EL PUESTO
CERCA DE LAS TRINCHERAS
MUESTRA DE TEATRO DE LAS AUTONOMÍAS
De martes a sábados: 20:00 horas
Domingos y Festivos: 18:00 horas
Foto: 4º Oscuro. |
Título: El puesto.
Autor: Fulgencio M. Lax.
Escenografía: Diptongo/Antonio MM.
Vestuario: Sekeep.
Iluminación: Jesús Martínez.
Selección musical: Javier Mateo.
Sonido: Remy.
Armamento y utillería: S. Cameron.
Video: Muare.
Fotos cartel: Miguel Serrano.
Producción: Icono Teatro. (Murcia)
Intérpretes: Antonio Medina(Galván) y Andrés Ariza
(Horacio).
Director: Javier Mateo.
Estreno. Círculo de Bellas Artes (Sala Fernando de
Rojas), 23-IX-2004 (Muestra de Teatro de las Autonomías)
Esta
es la historia del encuentro en el campo de batalla de dos
soldados que, perteneciendo a ejércitos enfrentados, no se
reconocen como enemigos. Al contrario, creen que ambos sirven a
la misma causa y que el enemigo es otro. Su error se produce
porque, aunque sus uniformes son distintos y distintas son las
banderas que enarbolan, ellos, en el fondo, se sienten iguales
como dos gotas de agua. Son hombres de campo a los que la guerra
civil ha sacado de sus casas. Atrás han dejado a los seres
queridos, su vida cotidiana y han aparcado sus aficiones. Tras
la movilización entran a formar parte, sea cual sea el bando en
el que combatan, de la legión de perdedores que producen las
guerras. Su bagaje para la contienda se reduce a poco más que un
fusil y algunos recuerdos personales, como fotos que van
amarilleando y cartas que, con el paso del tiempo, dejan de
tener sentido. Fulgencio Martínez Laxe ha rescatado a dos de
estos seres y los ha puesto en sendos puestos de vigilancia.
Cuando explorando el terreno se dan de bruces, lejos de
enfrentarse, establecen una relación que, poco a poco, llega a
ser entrañable. Que no tarden en compartir un cigarrillo es la
mejor prueba del grado de amistad que se establece entre ellos.
Algo parecido a lo que sucedía en el frente del Ebro, durante la
Guerra Civil española, cuando, aprovechando las treguas en los
combates, los soldados saltaban las trincheras para informar de
las novedades de los familiares que estaban en la retaguardia,
para cambiar tabaco por papel de fumar o para enfrentarse en
improvisados partidos de fútbol.
En realidad, El puesto carece de argumento. A lo que
asistimos es a una sucesión de escenas, en general breves, que
van trazando el perfil de esa pareja de víctimas de una guerra
cuyas causas y las reglas por las que se rige, ignoran. Los
diálogos, unos más afortunados que otros, discurren fluidos,
entre el humor y cierta contenida ternura que suelen inspirar
los perdedores. Algo hay en ellos que remite a los absurdos y
divertidos diálogos para besugos que se publicaban en La
Codorniz. También, a la primera escritura de Fernando
Arrabal, pero, sobre todo, a los disparatados sketches
radiofónicos de Gila en torno a la guerras y a sus
protagonistas.
Antonio Medina y Andrés Ariza interpretan a los dos soldados,
bajo la dirección de Javier Mateo. Cuando la tensión dramática
del texto decae recurren a un generoso despliegue, no siempre
justificado, de movimientos corporales, sirviéndose de unos
elementos escenográficos que se prestan a ello. No obstante, el
equilibrio entre voz y acción no llega a romperse nunca, y, en
no pocos momentos, la incorporación afortunada de algún efecto
escenográfico desemboca en escenas de considerable belleza, en
las que las palabras parecen arrancas de un poema.
Jerónimo López Mozo
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