La verdad de las mentiras. Entrevista. Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande.   
Miércoles, 17 de Marzo de 2010 09:54

 



LA VERDAD DE LAS MENTIRAS
MARIO VARGAS LLOSA y AITANA SÁNCHEZ GIJÓN
SOBRE EL ESCENARIO
Del TEATRO ESPAŃOL DE MADRID

[2006-03-05]

JUAN RULFO, JOSÉ LUIS BORGES, FRANCICO AYALA,
JUAN CARLOS ONETTI y WILLIAM FAULKNER
TRASPASAN LOS LÍMITES DE LA LECTURA


LA VERDAD DE LAS MENTIRAS

MARIO VARGAS LLOSA
y
AITANA SÁNCHEZ GIJÓN
SOBRE EL ESCENARIO
Del

TEATRO ESPAÑOL DE MADRID


JUAN RULFO, JOSÉ LUIS BORGES, FRANCICO AYALA,
JUAN CARLOS ONETTI
y WILLIAM FAULKNER

TRASPASAN LOS LÍMITES DE LA LECTURA



MARIO VARGAS LLOSA
FOTO: CHEMA MADOZ
Mario Vargas Llosa (Arequipa (Perú) 28 de marzo de 1936) viene identificado como novelista. Cuentos, novelas y artículos periodísticos son su primer quehacer. Algunas de sus novelas subieron al escenario, mediante adaptaciones de otros. En 1990 su talante literario cede en pro de presentarse como candidato a la Presidencia del Perú. La política le dijo que no y volvió a la literatura y a su círculo de intelectualidad.

Así de tranquilos estábamos los que le hemos seguido, cuando nos sorprende su subida al escenario como un cómico más. En opinión de Mario Gas, director del Teatro Español al que se encarama Mario Vargas Llosa:
  • Es su debut como actor, pero si creemos a las crónicas de Barcelona, donde ya se ha representado el espectáculo, su debut es esplendoroso.

El espectáculo lleva por nombre La verdad de las Mentiras y se basa en el texto homónimo del propio Vargas Llosa, publicado en 1990. Se trata de una lectura dramatizada de alguno de los cuentos más representativos de cinco autores: William Faulkner, Juan Rulfo, José Luis Borges, Francisco Ayala y Juan Carlos Onetti.

  • Es – precisa Mario un homenaje a la literatura, al teatro y a un puñado de grandes escritores que me cautivaron con la maestría de sus relatos.

Sobre el escenario no se encuentra solo y desamparado. La actriz Aitana Sánchez Gijón, comparte esta experiencia. El encuentro de uno y otro, parece cosa del destino y recuerda aquel fragmento musical de Maruxa (Amadeo Vives), cuando Rosa – la señorita- descubre al pastor Pablo:

Rosa:
Le ví, me vió
Y su mirada en mi clavó

Mario confiesa.


AITANA S. GIJÓN/M. VARGAS LLOSA
FOTO: CHEMA MADOZ
  • Desde el principio soñé como utopía que Aitana aceptara, no sólo porque era una buena actriz, sino porque en una entrevista le oí hablar con solvencia y entusiasmo acerca de literatura. Esto permitía fundir teatro y literatura. Se lo propusimos y lo aceptó, para alegría mía.

Tal rapidez de respuesta en Aitana, tenía su prehistoria:

  • Conocí a Mario hace 2 años en el Festival de Cine San Sebastián. Cuando lo ví fui casi como una posesa a su encuentro, pues es un autor que me había acompañado en mi viaje literario durante mi adolescencia y mi juventud. Soy una gran entusiasta de su obra. Mi sorpresa fue comprobar que ya me conocía. A ello se añadía el que tenía una nieta que también se llamaba Aitana. A los dos meses me propuso trabajar con él en este espectáculo y no lo dudé: dije que sí.

TURÍN Y ALESSANDRO BARICCO
EN LA BASE DE
“LA VERDAD DE LAS MENTIRAS”


Todo parecía allanarse. El inicio del proyecto había comenzado hacía dos años:

  • Yo había ido a Turín a dar una conferencia a un Centro Académico, cuya labor se centra en formar novelistas, libretistas y dramaturgos. Descubrí una librería muy especial: sólo a 7 libros se les daba gran publicidad. Junto a esto pude ver un Video en el que el escritor italiano Alessandro Baricco, junto con una actriz leía los textos de sus libros favoritos, artículos y los alternaba con música. Era un espectáculo que representaba por las Universidades y Centros Culturales.

El concepto de la selección y el espectáculo de Baricco, generaron un deseo en Mario:

  • Desde que lo vi quise hacer algo semejante en español. La primera idea fue recurrir a lecturas alternadas, pero poco a poco y por influencia de Joan Ollé – director del montaje - concebimos por un lado la lectura y por otro la interpretación. A esto se añadió una tercera idea, cuyo autor fue Joan Ollé: recurrir a la vieja tradición de los contadores de cuentos. El famoso Cuenta Cuentos. Esta idea me encantó y resucito en mí una vieja debilidad por los contadores de cuentos. Yo ya había escrito algo sobre esto.
De este modo, el espectáculo quedó configurado fundiendo las tres características: teatro, literatura y la historia de contadores de cuentos.
  • Ha sido una experiencia emocionante, estimulante y gracias a estos dos profesionales Aitana y Ollé muy experimentados en las tablas.
     

FOTO: CHEMA MADOZ

Aitana es de sobras conocida por el público y huelga presentarla. Es lo que tiene el cine.

Joan Ollé también, pero en los círculos teatrales. Su labor escénica comienza en los años 70 con Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos. Se trataba de una serie de textos de Rafael Alberti que montó con la conocida y original compañía Dagoll-Dagom, de la que fue fundador. Siguieron muchos años de actividad y en la actualidad ha estrenado L’illa del tresor, cabaret poético inspirado en el programa televisivo del mismo título que dirige y presenta con Joan Barril en el canal 33 de TV de Catalunya. Paralelamente ensaya Le malentendu de Albert Camus y prepara una versión teatral de la novela de Javier Cercas, Soldados de Salamina.

UN ESPECTÁCULO CAMBIANTE

El espectáculo ha ido cambiando en lo que se refiere a los textos, los cuales van muy condicionados por los países en los que se representan.

  • Los textos de base que presentamos en Barcelona y los que llevamos a Guadalupe (México), no son los mismos que los que ofrecemos en el Teatro Español. Para Madrid hemos echado mano de cuentos de Juan Rulfo como Diles que no me mate y de Francisco de Ayala: Los primeros cien años de vida y Diálogo entre el amor y un viejo.

La elección sigue un criterio subjetivo y arbitrario, según Mario.

  • Me gustaban y son los que tenía en mi memoria. Volví a releerlos. En la primera versión pusimos algo del Quijote, del que soy gran conocedor, ya que estábamos en su Quinto Aniversario. Elegí la llegada del Quijote a Cataluña, ya que lo representábamos en Barcelona en el Teatro Romea, que es de donde partimos. En Guadalupe de México, lo obvio era Juan Rulfo. El criterio de elección ha sido seleccionar aquellos textos en los que me siento muy a gusto. El compromiso afectivo con los textos también ha sido muy importante, ya que el texto es la materia prima y el punto de partida.

El que se trate de textos escritos por otros autores, no supone que el espectáculo sobre el escenario se reduzca a la mera lectura del texto. Es más, entendiéndolo, se puede hablar de cierta infidelidad.

  • La versión no es fiel. Me he concedido libertades. Hay una reelaboración del texto literario a través de la narración oral. Lo que se mantiene es el espíritu, pero me permito tomarme muchas libertades.

De tales libertades es sufridora Aitana


FOTO: CHEMA MADOZ
  • Al estar sobre el escenario yo también me convierto en espectadora, aunque la espectadora más privilegiada. Mario no memoriza el texto sino que sobre la base del cuento cada noche lo cuenta de modo distinto. Pienso que no va a terminar con la palabra adecuada, lo que nosotros en teatro llamamos “pie”, para que yo le dé la réplica. No obstante siempre la encuentra y me da el “pie” adecuado. Él sigue las normas de lo que es un orador expertísimo, pero estar en el teatro es otra cosa y no obstante tiene sentido del espectáculo y del rigor del teatro.
     

Para Aitana este juego interpretativo y creativo es

  • Un gozo inmenso. Se convierte en un trabajo maravilloso, debido a las mencionadas variaciones. El tener que trabajar un texto nuevo es una experiencia de vida y de discrepancias acerca del cuento y su modo interpretativo. La creación es continua

JOAN OLLÉ,
DE LA LECTURA A LA ESCENA


Joan Ollé recibió una llamada para subir al escenario textos, puros textos.

  • Mi cerebro comenzó a acordarse de textos de Becket, Beaudelaire, Shakespeare… Nos vimos Vargas y Aitana. En la ingenuidad de la exposición había cosas. Yo sentía que había mucha letra y Vargas leía y leía. ¿Habíamos entendido lo que habíamos leído? Por ejemplo El infierno tan temido de Onetti no lo entendíamos. Mario espetó: ¿Cómo que no lo has entendido? Mario lo conocía perfectamente. Entonces, le dije, vamos a releerlo a través de la interpretación de Mario Vargas. Y nació un espectáculo nuevo. Me da miedo llamarlo teatro.

Para Ollé es y no es una puesta en escena.

  • Se trata de reproducir, sobre la escena, el momento en que nos encontramos en la Casa de América (Madrid) aquella tarde. Había una serie de elementos. Sol, libros, personas, textos, agua.

La estructura quedó conformada en una alternancia entre narración y diálogo.

  • En cada cuento Vargas ha decidido lo que es una parte narrativa y otra dialogada, pero al tener cada cuento una estructura diversa, no hay una norma fija. Unas veces el narrador es Vargas y otras Aitana.

La estructura diferente de cada cuento, la lectura diferente y la novedad de cada día llevan a una pregunta ¿hay una reescritura anterior?

  • Es una interesante pregunta – afirma Mario El Infierno tan temido de Onetti, tan conocido, al repetirlo lo veo cada vez más complejo y sobre todo al escenificarlo. Se descubren capas profundas de la misma historia. Una cosa interesante es que se puede arrojar luz diferente sobre textos literarios y la prueba definitiva es la prueba oral. La prueba en voz alta de la lectura que tanto predicaba Flaubert. Si algo choca en la frase no es culpa de las palabras sino de las ideas. Cuando no chirría quiere decir que el pensamiento está perfectamente expresado. El escenario lo engrandece o lo empobrece.

EL CUENTA CUENTOS
QUE ES
MARIO VARGAS LLOSA


Autor y conferenciante son oficios connaturales, ya, a Mario. Pero eso de patear el escenario es otra cosa.

  • Nada que ver con una conferencia o con una clase. Es distinto. En aquellas situaciones soy yo mismo. En cambio contando cuentos vivo una experiencia diferente. Aterradora. He vivido eso que los actores definen como el pánico escénico. Nunca he tenido tanto miedo. Me vinieron unas ganas de salir corriendo y desaparecer.

Aitana lo confirma

  • Doy fe de ello. Aún ahora. Cuando Mario ha visto todo el centro de Madrid lleno de banderolas anunciando el espectáculo, le vino ese miedo. Pero ya le dije “no hay marcha atrás”. Tengo que añadir que le ha picado el gusanillo de la interpretación y ya se le ha metido en la sangre. La realidad es que está como un niño con zapatos nuevos.
  • Bueno, lo que sí me tranquiliza es Aitana con su experiencia – añade Mario. Pienso que cada vez que meta la pata, ella me salvará. Y con respecto a lo del gusanillo, pues es cierto. De todos modos hay un paralelismo con el comienzo de una novela. Cada vez que empiezo es como cuando comencé a escribir mi primer cuento. Empiezas a vivir de nuevo.

FOTO: CHEMA MADOZ

En el mundo de la interpretación, a pesar del pánico escénico, algunos autores hablan del “Síndrome del gladiador” – la terminología es de Ángel Fernández Santos. El gladiador tiene auténtico pánico, pero cuando está en la arena llega a tal excitación que incluso se traduce en experiencia sexual. Algo similar sucede con los toreros.

  • No sé si lo tengo – confiesa Mario. Pero es bonito. El teatro siempre me gustó. Fue mi primer amor. En 1950, cuando yo empecé, en Lima no había movimiento teatral. De lo contrario habría sido dramaturgo en vez de novelista. Recuerdo que por aquellas fechas vino una compañía española – la Compañía Lope de Vega de José Tamayo - con La Muerte de un viajante (Arthur Miller). Fue una gran experiencia y me quedó grabado ese juego de tiempos que tiene la obra. Me pareció el género más creativo. Pero al haber en mi país un movimiento teatral mínimo, ello me empujó hacia la narrativa. Después el azar me hizo combinar muchas cosas y luego he llegado a algo que funde teatro y literatura. De esto estoy contento. No sé si esto es el Síndrome.

FOTO: CHEMA MADOZ
Al proponerse al inicio lo que iba ser una mera lectura y no una interpretación le ayudó a lanzarse al ruedo:
  • Como la primera propuesta era leer y no actuar, me lancé a ello. Si desde el principio lo hubiéramos concebido como actuación, me hubiera sentido más intimidado.

Mario se transforma en un Cuenta cuentos y ello consiste en encarnar un personaje que lo distancia de su propia personalidad como escritor, conferenciante o profesor.

  • Al escribir me muevo en un mundo racional de ideas. Lo intuitivo es instintivo y por lo tanto pasa a segundo plano. En una obra de teatro o en un espectáculo hay un elemento espontáneo de intuición y emoción que juega un papel hegemónico. Prevalece la personalidad creativa. Es difícil medir cómo juega lo racional. Lo hace de modo distinto. Al contar un cuento desde dentro uno se despersonaliza. Es un fenómeno muy interesante, fascinante.

“LA VERDAD DE LAS MENTIRAS”

La verdad de las mentiras es título para el espectáculo teatral y para uno de los ensayos de Mario. Como se ha podido ver no se trata de llevar ese ensayo sobre le escenario. No obstante el título no es arbitrario.

  • Tiene que ver con mi libro en cuanto que la literatura es la otra vida fabricada. La mentira que narramos cuando nos conmueve tiene una relación con la vida real y forma parte de la gente y al final se vuelve otra verdad. Por eso el título sirve tanto para el ensayo como para el espectáculo.

NUEVOS PROYECTOS

Aunque este espectáculo esta siempre preparado para ir allá adonde los llamen, tiene preparados dos libros ya en trance de salir:
  • Uno es una serie de Reportajes sobre Palestina e Israel. El otro es una novela: Travesuras de la niña mala. Se trata de una historia de amor que ocurre en Lima en los años 1950; en París en los años 1960;, en Londres en los años 1970, y en Madrid en los años 1980. Para construirla he aprovechado mucho las experiencias de mis años en esas ciudades.

FOTO: CHEMA MADOZ

SUS TEXTOS SOBRE LA ESCENA

Incluir sus textos en el espectáculo no le convence.

  • No sé por qué. Me sentiría más intimidado. Menos libre.

Aitana matiza:

  • No lo hace por pudor.

EL APLAUSO,
ESA MARAVILLOSA PLENITUD


FOTO: CHEMA MADOZ
Cuando cae el telón lo más común es que el aplauso resuene en el coliseo. Aquí, así sucede.
  • Es una sensación maravillosa de plenitud. Una sensación de haber vivido la ficción. Uno se siente más realizado. Una satisfacción por haber conseguido el sueño, la fantasía.

En el Teatro Español no solo ha caído el telón tras el espectáculo de Mario Vargas Llosa y Aitana Sánchez Gijón, sino que de momento queda bajado durante una temporada para nuevas reformas.


José Ramón Díaz Sande
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Teatro Español
Aforo: 760
Director: Mario Gas
C/ Príncipe, 25
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Tf. 91 3601484
Metro: Sevilla y Sol
Parking: Pz. Santa Ana,
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Entradas: Sucursales de la Caixa de Cataluña
y Tel-entrada (24 horas) 902 10 12 12

 

Última actualización el Sábado, 24 de Abril de 2010 18:22