EL CORSARIO
BONITO REGALO PARA LA VISTA Y
GOCE DE UNA DANZA BIEN EJECUTADA
Título:
Le Corsaire (El Corsario)
Música: Adolphe Adam, Cesare Pugni, Leo Delibes,
Riccardo Drigo y Pyotr Oldenburgsky
Libreto: Vernoy de Saint-Georges, Joseph Mazilier
editado por Yuri Slonimsky y Pyotr Gusev
Coreógrafo: Pyotr Gusev, basado en el original de Marius
Petipa
Escenógrafo: Teymuraz Murvanidze
Asistente del escenógrafo:
Mikhail Shishliannikov
Figurinista: Galina Solovyeva
BAILARINES
5 de septiembre
Mikhail Lobukhin (Conrad), Viktoria Tereshkina
(Medora),Ekaterina Osmolkina (Gulnara), Leonid Sarafanov
(Alí), Andrian Fadeyev (Lankedem), Dmitry Pykhachev
(Birbanto), Vladimir Ponomarev (Pachá),
Forban: Galina Rakhmanova, Polina Rassadina, Lira
Khuslamova, Dmitry Sharapov, Andrey Yakovlev S.
Odaliscas: Nadejda Ronchar, Tatyana Tkachenko, Yulia
Kasenkova
Danza palestina: Elena Bazhenova
Danza argelina: Polina Rassadina
6 de septiembre
Ilya Kuznetsov (Conrad), Uliana Lopatkina (Medora),
Tatyana Tkachenko (Gulnara), Igor Zelensky (Alí),
Anton
Korsakov (Lankedem), Islom Baimuradow (Birbanto),
Vladimir Ponomarev (Pachá),
Forban: Elena Bazhenova, Polina Rassadina,
Lira
Khuslamova, Dmitry Sharapov, Andrey Yakovlev S.
Odaliscas: Nadejda Ronchar, Daria Sukhorukova,
Yulia
Kasenkova
Danza palestina: Elena Bazhenova
Danza argelina: Galina Rakhmanova
7 de septiembre
Evgeny Ivanchenko (Conrad), Irma Nioradze (Medora),
Ekaterina Osmolkina (Gulnara), Anton Korsakov (Alí),
Andrian Fedeyev (Lankedem),
Dmitry Pykhachev (Birbanto),
Vladimir Ponomarev (Pachá)
Forban: Polina Rassadina,
Elena Bazhenova, Lira
Khuslamova,
Dmitry Sharapov, Andrey Yakovlev S.
Odaliscas: Nadejda Ronchar, Tatyana Tkachenko,
Yulia
Kasenkova
Danza palestina: Elena Bazhenova
Danza argelina: Ryu Ji Yeon
8 de septiembre
Mikhail Lobukhin (Conrad),
Viktoria Tereshkina (Medora),
Yulia Kasenkova (Gulnara), Igor Zelensky (Alí),
Anton Korsakov (Lankedem),
Islom Baimuradow (Birbanto),
Vladimir Ponomarev (Pachá),
Forban: Galina Rakhmanova,
Polina Rassadina, Lira
Khuslamova, Dmitry Sharapov, Andrey Yakovlev S.
Odaliscas: Nadejda Ronchar, Tatyana Tkachenko,
Daria
Sukhorukova
Danza palestina: Elena Bazhenova
Danza argelina: Polina Rassadina
9 de septiembre
Evgeny Ivanchenko (Conrad), Sofya Gumerova (Medora),
Ekaterina Osmolkina (Gulnara), Anton Korsakov (Alí),
Andrian Fedeyev (Lankedem),
Dmitry Pykhachev (Birbanto),
Vladimir Ponomarev (Pachá),
Forban: Elena Bazhenova, Polina Rassadina, Lira
Khuslamova, Dmitry Sharapov,
Andrey Yakovlev S.
Odaliscas: Nadejda Ronchar, Tatyana Tkachenko, Yulia
Kasenkova
Danza palestina: Elena Bazhenova
Danza argelina: Galina Rakhamanova
10 de septiembre
Ilya Kuznetsov (Conrad), Uliana Lopatkina (Medora),
Tatyana Tkachenko (Gulnara),
Igor Zelensky (Alí),
Mikhail Lobukhin (Lankedem), Islom Baimuradow
(Birbanto),
Vladimir Ponomarev (Pachá),
Forban: Polina Rassadina, Elena Bazhenova, Lira
Khuslamova, Dmitry Sharapov,
Andrey Yakovlev S.
Odaliscas: Nadejda Ronchar, Daria Sukhorukova, Yulia
Kasenkova
Danza palestina: Elena Bazhenova
Danza argelina: Ryu Ji Yeon
Orquesta Titular del Teatro Real
(Orquesta Sinfónica de Madrid)
Director Musical: Valery Ovsiannikov
Director general y artístico del Teatro Mariinsky:
Valery Gergiev
Director del ballet: Makhar Vaziev
Duración aproximada: 2 h. y 30 min. ( con dos
intermedios)
Estreno en Madrid: Teatro Real, 5 – IX - 2006 |
FOTOS: JAVIER DEL REAL
FOTOS: NATASHIA RAZINA |
Estrenado el 23 de enero de 1856 en el
Théatre Imperial
de l’Opéra de Paris.
Estrenado en San Petersburgo el 12 de enero de 1858 por
el Ballet del Teatro Bolshoi.
Estreno de la versión de Pyotr Gusev el 29 de abril de
1987 en el Teatro Kirov de Leningrado.
Tras años de crítica hacia la programación del Teatro Real sobre
el abandono de la danza, desde el año pasado se ha mostrado la
buena voluntad de que esto no es así. Hoy por hoy no está en la
mente artística, financiera ni ministerial de que el Teatro de
Ópera de Madrid – el Teatro Real - tenga una Compañía de Ballet.
De esto no se ha vuelto a hablar. Tampoco de Compañía de
Clásico, Masaya de las puertas del Real. Se ha protestado por
parte de Compañías privadas, que han emprendido la labor de
coreografiar clásico. La última la de María Giménez.
Oficialmente hay un discreto mutismo que se traduce en silencios
ante cartas, o en discretas subvenciones.
FOTO: JAVIER DEL REAL |
El Real desea mostrar que no está en contra de la danza.
Ya se sabe que ha separado los abonos de ópera y danza,
una vez que se constata que son públicos distintos en un
cierto porcentaje. Otro de los frentes es contratar
espectáculos o compañías de renombre o que garanticen
una buena velada. En esta ocasión ha sido el mítico
Mariinsky, cofre donde se guardan celosamente las
coreografías clásicas creadas por ellos hace tantos
años. |
De todo su rico repertorio se ha elegido Le Corsaire (El
Corsario), obra que – salvo algunos privilegiados o
especialistas – solamente se conocía, en España, a través del
socorrido paso a dos, reiterativo en cualquier Gala de Danza que
se precie. Con respecto a España se añade un aliciente: nunca se
ha estrenado y el gran público no la conoce en su integridad.
Tal afirmación, salida de las declaraciones de Antonio Moral
- director artístico del Teatro Real -, no parece ser exacta,
una vez que en el propio programa de mano Ricardo Cué –
programador, coreógrafo y empresario – comenta que hubo una
versión en Bilbao en el 2000. Lo que sí es cierto es que es la
primera vez que se estrena en Madrid, y de, todos modos, es
desconocida para la inmensa mayoría del público.
El Corsario, a lo largo de los años, ha conocido diversas
versiones desde que en 1856 se estrenara en París, con
coreografía de Joseph Mazilier y música de Adolphe
Adam. La versión que nos llega es la de 1987 coreografiada
por Pyotr Gusev, a partir de la versión de Marius
Petipa y, ya, con una música fruto de varios compositores en
los sucesivos añadidos creados a lo largo de los años.
Del
Mariinsky y de la perfección de sus versiones
se ha hablado y escrito mucho. A lo largo de su historia
– más de doscientos años - ha tenido sus altas y sus
bajas, pero siempre con una gran dignidad. Lo que nos
llega pertenece a uno de los momentos buenos. Es un
fantástico espectáculo formal y técnicamente. Otro
cantar es el libreto que va más por lo que puede ser un
cuento de hadas y que como sucede en la mayoría del
ballet clásico algunas danzas – muy bellas – no dejan de
ser gratuitas a nivel argumental. Pero eso pertenece al
mundo de las convenciones.
El argumento se basa en el poema El Corsario de
Lord Byron, muy celebrado en su tiempo y olvidado
posteriormente. Lo que podría tener de profundidad, aquí
se pierde y busca más la línea del misterioso
orientalismo – tan querido por los románticos – y la
belleza del verso se traduce en la belleza de las
imágenes animadas, a través del baile. Dejado de lado el
argumento, en cuanto a su sesudez, este ballet es puro
baile y colorismo. Esto es, probablemente, lo que llevó
a las sucesivas versiones, centradas en añadir nuevas
danza para lucimiento de unos y otros y emborrachar al
espectador. Y el espectador entra en ellas, dejándose
llevar. |
ADRIÁN FADEYEV
(Lankedem)
FOTO: NATASHA RAZINA |
FOTO: JAVIER DEL REAL |
Pero este centrarse en la danza, en la mayoría de los casos de
gran virtuosismo, lo hace muy peligroso. Los ojos del espectador
se hacen más críticos y esperamos la perfección de los
movimientos en todos. De ahí que cualquier compañía no pueda
arremeter con él, ya que no bastan buenos solistas sino un
cuerpo de baile muy entrenado. Baste citar el difícil Círculo de
Odaliscas en un “grand jeté” o la simetría del conjunto en
El
jardín animado. En esta versión del
Mariinsky – asistí el día 6
de septiembre – uno y otro desafío se logra con creces. Pero
este tipo de conjuntos obligan a algo más: la amplitud del
escenario. Simetría de líneas, virtuosismo con una buena dosis
de proeza técnica, grandiosidad espacial y la consabida
exigencia de perfección en los solistas definen esta historia
centrada en el puro baile. Y eso lo bordan los del
Mariinsky.
Igor Zelensky (Alí), cumple a la perfección el esperado y
archiconocido paso a dos – en este caso a tres, pues hay
participación del personaje de Conrad interpretado por
Ilya
Kuznetsov - con la limpieza horizontal del “gran jeté”.
Uliana
Lopatkina (Medora) no le va a la zaga y arranca los aplausos en
sus evoluciones. Tanto ella como Tatyana Tkachenko (Gulnara) son
dos bailarinas muy precisas y de una gran elasticidad.
La versión de Gusev posee un aliciente más: derramar el baile,
incluso a los personajes estáticos que contemplan las piruetas
de los solistas. No se reducen a meros espectadores, sino que el
movimiento del salto en piernas y brazos se prolonga en
movimientos de cuerpo o de brazos del coro. De este modo se
consigue que toda la escena esté en continuo movimiento, sin
esteticismo.
Durante todo el espectáculo el ritmo no decae y las transiciones
se hacen fluidas, tanto a nivel de entradas y salidas de los
bailarines como de cambios espaciales.
Otra nota gratificante es la escenografía. A base de telones
tradicionales, la evocación de los espacios recurre al estilo
decorativista, lleno de imaginación y sugerencia en el que le
mundo orientalizante está presente. En la misma línea, pero con
una estética más simétrica y recordando el ballet rococó de las
cortes francesas es El jardín animado. La propia coreografía
rememora los grabados de la época. Todo ello a través de una
pátina rosada, las fuentes dan el toque espectacular.
Escenografía y luces crean un auténtico mundo de fantasía, que
se completa, sin que resulte novedad, agradablemente con los
efectos especiales del naufragio y del viaje final allende los
mares.
El vestuario llama la atención por su acertado y rico colorido y
su imaginativa hechura. |
FOTO: N. RAZINA |
Metidos, pues, en las convenciones de lo que es el ballet
clásico, El Corsario ha sido un bonito regalo para la vista y un
goce de una danza bien ejecutada. Cuando se contempla este
empacho de buen hacer, vuelve la frustración española. Queda
mucho camino por andar en este estilo y mucho más para poder
competir fuera de nuestras fronteras.
|