I VESPRI SICILIANI
BUENA HERENCIA DE MORTIER

	JAMES CONLON FOTO: JAVIER DEL REAL

Uno de últimos títulos de la temporada Gerard Mortier  ha sido la versión italiana de I Vespri Siciliani, en versión de concierto, bajo la dirección de James Conlon, cuya experiencia como director de óperas está garantizada: en su haber unas 400 óperas. La última herencia que nos ha dejado Mortier - Alceste, Los Cuentos de hoffman, I vespri Siciliani, Requiem de Verdi -  imagino, habrá servido para que algunos disidentes se hayan reconciliado con él.

En el caso de I Vespri Siciliani, muy pocos reparos, por no decir ninguno, hay que ponerle. Hemos podido asistir a una versión en Concierto de una gran calidad a todos los niveles: solistas, coros, orquesta y dirección musical de James Conlon. Al final aplausos reiterativos con alternancia de "¡Bravos!" y "¡Bravi!", así como el aplauso para casi todos los números.

I Vespri Siciliani (versión francesa, 1855; versión italiana, 1856) se sitúa, cronológicamente, inmediatamente después de Rigoletto (1851), Il Trovatore (1853) y La Traviata (1853). Le seguiría Simón  Bocanegra (1857).  Con esta ópera, en contra de su voluntad, Verdi se acopla al formato de la Gran Ópera Francesa, en la que el  Ballet, era pieza obligatoria viniera o no a cuento con la trama. De todas formas Verdi buscó la forma de que no perjudicase mucho la acción dramática, y consiguió introducirlo en la fiesta popular, utilizando una tarantela, cuando se produce el rapto de las doncellas sicilianas por los soldados franceses. En este versión de Concierto, James Conlon la suprime, y se responsabiliza de tal decisión. Las razones para ello están en la línea de bastantes musicólogos que opinan que los ballets verdianos eran prescindibles. El mismo Verdi con motivo de su ópera Otelo, en la que se vio forzado a incluir un breve ballet, cuando el editor Ricordi le insinuó editarlo, su respuesta fue drástica: "No es más que una concesión que el autor hace a la Ópera de París; pero artísticamente hablando es una monstruosidad. ¡¡En el calor de la acción, interrumpirla con un ballet!!" James Conlon, no se fija tanto en que si rompe o no la acción, sino porque considera que musicalmente Las Cuatro Estaciones - ballet de I Vespri Siciliani - y sus otros ballets no están a la altura del resto de sus composiciones musicales (CLIKEAR). Al estar situada detrás de los tres títulos mencionados, en un análisis profundo se pueden ver ciertas  concomitancias musicales con personajes de aquellos títulos.  

I Vespri siciliani narra la revuelta de los sicilianos de Palermo en 1282, contra la dinastía francesa de los "angioini" (Carlo d'Angio). Los soldados franceses ofendieron a una recién casada, cuando salía de la Iglesia. Este hecho desencadenó el odio hacia los franceses y la consecuente guerra, que duró 20 años. Los sicilianos fueron ayudados por Pedro III de Aragón y en 1302 con la paz de Caltabellotta, Sicilia pasaba de las manos del os "angioini" a la de los aragoneses.

Esta historia medieval - el material fue tomado del tratado medieval siciliano Lu rebellamentu di Schilia -  es propicia para la temática romántica, y da pie a Verdi para dos temas muy familiares en su vida personal y operística: el tema del "padre" y las reivindicaciones políticas de los italianos contra las invasiones extranjeras. No hay que olvidar que la Italia de Verdi, estaba dividida en varios estados, pero cada uno de ellos doblegados a Austria (la Lombardía y el Véneto), y a Francia (el Sur, incluidas las isla de Sicilia y Cerdeña). Se respiraba el anhelo de una unidad italiana contra los extranjeros. Tal sentimiento, Verdi lo vertía en sus óperas. Consabido es su "Va pensiero, sull'ali dorate" de Nabucco, que terminó siendo himno nacional espurio del nacionalismo italiano, para evocar la añoranza de su tierra. En I Vespri Sciliani, el lamento de la patria lo invoca el médico y revolucionario siciliano Procida: "O patria, o cara patria, alfin ti veggo!",que posteriormente se retomará coralmente. No obstante este himno, no llegó a tener la popularidad del "Va pensiero".

La partitura no es fácil, sobre todo para los solitas: Monforte (Franco Vasallo), Elena (Julianna di Giacomo), Arrigo (Piero Pretti) y Procida (Ferruccio Furlanetto). Abundan los agudos, que contrastan con los bajos, lo cual pide una tesitura vocal extensa. En este terreno, posiblemente, los más complicados son los de Elena y Arrigo. El tenor Piero Pretti, como Arrigo, ofrece una interpretación rayana en lo espectacular. Sus agudos limpios y mantenidos sorprenden, y desencadenan los aplausos del público. En la misma línea está la soprano  Julianna di Giacomo que tiene que enfrentarse a una partitura no solo de amplia extensión vocal, sino que rompe la progresión de acentos líricos a otros más graves. Se da una alternancia de lo lírico a lo grave, rozando los bajos de mezzosoprano, y viceversa. Está espléndida y con una vocalización nítida. En el caso del barítono Franco Vasello, compone un Monforte lleno de fuerza, que llega a su culmen en el asombroso dúo con Piero Pietri, desencadenándose en el público una salva de aplausos prolongados y bravos. Con el bajo  Ferruccio Furlanetto, como Procida, experimentamos una sensación de seguridad y peso. Impresionan sus notas bajas que emite con una claridad y rotundidad apabulladora.

El resto de las voces, en personajes menores, encajan bien con la calidad e los solitas, de modo que en los concertantes, incluido el coro, son de una gran brillantez. El Coro está integrado por el titular del Teatro Real, dirigido por el argentino Andrés Máspero,  y el de la Comunidad de Madrid, dirigido por el portugués Pedro Teixieira. Ofrecen una interpretación muy buena, sobre todo en una partitura que no abunda en lo monocoral.

Vale la pena destacar la validez de los cantantes españoles que abundan en esta versión, en papeles secundarios:  el bajo malagueño Francis Tójara ( Il sire de Bethune), el barítono madrileño Luis Cansino ( Il Conte Vaudemont), el tenor murciano Antonio Lozano (Danieli), el tenor santanderino Alejandro González (Tebaldo)y el tenor cántabro Eduardo Santamaría (Manfredo). A ellos se unen la mezzosoprano siciliana Adriana Di Paola (Ninetta) y el bajo argentino Fernando Radó (Roberto). Un reparto de categoría.

James Conlon dirige con entusiasmo y precisión la Orquesta Titular del Teatro Real, que encaja bien en todo el conjunto sonoro, matizando los diversos volúmenes, de modo que se llega a una buena conjunción  de voces y músicos. Brillante, como las voces, en los concertantes. Pocas veces se asiste a una obra redonda. Ésta lo es. Una de las cualidades de James Conlon, además de su prestigio como director, es la cercanía que provoca hacia el público y hacia los cantantes y músicos, alejado de cualquier vedetismo.

Volviendo a oír esta ópera llama la atención la buena estructura dramática, así como la partitura, que resuelve, en poco minutos, pero con gran efectismo la matanza final.

FOTO: JAVIER DEL REAL

	FERRUCIO FURLANETTO, JULIANNA Di GIACOMO, JAMESCONLON, PIERO PRETTI, FRANCO VASSALLO FOTO: JAVIER DEL REAL

Título:I Vespri Siciliani (Ópera en cinco actos, 1855)
Versiónde concierto
Libreto original en francés:Eugène Scribe y Charles Duveyrier
Versión italiana:E. Caimi
Música:Giuseppe Veri (1813 - 1901)
Coro y OrquestaTitulares del Teatro Real
Coro de la comunidadde Madrid
Intérpretes:Franco Vassallo (Guido di Monforte),  Francisco Tojar (El señor de Bethune),  Luis Cansino (El conde Vaudemont),  Adriana Di Paola (Ninetta),  Piero Pretti (Arrigo),  Ferruccio Furlanetto (Giovanni di Procida), Julianna Di Giacomo (La duquesa Elena),  Antonio Lozano (Danieli),  Alejandro González (Tebaldo), Fernando Radó (Roberto), Eduardo Santamaría (Manfredo)
Director titular del coro:Andrés Maspero
Director del Coro de la CAM:Pedro Teixeira
Dirección musical:James Conlon
Duración aproximada:Actos I, II, III: 1 hora y 45 min. / Pausa de 25 min. / Actos IV y V: 1 hora y 10 min.
Edición musical:Casa Ricordi de Milán, Editores y propietarios
Estreno en Madrid:Teatro Real (Sala Principal), 11 - VI - 2014

Más información    I Vespri siciliani. T. Real. En concierto    I Vespri Siciliani. T. Real. Entrevista  www.madridteatro.net

FOTO: BOGUSŁAW TRZECIAK

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