TIERRA BAJA LIBERTAD Y AMOR
Lluís Homar se presenta por tercera vez en el Teatro de la Abadía. Anteriormente había actuado con Play Strindberg y El hombre de teatro. En esta ocasión llega con Tierra Baja (1897) de Àngel Guimerá, un drama rural con tintes románticos, pero en una versión un tanto peculiar: un formato de monólogo en el cual Lluís interpreta a los cuatro personajes protagonistas. El montaje lo dirige Pau Miró, y cuenta con la música y la voz de Silvia Pérez Cruz (CLIKEAR), la cual ha compuesto una canción para la obra.
¿QUÉ PUEDE INTERESAR DE UNA HISTORIA DE PASTORES?
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PAU MIRÓ FOTO: www.madridteatro.net |
Tierra Baja es producción de hace cuatro años del Festival de Otoño de Cataluña, que programa más de 100 espectáculos y coproduce más de 20. Una de las líneas es coproducir con directores internacionales y actores de España. Tierra Baja ha sido visto por más de 50.000 espectadores, y se ha mantenido dos temporadas en Barcelona. Sigue funcionando. Lo que tenga esta versión según Pau Miró es que
- a priori es un texto de Guimerá de hace tantos años en una versión contemporánea. Cuando se estrenó en el Festival de Temporada Alta, mi hijo tenía 17 años. Le decía que fuese a los espectáculos de Temporada Alta. "Padre, eso es un rollo". "Vea ver Tierra Baja" "No, no será un rollo". Pasados los día lo Institutos van al espectáculo. Viene mi hijo y me dice "Oye papá, he visto un espectáculo que esto es lo que tendría que ser Temporada Alta" "¿Cuál?" " Tierra Baja". Lo digo porque cuando pensamos representar Tierra Baja para gente joven pensamos: "¿Qué puede interesar de una historia de pastores? Tierra Alta, la Baja… ,batallas…¿Qué pasa? Lo que se ha hecho con esta Tierra Baja es lo más moderno posible sin lo que decía aquel escritor italiano, "Lo peor de la modernidad es cuando está mal aplicada, pues crea un gran vacío". Esta Tierra Baja es muy moderna, pero no le pasa esto. Conecta con todo el mundo. Es un espectáculo para todo el mundo sin bajar para nada el listón: para gente joven. El teatro tiene dos cosas: si tienes un buen director, un buen texto y un gran actor, pues lo tienes ya todo. En este caso Lluís Homar hace cuatro papeles, pero sin hacer tonterías como se hace a veces.
LLUÍS HOMAR, QUERÍA SER MANELIC
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LLUÍS HOMAR FOTO: www.madridteatro.net |
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Para Lluís Homar Tierra Baja es muchas cosas. Según él es una obra que forma parte
- del escaso repertorio, aunque cada vez más valorado, del teatro clásico catalán. La descubro de manera ocasional, con 17 años cuando no soy actor profesional. Vengo del teatro amateur y en el circuito de entonces y de ahora se representa mucho. Me tocó hacerlo un día, el 7 de julio de 1974. Un sola representación, aunque ensayamos tres meses. Me produjo un impacto muy grande. Después de haber hecho teatro infantil desde los seis años y luego juvenil, era la primera vez que experimentaba parte del placer de ir a ensayar y lo pasábamos muy bien, y sentirme que me identificaba con un personaje. Quería ser ese personaje, que era una especie de Romeo que baja de las montañas. El punto de fascinación era ese en el que el hombre y la bestia. Tiene un punto de organicidad, de potencia, de verdad que siempre me toca.
En lo que respecta a esa animalidad Lluís destaca tres referentes en su vida: Marlon Brandon, Manelic (protagonista de Tierra Baja) y Michel York.
- La obra fue un éxito en el barrio y, para mí, el vehículo a través del cual una compañía de teatro independiente, donde estaban Fabià Puigserver y gente que luego formará parte del Lliure, que me propusieron participar en la obra Terra Baixa que ellos montaban. No hacía de Manelic. Era un actor más del elenco. Esta Terra Baixa me llevó a lo que sería el Lliure. En 1990 fue la última obra que dirigió Fabià Puigserver, pocos meses antes de morir. Era un montaje que se grabó y se presentaba mucho para escuelas y para estudiarla. Quiere decir que Tierra Baja forma parte de mi ADN.
Lluís Homar, en uno de esos momentos de euforia y enamorado de la vida quiso reflejar ese estado de ánimo sobre el escenario. Le vino el Manelic, por lo que tiene de enamorado del amor y de la vida.
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JAUME BORRÁS (MANELIC) PINTOR: RAMÓN CASAS |
Pensé que ya me había pasado el arroz, aunque Enric Borrás lo hacía con 70 años y daba el salto sobre la mesa. Eran otros tiempos. Más bien me tocaría hacer otro de los protagonistas, Sebastián. Podría dirigirla pero lo que quería es interpretarla. Gracias que había visto La violación de Lucrecia (CLIKEAR) por Nuria Espert, y recordé que cuando salí del teatro tuve la sensación de que no había visto una actriz, sino cuatro personajes interpretados por cuatro actores distintos. Me pregunté ¿Por qué no hago yo la obra? A la primera persona que se lo comenté fue a Silvia Pérez Cruz, con la que ya había trabajado, y le pedí su colaboración, porque Silvia es verdad, es popular, es emoción y casaba mucho con el material. Luego hablé con Salvador Suyet- director del Festival Temporada Alta - y me dijo que sí.
Se formó el equipo y Lluís tomó a Oscar Valsecchi como ayudante de dirección, al que conoció cuando se pidió un "coach" para asesorar a Lluís en un personaje, y desde entonces trabajan juntos cuando se necesitan para un espectáculo. A Pau ya lo conocía y una vez que es autor y director interesaba más porque no se trataba de hacer la obra tal cual. Al principio se veían cada 15 días y luego tres meses de ensayo. Otra pieza importante fue Lluc Castells.
- El primer día leí la obra entera y nos cogió un susto que "¡pa qué!", pues el problema era ver cómo una obra de unos 14 personajes se transforma para que la haga yo.
CONTAR LA OBRA DESDE LOS CUATRO PROTAGONISTAS
El proceso de adaptación fue el que Lluís contase la obra desde el punto de vista de los personajes y se vio que había una obra pues la historia de cada personaje era muy potente. Fueron tres meses y medio de trabajo, aunque no todos los días, para preparar la versión.
- Nuestro objetivo no era hacer una versión a partir de Tierra Baja, sino imaginarnos cómo el mismo Guimerá había hecho su obra completa y su versión de cámara. Que pudiese ser firmada por el propio autor. Tuvimos la colaboración de Lluc Castells, que es el escenógrafo y nos hizo una escenografía maravillosa de carácter simbólico. Como teníamos susto, algo que me acompaña toda mi vida, hicimos como una lectura dramatizada con un esbozo de escenografía, a Silvia Pérez Cruz, Salvador Suyet, Xavier Albertí(iluminador junto a David Bofarull y asesor de dramaturgia) yValsecchi. Era Mayo y estábamos a tiempo hasta noviembre. Si no funcionaba y había que dejarlo, siempre podría hacer Las manos de Eurídice. Les gustó y la aportación del equipo fue muy importante para acabar de enfocar.
El que Lluís resalte de modo especial el equipo se debe a que una propuesta así lo importante no es que se tenga la idea, sino que se cuente con un equipo que haga suya la idea.
- Eso fue Tierra Baja y, en ese sentido, es un regalo, pues funciona. Llevo ya 157 representaciones desde el estreno en Temporada Alta el 8 de noviembre de 2014, de las cuales 140 son en catalán y el resto en castellano.
El desafío de interpretar a cuatro personajes se resuelve de
- un modo muy simple y sutil. A veces estoy sentado y soy Manelic. Me levanto y soy Marta. Otras me giro y soy otro personaje. También ayuda el nombre. El espectador puede seguir en todo momento quién es cada uno de los personajes.
UNA SEMANA MÁS DE ENSAYO PARA VENIR A MADRID
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OSCAR VALSECCHI FOTO: www.madridteatro.net |
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A lo largo de todas estas representaciones Oscar Valsecchi ha notado algo que ejemplariza con un cuento
- Un abuelo cuenta una historia al nieto, y le dice que tiene dos lobos. Uno es malo y otro bueno. Luchan entre ellos. El nieto le pregunta al abuelo "¿Quién ganará?" El abuelo le dice "el que yo alimente". Quiere decir que tenemos dentro la parte buena y la parte mala, y somos nosotros los que decidimos qué parte va a ganar. Si das más comida a la parte mala, lógicamente ganará ésta. Esto viene a cuento, porque Lluís lleva 157 representaciones y antes de venir aquí quiso tener una semana más de ensayo. ¡Cuánto más vamos a ensayar! Esto lo digo en broma, pero en serio: desde que empezó, veo a los personajes y veo a Lluís crecer, y los personajes crecen también. Están vivos. Esta semana de ensayos ha sido el descubrir muchas cosas de los personajes, como si fuesen amigos que le van acompañando por el camino y comparten experiencias y nuevas visiones de la vida. Por ejemplo esta semana fue fundamental para descubrir aún más el personaje de la Nuri, una niña de 14 años. Estoy fascinado por ver cómo una obra y unos personajes puedan seguir buscando lo que hay detrás de las palabras y de la emociones de los personajes. Estoy fascinado por la manera de trabajar de Lluís y la generosidad que pone en el trabajo de esta obra.
Esa búsqueda es propia de todo el equipo, pero en estas últimas representaciones es un trabajo de Oscar y Lluís, quien precisa que Terra Baixa no está concebido como lucimiento de él como actor.
- Es más bien un punto de partida que un punto de llegada. Lo que nos interesa son las personas que están detrás de los oficios. Nosotros que damos cursos sobre el actor, buscamos siempre propiciar ese camino para que, al final, veamos que lo genuino es lo que aporta uno por ser quien es. Muchas veces los actores que estamos cargados de dificultades emocionales, el imaginarnos el no sabe quién, nos permite abandonarnos a nosotros. Cualquier actor tiene un tesoro y lo que se trata es de buscar ese camino para conectar con esa personita que está detrás y que escondemos con los personajes. Entonces aquí todas las opiniones, todos los ensayos son pocos. Si algo tenemos los actores son unas resistencias a exponernos, a enseñarnos. Entonces esto es como una carrera hacia el infinito, en el cual el material de Terra Baixa es absolutamente idóneo, para hacerlo. Cuanto más me conecto a mí, más aparecen los personajes. Eso explica las ganas de seguir y seguir trabajando cada vez que hay un nuevo reto, porque es distinto. No es lo mismo hacer esta obra en Cataluña que fuera de Cataluña. Estuve en el Teatro Arriaga de Bilbao con el teatro lleno, más de 1000 personas, en Logroño, Pamplona, Gijón, Palencia…, pero no es lo mismo que hacerlo en Cataluña, porque cuando empieza la obra el público ya tiene un referente. Aquí aunque la obra se estrenó antes en castellano en Madrid, en versión de Echegaray, y Marta lo hacía María Guerrero, y luego Enric Borrás vino con su compañía de repertorio a Madrid, y la hizo por primera vez en catalán. Fue tal el éxito que luego la tradujo y volvió a Madrid para hacerla en castellano. Ahora todo esto forma parte del pasado y es una oba desconocida.
INTERACCIÓN CON EL PÚBLICO DE MADRID
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LLUÍS HOMAR FOTO: PRODUCTORA |
Este montaje tiene otro punto de dificultad y es la interacción con el público, ya que
- tengo que seducir al público más de lo que ya está seducido. Tengo toda la ilusión y ganas de volver al este teatro. Creo que la Abadía es ideal para poder enseñar este espectáculo. Lo presentamos en las mejores condiciones. Me siento emocionado. También sé que en Madrid, y lo viví la última vez que estuve en el Valle Inclán haciendo Las brujas de Salem (CLIKEAR) a teatro lleno, es donde más gusta el teatro. Hay un público que tiene una afición muy bonita por el teatro y tengo ganas de conectar con eso. Otra cosa que da sentido es estar cerca de José Luis Gómez que es un referente para mí.
ÀNGEL GUIMERÁ, NUESTRO PEQUEÑO SHAKESPEARE
Para Lluís Homar, Àngel Guimerá pertenece a ese grupo de autores que plantan personas sobre el escenario, y lo califica de "nuestro pequeño Shakespeare".
- Tiene esa cosa de teatro universal. Es la obra más traducida de todo el teatro clásico catalán. Está en casi todos los idiomas. Hay tres óperas, cuatro ó cinco películas… (1) Es una historia particular que tiene valor universal. Lo tiene el lenguaje y lo propio de los grandes autores. Lo que dice Shakespeare: que el escenario sea el autoreflejo de lo que somos las personas. Aquí dentro de ese juego que queremos hacer hay una cosa. No es que me transforme en una adolescente de 14 años, una chica de treinta o un muchacho de treinta. Siempre soy yo, siempre es mi gesto y mi voz. En todo caso es un viaje emocional que hace dentro de esos personajes. El vestuario se va modificando, pero siempre soy yo o el actor que va vestido de mí, excepto un momento que me pongo un vestido de novia. No es el teatro grandielocuente y de cartón piedra que yo hice con 17 años y que Enric Borrás también sigue en algún modo. Eduardo Vasco- exdirector del Teatro Clásico - me pasó una grabación de Enric Borrás haciendo el Manelic. Una cosa cantada, imposible, pero en aquel momento gustaba mucho. Algo de eso quedó y ha habido que hacer un trabajo de limpieza de esa grandielocuencia. A medida que hemos ido sacando, el texto coger valor y compañeros que creían que era un texto de cartón piedra, han visto que realmente detrás hay un gran texto.
LA ADAPTACIÓN DE OBRA DIALOGADA A MONÓLOGOS
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LLUÍS HOMAR FOTO: www.madridteatro.net |
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En cuanto a la adaptación textual a lo que, en principio, se acerca al monólogo, ha consistido en que
- la obra tiene una parte costumbrista, deudora de la época como es el mundo de la familia los Perdigones. Esa cosa de que había que hacer un drama, pero tenía que tener su parte ligera cómica para que calara en el público. Esa parte, para mí, es la menos interesante, pues le quita valor. El solo hecho de quitarlo e ir a lo esencial, los cuatro personajes, pues no hemos añadido, tampoco, nada, es lo que muestra la cualidad de que Guimerá es un grandísimo autor. Algo parecido me sucedió con María Rosa. Si se va lo esencial se descubre que los grandes autores buscan los recovecos del alma humana y no solo los reconocen sino que saben reflejarlos. Eso es valor de Guimerá y eso, para mí, va más allá de la anécdota. La obra termina matando Manelic a Sebastián, y coge a Marta y sube a la montaña. Hoy la Guardia Civil o los Mosos de Escuadra, estarían, al poco, en la Tierra Alta deteniéndolo y metiéndolo en la cárcel.
El proceso de la adaptación tuvo varias etapas:
- El primer día leí el texto. El segundo díahice una improvisación contando la historia desde el punto de vista de los personajes y vimos que había una historia de una potencia muy grande en cada uno de ellos. ya empezamos escena por escena. Pau, el director, se iba a casa y recortaba y pegaba, pues una de las dificultades es que hay muchas escenas de diálogo y esto es lo que no se podía mantener. A veces tengo ese diálogo, cambiando de postura, pero es casi mínimo. Empiezo siendo Nuri, luego soy Marta, luego Sebastián y luego Manelic. Después Marta -Manelic, Marta-Manelic… Había que mantener el texto dándole sentido. Por eso antes de empezar a trabajar había que presentarlo al equipo. Yo, si tengo una referencia cómo es un trabajo de equipo será esta Terra Baixa.Ha sido crucial la aportación de Xavier Albertícomo iluminador y asesor en la dramaturgia, pero sobre todo por su sabiduría. También la aportación de Silvia Pérez Cruz, la de Lluc Castells cuando nos enseñó la maqueta ya nos contó la obra. Trabajar así es una maravilla. Todo esto es una muestra de que las cosas piden tiempo: Durante cuatro meses Pau yo nos veíamos cada 15 días y con Oscar íbamos hablado; tres meses y medio de la preparación de la versión; parar y luego ensayar dos meses y seguir ensayando. Vivimos en un tiempo en que hemos creado unos automatismos en los que hacemos cinco o seis semanas un espectáculo detrás de otro, y no hay otra forma, pero tenemos que cuestionárnoslo, porque el teatro, ahora más que nunca, precisa que hagas una aportación, en ese algo intangible en un momento en que estamos tan perdidos, de una esperanza y de luz. Eso pide una conciencia de equipo. Cada vez me importan menos las figuras.
En la versión no hay ningún narrador o alguien que pueda dirigirse al público, aunque últimamente la Nuri puede hacer esa función, al principio. Algo que ha surgido en este devenir de las representaciones es
- una sensación, sobre todo en el tercer acto, de que es la obra la que va. Que no soy yo, que voy pasando de un personaje a otro. Es la oba la que avanza. Una sensación que nunca había tenido que me gusta mucho.
LA VERSIÓN CASTELLANA
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LLUÍS HOMAR FOTO: www.madridteatro.net |
Al haberse estrenado por vez primera en castellano en versión de Echegaray, podría pensarse que ya no era necesaria una nueva traducción, no obstante Lluìs precisa que
- No la hemos seguido. Echegaray hace su versión, influenciada por el momento liberal de entonces y no se desarrolla en Cataluña sino en un sitio más adentro. A nosotros nos gustaba que la obra estuviese vinculada a Cataluña, no por nada, sino porque si era posible, ¿por qué no hacerlo? Hemos intentado con Pau hacer una traducción literal del catalán. Ser muy fieles a Guimerá como si él hiciera su propia versión al castellano. Ha sido, también, un viaje de ir encontrando ese castellano que mantenga ese punto arcaico con unos "qués" o unos "yos", no necesarios, en alguna expresiones. Una traducción de la que estamos contentos.
LA INTERPRETACIÓN DEL CATALÁN AL CASTELLANO
Es de sobras sabido que los catalanes son totalmente bilingües en lo que se refiere al catalán-castellano. No obstante el pasar de una lengua a otra en el mundo del teatro no es coser y cantar, cuando la representación se ha hecho en catalán y luego en castellano. Llegado ese momento Lluís optó por hacer una primera representación en su barrio de Orta, donde interpretó su primera Tierra Baja a los 17 años.
- Vino un sobrino mío y me dijo que le había gustado más en castellano que en catalán. La obra ya estaba más trabajada, pero además de eso quiere decir que hay unos momentos que el castellano le da una fuerza al lenguaje muy interesante y muy rica. Quizá el momento más roto de los personajes, hay algo ahí decante jondo. Hay unas palabras que le dan una enjundia, que me gusta y lo disfruto.
LA ACTUALIDAD, UN MUNDO CORROMPIDO Y LA OPCIÓN DEL AMOR
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LLUÍS HOMAR FOTO: PRODUCTORA |
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Lo que pueda tener de actualidad un drama rural romántico, más allá del nuevo formato en el que se nos ofrece, lo clarifica Lluís al precisar que
- por un lado es la historia de un triángulo: un cacique, Sebastián, que tiene un amor prohibido o, al menos, oculto con Marta, que tiene que esconder. Para disimular esto, porque se está arruinando, tiene que hacer unos pactos de interés económico. Tiene que acallar esa historia, porque eso no le permite casarse con una rica pubilla para resolver sus situación económica. Necesita un Bobo para casarla y de cara a los demás quede zanjado. Se acuerda que tiene un pastos en la montaña, el Manelic, que es una bestia bruta y lo hace casar con ella. Así puede acallar las voces. Marta le dice, llorando, al amo: yo sé que siempre tendré que ser tuya y Sebastián le responde "Yo aunque tú te cases siempre y yo me case siempre seré tuyo". A partir de ahí nos podemos imaginar la situación. Ese pastor que baja convencidísimo y enamoradísimo, esperando que la Virgen le ofrezca esta mujer maravillosa. Un día sube Sebastián y le ofrece dejar de ser pastor, hacerse molinero y "¿quieres casarte con ella?". Manelic baja de la montaña feliz pues se ha producido el milagro. No sabe si es obra de la Virgen o de las brujas, pero está enamoradísimo y baja de la montaña. A partir de ahí se casa, pero la Marta se casa obligadísima, y no quiere saber nada de esta bestia que le han puesto al lado.
Aunque la historia es conocida, Lluís destaca que lo que hay en esta versión es eso que dicen los autores: "Yo soy un poco todos los personajes".
- Aquí tiene un sentido en cuanto que es como si apeláramos a cada persona en cuanto que es ella misma. Todos tenemos una parte mental, una parte oscura, una parte que dice "Yo quiero esto y tú te apartas". Quien no la tenga es porque no se le ha reconocido, pero todos la tenemos. Esa parte concuerda más con Sebastián. Todos tenemos un parte animal conectada con algo limpio, potente, quizá en una etapa más joven en que se ve que todo es posible, que los milagros existen, que los Reyes son los Reyes y eso nos da una fuerza. Todo eso está dentro de nosotros. Luego tenemos, hombres y mujeres, el que pensamos que somos una mierda, no valemos para nada. Hacemos como si, pero, en realidad, tenemos la autoestima por los suelos y lo único que nos podría calmar es desaparecer como es Marta. Después tenemos a la Nuri que no forma parte del triángulo, pero es testigo y a su manera juega, en cuanto que está enamorada desde los 14 años. Tiene todo el camino por recorrer y se mueve en dos mundos: el de la tierra baja, un mundo absolutamente corrompido, no como ahora sabemos, sino corrompido en lo más elemental como es la negación de las emociones, en que todo forma parte de algo muerto, y tiene la opción de vida que es el amor. Será testigo de esta Marta y Manelic y ayudará al triunfo del amor.
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Como resumen Lluís define Tierra Baja como
- un canto a la libertad. Un himno al amor. La frase famosa con la que termina la obra es "He matado al lobo". Tradicionalmente termina con un grito del protagonista:"¡¡¡He matado al lobo!!!" Nosotros en esa división de la parte oscura, la tierra baja, y la luminosa, la tierra alta, el decidir a qué parte queremos vincularnos, eso es un trabajo del copón. Yo sí tengo claro la apuesta que hemos hecho: apostar por la tierra alta. Al final es como decir yo, Manelic, "es posible enfrentarnos a este otro lobo y vencerlo", pero es un trabajo de cojones.
Tal afirmación plásticamente se ha plasmado en un rostro de Lluís que muestra un gran ferocidad, pero porque la ferocidad la tienen los dos.
- La obra permite muchas cosas como los grandes textos. La versión que hice en el año 1975 y dirigía Montañés se quiso hacer una obra muy social: el cacique representaba el poder; el Xeixa, que nosotros no utilizamos, era la conciencia socialista obrera en contra del amo; luego estaba Manelic que es el anarquista. Un texto se convierte en clásico, como sucede con Shakespeare, en cuanto que toca lo fundamental del ser humano. Ahora tenemos una gran tecnología: tenemos los móviles, pero ya hay relojes que cumplen las mismas funciones y estamos por llegar a Marte, pero las emociones ¿dónde están? En la Edad de Piedra. Es decir, tenemos un trabajo, por hacer, brutal. A mí me sirven los clásicos para eso. Me sirve Shakespeare y me sirve, absolutamente, Guimerá para vernos. Tenemos y sabemos muchos oficios, pero no sabemos vivir. Tenemos un despiste general y eso va para largo. Tenemos que tomar un poco de conciencia de dónde estamos y ver lo que somos. Yo soy de los que trabajamos no para imaginarme lo que quiero ser, sino ver lo que soy, y el teatro es una herramienta maravillosa para esto, y, sobre todo, para creer en lo que hay, no en lo que querría que hubiera. Para mí, ahora, el teatro me conecta si siento que soy útil. Que sirvo para algo más allá de lo que es bueno para mí. Con este equipo me siento realizado, porque siento que estoy en el camino. Otra cosa es que eso conecte más o conecte menos y que no funcione. La obra, pues, permite muchas lecturas, pero nosotros hemos optado por esa dimensión humana que sirva como espejo en el que nos podamos ver ahí dentro.
Pau Miró, el director, añade que el que un texto se convierta en clásico es cuando
- no le afecta ni el espacio ni el tiempo. Pasan unos años o va a otros países, y la anécdota es lo que es, pero como habla de las cuestiones esenciales de la persona perdura. En cambio cuando le afecta el tiempo o el espacio no es un clásico.
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(1)Películas creadas a partir de la obra de Guimerà 1907: Tierra baja. España. Bajo la dirección de Fructuós Gelabert. 1913: Tierra baja. Argentina. Bajo la dirección de Mario Gallo. 1914: Marta of the lowlands. Estados Unidos. Bajo la dirección de J. Searle Dawley. 1922: Tiefland. Alemania. Bajo la dirección de Adolf Edgard Licho. 1940/1944: Tiefland. Alemania. Bajo la dirección de Leni Riefenstahl y estreno el 11 de febrero de 1954. 1950: Tierra baja. México. Bajo la dirección de Miguel Zacarías. 1982: Terra baixa. España. Bajo la dirección de Mercè Vilaret.
Óperas basadas en Terra baixa: La catalane, con música de Ferdinand Le Borne y libreto de Tiercebin i Ferrier. Tiefland, con música de Eugen d'Albert y libreto de Rudolf Lothar, estrenada en Praga el 15 de novembre de 1903. Terra baixa, con música de Salvador Pueyo y libreto de Guillem-Jordi Graells, escrita en los años noventa del siglo XX, aún no estrenada.
Ballet Terra baixa con música de Albert Guinovart, estrenado en 1999.
Dos canciones con letra de Rossend Llurba se basan en la obra Tierra baja: La muller d'en Manelic. Música de Càndida Pérez Martínez.3738 Nuri. Letra hecha en colaboración de S. Perarnau. Música de Vicenç Bou.
Más información Tierra Baja. Gimerá - Homar -Miró
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