EL TRUST DE LOS TENORIOS
y
EL PUÑAO DE ROSAS
BRILLANTE ADIOS DE LUIS OLMOS
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EL TRUST DE LOS TENORIOS
CARMEN ROMEU |
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EL PUÑAO DE ROSAS
CARMEN ROMEU/ JULIA ARELLANO
FOTOS: JESÚS ALCÁNTARA |
El trust de los tenorios y El puñao de rosas despiden a Luis Olmos como director artístico del Teatro de la Zarzuela. Dos obras, en principio, del llamado género chico, por la brevedad: aproximadamente una hora cada una. Género chico, en principio, puesto que son de corte muy distinto y El puñao de rosas se aparta, en el argumento de lo que, en la época, se conocía como “chico”. Aquellos argumentos eran más saineteros y más alegres. El puñao no va por esos caminos. Es una obra dramática y lo de “chico” solo le atañe en cuanto que su duración es de una hora.
El que se hayan unido dos obras de corte tan distinto: frívolo y arrevistado el primero y dramático el segundo y ha sido porque ambos libretos tienen autor común: Carlos Arniches. Desde el punto de vista de Luis Olmos le han guiado dos criterios: la admiración que siente por Carlos Arniches y la política de rescatar textos antiguos, como es el caso de El trust de los tenorios y, en cierta medida, El puñao de rosas llevaba ausente desde hacía años en el Teatro de la Zarzuela. Esta elección hace que la despedida de Luis se convierta en un homenaje a Carlos Arniches.
El puñao de rosas es obra más conocida, tanto porque las Compañías de repertorio la han incluido en su programación, como por la grabación. No así El trust de los tenorios.
EL TRUST DE LOS TENORIOS:
DIVERTIDA FRIVOLIDAD
El trust de los tenorios de Carlos Arniches con música de José Serrano, es un juguete cómico que se podría incluir en los “varietés”, pero que desarrolla un leve y divertido argumento. De este modo se hilvanan las canciones que predominan en lo coral.
La anécdota es muy sencilla y parece tomada como punto de arranque del don Juan Tenorio de José Zorrilla. En común tiene el concepto del “tenorio”: seducir damas de todo linaje. Esa es la filosofía del “trust” (club). Otra cercanía con el Tenorio clásico es el desafió de Don Juan a Don Diego que le asegura que esa noche, su mujer, Ana de Pantoja, será seducida por él. En El “trust” es la penitencia que le impone el club, y en concreto el Presidente Cabrera, a Saboya para no ser expulsado. Su pecado es que lleva tiempo si seducir a nadie, por lo tanto tiene que asomarse al balcón y a la primera dama que pase la tendrá que seducir. Pero aquí el destino se cruza por medio y la situación es muy parecida a la de Ana de Pantoja. Quien pasa en ese momento es la mujer del Presidente. La angustia del Presidente por este accidente le lleva a huir con su mujer por todos los confines de la tierra. De este modo el argumento se convierte en l que hoy. En cine, hemos llamado “road movie” (película de carretera). Llegamos a París, Venecia y la India. En París, la disculpa de estar en un cabaret, permite un concurso de grupos corales: Argentina, Venecia, Aragón… y, en esta última agrupación, entra la famosa jota Te quiero morena, que es lo que se ha mantenido en la discografía y en conciertos. El final será sorpresivo.
La obra cuenta, en el reparto, con dos bloques claros: los intérpretes de la historia que no cantan, y los números cantables del cabaret, Venecia o de la India.
Luis Olmos ha creado, con todos estos ingredientes un bonito y divertido espectáculo aprovechando los números musicales – instrumentales y de canto – para adornarlos con vistosas coreografías, al estilo de la comedia musical. Todo ello le da un aire de modernidad que agrada y divierte. Serrano se atreve a incluir un cuplé, Mon bebé, género considerado como ínfimo y del que él abobinaba, aunque en sus años mozos compuso varios cuplés, con seudónimo, para sacarse unos durillos. La partitura deambula, pues, por varios estilos, vals, danzas regionales pasadas por el filtro de la sofistificación, serenatas etc…
Escenográficamente ha recurrido un espacio común de lucecitas que evocan el mundo del espectáculo, y sobre él se irán proyectado en Video con los diversos ambientes. Un sistema que utilizó la temporada pasada en Luisa Fernanda, sobre el cual, en aquella ocasión tuve mis dudas. Aquí funciona muy bien y proporción un chispa de espectáculo así como la creación de un buen ritmo.
El cuplé Mon bebé se le encomienda a la joven soprano Carmen Romeu. Es una revelación tanto a nivel vocal – suena muy bien el “cuplé” en una voz lírica - como interpretativo. Se ha retomado un número musical, que según las crónicas, Serrano lo suprimió a última hora: un ritmo de “cake-walk”, que Luis traslada a todos los asistentes al Cabaret.
Uno de los números esperados es la Jota, que interpreta bien y brillantemente Julio Morales. Los primeros compases, los coreografía con el baile jotero, cuyos saltos y evoluciones siempre resultan espectaculares. La brillantez del solista y de la coreografía, así como la del coro arrancaron fervorosos aplausos. Los aplausos abundaron en los diferentes números musicales, pero la jota, tal vez por ser la más conocida y esperada aumentó el entusiasmo y los bravos.
La recuperación de este título ha valido la pena por lo divertido y la excelente puesta en escena llena de ritmo y valor interpretativo de los actores y los no actores.
EL PUÑAO DE ROSAS:
UNA VUELTA DE TORCA DE LA VELADA
El puñao de rosas cambia el panorama. Saltamos de la frívola urbe al dramático campo, en el que se desarrolla una historia de consecuencias dramáticas. Iniciado el texto como una comedia de costumbres, avanza hacia el abuso del poder sobre el pueblo. Rosario, hija de uno de los empleados del cortijo sufre mal de amores por el Señorito Pepe, dueño del mismo, el cual le corresponde. Entre ellos, un gañán, Tarugo, hombre sencillo, bueno, leal e ingenuo se vez mezclado en esos amoríos y mejor no decir más por no desvelar la intriga.
En este “puñao”, Arniches da una vuelta de tuerca a lo que nos tiene habituados: los enredos del pueblo, impregnados de casticismo, con finales felices. En esta ocasión, no. Esta zarzuela se podría emparentar con otra suya: La cara de Dios, que deambula por el conflicto social. De algún modo emparenta con el “verismo” operístico en cuanto al argumento. Es también una denuncia social del abuso de la clase dominante – el señorito Pepe - sobre la oprimida – Rosario y su entorno.
La partitura de Ruperto Chapí consigue una mezcla de estilos populares con otros más líricos como es el dúo de Tarugo y Rosario y de gran atractivo el dúo de Rosario y Pepe, el cual se ha cantado frecuentemente en conciertos o antologías. Toda la partitura crea un ambiente descriptivo entre lo popular y lo dramática, jugando, a veces, con una alternancia. Al inicio la melodía de la buenaventura que la gitana lee en la mano de Rosario, se transforma en un desgarro musical que se insinuará a media que la acción avanza.
Tarugo, como personaje, entra en la categoría de los cómicos de zarzuela: ingenuos, pero tontos. Vocalmente se le adjudica la tesitura de tenor cómico, muy caricaturizado en ciertas épocas y que hoy musicalmente se va tomando con más seriedad vocal, dentro de la comicidad propia del personaje. En este caso se ha eliminado, con fortuna, la excesiva caricatura. Se ha compuesto un ser que recuerda al jorobado de Nuestra Señora de Víctor Hugo, por su bondadosa y sana ingenuidad, así como el de ser poco agraciado. Julio Morales compone un sentido personaje y resulta de un gran lirismo en el dúo con Rosario. En realidad es el protagonista. Como tenor posee una voz diáfana y amplia que lo demostró en El trust de los tenorios, con la famosa jota.
Por su parte el barítono Marco Moncloa, que a lo largo de estos años ha ido creciendo musicalmente, compone un Pepe lleno de matices en el famoso dúo con Rosario.
Ya antes en El trust, mencioné a Carmen Romeu como revelación a varios niveles. Aquí en su interpretación de Rosario vuelve a efectuarse el milagro. Es soprano de voz amplia, segura y si en El trust su intervención como cupletista era convincente, aquí desarrolla toda su faceta vocal de tonos dramáticos. En algunas versiones Rosario se ha encomendado a mezzosopranos o sopranos dramáticos. Ese punto de dramatismo lo tiene Carmen.
Con respecto a las tesituras de Tarugo y Pepe, oscilan entre el tenor y barítono. En esta versión a Tarugo se le ha encomendado a tenor y Pepe a barítono. Funciona bien.
Si en El trust ya se destacaba la interpretación actoral, en clave cómica y con un discreto tono farsesco, en El puñao llama poderosamente la atención, encarrilados por un estilo más realista y dramático, sin forzar la cuerda. Hay una buena dirección de voz hablada y de movimientos, lejos de tonillos zarzueleros. Y en esa alabanza entran igualmente los actores de prosa y los cantantes.
Algo que hay que destacar es la acertada escenografía, esta vez de volumen con un estilo realista y al mismo tiempo simbólico. Sobre plataforma giratoria se trata de un peñón – evocador de la serranía cordobesa - con camino ascendente, que en su cara posterior muestra la entrada de la casa del padre de Rosario. Funciona como un elemento narrativo más en la historia. Es de gran evocación el principio con el que abre la obra y el final con el que se cierra: la subida al calvario de Tarugo. Es emotivo y deja en el espectador en el silencio respetuoso ante el drama.
Los aplausos acudieron en todos los números musicales y al final derrocharon generosidad.
El trust de los tenorios y El puñao de Rosas ha sido un buen regalo que Luis Olmos nos ha ofrecido en su despedida.
Títulos: El Trust de los Tenorios, El Puñao de Rosas
Coreografía: Fuensanta Morales
Escenografía: Juan Sanz y Miguel Ángel Coso
Vestuario: María Luisa Engel
Iluminación: Fernando Ayuste
Diseño de Vídeo: Vicente Fontecha
Ayudante de Dirección: Begoña Miralles
Ayudante de Escenografía: Marianela Morales
Ayudante de Vestuario: Rosa Engel
Orquesta de la Comunidad de Madrid (Titular del Teatro de la Zarzuela)
Coro del Teatro de la Zarzuela
Realización de Escenografía: Locura Producciones, S. A. Cleddin-Art España, S. L. Guerriets España, S. L.
Realización de Audiovisuales: Fosforomedia
Realización de Vestuario: Sastrería Cornejo, Fondos del Teatro de La Zarzuela (INAEM)
Pelucas: Mario Audello
Utilería: Antigua Escena,Hijos De Jesús Mateos
Título: El Trust de los Tenorios
Música: José Serrano
Libreto: Carlos Arniches y Enrique García Álvarez
Intérpretes (por orden de intervención): Juan Viadas (Randilla), Cipriano Lodosa (Cabrera), José Luis Patiño (Saboya), Concha Delgado (Isabel), Julio Morales (Árturo / Baturro), Luis Romero (El Maitre D'hotel), Carmen Romeu (Una Cupletista / Veneciana 1ª), Daniel Huerta (Yon Güell), Alberto Ríos (Yansen), Román Fernández-Cañadas (Bructon), Sonia Castilla (Camarera 1ª), Encarna Piedrabuena (Camarera 2ª),
Virginia Flores (La Bella Cucú), Mª Elena García (Cazadora Argentina / Doncella India), Begoña Navarro (Venecjana 2ª), Ana M' Ramos (Veneciana 3ª,) Iván Luís (Sirka), Graciela Moncloa (Rama-Kana), Roberto Da Silva (Guardia / Camarero/ Máscara 1ª), Luis E. González (Pastor Protestante / Máscara), David Martín (Mozo /Caballero / Máscara), José Antonio Cobián (Viajero / Caballero / Gondolero)
Título: El Puñao de Rosas
Música: Ruperto Chapí
Libreto: Carlos Arniches y Ramón Asensio Mas
Intérpretes (por orden de intervención): Carmen Romeu (Rosario), Julia Arellano (Socorro (Una Gitana)), Aurora Frías (Carmen), Chema De Miguel (El Señó Juan), José Luis Patiño (José Antonio), Julio Morales (Tarugo), Marco Moncloa (Pepe), Juan Viadas Frasquito), Roberto Da Silva (Mozo 1º), Iván Luís (Mozo 2°), Carlos Durán (Un Carretero), Daniel Huerta (Cazador 1º), Alberto Ríos (Cazador 2°), Román Fernández-Cañadas (Cazador 3°)
Figuración: Sonia Castilla, José Antonio Cobián, Roberto Da Silva, Luis E. González, David Martín Y Encarna Piedrabuena
Bailarines: Carmen Angulo, Cristina Arias, Elena Cabezas, Olga Castro, Alberto Ferrero, José Merino, Eva Peoraza, Luis Romero, Esther Ruiz Y Javier Sánchez
Dirección del coro: Antonio Fauró
Dirección Musical: Cristóbal Soler / Carlos Aragón
Dirección de Escena: Luis Olmos
Estreno en Madrid: Teatro de la Zarzuela, 6 – X - 2011
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EL PUÑAO DE ROSAS
AURORA FRÍAS |
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EL TRUST DE LOS TENORIOS
IVAN LUIS |
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EL PUÑAO DE ROSAS
CARMEN ROMEU
(FOTO DE ENSAYO) |
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EL PUÑAO DE ROSAS
(FOTO ENSAYO) |
FOTOS: JESÚS ALCÁNTARA |
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