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La Tabena Fantástica. Entrevista. PDF Imprimir E-mail
Escrito por José R. Díaz Sande.   
Sábado, 20 de Marzo de 2010 18:20

LA TABERNA FANTÁSTICA
UN TEXTO DE ALFONSO SASTRE
A PUNTO DE OLVIDARSE

[2009-01-22]

La Taberna Fantástica apareció en 1985, vacilante, sobre el escenario del Teatro Fernando de Rojas, en el Círculo Bellas Artes.


LA TABERNA FANTÁSTICA
UN TEXTO DE
ALFONSO SASTRE
A PUNTO DE OLVIDARSE

La Taberna Fantástica apareció en 1985, vacilante, sobre el escenario del Teatro Fernando de Rojas, en el Círculo Bellas Artes. Estuvo a punto de olvidarse para siempre.
 

  • Hace 23 años se hizo con carencia de medios notables y estrecheces recuerda  Gerardo Malla, el director de aquella versión y de la, ahora, recuperada. Nadie la quería. Se estrenó en el teatro del Círculo Bellas Artes, un teatro fuera de los circuitos comerciales. No fue un éxito. Fue poca gente a verla, en parte porque a ese teatro iba poca gente. Yo había conseguido del INAEM que presidía José Manuel Garrido, un millón y medio de pesetas y se las entregué al productor, de cuyo  nombre no quiero acordarme.

LA TABERNA FANTÁSTICA
(1985)


GERARDO MALLA

El que Gerardo Malla insista en ese recuerdo se debe a que…

  • Esta historia no está en los libros. Se recuerda el éxito posterior en el Teatro Martín, y se olvida que en su estreno no fue un éxito  por no reunir las condiciones  adecuadas. A las dos semanas el productor me dijo: “Dile a tus gentes, antes hablaba de Compañía, que se acaba cuando se acabe el contrato”. Ya antes me había prohibido que el agua en el grifito.

La suerte estaba echada, pero José Manuel Garrido volvió a apostar por la obra:

  • Garrido me dio otro millón y pasó al Martín. Y se da algo incomprensible: El martes terminaba en el Círculo y el miércoles la cola daba la vuelta al Teatro Martín. Estuvo 3 años girando por el territorio nacional y luego se presentó en el Teatro San Martín de Buenos Aires. Fue una aventura hermosa. Ahora bienvenida sea, gracias a mi amigo Gerardo Vera.

TEATRO MARTÍN (Desaparecido)

LA TABERNA DE 2008:
ENCUENTRO DE GENERACONES

Para Gerardo Vera – director del Centro Dramático Nacional – el volver a La Taberna Fantástica y encontrarse con Gerardo Malla es…

  • Un encuentro con mi generación. Al reencontrarme con Gerardo Malla, me di cuenta de que soy mayor. Con Malla he estado  muy unido en el mundo de la política, del compromiso, lo mismo que con Paco Casares – intérprete en esta versión de 2008 del papel de El autor. Fue una época en que no hacíamos el teatro que queríamos, aunque compartimos empresas en las que trabajábamos por levantar el teatro español a nivel popular. Yo trabajaba como actor y escenógrafo en aquella época. Nos unió el grupo Tábano de teatro. Todo esto me llevó a sentir la necesidad de que Gerardo Malla estuviera en el Centro Dramático Nacional. Era una necesidad histórica por haber colaborado en el teatro español.


ALFONSO SASTRE

Se podía haber elegido una de las últimas obras de Alfonso Sastre, pero Gerardo Malla, prefirió La Taberna porque…

  • Es su gran obra y porque quiero hacer un homenaje y reconocimiento a una persona cercana como es Alfonso Sastre. Es una persona íntegra, complicada, conflictiva, pero con un gran amor al teatro comprometido ideológicamente en aquellos momentos del franquismo. La elección se nos ocurrió a mi colaboradora Isabel Serrano y a mí, y Gerardo Malla aceptó la propuesta.

Alfonso Sastre terminó en 1966 La Taberna Fantástica y el 22 de agosto de ese año escribía:

  • Es la tercera de las que yo llamo mis “tragedias complejas”. El año pasado (1965)  escribí las otras dos: La Sangre y la ceniza (MSV) y El Banquete. Ninguna de ellas se ha representado en el momento en que hago esta nota y este drama. Oficio de Tinieblas que es un antecedente de esta inflexión en mi trabajo, tampoco se ha representado aún. Yo pensaba no escribir más obras teatrales hasta que empezara a contrastar escénicamente los dramas ya  escritos; pero la presión de este tema, consecuencia de una larga experiencia personal acumulada, ha sido más fuerte que cualquier proyecto.

LA TABERNA FANTÁSTICA (2008)
FOTO: ALBERTO NEVADO

“ESTOY AQUÍ, NO ME OLVIDÉIS.
SOY ALFONSO SASTRE Y SOY AUTOR TEATRAL”

Desde ese 1966 la obra permaneció en silencio. Alfonso Sastre no era del gusto del régimen franquista y por lo tanto los empresarios no querían problemas. A ello se añadía el gusto imperante en el público que iba al teatro. De todos modos Sastre se representaba en círculos más reducidos como eran Facultades de Filosofía o similares.


FOTO: ALBERTO NEVADO
  • Llegó a mis manos de forma casual y pintoresca en 1982, y aún pasarían tres años para que se estrenase. Cuando la escribió en 1966 la metió en un cajón. Se fue a Hondarribia cansado de no estrenar, pero se dio cuenta de que su compromiso político y la lejanía del teatro en Madrid podría hacer.que se olvidase su condición de autor. Por eso con personas de su confianza y entre ellas yo, nos mandó una función. Nos decía “estoy aquí, no me olvidéis. Soy Alfonso Sastre y soy autor teatral”

“TÚ QUE ERES DE PUEBLO A LO MEJOR
LA TABERNA TE GUSTA MÁS”

La obra tenía un largo reparto y argumentalmente, para la época, era imposible:

  • Aparecía el IRA y su paralelismo con ETA. Le dije: “no se puede hacer”. La Taberna se la había mandado a Adolfo Marsillach. Adolfo siempre tuvo un aire de caballero inglés, poco popular y me dijo: “Tú que eres de pueblo a lo mejor te gusta más” y me la dio. Fue una suerte que yo fuera de pueblo y menos fino.

Gerardo Malla nació en Buendía, pueblo de la provincia de Cuenca (España).

  • Desde el principio pensé que había que hacerla, pero era una obra de quinquis y crímenes. Yo andaba con la subvención ofreciéndola a unos y otros y al fin encontré un señor que me negó el agua y la sal. Aunque es un hombre de teatro y eso es un valor, el trato con él fue muy puñetero.

Cuando a Gerardo le propusieron retomar La Taberna

  • Me dio una gran alegría y un subidón. Luego se me planteó un problema que comuniqué a Gerardo Vera: Quiero advertir que La Taberna es La Taberna. No puede dejar de ser triste. Gerardo me respondió: “Vete a tu casa y piensa en las nuevas circunstancias”. El escenario es tres veces más grande y eso me dio la idea básica. La situé en la M-30, que es donde se levantó el primer gran complejo inmobiliario de José Banús, que fue un gran especulador del “boom” inmobiliario hasta la fecha. En el montaje antiguo aparecía una pequeña ventana y a través de ella se veía un forillo insinuando el barrio de la Concepción. Ahora el entorno cobra mucha importancia y es el barrancal donde descargaban los camiones. La taberna es lo último que queda. Está aislada y lo que le rodea es el futuro entre comillas. Es un gran cambio escenográfico.

FOTO: ALBERTO NEVADO

LAS TABERNAS AHORA ESTÁN MUCHO MÁS ALLÁ,
EN LOS PUEBLOS Y EN LA PERIFERIA

Gerardo advierte que se le han puesto todo tipo de medios a su disposición y…

  • He procurado aprovecharlo. Sigue siendo La Taberna y no La Casa de Té de la luna de agosto. Esas nuevas aportaciones escenográficas, espero que valgan. Con todo advertí a Sastre: “Me he tomado cierta libertad” y me dijo “Es perfecto”. No sé si ya empieza a delirar o lo ve bien.

La escenografía corre a cargo de Quim Roy


FOTO: ALBERTO NEVADO
  • Cuando llevé a Quim para que viera ese tipo de tabernas, ya no encontré ningún vestigio. Yo soy niño de las Ventas y las conozco, así como Sastre conoció las del Barrio de la Concepción. Las tabernas ahora está mucho más allá, donde Cristo perdió el gorro y en nuestros pueblos y la periferia. De todos modos, lo interesante es que es una gran escritura con una trama apasionante. Esto es lo que se sostiene.

Vista la obra en el 2008, Gerardo afirma:

  • Ahora me atrevo a decir que La Taberna es ya un clásico y se va a afianzar de forma clara con esta representación. Es un clásico moderno y no le falta nada. Se puede hablar ya de distintas generaciones que la van a ver. Lo curioso es que al texto no le sobra nada y si le sobrara ahora, también le sobraría entonces. De todos modos por respeto a Alfonso no lo enmendaría. La obra contiene un estudio en profundidad acerca del lenguaje marginal que se las trae. Hay términos difíciles. En Argentina en el Teatro San Martín con un público muy “empiringotado”, a la salida decían: “No me enteré de nada, pero es maravilloso”. No se puede decir elogio mejor. Lo que está claro es que con La Taberna no es necesario cambiar nada, con otras obras de Sastre, pues no sé.  

VOVER A LA TABERNA
UN HOMENAJE A ALFONSO SASTRE

Volver a La Taberna no es sólo por encontrarnos con un clásico, sino, según Gerardo Malla

  • Un homenaje a Alfonso Sastre. Algo que quiero señalar. Esta vez he profundizado más que entonces. Antes iba a la taberna y a ver los tipos para documentarme. Esta vez, en verano me he pasado leyendo a Alfonso y por algo muy simple. Recordé lo que en una ocasión me dijo José Luis Gómez  hablando de Valle Inclán: la mala suerte de los autores españoles que nos gustan y que no han dejado ninguna reflexión sobre su teatro como hizo Bertold Brecht. Al leer a Sastre, me he dado cuenta que su obra teórica es importante. Su libro La anatomía teatral es fundamental. Conocía mucho  el teatro de afuera y a él se deben muchas versiones. Es un hombre con una gran inquietud hacia fuera y con un bagage intelectual y literario impresionante.

FOTO: ALBERTO NEVADO

La Taberna, en opinión de Gerardo Malla, es especial en la obra teatral de Sastre.

  • Resume su pensamiento teatral. Yo hice su Miguel Servet, que es una obra de envergadura a nivel histórico, aunque endeble y muy ideológica. No se mantiene tanto, pues estaba muy condicionada por la época. Ahora la veríamos muy maniquea. En cambio La Taberna está limpia. Se reduce a unos personajes fundamentales teatrales y no mete la ideología con calzador, como hacen algunos directores ahora. 

TRES ACTORES PARA ROGELIO:
JOSE LUS LÓPEZ VAZQUEZ
RAFAEL ÁLVAREZ EL BRUJO
ANTONIO DE LA TORRE

La taberna de 1985 lanzó a la palestra interpretativa a Rafael Álvarez el Brujo, que desde hace muchos años levantó el vuelo con sus aplaudidos monólogos. Dio a Rogelio, el hojalatero un perfil muy peculiar, pero no fue Rafael el primer actor en el que pensó Gerardo Malla.


EL MONOSABIO
(1977)
  • El primero en el que pensé fue en José Luis López Vázquez. Lo vi en la película El Monosabio y su trabajo era tan impresionante y, yo que soy taurino y conozco bien el ambiente, parecía ser un monosabio de toda la vida. Era un trabajo espléndido. De aquella tenía 60 años, pero la edad importaba menos. Podía hacerlo. Me dijo: “Soy muy mayor y no quiero hacer cosas tristes. Quiero comedia”. Esto es algo que les entra a los actores. Y a partir de ahí elegí el reparto con puñetería y con minuciosidad. Como ahora. Ha sido satisfactorio hacer el reparto. Es como un lujo es  entrar en el jardín de las delicias.


JOSÉ LUIS LÓPEZ VAZQUEZ

El reparto actual ha venido condicionado como siempre por diversos condicionamientos.

  • Recuperar todo el antiguo reparto era imposible. Por un lado, la Guadaña – la muerte - ha pasado por la primera taberna de modo cruel. Rafael El Brujo ha tomado su deriva que le lleva a donde está: sus monólogos. Rafa me lo dejó muy claro, lo cual dice mucho a su favor: “Este esfuerzo para el Rogelio no lo haré nunca más en la vida. No”. Conociendo a Rafa se entiende bien este rechazo y lo demuestra su trayectoria que le ha llevado a una situación envidiable: compañía propia, sus monólogos y no tiene a nadie que le contradiga.

RAFAEL ÁLVAREZ, EL BRUJO

Rafael el Brujo se dio a conocer a través de La Taberna y el tratamiento de aquel personaje le ha proporcionado el perfil de sus personajes futuros, hasta el punto de no saber si Rafael se trajo el personaje a su modo de ser o Rogelio lo ha fagocitado, en parte.

  • Rafa ha sido conocido gracias a La Taberna, no está mal dar oportunidad a otras gentes. El trabajar con otros actores, hace que esta Taberna no sea una mera repetición de aquella sino otra aventura.       

ANTONIO DE LA TORRE, CON SU ROGELIO
SE LANZA COMO UN KAMIKAZE

Del Rogelio de 2008 se ocupa Antonio de la Torre


ANTONIO DE LA TORRE
FOTO: ALBERTO NEVADO
  • Se lanza como un kamikaze – afirma Gerardo Malla. Al principio me dijo: “He ido por las tabernas, dime ¿qué es lo que tengo que leer?”. Yo le dije: “El Rogelio lo tienes dentro y lo que vamos a hacer es sacarlo. No está en los libros ni en las tabernas” El Rogelio, efectivamente, estaba en él. Lo que sucedía es que lo disimulaba. Cada actor tenía dentro su personaje y el proceso maravilloso es irlo sacando. Pero esto no es nuevo. Siempre es así. Ahora van a estrenar Hamlet en el María Guerrero. Yo se lo ví a Marsillach, a Nuria Espert y espero a Botto, pero también lo hace Blanca Portillo. Los personajes están entro de cada actor. Simplemente hay que sacarlos.

HAGO TEATRO POR LOS PUEBLOS
CASI COMO MIS PADRES

El reparto actual mezcla actores jóvenes con otros más veteranos. Carlos Marcet es uno de los veteranos y ya estuvo en el primer montaje. Interpreta a Luis, el tabernero.

  • Estoy en el mismo sitio, pues he hecho poco teatro. Hice teatro por pueblos con mi compañía casi como mis padres, en caravana. Ahora lo hago con más dificultades y menos ilusiones. Son los años. Pensé que iba a tener más suerte y no la he tenido. Yo soy  teatro en la vida y vida en el teatro. Me siento muy bien por encontrarme con La Taberna, que es una gran obra. Las tabernas siguen.

CARLOS MARCET



CARLOS MARCET/PACO TORRES/
FRANCISCO PORTILLO
FOTO: ALBERTO NEVADO
  • Esta criatura – añade Gerardo Malla, aprovechando que Carlos pide permiso para ir a fumar fuera como mandan los cánones – es beatificable en mi iglesia. Lo primero que me dijo cuando le propuse el tabernero fue: “Voy a ver si puedo saltar el mostrador como entonces”. Han pasado 23 años y tiene una edad respetable. Lo salta. Es un prodigio.

El perfil de Carlos queda completado por el resto de sus compañeros: “Hombre noble”, “actor no domesticado”, “mucho oficio”, “actor total y dice lo que piensa”, “muy buen compañero”

  • Me conmueve – añade Gerardo Malla. Su personaje mantiene la autoridad en esa Taberna. Él es el palo mayor. Es un personajón y representante de una época brillante de actores. Podría hacer muy bien personajes contemporáneos.    

De entre los actores que repiten están

  • Francisco Portillo, que ahora se hace llamar Francis García – continúa Gerardo -, e interpreta al Guardia civil 2; Saturnino García que es Ciriaco y Félix Fernández que hizo el caco y ahora El Machuna.

ESTE ESPECTÁCULO PUEDE CONECTAR
CON UN PÚBLICO JOVEN Y
CON LA GENTE QUE NO LO VIÓ EN SU MOMENTO,
PERO OYÓ HABLAR DE ÉL.

Un interrogante obligado es si el público actual es receptivo para una obra de este tipo:

  • Esta y preguntas similares nos las hemos hecho responde Paco Casares que interpreta a El Autor. ¿El público es o no es el mismo? ¿O solamente una parte? ¿Cómo ha evolucionado el público con respecto al teatro?

PACO CASARES

  • Me atrevo a hacer un vaticinio ataja Gerardo Malla. Si en el Teatro pervive el teatro bueno, de calidad, hoy se hace mucho mejor teatro. Basta ver la cartelera. El teatro hoy lo marca el Centro Dramático Nacional, el Teatro Español, el Teatro de la Abadía, el Teatro Clásico y las compañías llamadas periféricas. Madrid con su teatro no da vergüenza. En aquel 1985 ningún empresario se atrevía a meter quinquilleros en escena. Al Centro Dramático Nacional va un público inquieto de clase urbana. Este espectáculo puede conectar con un público joven y con la gente que no lo vió en su momento, pero oyó hablar de él.

Otro de los buenos augurios para barruntar el éxito en el público de hoy, es:

  • El Barrio. La Taberna como tal no existe, pero sí los bares de los barrios, en donde se cuecen muchas cosas. Esta no es una obra de elite, sino de cultura popular. Sastre es un autor muy influenciado por el teatro clásico español y por Valle. Es un puente generacional. El que unos actores jóvenes hayan querido participar en el reparto, quiere decir que les interesa. Algo similar podemos pensar de un público joven – concluye Gerardo Malla.


José Ramón Díaz Sande
Copyright©diazsande

 

Última actualización el Miércoles, 05 de Mayo de 2010 14:35
 
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