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La Celestina. Rojas - Galán. Crítica PDF Imprimir E-mail
Escrito por Jerónimo López Mozo   
Martes, 09 de Octubre de 2012 16:50

LA CELESTINA
UN CLÁSICO EN ESTADO PURO
 
 
 JUAN CALOT /GEMMA CUERVO
FOTO: SECUENCIA 3
Por su extensión, siempre hubo que adaptar La Celestina a la medida de una representación teatral, que, en tiempos de las dos funciones diarias, no podía superar los ciento veinte minutos con sus correspondientes intermedios. De ahí que, siendo tan abundante y rico el material de partida, las versiones difirieran notablemente unas de otras, propiciando muy diversas lecturas. La de Eduardo Galánes un canto a la juventud y a la conveniencia de disfrutarla antes de que los años se echen encima. Celestina, que por vieja y sobrada experiencia sabe mucho de eso, actúa como guía de caminantes desorientados, aunque no tan inocentes como aparentan. No trabaja gratis, claro, sino que busca su beneficio. Resulta curioso, sin embargo, que nos caiga bien esa puta vieja, que va por la vida provocando incendios carnales y reparando los daños causados para que el honor quede a salvo y la sangre derramada no llegue al río de la moral estrecha. Igual sucede con La Lozana, el personaje de Francisco Delicado, otra notable representante del gremio, bastante más joven que la alcahueta salmantina, que puso patas arriba la moral romana de su época.  Sin duda apreciamos, en ambos casos, sus mañas y su franqueza, pero, sobre todo, el ímpetu con el que desbaratan cualquier intento de poner puertas al campo en lo tocante al goce de los sentidos. Acrecienta nuestra simpatía por Celestina el hecho de que, en nuestro fuero interno, deseamos que Calixto y Melibea den rienda suelta a sus secretos deseos, y vemos con alivio como ella, con su labia, les despeja el camino.
 
La adaptación de Galán transmite el mensaje impregnado de esencias renacentista de que la vida hay que vivirla a tope. De la obligada poda del original ha salvado su carga erótica, que ha sido subrayada sin tapujos en la representación. Lo suprimido, que no es poco, aligera el texto sin que se pierda lo esencial. También se conserva el rico vocabulario de la época, del que solo se ha eliminado lo que hoy es de difícil comprensión. Es de agradecer que, con el pretexto de actualizar el lenguaje, no haya caído en la tentación de trufarle de modernismos. Estamos, pues, ante una Celestina clásica.
 
Mariano de Paco Serrano, responsable de la puesta en escena, así lo ha entendido. Ha puesto su trabajo al servicio del texto de Rojas. Nada hay en el escenario que distraiga o estorbe su exposición. Se aleja, pues, de propuestas provocativas, como la de Ángel Facio, o fuera de lugar, como la de Lepage, que convertía la capital salmantina en un laberinto de plataformas, puertas, ventanas y otros huecos por el que deambulaban los actores convertidos en acróbatas. De Paco nos sirve esta historia de amor, lujuria y muerte sin extravagancias añadidas y lo hace a buen ritmo. A que lo consiga ayuda la escenografía, que resuelve con acierto el tránsito por los múltiples lugares que aparecen en la obra. Su autor, David de Loaysa, que a pesar de su juventud ya posee un sello personal propio e inconfundible, ha concebido un espacio único y diáfano en el que las evoluciones de una estructura modular permiten recrear las casas de Melibea, de Calixto y Celestina, la  calle y el jardín en el que los jóvenes se encuentran. La iluminación de Pedro Yagüe es un complemento perfecto. Como lo es la excelente música de Tomás Marco. Algunas escenas que presentan ciertas dificultades están bien resueltas, entre ellas las de las muertes de Celestina y Melibea. En el primer caso, el asesinato de la anciana se produce bastante antes de que la obra concluya. Imposible, pues, recuperar al personaje en lo que resta de representación. Aquí, un fogonazo de luz blanca congela la acción y Celestina, como si resucitara, abandona el escenario caminando hacia la inmortalidad. Luego, antes de que caiga el telón, reaparece para cruzar, silenciosa, el escenario. En cuanto a Melibea, no es su cuerpo el que se precipita al vacío, sino un lienzo que cae suavemente al suelo.  
 
Encabeza el reparto Gemma Cuervo, que se suma así a la larga lista de grandes actrices españolas que, en su madurez artística, hicieron de Celestina. La suya es la más elegante y refinada de las que el crítico lleva vistas. Tiene cierto aire de madame de burdel situado en la parte noble de la ciudad, lejos del arrabal de las Tenerías. Su nombre en grandes caracteres y su rostro severo ocupan los reclamos publicitarios. Es, sin duda, el gancho que atrae al público. Ello no debe llevarnos a olvidar al resto del reparto, que hace un buen trabajo. Lo integran Olalla Escribano (Melibea), Alejandro Arestegui (Calixto), Juan Calot (Sempronio), Santiago Nogués (Pármeno), Rosa Merás (Elicia), Irene Aguilar (Lucrecia), Jordi Soler (Pleberio) y Natalia Erice (Areusa).
   
                                                        
Título: La Celestina
Autor: Fernando De Rojas
Versión: Eduardo Galán
Música: Tomás Marco
Diseño de iluminación: Pedro Yagüe
Diseño de escenografía: David de Loaysa
Diseño de vestuario: Mayka Chamorro
Técnico de Iluminación: Ana Coca
Técnico de sonido: Luis Galán
Sastrería en gira: Cristina Martínez
Peluquería y maquillaje: Gema Moreno
Realización de escenografía: Verteatro-Altamira
Transporte: Miguel Ángel Ocaña
Gestoría: Magasaz
Diseño cartel y fotografía: Pedro Gato
Diseño dossier prensa: Alberto Valle (Hawork Studio)
Director de Producción: Manuel Llada
Ayudante de producción: Luis Galán
Comunicación: Beatriz Tovar
Administración: Sandra García
Coordinador técnico: Luis Bariego
Producción ejecutiva: Secuencia 3
Producción: Secuencia 3, Arteatro, Txalo Producciones, SMedia y Alberto Blasco.
Ayudante de dirección: Pablo Huetos
Intérpretes: (Por orden de intervención) Alejandro Arestegui (Calisto), Olalla Escribano (Melibea), Juan Calot (Sempronio), Santiago Nogués (Pármeno / Sosia), Gemma Cuervo (Celestina), Rosa Merás (Elicia), Irene Aguilar (Lucrecia), Jordi Soler (Pleberio), Natalia Erice (Areúsa)
Dirección: Mariano De Paco Serrano
Duración:2 horas
Estreno en Madrid: Teatro Fernán Gómez (Sala Guirau), 4 - X - 2012
OLALLA ESCRIBANO /ALEJANDRO ARESTEGUI
 
 GEMMA CUERO
FOTOS: SECUENCIA 3
 


JERÓNIMO LÓPEZ MOZO
Copyright©lópezmozo

 

TEATRO FERNÁN GÓMEZ
Sala GUIRAU
Aforo: 316
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Última actualización el Martes, 09 de Octubre de 2012 20:35
 
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