lluís tienen una acreditada experiencia como directores. Han tenido que
quitarse la careta de director y ponerse la del actor, pero en las entretelas
está quien sabe de dirección.
- Somos conscientes - ratifica José Luis – que tras nosotros
están agazapados unos directores. Pero tengo que decir que desde nuestro
mundo de dirección está la satisfacción de poder trabajar con alguien por
el que sentimos gran admiración. Ha sido gratificante ver el proceso cómo
se ha ido haciendo. Sabe llevar al actor sin decirle nunca que no. Pero
más allá de la gentileza, del trato humano había una selección de tipo
actoral, espacial, de luz, de
color… Para nosotros, como directores, ha sido
un trabajo apasionante.
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JOSÉ LUIS GÓMEZ/ NURIA ESPERT
(ENSAYO) FOTO: ROS RIBAS |
Para Lluís Homar, Lavadaunt…
- Siempre está abierto a
cualquier cosa desde el primer día hasta el último. Siempre. Su palabra es
¡Adelante! Para él todo es posible y así va trazado su camino, lo
cual no quiere decir que todo sea una dispersión. Y todo desde la
tranquilidad más absoluta. Termina por crear un código. Después, viene el
trabajo real, cuyo camino es trabajar a favor de la obra y de uno mismo.
TRES ACTORES, TRES
Años
sobre las tablas en esta gradación:
Nuria, José Luis, Lluís.
- Nuria (Hospitalet de Llobregat) Con 13 años forma parte de la Compañía Titular infantil del Teatro Romea de Barcelona. A los 24 años crea con su esposo Armando
Moreno, su propia compañía. Durante dos
temporadas (1979 a 1981) codirige el Centro Dramático Nacional, asumiendo
la programación de este teatro.
- José
Luis se forma en el Instituto de Arte Dramático de
Westfalia, en Bochum, y en la escuela de Jacques Lecoq, en
París. En 1964 realiza sus primeros trabajos profesionales como actor,
mimo y, más tarde, director de movimiento, en los principales teatros de la República Federal Alemana. En 1978 asume la dirección del Centro Dramático
Nacional con Nuria Espert y Ramón Tamayo, y dos años más tarde la
del Teatro Español.
- Lluís (Barcelona, 1957),
estudió derecho en la Universidad Autónoma de Barcelona (Bellaterra). En 1974, participó en Otelo, dirigido por Àngel Carmona. Su rostro
se hizo popular con la serie de televisión La plaça del Diamant. Le
abrió las puertas del cine
Estos
comienzos progresarán.
LLUÍS HOMAR/NURIA ESPERT
FOTO: ROS RIBAS |
- Nuria con sus
colaboraciones con Víctor García y la imaginativa Yerma de Lorca.
- José
Luis con su encuentro con Jerzy Grotowski en Wroclaw, en 1971, que precipita
su regreso a España, donde produce, dirige y actúa en obras como Informe
para una Academia de Kafka y Gaspar de Handke,
recorriendo los escenarios españoles y latinoamericanos.
- Lluís, en 1976 se convierte
en uno de los miembros fundadores de la Sociedad
Cooperativa Teatre Lliure, donde ha trabajado de manera continuada
hasta el día de hoy con un total
de más de 30 espectáculos del Teatre
Lliure, combinando el teatro con
el cine y la televisión.
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TRES DIRECTORES, TRES
- Nuria, desde 1986 se atreve con la dirección de escena, tanto en
producciones de teatro como en ópera que han recorrido los más
importantes foros operísticos del mundo. En teatro ha dirigido a actores
de la talla de Glenda Jackson, Joan Plowright (La casa de
Bernarda Alba) en Londres, Irene Papas (Medea) en
Barcelona o Tamasaburo Bando (Contradanza) en Tokyo.
- José
Luis en 1992 dirige La vida es sueño para el Théâtre de l’Odéon y
al año siguiente Carmen para la Ópera de la Bastilla, ambos en París. Desde entonces, se ha concentrado en la concepción y dirección del
Teatro de La Abadía.
- Lluis ha dirigido diversos
espectáculos de prosa y de ópera. Desde que Fabià
Puigserver
murió, fue director adjunto del Teatre Lliure, del que ha sido director desde 1992 hasta
1998.
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JOSÉ L. GÓMEZ/NURIA ESPERT
FOTO: ROS RIBAS |
LOS ÚLTIMOS TRABAJOS
LA CELESTINA |
- Nuria acaba de terminar la dirección de Tosca para el Teatro Real de Madrid y el Tokio Opera House, además de haber
concluido la gira internacional interpretando La Celestina, de Fernando de Rojas y con dirección de Robert Lepage.
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INFORME PARA UNA ACADEMIA |
- José
Luis entre sus trabajos más recientes destacan Memoria de un olvido,
sobre textos de Cernuda, una versión completamente nueva de Informe
para una Academia de Kafka
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EL HOMBRE DE TEATRO |
- Lluís La
pasada temporada le pudimos ver en La Abadía protagonizando uno de
los textos más salvajes de Thomas Bernhard, El hombre de teatro,
y apenas hace un mes acaba de estrenar la película Los Borgia
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UN TRÍO BIEN AVENIDO COMO ACTORES
Este menage a trois interpretativo es posible gracias a la mutua admiración
entre ellos. José Luis siempre deseó su matrimonio teatral con Nuria y a Lluís pudo chequearlo como actor – amén de su carera – por El
hombre de teatro de la temporada pasada. Para Lluís Homar.
- Siempre he admirado a Nuria y José Luis, actores y
directores de gran recorrido profesional. Soy un poquito más joven y
siempre los he tenido como referencia. Son de los grandes. He trabajado
con buenos actores y actrices. Ahora los mejores. Es como si en el
baloncesto jugara con la NBA de Estados Unidos.
Con ellos la apuesta es total. Pero tras los actores, he descubierto a las
personas como compañeros. El abordar este trabajo ha sido una manera
de entender este
trabajo y jugarse el tipo, pero es un
placer. Me sirve mucho para aprender porque
nuestro trabajo, el del actor, es un
trabajo de largo recorrido.
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FOTO: ROS
RIBAS (ENSAYO) |
Nuria, la más veterana, con una pícara sonrisa confiesa:
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- Tengo
sólo 5 años menos que tú (por José Luis). José Luis es uno de los tres
mejores actores de España. No me acuerdo quienes son los otros dos.
Tenía muchísimos deseos de trabajar con él. Me envió muchos textos pero
no era el momento oportuno. Siempre he tenido mucha suerte. El año
anterior La Celestina con Lepage y una vez más este
año. Texto y fechas todo encajaba. De Lluís conocía toda su
trayectoria. Poder trabajar con los dos es algo que casi no me creo. Nos
hemos llevado divinamente. Tengo que dar las
gracias a los dos y a Lavadaunt, porque
me han hecho una actriz diferente.
Siento una gran alegría como
persona y actriz. Me siento radiante. Decir esto antes del estreno
es suicida.
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UN MATRIMONIO
DE DOS FRACASADOS
La historia va de fracaso en el matrimonio. Dos personas
marginadas: él, militar al que han olvidado que ascendiera; ella, actriz muy
modesta ha abandonado su carrera. Veinticinco años de vida en común y ya
nada tienen que decirse.
José Luis quiere dejar claro que en una entrevista se
le ha adjudicado una visión negativa del matrimonio.
- No creo que el matrimonio tenga que ser una
catástrofe. El matrimonio es una auténtica escuela de convivencias. Unos
aprenden y otros no aprendemos.
PLAY STRINDBERG
Y NO
PLAY STATION
El título se ha mantenido en inglés y no se ha intentado
traducirlo.
- Era el título internacional cuando se escribe
para Basilea y no se traduce al idioma germano – recuerda José
Luis.
A lo largo de su historia no se ha cambiado.
- No me gusta que no se traduzcan los títulos –
añade Nuria -, pero, en este caso, ninguna traducción expresaba
exactamente lo que se refleja la obra. Play puedo ser juego, pero
también se dice jugar una obra de teatro etc. Hemos preferido dejarlo como
en el original.
Fuera, en la calle uno me preguntó:
¿Qué es eso de Play Station
que echan el Teatro de la Abadía?
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