LA CENICIENTA ENCAJAR BIEN EN UNAS COORDENADAS
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MIYUKI KANEI / RAPHAËL CANET FOTO: OLIVIER hOUEIX |
Sólo cuatro días ha recalado en Madrid La Cenicienta de Malandain Ballet Biarritz, y ha cosechado un gran éxito, a juzgar por los reiterados aplausos y bravos.
La Cenicienta con música de Prokófiev es un clásico que ha contado con muchas versiones, con añadidos aquí y allí en personajes secundarios e, incluso, interpretaciones que han ido desde el puro cuento hasta concepciones más psicológicas.
Todas las leyendas de las que las culturas se nutren, provienen deL análisis del ser humano, enraizadas en el mundo del subconsciente. Cenicienta, como es de sobras conocida, nos narra la historia de una huérfana de Madre, con Padre de buena posición, que, enviudado, casa en segundas nupcias con Viuda dominante. que aporta al matrimonio dos retoños femeninos. El que sea viuda se desprende, en una cultura tradicional, del hecho de llegar a la nueva casa con esas dos hijas, fundamentales para el cuento. La historia comienza cuando Cenicienta ya está relegada al fogón y labores de la casa, y las intrusas se han aprovechado de casa y demás privilegios. En el lugar, como es obligado, el Príncipe tiene que buscar esposa, y se convoca un baile. En toda esta historia nunca queda claro el por qué el Padre no se impone más, y remedia tales entuertos. Algunas versiones lo envían a hacer un viaje, y, alejado de casa, el trío dominante toma las riendas del ordeno y mando. En esta ocasión, bien puede ser la construcción imaginaria del Padre, ausente, en la mente de Cenicienta.
Maladain Ballet Biarritz se acerca esta historia, teniendo en cuenta sus posibilidades balletísticas, a nivel económico y de elenco. En el Ballet Biarritz están descartadas las puntas, según declaraciones de su director y coreógrafo Thierry Malandain, por cuestiones económicas (CLIKEAR). De entrada esto marca un estilo. La coreografía está creada para un elenco de 20 bailarines, que se multiplicarán en diversos personajes. Trazadas estas coordenadas ofrece una coreografía que encaja muy bien y no cae en la tentación del "quiero y no puedo". La Cenicienta como otros ballets clásicos, debido a sus bailes de corte se presta para una ambicioso proyecto y despliegue espectacular. En esta ocasión se puede afirmar que el contenido coreográfico ha encontrado el recipiente adecuado.
El ballet transcurre por las líneas madre: adolescente despreciada, baile de corte, pérdida del zapato y búsqueda de la amada por parte del Príncipe. En medio la madrastra y las hermanastras poniendo obstáculos. Thierry va algo más lejos, y casi se podría decir que apunta a la abstracción de lo que el cuento supone. El mundo desgraciado de Cenicienta posee algo de caótico o desencajado. Tal idea la lleva a nivel abstracto y coral. Comenzamos con lo que Thierry llama "Caos". Sobre el suelo, en círculos y en trémula postura fetal, están los bailarines. Una masa que evoca ese magma indefinido y, posiblemente, si tenemos en cuenta el círculo, una alusión al tiempo, importante en la historia, que se encarna en las 12 horas de la medianoche en un reloj circular. Con los primeros acordes musicales, el magma va tomando forma en unos seres que, después, sabremos que son una especie de Elfos, la corte del Hada Madrina. A partir de aquí la historia se desarrolla linealmente, interrumpida con ensoñaciones.
Se podría afirmar que a Thierry, el cuento de Cenicienta le sirve para invitarnos a una reflexión: el caos, propio de la vida, apunta a un rayo de esperanza en la relación amorosa del Príncipe y Cenicienta. También es verdad que es un rayo de esperanza breve, y así emparenta con el Rayo de Luna del cuento de Gustavo Adolfo Bécquer. Un rayo fugaz imaginado que da un toque de romanticismo. Es fugaz porque al final desaparece. Aquí todo vuelve al caos, incluidos los enamorados. Thierry parece querer decirnos que, aunque veamos un mundo de sombras y negruras, buceando en él podemos encontrar un rayo de luz. Mediante este cuento, no hace sino reflejar la historia de la humanidad llena de conflictos, guerras y enfrentamientos, pero en la que cabe también la esperanza. A través de estos ciclos - los siglos - siempre surge una humanidad más "humana", que permite avanzar el mundo hacia algo cada vez más positivo.
El estilo balletístico en el que se mueve Thierry y su Ballet es "A mi estilo", según declaraciones suyas, por aquello de que no le gustan las clasificaciones. No obstante, hay una buena dosis de neoclásico si es que pretendemos ponerle un nombre. Ello no es óbice para que inserte en movimientos, aquí y allá, otros estilos. La gran virtud es que cuenta con un cuerpo de baile muy conjuntado, cuyas coreografías corales son muy buenas, tanto en los Elfos como en los personajes de Corte, que son los mismo intérpretes.
Para los solistas ha creado una serie de pasos a dos muy bellos, repartidos entre el Hada y el Padre, el Padre y Cenicienta, el Príncipe y Cenicienta, y pasos a tres para la Madrasta y las Hermanastras. Llama la atención el que el Hada se comporte de un modo más humano sin elementos mágicos, y sobre todo sus pasos a dos con el padre. Por declaraciones de Thierry, tal coreografía está justificada puesto que ha interpretado al Hada como el espíritu de la Madre, que imagina Cenicienta. Ello permite una relación amorosa con el padre en unos bellos pasos a dos, hasta el punto que se tiene la sensación de un mayor protagonismo por parte del Hada (la madre) que de Cenicienta. Destacan por la limpieza de movimientos y elasticidad Miyuki Kanei como Cenicienta, Daniel Vizcayo como el Príncipe, Claire Lonchampt como el Hada, y Raphaël Canet como el Padre. Todos ellos resultan impecables. Así mismo la concepción de estos pasos a dos son de gran elegancia y llenan muy bien el espacio.
Para la Madrastra y Hermanastras ha recurrido a bailarines masculinos, por aquello de lo esperpéntico de los personajes. Son: Baptiste Fisson (La madrastra), Frederik Deberdt y Jacob Hernández Martín (Javotte y Anastasie). Utiliza un estilo deformante y grotesco que viene bien a la partitura de Prokófiev. Es ingeniosa y eficaz la construcción del personaje de la Madrastra que utiliza muletas. Éstas no son solamente un elemento de caracterización del personaje, sino que están integradas en el baile. Permite un juego para los tres bailarines, que se enredan cómicamente entre dichas muletas. Al mismo tiempo, le proporciona discretos apuntes de baile acrobático.
Ya he mencionado la eficacia de los bailes corales, en cuanto a su conjunción. Destaca por su ingenio y buena solución el baile de corte, en el que los bailarines se multiplican mediante maniquíes que se desplazan sobre ruedas, formando pareja de baile. Tal desplazamiento proporciona fluidez al movimiento, y evoca, realmente, un baile en un gran salón. La idea primigenia, según Thierry, surgió por la necesidad de aumentar la corte en el consabido baile. Ha sabido darle vida a tales maniquíes, hasta el punto de intuir a las damiselas en ellos. No es necesario justificarlo, ya que durante todo el ballet nos topamos con la fantasía y la imaginación. Muy bien resuelto también el reloj y las doce campanadas, mediante una coreografía circular, con movimientos más mecánicos que recuerdan las vanguardias de los ballets rusos en los años veinte.
La mayor virtud de toda la coreografía es que los elementos más espúreos que utiliza encajan muy bien en todo el conjunto, sin que haya nada gratuito. Hay algo más, se mantiene toda una línea de movimiento continuo sobre la escena, proporcionado un bello ritmo.
En esta concepció de la abstracción que he mencionado antes, caben destacar las dos danzas: la española y la oriental, que expresan el viaje del Príncipe alrededor del mundo. Ha dejado de lado reproducir un folklore, y se ha quedado con las líneas más expresivas de tales danzas. Tal concepción también la ha trasladado al vestuario de dichas danzas
Esas líneas de austeridad, simplicidad y abstracción se proyectan sobre la escenografía. Elimina los cambios escénicos de lugares, y los sustituye por un elemento más simbólico, y al mismo tiempo evocador, que ha diseñado con gusto Jorge Gallardo. Al fondo, derecha e izquierda cuelgan zapatos, hasta unos 300. Al reducir el espacio escénico a un único lugar, permite un mejor hilván de todas las escenas, sin que decaiga en ningún momento el ritmo total. Un acierto de finura y sugerencia, al que ayuda una cuidada y cambiante iluminación.
La Cenicienta de Malandain Ballet Biarritz, es una narración balletística trazada con gusto y buena ejecución, que desentraña la historia para llevarnos a su esencia. Va más allá de ser un simple cuento.
Hay que mencionar el esfuerzo que supone esta coreografía para el cuerpo de baile, ya que tienen que interpretar diversos personajes con cambio de vestuario incluido. Entre Cajas uno se imagina un continuo ajetreo.
Los aplausos reiterados confirmaban la asistencia a una poética y acertada velada.
Título:La Cenicienta Coreografía:Thierry Malandain Música:Sergueï Prokofiev Director de producción,diseño de iluminación:Jean-Claude Asquié Decorado y vestuario:Jorge Gallardo Confección vestuario:Véronique Murat Realización del decorado y accesorios:Chloé Bréneur, Alain Cazaux, Annie Onchalo Maestros de ballet:Richard Coudray, Françoise Dubuc
Artistas coreográficos:Ione Miren Aguirre, Raphaël Canet, Mickaël Conte, Ellyce Daniele, Frederik Deberdt, Baptiste Fisson, Michaël Garcia, Aureline Guillot, Jacob Hernández Martín, Irma Hoffren, Miyuki Kanei, Mathilde Labé, Hugo Layer, Claire Lonchampt, Fábio Lopez, Nuria López Cortés, Arnaud Mahouy, Patricia Velázquez, Laurine Viel, Daniel Vizcayo Regidor general:Oswald Roose Regidores iluminación:Frédéric Eujol, Christian Grossard Regidora escena:Chloé Bréneur Técnico escena:Jean Gardera Regidores sonido:Jacques Vicassiau, Nicolas Rochais Sastra:Karine Prins Chófer:Thierry Crusel, Guy Martial Compañía:Malandain Ballet Biarritz
Intérpretes
Acto IMiyuki Kanei (Cendrillon), Daniel Vizcayo Le Prince), Claire Lonchampt (La Fée), Baptiste Fisson (La belle-mère), Frederik Deberdt & Jacob Hernández Martín (Javotte & Anastasie), Raphaël Canet (Le père), Aureline Guillot, Irma Hoffren, Mathilde Labé (Les couturières), Arnaud Mahouy (Le Maître de danse), Ses élèves: Ione Miren Aguirre, Ellyce Daniele, Aureline Guillot, Claire Lonchampt, Nuria López Cortés Printemps:Ione Miren Aguirre, Nuria López Cortés y Patricia Velázquez Eté:Ellyce Daniele, Aureline Guillot, Mathilde Labé Sauterelles:Mickaël Conte, Michaël Garcia, Hugo Layer, Fábio López Automne:Irma Hoffren, Nuria López Cortes Hiver:Miyuki Kanei, Claire Lonchampt
Acto IIArnaud Mahouy (Le Surintendant des plaisirs), Miyuki Kanei (Cendrillon), Daniel Vizcayo (Le Prince), Claire Lonchampt (La Fée), Baptiste Fisson (La belle-mère), Frederik Deberdt & Jacob Hernández Martín (Javotte & Anastasie) Les cavaliers:Ione Miren Aguirre, Raphaël Canet, Mickaël Conte, Ellyce Daniele, Michaël Garcia, Aureline Guillot, Irma Hoffren, Mathilde Labé, Hugo Layer, Fábio López, Nuria López Cortés, Patricia Velázquez Galop:Daniel Vizcayo, Arnaud Mahouy, Fábio López y Patricia Velázquez Danse espagnole: Claire Lonchampt & Raphaël Canet, Frederik Deberdt, Ione Miren Aguirre, Ellyce Daniele, Mathilde Labé Danse arabe:Ellyce Daniele & Mickaël Conte, Jacob Hernández Martín, Ione Miren Aguirre, Irma Hoffren, Aureline Guillot, Michaël Garcia Amoroso:Toda la compañía Director:Thierry Malandain Estreno en Madrid:Teatros del Canal (Sala Roja), 3 - IV - 2014
TEATROS DEL CANAL DIRECTOR. ALBERT BOADELLA SALA A C/ CEA BERMÚDEZ, 1 28003 – MADRID TF. 91 308 99 99 /99 50 CAFETERÍA Y TERRAZA ABIERTA AL PÚBLICO METRO CANAL BUS: 3, 12. 37, 149 www.entradas.com / 902 488 4888
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