EL MINISTRO LA TENTACIÓN VIVE EN UN ÁTICO
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MARTA TORNÉ / CARLOS SOBERA FOT: www.madridteatro.net |
El título centra la temática y el protagonismo, pues asistimos a los avatares sentimentales y político de un Ministro. La historia comienza como una de tantas: el lío amatorio de de un madurito ministro y una jovencita profesora de francés. El destino los ha unido accidentalmente: él es el padre de unos niños a los cuales ella les da clase particular. Él se encuentra en esa fase adolescente de años otoñales, y ella, a la que bautizaron como Sandra, con una vida que comienza tanto a nivel físico como pecuniario. No tiene un duro, vamos, y el Ministro es su fuente de ingresos laborales, pero también, en su mente y visto que el buen señor huye de las amarras de su matrimonio y promete el oro y el moro, la ambición de un futuro económico más estable y ¿por qué no? llegar a ser la Primera Dama, cuando el Ministro ascienda a Presidente. A punto de sellar, en el apartamento de Sandra tal porvenir con un beso, de la calle sube un griterío policial, aconsejando a unos atracadores del Banco vecino a que salgan y se entreguen. Tal incidente desestabiliza todo, y más cuando dos atracadores irrumpen en el apartamento, un coquetón ático muy cromático. No conviene adelantar más por eso de la intriga, pero la posible situación adúltera del Ministro cogido "in fraganti"; la necesidad de salir de la casa para asistir a una Rueda de Prensa con el Presidente; la necesidad de la huida de los dos cacos, y la ilusión de Sandra por un futuro mejor, crean un entramado irónico humorista y una crítica gubernamental, que hace las delicias del público. Por decirlo de una vez, es una comedia entretenida, con interés creciente y con un ritmo de 90 minutos medidos por un reloj en el escenario. A las seis horas es la Rueda de Prensa y a las seis horas baja el telón.
Antonio Prieto Gómez (CLIKEAR), es el autor y director, y esta es su primera obra de teatro, aunque, anteriormente, a lo largo de su extensa carrera ha podido disfrutar de la creación y dirección con series de televisión durante años en diferentes cadenas de ámbito nacional. Todo ese bagaje anterior le ha proporcionado una soltura en los diálogos y en el sentido del ritmo. Curiosamente, acostumbrado, a un sistema de escenas sueltas, como es el guión televisivo, El Ministro opta por la continuidad de acción, espacio y tiempo real y consigue ese "continuum", al que le proporciona el ritmo similar del guión televisivo. No hay tiempos muertos, y el interés va creciendo de una escena a otra, evitando que el espectador pueda adivinar el desenlace de cada personaje. Cuando llegamos a un punto y nos preguntamos ¿cómo va a seguir hasta los 90 minutos?, una nueva situación nos sorprende y atrapa.
Bajo este manto de comedia amorosa y de cacos, el autor aprovecha para retratar, a través de las reacciones del Ministro, unos entresijos políticos con los que el público se siente identificado, porque son los que estamos viviendo día a día. Aquí hay que enmendar el latiguillo de "Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia", porque las coincidencias son obvias. Esta parte de crítica institucional sirve un poco de catarsis para el público, que asiente gozoso a tal o cual situación. La virtud de Antonio, como autor, es que evita lo que podría ser un panfleto político demasiado obvio. Sabe insertar tales críticas, que no dejan de ser serias y preocupantes, casi como de pasada, sin retoricismos.
Frente al Ministro que representa a la Institución, está el sufrido pueblo, encarnado en los dos cacos - robo a los Bancos, porque es nuestro dinero - y Sandra, una pobre chica que lo único que pretende es salir de la inseguridad económica. A pesar de estas dos facciones, no hay ni buenos, ni malos. Al fin y al cabo el Ministro no deja de ser un pobre hombre, fustigado por su bajas pasiones otoñales en busca de una Lolita, y por su ambición política. Todos posee alma noble y alma pícara.
Carlos Sobera interpreta al Ministro. Carlos se ha ganado la simpatía del público a través de la Televisión. Conduce concursos con soltura, y aparente improvisación. Cae simpático. En esta interpretación también. El público está y se ríe con él. Compone bien un personaje que alterna momentos cómicos, sin cargar las tintas, con otros más trascendentes y reflexivos. El paso de uno a otro lo hace fluido y sin estridencias. Un buen trabajo que conecta con el numeroso público - era un miércoles cuando asistí -, tanto en la parte cómica como crítica.
Marta Torné es Sandra. No sé si es así, pero el personaje que ha construido Antonio se acerca mucho, o está en el subconsciente, al creado por el dramaturgo George Axerold para su comedia The Seven Year Itch (traducido en España como La Tentación vive arriba), en la que una jovencita, interpretada por Marilyn Monroe, trae al retortero a su vecino, que se ha quedado de Rodríguez durante el verano. El título original The Seven Year Itch ( La sarna (picor) de los siete años) refleja esa situación en la que el hombre casado a los siete años de matrimonio comienza a poner ojitos a las jovencitas y siente un comezón sarnoso. De esa sarna se ha contagiado al buen Ministro. El perfil de Sandra es muy parecido al del de la comedia de Axerold, y así como nos enternecemos con la ingenuidad del personaje interpretado por Marilyn, aquí también lo hacemos con el de Marta Torné. Esto no quiere decir que Marta reproduzca a Marilyn, en la interpretación. No tiene nada que ver. Marta, además de su atrayente físico, nos ofrece una interpretación propia, acorde con su ingenua Sandra.
Los dos cacos son Javier Antón y Guillermo Ortega, cuyos papeles tienen también algo de ingenuidad, comicidad y precipitación angustiosa que saben entregárnoslo con eficacia. Los perfiles de ambos tienen la virtud de no reducirse a ser cacos, sino que a grandes pinceladas reflejan psicologías propias.
Tras una primera escena de sosiego, las siguientes escenas son un caudal de movimientos, idas y venidas llenas de comicidad y ritmo que Antonio controla bien.
Cabe resaltar la escenografía: el apartamento de Sandra. La primera impresión es la de estar ante una estética un tanto "almodovariana", por el variopinto colorido, que él ha usado en algunas de sus comedias. En un segundo momento y a medida que conocemos la psicología de Sandra, comprobamos que refleja bastante de su personalidad. Sandra tiene un cierto toque infantil o ingenuo que queda reflejado en el empapelado de delicadas florecitas y en el colorido ambiental, así como en el austero "atrezzo", incluyendo la manta y el buda. Con una brillante iluminación crea el ambiente adecuado para esta divertida comedia, que el público saludó, al final, con un generoso aplauso, y se regocijó con la sorpresa final que no conviene desvelar.
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JAVIER ANTÓN / CARLOS SOBERA / GUILLERMO ORTEGA FOTO: www.madridteatro.net |
Título:El Ministro Autor:Antonio Prieto Producción: Endemol Intérpretes: Carlos Sobera (Ramiro, el Ministro),Marta Torné (Sandra, la profesora de francés),Javier Antón (Félix, un ladrón) y Guillermo Ortega (Yago, el otro ladrón) Director: Silvestre G. (Antonio Prieto) Duración: 90 minutos Estreno en Madrid:Teatro Cofidis, 24 - X - 2012
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TEATRO COFIDIS (ALCÁZAR) C/ ALCALÁ, 20 28014 - MADRID TF. 91 532 06 16 METRO: SOL Y SEVILLA PARKING SEVILLA, LAS CORTES, PLAZA DEL REY ENTRADAS: www.elcorteingles.es TF 902 400 222
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