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CAPERUCITA EN MANHATTAN
Texto original CARMEN MARTÍN GAITE
Dramaturgia y Dirección LUCÍA MIRANDA
Intérpretes MAMEN GARCÍA, MIRIAM MONTILLA, CARMEN NAVARRO, CAROLINA YUSTE, MARCEL MIHOK (contrabajista)
en el TEATRO de la ABADÍA (SALA JUAN DE LA CRUZ) de MADRID
En 2025 se celebra el centenario del nacimiento de CARMEN MARTÍN GAITE
23 de enero al 23 de febrero de 2025
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- El Teatro de La Abadía presenta Caperucita en Manhattan, la versión de Lucía Miranda de la novela homónima de Carmen Martín Gaite.
- Con el arranque de 2025, La Abadía sitúa a Carmen Martín Gaite en la piedra angular de su temporada teatral, ya que este año se cumplen los cien años del nacimiento de la autora.
- La obra viene interpretada por Mamen García, Miriam Montilla, Carmen Navarro, Carolina Yuste y Marcel Mihok (contrabajista).
- Lucía Miranda, directora de Caperucita en Manhattan, propuso este proyecto porque quería contar una historia que "habla de esas mujeres que se atrevieron a tomar las riendas de su vida y aborda cómo la literatura y la imaginación pueden ser un motor sanador para el duelo".
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FOTO: DOMINIK VALVO |
Sara Allen vive en Brooklyn y sueña con Manhattan. Un día se escapa de casa para visitar a su abuela, una antigua cantante de music hall y se pierde en un viaje atemporal por diners, rodajes de cine y Central Park. En su recorrido se encuentra con un pastelero millonario y una mendiga sin edad, con ambos compartirá dos secretos que la ayudarán a encontrar su camino hacia la libertad.
Caperucita en Manhattan fue uno de los primeros títulos de la colección Las Tres Edades de editorial Siruela, y pretendía dirigirse a un público de de 8 a 88 años. La versión teatral es una propuesta musical, que aúna el mundo castellano de Martín Gaite con el Nueva York de las películas, con cinco intérpretes - Mamen García, Miriam Montilla, Carmen Navarro, Carolina Yuste y Marcel Mihok (contrabajista) - que realizan veinte personajes en un cuento de hadas contemporáneo.
Lucía Miranda, directora de Caperucita en Manhattan, propuso este proyecto a La Abadía para contar una historia: "habla de esas mujeres que se atrevieron a tomar las riendas de su vida y aborda cómo la literatura y la imaginación pueden ser un motor sanador para el duelo". Carmen Martín Gaite cuando comenzaba una historia, imaginaba una escena. Ahora tenemos esa escena mediante la dramaturgia y dirección de Caperucita en Manhattan gracias a Lucía Miranda, quien llevaba años con el deseo de adaptarla a teatro. Ese afán por esta novela le viene de la infancia.
Mi madre me contaba el cuento de Caperucita Roja y cuando llegaba el final, me decía: "Llegó Caperucita y devoró al lobo feroz". Yo llegaba al cole y me decían que "no era así". Volvía a casa cabreada decía: "En el cole me dicen que no es así, que me lo estás contando mal". Mi madre me decía: "Es que hay muchas maneras de contar el cuento y cada uno puede contarlo como le parezca". Eso, para mí, fue fundamental a la hora de crecer y a la hora de imaginar. ¡Vale! Yo heredo unos cuentos que son los que están ahí. Son válidos, pero tengo el derecho, si me da la gana, a cambiarlo y contármelo de manera diferente. Entonces cuando encontré Caperucita en Manhattan, que me lo regaló mi madre en una Feria del libro, me enamoré de esa novela, y entendí que había otras personas. Yo tenía 11 años y supe de una chica que se llamaba Sara Allen, vivía en Brooklyn y que pensaba como yo: que los cuentos pueden ser diferentes y que ella quería escribir su propio cuento.
A partir de entonces la novela le acompañó la infancia, la preadolescencia, la adolescencia.
Luego estuve estudiando en Nueva York y le debo mucho a Caperucita de Manhattan, porque igual que Sara Allen soñaba con Manhattan, yo también crecí soñando con Manhattan, y busqué la manera de poder habitarla. Me pasó una cosa muy curiosa fui a la Universidad a la que fue Carmen Martín Gaite, tras la muerte de su hija. Yo fui de lectora de español y cuando llegué allí todo el mundo me hablaba de Carmen, y yo saqué Caperucita en Manhattan para que los alumnos lo leyeran, que lo leyéramos en clase y lo comentáramos. Las alumnas llegaron a saber más que yo. Yo le pregunté a una de ellas "¿Por qué sabes tanto?" "Porque yo soy Sara Allen, mi madre es la traductora al inglés de Carmen. Entonces he crecido con Carmen en casa". Luego los profesores me contaron muchas cosas de Carmen: la llegada de Carmen con su hija ya fallecida, y comenzó a escribir. Esto lo interpreté como una conexión significativa, al estilo de Carmen.
Lucía actualmente se dedica al teatro y para ella era una incógnita que esa novela
que es un "best Seller" - el libro segundo más vendido en la historia de la editorial Siruela -, lectura obligatoria en un montón de coles, que es un gran libro.., no entendía que no tuviera versión teatral, que no tuviera un musical, que no tuviera "peli"… Si fuéramos anglosajones sería Alicia, Matilda, la tendríamos en todas partes, pero nosotros hemos denostado bastante nuestra literatura infantil y juvenil. Eso es algo que hacemos en general con la infancia. Las instituciones no ponen en el centro la infancia. No hay lugares donde puedan venir niños y gente mayor y le pueda gustar a los dos. Es algo muy raro, porque las instituciones y los creadores somos profundamente "adultocéntricos". Una de las cosas que más amo de Carmen Martín Gaite es que siendo una novelista canónica, premio nacional, príncipe de Asturias, no se le caían los anillos por escribir un Caperucita en Manhattan, y estaba todo el tiempo del lado de los cuentos de hadas y de la infancia. Eso me parece muy político como es "¿A quién tenemos en cuenta en la sociedad, desde nuestro punto de vista de creadores?"
En cuanto vio la oportunidad de que le preguntaron en el Teatro de la Abadía "¿Qué quieres hacer?"
Elijo cosas como ésta. En los pases que hemos hecho, la mitad eran niños y la otra mitad adultos. Los niños se reían con una cosa y los adultos con otra. De repente el trabajo cobraba sentido. Importaba que viniesen a las siete de la tarde y no solo un sábado a las 12 de la mañana. Era bueno que pudiesen venir cualquier día de la semana.
UN PÚBLICO ACTIVO EN LA ESCENA
Una característica de las puestas en escena de Lucía Miranda es el espectador y su intervención más allá de la pasividad, algo que también la identifica con Carmen Martín Gaite, la cual se caracterizaba por lo que llamaba "la búsqueda del interlocutor".
La búsqueda del interlocutor es "por qué no leemos esto en clases de dirección de actores", porque está todo el rato hablando de cómo poder crear público, de cómo poder crear un diálogo, de cómo poder estar trabajando juntos. En la novela llega la escena del Restaurante y hay muchísimo extras, está todo el mundo moviéndose, lleno de patinadoras…Hacerlo en teatro en el patio de butacas no es fácil. La pregunta es cómo hacemos para que la sensación que tiene Sara Allen al entrar en un sitio nuevo, fantástico, donde hay gente haciendo el loco y haciendo algo maravilloso como es un rodaje, ¿cómo conseguimos eso ? Pues que lo haga el público. Yo lo que quiero es que la protagonista sienta eso. Si somos cinco no lo podemos hacer. Pues nos ayuda el público. Nosotros hemos venido a contar una historia, pero el público ha venido a creérsela. Si el público quiere creerse la historia, nos va a ayudar a contar la historia.
Carmen Martín Gaite siempre concibió la literatura como un diálogo abierto con el lector. Ella siempre se dirigía a alguien.
21 PERSONAJES PARA CUATRO ACTRICES
Las cuatro actrices encarnan 21 personajes, lo cual es su desafío tanto por la diversidad de caracteres como el entrar en registros distintos de otras interpretaciones anteriores. Lucía Miranda ha elegido a actrices de diferentes generaciones
CAROLINA YUSTE, actriz TENGO 33 AÑOS Y NO QUERÍA HACER UNA NIÑA DE DIEZ AÑOS
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CAROLINA YUSTE |
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MIRIAM MONTILLA |
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CARMEN NAVARRO |
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MAMEM GARCÍA |
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MARCEL MOIHOK FOTOS: DOMINIK VALVO |
Carolina Yuste interpreta a la niña y precisa que su viaje en este montaje es muy diferente al de Lucía Miranda.
Cuando Lucía me llamó para Caperucita en Mahattan, recordé que la primera vez que la leí, yo estaba en una época muy oscura de la adolescencia, en plan haciéndome le harakiri, y no conecté. Aún así me la regaló mi madre. Entonces cuando Lucía me llamó sentí como un impulso emocional: "Hay algo ahí". Volví a releerla y conecté con ese espacio que, creo, tiene la obra: con la ternura sobre todo.
A nivel interpretativo era un desafío pues
Yo tengo 33 años y no quería ponerme a hacer una niña de diez años. No tenía sentido. Tenía mucho susto. Le decía a Lucía"no podemos ponerle azúcar a la miel". Si intento emular a una niña de diez años, no va a funcionar y yo no me voy a sentir bien, pero ese miedo también me distanciaba de poder habitar mi propia ternura. De hecho he decidido estar en esta función por esto, porque era un espacio a habitar en general, habitar en escena y habitar en mi persona.
La solución la encontró en confiar en Lucía Miranda y jugar a pasárselo bien y mirar al resto de las intérpretes.
Para mí es un ejercicio de fliparlo fuerte, porque yo no me atrevo a tanto. A veces soy una pesada con un sentimiento del ridículo insoportable, y de repente ver a estas compañeras tirándose a la piscina, y actrices como Mamen García, para mí ha sido un ejercicio increíble de un montón de cosas y decir es que el juego teatral está para eso, para quitarme mis propios prejuicios de lo que yo puedo o no puedo hacer.
Eso tiene que ver con una idea política - añade Lucía-, que haya mujeres de una determinada edad en un escenario, no haciendo papeles típicos, clasificados. Son actrices y pueden hacer muchas cosas, juega y ya está, que jueguen.
MIRIAM MONTILLA, actriz NOS HEMOS TIRADO A LA PISCINA, A CREAR PERSONAJES DESDE FUERA
Miriam Montilla interpreta Vilma, my distinto de otras interpretaciones suyas.
Aquí a lo que estamos jugando es a crear personajes que forman parte de un cuento y ello nos coloca en otro plano distinto del de Sara Allen. Hemos trabajado mucho, como locas, desde la improvisación. A Lucía Miranda le gusta mucho jugar, ha elegido actrices a las que le gusta mucho jugar y nos hemos tirado a la piscina, a crear personajes desde fuera, con la precaución de que fueran creíbles. Estar en el límite de que no fueran grotescos. Ese límite es muy delicado, pero Lucía estaba controlándolo todo eso. Los otros personajes de otras obras que he hecho estaban más desde el trabajo de texto. Aquí hemos empezado mucho trabajando la forma, el cuerpo, habitando el espacio. Es otro tipo de trabajo, pero a mí me gusta un montón.
CARMEN NAVARRO, actriz LO HACÍA SIN PENSAR Y CON MUCHA FUERZA DE VOLUNTAD
Para los profanos en esto de la interpretación la encarnación de tal cantidad de personajes, salir de uno para entrar en otro, no deja de ser un misterio. Carolina Yuste se siente un tanto picassiana
Tengo un ojo para este lado, el otro hacía abajo, la ceja hacia arriba. He hecho lo que ha dicho Miriam"tirarme a la piscina todo el rato", pero con la tranquilidad que estaba Lucía, y decía "por aquí, por allá". Por ejemplo, yo hacía una cosa y al día siguiente otra. Lo hacía Sin pensar. Si lo pensaba no lo hacía y con muchas fuerza de voluntad como dice Mamen, pero me divierte muchísimo. Yo creo que es un juego: que mujeres mayores, como nosotras, hagas otros de menor edad o personajes de hombre, eso no tiene precio. En toda la historia del teatro ha sido al revés, los hombres han hecho de mujeres. Entras en esa dinámica que Lucía ha planteado desde el principio y te tiras con mucha seguridad por eso.
MAMEM GARCÍA, actriz
Mamen García interpreta dos personajes curiosos: Madame Bartholdi y Miss Lunatic. Este último es un personaje enigmático que guía a Sara Allen, que tiene cierta ambigüedad, pero le da sabios consejos en el viaje de descubrimiento por la ciudad.
Para mí ha sido un galimatías entender que yo soy Carmen. Me voy a dormir y me digo "¿Soy Carmen?" No lo sé, pero sí sé que ya lo siento. Al final sé que soy Carmen, estoy en su piel, y quiero añadir que yo no trabajo desde el subconsciente, que está tan de moda - Freud…-, no, yo trabajo siempre desde el inconsciente, y desde ahí estiro o estira la vida por mí. Entonces si conoces al personaje, que yo me lo he pensado mucho, te es mucho más fácil. Meterte en la piel de Carmen para mí ha sido fascinante. Me emociona ella cada noche, porque yo soy madre y soy abuela. Ese sufrimiento personal a las que somos creadoras las desgracias nos hacen mover ficha, y crear cosas. Cuando pienso que ha hecho esta partitura literaria sobre esto me conmueve profundamente. Eso es lo que me hace feliz hacer a esta señora.
LA MÚSICA, NACHO BILBAO Y SU INTÉRPRETE MARCEL MIHOK
La música tiene una importancia especial hasta el punto de convertirse en un personaje más. Casi toda la música está compuesta por Nacho Bilbao. En escena, como un personaje más, Marcel Mihok es el contrabajista que toca en directo
Nacho Bilbao estuvo en todos los ensayos e incluso días antes cuando se preparaba el concepto de la música. Casi todo está escrito. Yo soy músico de jazz y hay pequeñas partes en las que improviso, como es la parte loca en que suena la batería. Es una música muy bonita.
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CARMEN MARTÍN GAITE, escritora
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CARMEN MARTÍN GAITE FOTO: ARCHIVO |
Carmen Martín Gaite (Salamanca, 1925 - Madrid 2000) fue una escritora española fundamental de la narrativa contemporánea española del siglo XX. Fue la primera mujer que obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1978 por El cuarto de atrás, y en 1988 recibe el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1988.
Su obra es innovadora, rica y profunda. Con más de medio millón de ejemplares vendidos de sus libros por todo el mundo, en especial Caperucita en Manhattan. Es un ejemplo de renacer, tras las pérdidas de sus hijos escribe dos de sus obras más importantes: Entre visillos, Premio Nadal (1957), y Caperucita en Manhattan (1990). En Carmen Martín Gaite se materializa la literatura y la imaginación como salvavidas en tiempos difíciles.
En 2025 celebramos el centenario del nacimiento de Carmen Martín Gaite.
LUCÍA MIRANDA, directora y dramaturga
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LUCÍA MIRANDA FOTO: DOMINIK VALVO |
Lucía Miranda (Valladolid, 1982) licenciada en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid, tiene un Máster en Teatro y Educación por la New York University y un Máster en Gestión de Artes Escénicas por el ICCMU-Universidad Complutense. En la actualidad es directora de escena, gestora cultural, dramaturga y arte-educadora. Es fundadora de The Cross Border, proyecto que trabaja en la intersección de las artes escénicas y la educación y cofundadora del colectivo internacional País Clandestino.
Como dramaturga ha publicado Nora,1959, (Autores en el Centro, CDN), Fiesta, Fiesta, Fiesta (V Programa de Nuevas Dramaturgias del INAEM) y Alicias buscan Maravillas (V Laboratorio de Escritura Teatral de la SGAE). También firma I am Miami (Microtheatrer Miami) y ¿Qué hacemos con la abuela? (Festival Africano de Teatro Foro, Dakar). Ha coescrito País Clandestino que se ha visto en el FIBA de Chile, Argentina, Festival de Dijon, MIT Sao Paulo, Festival de Almada y FIDAE de Uruguay. Sus textos han sido puestos en escena en Bolivia, Estados Unidos y Rusia.
Como artista-educadora ha coordinado proyectos y formaciones de Teatro Aplicado a la educación y la transformación social en centros de España, Senegal, Francia, Etiopía, Bulgaria, Noruega, Bolivia, Argentina, Uruguay y Estados Unidos.
Es miembro del Director's Lab del Lincoln Center de Nueva York y ha formado parte de EUNIC artist residency del Laboratory for Global Performance and Politics de Georgetown University.
Regresa a La Abadía, donde hace tres años realizó Casa (coproducción Cross Border / La Abadía / Teatre Lliure), un espectáculo verbatim, que es una técnica que ha empleado en varias ocasiones.
(El verbatim es una técnica teatral que hace referencia al origen del texto hablado en la obra. Las palabras de la personas reales son grabadas o transcritas por un dramaturgo durante una entrevista o proceso de investigación, o provienen de grabaciones ya existentes como las transcripciones de un juicio). (Lucía Miranda)
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ACTIVIDADES PARALELAS
- Sesión especial sobre el duelo en El Faro de La Abadía con Lucía Miranda y Cristina Oñoro, siendo un tema que de alguna manera está presente en Caperucita.
- 16 de enero y el 15 de febrero: Celebración de un Círculo de lectura alrededor de su novela.
- Solapándose con las funciones de Caperucita en Manhattan, La Abadía acogerá la versión teatral de El cuarto de atrás con Emma Suárez
- 11 de febrero Instituto Cervantes: lectura dramatizada de El otoño en Poughkeepsie.
- Por estas mismas fechas también se podrá disfrutar de una Exposición de los collages neoyorquinos de la escritora en la Casa del Lector, organizada por Siruela.
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CARMEN NAVARRO / MAMEN GARCÍA / LUCÍA MIRANDA / MIRIAM GARCÍA / CAROLINA YUSTE FOTO: DOMINIK VALVO |
FUNCIÓN De martes a sábado: 19:00 h Domingos: 18:30 h Encuentro con el público Viernes 24 de enero
PRECIO 24 € Descuentos www.teatroabadia.com
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CAROLINA YUSTE FOTO: DOMINIK VALVO |
Título: Caperucita en Manhattan Texto original: Carmen Martín Gaite Dramaturgia: Lucía Miranda Diseño de escenografía y atrezo: Alessio Meloni (AAPEE) Ayudante de escenografía y atrezo: Mauro Coll (AAPEE) Taller de realización: Mambo Decorados Diseño de vestuario: Anna Tusell Ayudante de vestuario: David DeGea Confección: Gabriel Besa Ambientación: Marisa Echarren Pelucas y utilería vestuario: Matías Zanotti Iluminación: Pedro Yagüe Ayudante de dirección y coach actoral: Belén de Santiago Meritoria de dirección: Ares B Fernández Composición musical: Nacho Bilbao Diseño de sonido y vídeo: Eduardo López Diseño gráfico: Sergio de Carlos Producción: Teatro de La Abadía Producción ejecutiva: Sarah Reis Ayudante de producción: José Luis Sendarrubias y Gema Iglesias Fotografía: Dominik Valvo Estudiante de escenografía en prácticas: Yaiza Martín Colabora: Teatre Nacional de Catalunya Agradecimientos: ABE Abraham Velázquez, Pablo Coll, Sylvia Piotrowski, Luis Sorolla y Henry White Intérpretes: Mamen García, Miriam Montilla, Carmen Navarro, Carolina Yuste y Marcel Mihok (contrabajista) Dirección: Lucía Miranda Duración: 90 minutos Estreno en Madrid: Teatro de La Abadía (Sala Juan de la Cruz), 23 - I - 2025
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