Adios hermano cruel. Crítica. Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande   
Martes, 13 de Abril de 2010 18:53
ADIOS HERMANO CRUEL
UN ROMEO Y JULIETA
DE ALTO VOLTAJE

[2007-03-01]

El año pasado Julio Bocca al presentarse en el Teatro de la Zarzuela con El hombre de la Corbata Roja, anunciaba su retirada de los escenarios para el año próximo.

ADIOS HERMANO CRUEL
UN
ROMEO Y JULIETA
DE
ALTO VOLTAJE

Titulo: Adios hermano cruel
Guión de Elio Marchi para ballet en 2 actos. (Inspirado en “Lastima que sea una puta” de John Ford)
Música: Lito Vitale
Coreografía: Ana María
Escenografía: Tito Erguza
Vestuario: Renata Schussheim
Iluminación: José Luis Fiorrucio
Ayudante de Vestuario: Andrea Mercado
Realización escenografía: Roberto Suárez
Realización vestuario: Sara Trama/Alejandro Bologna
Realización calzado: Rodolfo Teves/Jorge Donoso
Peinadores Madrid: Feliciano San Román/Mauro Gastón
Producción: Ballet Argentino de Julio Bocca
Intérpretes: Julio Bocca (Marco, adulto), Cecilia Figaredo (Lucía, adulta), Lucas Oliva (Franco, adulto), Lucas Segovia/Benjamín Parada (Sacerdote, Pedro), Valentín Fernández (Marco, adolescente), Vanesa Echezarreta (Lucía, adolescente). Emmanuel Amuchastegui (Franco, adolescente), Federico Fernández (Pedro, adolescente), Victoria Balanza/María Eva Predicer (Marietta, Nana y Lucía), Leonardo Otarola (Padre de Marco y Lucía), Soledad Drago (Madre de Marco y Lucía), Rubén Rodríguez (El Dux, padre de Franco)
Bailarines: (Familiares, pretendientes, sacerdotes, soldados) Lara Delfino, Marisa Eva Prediger, María José Redelico, Marisol Alonso, Soledad Drago, Vanesa Echezarreta, Soledad Drago, Vanesa Echezarreta, Gabriel Martínez, Óscar Escudero, Valentín Pagliaricci, Gabriel Usandivaras, Emaul Amuchastegui, Federico Fernández, Valentín Fernández, LeonarJo Otarola, Rubén Rodríguez.
Dirección: Julio Bocca
Estreno en Madrid: Teatro Albéniz, 7 de febrero 2007




JULIO BOCCA/CECILIA FIGAREDO

El año pasado Julio Bocca al presentarse en el Teatro de la Zarzuela con El hombre de la Corbata Roja, anunciaba su retirada de los escenarios para el año próximo. Este es el año próximo, y se presenta con un estreno Adiós Hermano Cruel, un ballet completo.  

Adiós hermano cruel, traduce el título Adio fratello crudele (1971), una película que dirigió el polifacético Giuseppe Patroni Griffi (1921 – 2005), a partir del texto del dramaturgo John Ford (1586 – 1640): Lástima que seas una puta (Tis Pity She’s a Whore) (1626 - 1633)

Elio Marchi escribió, para la danza, un guión en dos actos – un prólogo, diez cuadros y un epílogo -, a partir del texto original y, sobre todo, de la película mencionada. Lito Vitale se ha encargado de componer la partitura y Ana María Stekelman la coreografía.


J. BOCCA/C. FIGAREDO
Con Adiós  hermano cruel, se vuelve al ballet argumental: una historia de alto dramatismo y con un tema tabú, el incesto. Nada tiene que ver con temas balletísticos edulcorados o aquellos otros que enmascaran su escabrosa temática mediante eufemismos. El esqueleto dramatúrgico se parece mucho al Romeo y Julieta shakesperiano. No hay que olvidar que John Ford fue contemporáneo de Shakesperare, aunque este texto aparece ocho años después de la muerte de Shakespeare. Los dos escriben dos imposibles, sufrientes y hermosas historias de amor, sólo que Ford avanza un paso más. Romeo y Julieta, con su amor, transgreden los convencionalismos sociales, mientras que Anabella y Giovanni – los dos hermanos enamorados - transgreden lo que se ha llamado ley natural, pero que ya tiene un antecedente bíblico en Tamar (Libro 2º de Samuel, cap. 13).

En la película los hermanos se convierten en hermanastros – Anabella y Giovanni -, tal vez por paliar la censura. En el ballet recuperan la consaguineidad total, como en el original de Ford, y responden a los nombres de Lucía y Marco.

El argumento obliga a una gran tensión dramática. Ya en la época de John Ford se incluía en el contexto de un teatro jacobino (Jacobo I de Inglaterra), que  gusta del  sensacionalismo en los escenarios y en los textos. En Shakespeare había grandes pasiones y grandes crímenes, pero emanadas de la propia pasión humana, tan compleja. En las obras posteriores el crimen y las atrocidades, a veces, suceden sin razón ninguna. No es el caso de Lástima que seas una puta, un texto lleno de fuerza e inspiración.

Ana María Stekelman ha construido una coreografía con momentos impactantes, en los que el dramatismo es protagonista. Lirismo e ingenuidad en la adolescencia de los personajes, pasión reprimida y explotada en la madurez y venganza final, son tres líneas que marcaban la estética coreográfica a seguir. Recurrir a los experimentados caminos del clásico no parecía lo más adecuado, a pesar de que una base fuerte en el Ballet Argentino de Julio Bocca es el clásico. No obstante, Julio ha hecho evolucionar su primigenio estilo, incluyendo en su compañía otros tipos de danza. De ellos se aprovecha Ana María, para ir combinando el clásico, la danza moderna y una discreta y elegante acrobacia que genera un gran dinamismo a lo largo de toda la historia.

Julio Bocca, desde hace algún tiempo, entiende la danza narrativa, según los cánones de un lenguaje teatral. La música y danza al servicio de la narración, sin concesiones al virtuosismo o lucimiento vacuo de los bailarines. A esto es fiel en esta coreografía. Los movimientos intentan expresar la tensión dramática, lírica o violenta. Esto obliga a una buena dosis de interpretación dramática, en la que la danza sustituye a la palabra hablada. De ello son conscientes los bailarines-intérpretes y salen airosos. Los pasos a dos son de una gran fuerza y llama, agradablemente, la atención la coreografía de los soldados capitaneados por Franco – el esposo oficial de Lucía. Julio Bocca y Cecilia Figaredo – los protagonistas – no solamente muestran una técnica y precisión en la composición conjunta, sino que expresan con gran dramatismo sus personajes.

Tal tensión obliga también a una música, un tanto ecléctica como lo es la danza. Hay momentos de gran fuerza y el piano tiene una buena dosis de protagonismo. Este eclecticismo lleva a una cierta falta de unidad, lo que hace que la composición musical pase, a veces, a un segundo plano.


JULIO BOCCA 
La historia obliga a diversos espacios. En la información del dossier se advierte. “La acción se desarrollará siempre dentro de un gran espacio, dividido en niveles,  que podrá ser alternativamente el patio de un palacio, el campo, el altar de una iglesia, o lo que se necesite”. Se ha recurrido a una escenografía virtual de proyección, cuyo responsable es Tito Erguza. Funciona a la perfección, hasta el punto de que hasta que no se efectúa la primera transición visual de un escenario a otro, no se cae en la cuenta de que se trata de una proyecciones. Ello permite una gran fluidez de ritmo, sin tiempos muertos, así como el lujo de ir cambiando el colorido o la iluminación del mismo ambiente a tenor de las emociones. No obstante, tras esta primera sorpresa agradable y epatante, me inclino por la nota escenográfica del dossier. La escenografía virtual, termina por resultar un tanto relamida y emana cierto olor a los telones pintados, sin la evocadora teatralidad de éstos.

El vestuario de Renata Schussheim remite a la estética pasoliniana, posiblemente intentando no concretar una época del pasado, aunque lo sitúa en uno siglos bastante anteriores o futuros – tiene también reminiscencias de La Guerra de las Galaxias -  al nuestro respetando la otra observación del dossier: “La época es atemporal. Puede haber sucedido hace cinco siglos o suceder en un probable futuro”.


José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Martes, 11 de Mayo de 2010 15:19