Ácars (Ácaros). Crítica. Imprimir
Escrito por José Ramón Díaz Sande   
Viernes, 26 de Marzo de 2010 18:55

ÁCAROS, SOLEDADES ENTRELAZADAS
[2005-09-08]
 

Temporada al aire libre de El Canto de la Cabra.

 

Temporada al aire libre
de
El Canto de la Cabra

ÁCAROS
SOLEDADES ENTRELAZADAS


Título: Ácaros.
Autor: Xavier Puchades.
Escenografía: Martina Botella, Ximo Flores.
Iluminación: Álex Rault.
Intérpretes: Maribel Bravo, Nando Pascual, Miguel Ángel Altet, Sonia Ortiz.
Dirección: Ximo Flores.
Estreno en Madrid: Sala El Canto de la Cabra, 6 – VII – 2005.

El viaje astral proporciona la justificación para un entramado de fragmentos. Fragmentos que componen final - o provisionalmente - un mosaico de historias personales y familiares, proteicas y sugerentes, con esa capacidad de inquietar y con esa dosis de indeterminación argumental que caracteriza a algunas escuelas de la escritura dramática contemporánea. La historia, a pesar de su golpe de efecto final, que explica la equívoca sucesión de fragmentos anterior, mantiene ciertos niveles de deliberada ambigüedad o sugiere la posibilidad de intercambiar situaciones inicialmente dispares.

Ácaros es un texto compuesto por el dramaturgo valenciano Xavier Puchades, un escritor joven todavía al que avala ya una producción dramática de interés y en la que se advierten una notable madurez compositiva y un singular dominio del lenguaje. En alguno de sus trabajos teóricos, Puchades ha escrito que sus personajes quieren ser los últimos aventureros de una sociedad sin aventuras, y, en efecto, los personajes de Ácaros parecen aspirar a una existencia heroica desde un fogoso discurso verbal - a veces incluso verborreico - que pretende combatir el tedio de una existencia anodina y frustrada en los ámbitos afectivo, social, profesional, sexual, etc. La fantasía y la palabra son los recursos de los que se sirven para tratar de traspasar los límites que los separan de una existencia deseada e imposible y para combatir una soledad, no siempre reconocida, pero definitoria de cada uno de los personajes.


Pero este conflicto, que, en los términos en los que se expone en las líneas anteriores, podría sugerir solemnidad y desgarro, y que podría revestir connotaciones metafísicas, se vierte mezclado con una fuerte dosis de ironía, lo que provoca sensación de despego y de distancia, y también, frecuentemente, la comicidad.

El modelo dramático empleado en Ácaros recuerda a algunas composiciones de Belbel y a alguna variantes de lo que podríamos denominar comedia perversa, aunque, por encima de la perversidad, están el humor y el gusto por la deconstrucción, que suscita más incertidumbre o desasosiego que temor o escalofrío. Acaso sea Beckett - o también Pinter - el modelo último de todo ello, pero un Beckett o un Pinter definitivamente despojados de toda densidad y de toda gravedad, al menos aparentes. Ácaros mete el dedo en la llaga de soledades y decepciones, de violencias y de miedos, de amenazas y de ensueños, de imposibilidades y fracasos, pero parece hacerlo sin consideraciones morales, como si contara un chiste, que, no por macabro y brutal, resultara menos divertido.

El punto fuerte de la comedia hay que buscarlo en los procedimientos de composición, desde luego, pero, sobre todo, en la brillantez dramática y el ingenio en la expresión de algunos personajes, entre los que quizás sea el del taxista el más logrado desde el punto de vista de su discurso. El dramaturgo consigue, como pocas veces se logra, ese abismo de indudable teatralidad entre lo que el personaje dice y entre lo que le ocurre, desigualdad que advertimos precisamente a través de la palabra pronunciada por ese personaje en esa situación concreta. Pero también la mujer del taxista, su mudable hijo, y, sobre todo, la chica que trabaja en la lencería, se nos ofrecen como personajes originales y de perfiles nítidos y sugerentes a través de su expresión verbal, que pretende ser diálogo, pero que la opacidad de cada personaje para los demás convierte en monólogo, a veces febril en sí mismo, pero lúcido y esclarecedor para el público.

La escenificación de Ácaros, a cargo de Ximo Flores, al frente del Teatro de los Manantiales, es ágil, limpia y plenamente eficaz. Sencilla en lo que a elementos escenográficos se refiere, descansa sobre la confianza en el texto dramático y en el trabajo actoral, en el que brilla la espléndida labor de Maribel Bravo - un verdadero descubrimiento - y la tarea de un siempre sólido y comprometido Miguel Ángel Altet.

 

Más información

           ÁCARS (ÁCAROS) - Información General

           ÁCARS (ÁCAROS) - Entrevista
           www.tatrodelosmanantiales.com
           VERANOS DE LA VILLA DE MADRID - Información General
 


Eduardo Pérez – Rasilla
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Teatro El Canto de la Cabra
Aforo: 60
C/San Gregorio, 8
28004 - Madrid
Tf.: 91 390 42 22
Metro: Chueca y Alonso Martínez
Autobuses: 3, 40 y 149
Horario de taquilla: 1 hora antes de cada función.
Telentrada: Caja de Madrid: 902 488488
Información y reservas: 91 310 42 22.
Fax: 91 308 38 68
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Última actualización el Miércoles, 05 de Mayo de 2010 18:29