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La Gran Vía esquina Chueca. Crítica PDF Imprimir E-mail
Escrito por José Ramón Díaz Sande   
Lunes, 08 de Febrero de 2010 19:26
LA GRAN VÍA... ESQUINA A CHUECA
[2009-03-10]
La Gran Vía de Federico Chueca, no solamente fue
un "boom" en su época sino que quedó en el repertorio
y se representó con generosidad por todas las Compañías.

 

LA  GRAN VÍA…ESQUINA A CHUECA

Título: La Gran vía… esquina a chueca (Revista madrileña Cómico-Lírica, Fantástico-Callejera en dos Actos)
Libreto: intensa recreación del Texto original de Felipe Pérez y González a cargo de Paco Mir
Arreglos Musicales: Juan José Colomer
Escenografía: Jon Berrondo
Figurines: Jesús Ruiz
Iluminación: Nicolás Fischtel
Fotografía: Juan Martín
Maestro de Luces: Manuel Muñoz
Maestra Sobretituladora: Irene Albar
Maestro Repetidor: Manuel Coves
Asistente de Dirección: Carmen Rosa
Asistente de Escenografía: Roger Orra
Asistente de Vestuario: Susana Mendoza
Asistente de Iluminación: Daniel Díaz
Asistente de Movimiento Escénico: Daniel Doña
Realización de Escenografía: Altamira Baeza Metal S.L., Castells, Gerrietes España Sl., Pascualín, Sarandaca, Sundisa, Specchiopiuma
Realización de Vestuario: Cornejo
Tocados: Gerardo Y Tony
Sombreros: Charo Iglesias
Calzado: Calzados Lobo
Utilería: Mateos,Teatro De La Zarzuela
Coreografía: Teresa Nieto
Intérpretes: Loles León (Doña Virtudes), Enrique Ruiz Del Portal General Mitre / Neptuno /Rata Primero / Sietemesino), Milagros Martín (Libertad), Karmele Aranburu (Clavel / Gomosa /Regidora De Teatro), Carlos Heredia (Concejal), Pepín Tre (San Bernardo / Rata Tercero /Rabindranath), Sabina Puértolas/M Aría Rey-Joly (Sevilla / Cibeles /Capitana /Elíseo), Marco Moncloa (Caballero De Gracia), Toni González (Rata Cuarto /Regidor De Televisión /Presentador / Sartén),Noelia Pérez (Montera / Guía / Tropezada /Adriana / Espectadora), Antonio Torres (Funcionario / Rata Segundo /Limosnero / Policía), Paloma Curros (Un Ama), Inmaculada Rodríguez García (Una Niñera), Rosa Gutiérrez (Un Niño), Thais Martin (Una Niña), Carmen Gaviria (Un Chico)
Ballet: Cristina Aguilera, Ana Arroyo, Nuria Brisa, Leticia Castro, Pedro Córdoba, David Coria, D Aniel Hernández, José M.ª Maldonado, Cristian Martín, Elisa Morris, Celia Pareja Y Daniel Vegas
Figuración: Carrasco, Helena Dueñas, Joan Galán, Héctor Gómez, María José Hipólito, Maribel Lares-Franco, David Martín, Álvaro Molina, Encarna Piedrabuena, Victorio Sanz Pérez, Patricia Santos Y Judith Secanell
Orquesta de La Comunidad De Madrid,Titular Del Teatro De La Zarzuela
Coro Del Teatro De La Zarzuela
Dirección del Coro: Antonio Fauró
Dirección Musical: Miguel Roa/ Luis Remartínez
Dirección de Escena: Paco Mir
Duración: 1 h. y 45 m.
Estreno en Madrid: Teatro de la Zarzuela, 31 – I - 2009

LOLES LEÓN/CARLSO HEREDIA



FOTOS: JUAN MARTÍN

LA GRAN VÍA, 1886

La Gran Vía de Federico Chueca, no solamente fue un “boom” en su época sino que quedó en el repertorio y se representó con generosidad por todas las Compañías. Al Teatro de la Zarzuela ha venido en varias ocasiones. La última con versión de Adolfo Marsillach. Hace dos años se montó un macro espectáculo en la Plaza Mayor de Madrid, cuyo aliciente era no recurrir a las voces líricas, sino a cantantes que se mueven en la línea de la canción moderna.
 

La Gran vía ha sido como un chicle que se puede estirar o encoger. Por eso al no muy ducho en la materia le desconcertaba que algunas canciones – nos las principales – variaban de una representación a otra. Ello respondía a ser fiel a su subtítulo: Revista cómica-lírica de actualidad. Y la actualidad mandaba. Por eso, se fueron incorporando números a tenor de los acontecimientos. Como después emigró por todo el mundo, cada cual aportó lo suyo.
LOLES LEÓN/E. R. DELPORTAL

La Gran vía es género chico, ya saben que el apelativo no le viene por ser un género menor, sino por su duración 1 hora como máximo, tiempo demasiado corto para un espectáculo de hoy. Generalmente se representaba con otra obra del género chico. Los criterios de este “ayuntamiento” eran diversos y no vamos a entrar en ello. En el caso que nos ocupa, Paco Mir, responsable de la puesta en escena de esta versión, ha optado por presentarla en solitario y para ello la ha alargado. Ha echado mano de los “cantables” – hubo una época en que en los programas de mano de zarzuela se denominaban así a las partes musicales – que se fueron inventando para la propia Gran Vía y cuando ya los consumió, echó mano de otras zarzuelas de Chueca. De este modo esta Gran Vía … esquina a Chueca se convierte en un homenaje al compositor y, de paso, celebra un homenaje que ya pasó hace dos años. Pero, como decía Cherubini en El Dúo de la Africana: “Nel teatro tutto è convenzonale”.

Paco Mir, inteligentemente, ha hecho algo más que coser canciones. Se ha planteado el libreto de nuevo, procurándole una actualidad y credibilidad más acorde con los tiempos que corren, sin, tampoco, pretender ir más allá de una humorística crítica en algunos momentos.

El punto de arranque de La Gran Vía, fue el rumor de que se iba a construir una Gran calle, destruyendo calles, callejas y callejones de aquel Madrid decimonónico. Natural revuelo de quienes iban a fenecer y, a partir de ahí, un repaso por las costumbres y ordenanzas municipales del Madrid de entonces. Paco Mir se aferra a la idea del “rumor” y plantea la situación contraria. La Gran Vía ya está construida y como la quiere traer a nuestros días, pues el “rumor” es que va a desaparecer en beneficio de la especulación: Bloques y urbanizaciones nuevas; más M 30, 40, 50 y todos los números que se quieran; posibilidad de construir un canal veneciano o un campo de golf… Rumores, rumores, rumores que vuelven a fecundar imaginaciones calenturientas y alborotar al respetable. La idea, pues, es ingeniosa y acertada. Después está el paseo por Madrid – en el original el paseante y el caballero de Gracia – con lo cual da pie a revisar tipos, costumbres populares y pequeñas críticas hacia los nuevos barrios.

En la versión de Mir, se es fiel a este esquema con las debidas adaptaciones. No  recorremos Madrid, sino toda la Gran Vía: Desde la plaza de Cibeles hasta la Plaza de España. Quienes la recorren son el Concejal de Urbanismo – a quien el pueblo y las calles acusan de ser el responsable de este borrón y cuenta nueva – y el Caballero de Gracia. A lo largo de todo ese recorrido tipos populares de siempre y de los recién incorporados con eso de la inmigración: los top-manta, los turistas, las dominicanas cuidadores de los bebés, los niños pijos de los cuales nos habíamos olvidado con eso del “cambio” pero que han vuelto, la interculturidad e incluso el Bollywood. Y entre este Concejal - cuyo cargo parece quedarle grande - y la ciudadnía de Madrid, una secretaria competente, desenvuelta y absorbente que responde al nombre de Doña Virtudes – nombre de el Ama del original - , y que desde hace tropecientos años maneja los hilos del Ayuntamiento, convencida de que aquello es un teatro de marionetas.
CARLOS HEREDIA

Es un acierto este libreto y posee, si se me apura, más cohesión argumental que el primitivo de Felipe Pérez y González. El desafío estaba en cómo insertar las partes musicales, demasiado reflejo de una época, en este 2008. Por ejemplo hoy ya no existen “la pobres chicas que tienen que servir”; el baile del Eliseo, que ha sido tragado por las discotecas; los marineritos… Otros como la jota de los Ratas, pues sí porque eso, si creemos a los ratas, es cuestión “de vocación”. Son pocos los números que pueden ser actualizables a los humos de hoy.

MILAGROS MARTÍN
FOTO: JUAN MARTÍN



MARCO MONCOLA
FOTO: JUAN MARTÍN
Paco Mir ha aguzado el ingenio y diseccionado la partitura: Esto al siglo XIX y esto al s. XX. Para ellos se ha recurrido a dos argucias: el Concejal es un ignorante del mundo de la Zarzuela y se le muestran algunos números como son el tango de la Menegilda (Pobre Chica) y el vals de Caballero de Gracia. La otra argucia es la celebración del centenario de su estreno – aunque sea con dos años de retraso, pero “nel teatro tutto e convenzionale - y a tenor de los tipos que se encuentran en ese paseo, se encajan los números musicales: acude la Cibeles, Neptuno que se ha hartado de su fuente, la interculturidad de Madrid que estalla en el Bolywood etc… Al no tener suficientes números musicales y Chueca – RIP – ya no se los podría componer, como hizo en su tiempo a medida que su obra se iba aggiornando, ha buceado en otras zarzuelas de Chueca.


FOTO: JUAN MARTÍN
Este acudir a otras creaciones musicales del compositor, se ha hecho en más de una ocasión. Por lo general el estilo musical no restalla mucho. Otro cantar es el contenido argumental. En general, se puede decir, que funciona en los dos aspectos. No obstante el número que queda más chocante es el coro de Las devotas de la Fuensantica de La Alegría de la Huerta. Se ha mantenido el mismo texto y no resulta nada creíble que en mitad de la Gran Vía aparezcan las tales devotas y su cocidito. Aquí el surrealismo llega al máximo. La devoción religiosa no es cualidad de nuestro tiempo y menos de las metrópolis – hay otras devociones más profanas -; y ya nadie tiene tiempo para los cociditos. Con respecto a la utilización de fragmentos de otras obras algunas funcionan como Neptuno de El año Pasado por agua y, en general, se ha tenido la discreción de utilizar fragmentos que encajasen en el desarrollo de la acción, pero cuando se conoce su procedencia y se tienen imágenes de las tales zarzuelas, se siente como un pequeño choque. De todos modos, el profano lo puede asimilar bien.
 

BOLLYWOOD
FOTO: JUAN MARTÍN
Uno de los grandes descubrimientos en esta adaptación es el doble uso que se hace de la Polka inicial de las calles y las plazas retomándola en el segundo Acto con la irrupción de los hindués y el estallido de Bollywood. La recreación musical – imagino de Juan José Colomer – es un acierto.

Quedaba un número a encajar: El baile del Eliseo. Se le encuentra la solución. Resulta que se está celebrando un homenaje con motivo del centenario – con retraso – de la Gran Vía en el Teatro de la Zarzuela y todos, todos los transeúntes van a ir al Teatro de la Zarzuela, capitaneados por la tal Virtudes y su Concejal , que por lo visto de ignorante se ha convertido un perito y amante de la Zarzuela, por aquello de los votos y contentar al respetable. Telón del teatro, una de tantas actuaciones y, luego, a telón alzado, laterales y fondo de cortinas que albergan a un coro en escalera y a El Eliseo. Siendo uno de los números más brillantes del original por la melodía y la posible coreografía, aquí queda deslucido y demasiado estático, sobre todo para ser, prácticamente la apoteosis final, aunque después tengamos propina. Mir se ha metido en una trampa espacial y ya hay pocas posibilidades de movimiento. La brillantez y ritmo de todo el espectáculo encuentra este pequeño guijarro que lo deja un tanto cojo.


FOTO: JUAN MARTÍN

Hay que subrayar el aspecto interpretativo en todos: profesionales del cante y de la interpretación. Carlos Heredia construye un Concejal muy creíble y lleno de matices. Uno de los reclamos apetitosos era Loles León, que desde hace mucho tiempo cae bien a la mayoría del respetable. Es Doña Virtudes, la secretadísima. No nos decepciona. Se atreve con el cante lírico, dentro de la discreción. Su partitura está bien encajada en sus posibilidades y no defrauda. Y dentro del gremio de actores hay que resaltar la versatilidad de Toni González en los diversos personajes. A destacar su naturalidad en el papel de presentador.

La soprano Milagros Martín – doctora más que licenciada en esto de la zarzuela – tiene la capacidad de unir una segura y bonita coloratura vocal y un desparpajo interpretativo. Sabina PuértolasEl Eliseo y más personajes – derrocha gracia y casticismo en su número final. El tenor Enrique Ruiz del Portal, parece estar como pez en el agua en los diversos papeles que interpreta. Es un tenor de amplio repertorio vocal y siempre convincente: va desde la seriedad del tenor a la comicidad del tenor cómico, así como su facilidad para subirse al tren de la Comedia musical de Broadway. El barítono Marco Moncloa, como Caballero de Gracia, despliega, junto a su bien timbrada voz, una cierta capacidad histriónica muy flexible. Se ha recuperado – no siempre es así – el Vals de seguridad. Los policías decimonónicos aquí son agentes de movilidad y al mando está el barítono Antonio Torres, que cumple bien su cometido.
E. R. DEL PORTAL/K. ARAMBURU
FOTO: JUAN MARTÍN

Lo que se descubre en esta versión, en todos, es un buen ejercer interpretativo que proporciona un corriente fresca de aire puro. Imagino que buena parte de ello corresponde a Paco Mir.

Tras las coreografías está la experta mano de Teresa Nieto, cuya firma más patente está en el Bollywood, pues ella siempre fue amante, a nivel de danza, de los orientes próximos y lejanos. La puesta en escena del final, como ya he dicho, no le ofrecido mucho espacio para imaginar algo más apoteósico.


FOTO: JUAN MARTÍN

La escenografía de Jon Berrondo, recurriendo a mantener las “patas” – lo que el vulgo llama bambalinas laterales - , posible alusión a los modos teatrales más ancestros, nos hace recorrer la Gran Vía mediante el uso de grandes reproducciones de los diversos edificios: en los laterales mediante “periacti” y al fondo los telones que suben y bajan. Las mutaciones a la vista del público le dan un sugestivo aire teatral, sin que se pierda el ritmo de la representación.

Jesús Ruiz ha creado unos figurines imaginativos con un pie en la tradición zarzuelera y en el cuplé, para los que evocan el siglo XIX y actuales para el siglo XXI. Ha tenido el buen gusto de no clonar a los coros y demás participantes.

La orquesta – ese día dirigida por Luis Remartínez – suena con una gran frescura y, si se me apura, con una gran alegría. Da la sensación de que musicalmente es un divertimento agradable para todos los maestros del foso.

A lo coros, siempre solventes bajo la batuta de Antonio Fauró, se les ha concedido un protagonismo especial e incluso crear para ellos un acertado duelo.

Paco Mir vuelve a derrochar ingenio en este quehacer zarzuelístico que comenzó con Los Sobrinos del Capitán Grant. Lo que está claro es que el género de zarzuela que campea por las lindes de lo cómico se le da muy bien. Mi interrogante es cómo funcionaría en la llamada Zarzuela Grande – muy llena de polvo por sus argumentos sobre todo – y en la Ópera.


José Ramón Díaz Sande
Copyright©diazsande


TEATRO DE LA ZARZUELA
Dirección: Luis Olmos
Aforo:1.250 (1.140, visibilidad total,
108: Visibilidad media o nula)
C/ Jovellanos, 4
28024 – Madrid
Tf.: 91 480 03 00.
Metro: Banco de España y Sevilla.
Autobuses: 5-9-10-14-15-20-27-34-37-45-51-52-53-150
Parking: Las Cortes, Sevilla, Villa y Plaza del Rey
TF. 34 91 525 54 00
Fax.: 34 91 429 71 57/ 34 91 523 30 59
Entradas telefónica: Servicaixa: 902 33 22 11
Entradas Internet: www.servicaixa.com
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Internet: http://teatrodelazarzuela.mcu.es (sin teclear www)

 

Última actualización el Sábado, 08 de Mayo de 2010 14:23
 
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