XXX O LA FILOSOFÍA EN EL TOCADOR

EL ESTERIL MATRIMONIO DEL MARQUÉS DE SADE
Y LA FURA DELS BAUS

La Fura dels Baus vuelve a reponer XXX, basada en La Filosofía en el Tocador, donde se vierten las ideas que el Marqués de Sade tiene con respecto al Sexo:

“desvelar el subconsciente y hacer aflorar la inclinaciones (sexuales preferentemente) soterradas, para que fluyan libremente fuera de toda atadura moral”, según el programa de mano.


DONATIEN ALPHONSE FRANÇOIS DE SADE
(París /2 – VI - 1740)

Infancia, adolescencia y juventud:
 
  • Hijo único de Jean-Baptiste de Sade y Marie-Eléonore de Maillé.
  • Con cuatro años, va Avignón y vive con su abuela.
  • Más tarde vive con su tío, el Abad de Sade. Con él comienza sus andanzas sexuales.
  • Estudia con los jesuitas en París
  • Se alistó al ejército en 1754, luchando en la Guerra de los Siete Años.
  • En 1763 matrimonia con Renée-Pélagie de Montreuil.

Peregrinaje por el sexo: La práctica.

1763 : Jean Testard:
Una muy creyente y sana prostituta es contratada por el Marqués a los pocos días de su boda. Ante ella profiere blasfemias y ejecuta actos irreverentes con objetos religiosos encontrados en una casa en donde almacenaba todo tipo de instrumentos de tortura. La denuncia de Jeanne Testard quedó en agua de borrajas. La familia del marqués consigue el indulto real.

1768:Rose Keller:
De profesión prostituta, es contratada como criada. La Keller se sometió a todo tipo de vejaciones por su nuevo señor: latigazos en su cuerpo desnudo hasta que la sangre aflora. Ante los gritos de dolor el marqués gime de placer.

Anne Prospere (su cuñada):
Erotismo de breve idilio que es cortado por su suegra madame de Montreuil.

La Prisión y el desahogo de su sexualidad en la literatura:

1772: Condenado a muerte por envenenamiento, huye a Italia. Vuelto a Francia pasa un tiempo en prisión y vuelve a la libertad.

1777: Nuevas orgías con prostitutas. Juzgado y encarcelado en Vincennes , en donde estuvo preso durante seis años.
 

Todos estos años de prisión le llevan a transcribir sobre el papel sus ansias sexuales y ahí escribe sus experiencias sexuales anteriores.

La Revolución Francesa:

El marqués había sido trasladado a la Bastilla, pero el estallido de la Revolución Francesa le proporciona la libertad.

El Psiquiátrico:

1801: Detenido de nuevo es enviado al psiquiátrico de Charenton, en donde fallece el 30 de noviembre de 1814. Tenía 64 años.

Reelectura de su obra:

Su obra ha influido en el surrealismo. Escritores como Apollinaire o Henry James la han reivindicado. Es a partir de entonces cuando el marqués de Sade deja de ser un mero libertino para convertirse en un paladín de la libertad.

Los estudiosos de la obra de Sade, convienen en que una cosa es su vida de libertino – suponiendo que todo es real – y otra sus escritos, desde el punto de vista filosófico. No parece tanto que sea una apología de la violencia, cuanto un agresivo ataque a una sociedad, que aireaba, a nivel teórico, el concepto de la libertad y la libre expresión, pero que seguía dominada por la opresión de un poder y regida por él, a veces por comodidad del propio individuo que prefiere le dicten lo que tiene que hacer.

Sade demostró que la libertad horroriza al hombre, porque, en el fondo, no sabe qué hacer con ella. Por otro lado, le aterroriza toparse con la bestia que lleva dentro y que cuando menos lo espera surge. Por eso prefiere refrenarla en vez de enfrentarse con ella y encontrar una solución. La obsesión del hombre es buscar algo o alguien que la proteja y así sentirse protegido.

 
DE LO ESCRITO A LA IMAGEN:

Su obra literaria se transfirió a la imagen, a partir de sus textos más significativos:

Los 120 días de Sodoma (1784),
Justine (1791)
Juliette (1797).

La fotografía – incluso los daguerrotipos -, desde sus inicios, aprovechó las descripciones de Sade para reproducirlas. Antes ya lo había hecho el dibujo del siglo XVIII y el del XIX. Pero dichas imágenes, inevitablemente, se encuadraban dentro del llamado erotismo o pornografía pura y dura.

El cómic no le ha hecho ascos.

El cine no podía ser menos y también trató el tema:

  • LE VICE ET LA VERTU (1962) de Roger Vadim. Viene a ser una adaptación de Justine. Un reparto de lujo: Catherine Deneuve (Justine) y Annie Girardot (Juliette, hermana de Justine).
  • JUSTINE DE SADE (1971) de Claude Pierson. Vuelve a nivel erótico la vida de la cándida muchacha intentando conservar su virginidad. Con Alice Arno, Yeves Arcanel, Franco Fantasia, Michel Bertay y Georges Beauville. Es una mediocre traslación del texto Justine de Sade.

Jesús Franco – Jess Franco para el mercado internacional - ha sido uno de los directores que más ha tocado el tema. En estas películas el abanderamiento del concepto de libertad, no parece que sea el fin primordial. Fueron películas nacidas como desfogue de una España censurada por los cuatro costados y vinieron a encuadrarse en el llamado cine erótico o cine S (puede herir la sensibilidad del espectador). Jesús Franco recorrió todas las féminas de Sade, en varias ocasiones:

  • JUSTINE (1968) convierte a Romina Power (la ex de Albano e hija de Tyrone power) en Justine. Un reparto excepcional, con Jack Palance, Mercedes McCambridge, Akim Tamiroff o Klaus Kinsky, que interpreta al propio Marqués de Sade.
  • DE SADE 70 (1969) (Eugenie en U.S.A) Exhibición de hermosos cuerpos como los de Marie Liljedahl y Maria Rohm con todas las constantes de perversidad y erotismo que podía deparar el producto.
  • EUGENIE (1970) Soledad Miranda, Paul Muller y el propio Franco repiten el tema anterior.
  • SINFONIA EROTICA (1978) Derroche de erotismo, con Lina Romay, Susan Hemingway y Albino Grazzinani.
  • GEMIDOS DE PLACER (1983) Más del tema erótico con Lina Romay como protagonista central.

El público disfrutó este material bajo el punto de vista erótico. Y aunque hubiera hecho un mayor esfuerzo aquello no daba para mucho más.

Otro cine se ocupó del Marqués como protagonista:
 

  • MARQUIS (1989) de Henri Xhonneux.
    Producción franco-belga, que relata la prisión del Marqués en la época pre-revolucionaria, el cual mantiene una humorística conversación con su pene.
    Hay una peculiaridad en la puesta en escena : los actores cubren sus rostro con máscaras de animales

  • QUILLS (2000) de Philip Kaufman. Estamos en el Sanatorio de Charenton. Geoffrey Rush encarna a Sade poco antes de su muerte. Kate Winslet, Joaquin Phoenix y Michael Caine completan los principales papeles. Se trata de una película con un carácter eminentemente esteticista.

El común denominador es que, en todas ellas, la imagen no pudo liberarse, como era de esperar a tenor del tema, de su carácter erótico y el discurso, si es que se pretendió, se quedó en la superficie.

Pier Paolo Pasolini fue tentado también por el tema y antes de ser asesinado nos legó: Saló o los 120 días de Sodoma (1975). Una adaptación a la época fascista de la novela homónima, que viene a ser una denuncia del poder abusivo. Escenas, fundamentalmente de crueldad y humillación del ser humano, están lejos del banal tratamiento erótico del Sade fílmico anterior.

Un cine que ha encontrado en el marqués un filón de oro, es el cine pornográfico, el cual no intenta mixtificar ni justificar lo “fotografiado”. El público lo consume por diversas razones.

 

El teatro – en España - abordó el tema ya en 1980 con Sade en el boudoir por la compañía GAD y ahora con XXX por la Fura dels Baus (2003). El peligro que ya acusó la imagen fílmica y gráfica en su momento, también continua en la imagen del teatro. Nuestro crítico Jerónimo López Mozo analiza el espectáculo.


www.madridteatro.net

 

 

LA FURA DELS BAUS XXX

INÚTIL BUSCARLE UN CONTENIDO INTELECTUAL

Título: XXX.
Autor: La Fura dels Baus (versión libre de La Filosofíaen el tocador, de Sade).
Dramaturgia: Mercedes Abad, Àlex Ollé, Carlos Padrissa y Valentina Carrasco.
Textos adicionales de Jorge Manrique. Oliverio Girando y Santa Teresa de Jesús.
Escenografía: Roland Olbeter.
Iluminación: Carlos García.
Vestuario: Toni Allende.
Video: David Jover.
Coordinación musical: Miki Espuma (La Fura dels Baus) y Big Toxic.
Diseño de Sonido: Francesc Busquets.
Música de: Alcohol Jazz, Belmonte, Big Toxic, Carlo Coupé, Danna Leese Routh, Elesbaan, Fangoria, Leandro, Lucho Prósper, Mastretta, Miki Espuma, Milinko, Najwa, Robert Merazo, Sexy Sadie, Xpanul.
Banda sonora editada por Subterfuge Records. (www.suterfuge.com)

Diseño Web: Cristina Casanova.
Producción: La Fura dels Baus y Schauspielfrankfurt.
Coproducción: Grec 2002, Ajuntament de Barcelona, Teatre Lliure.
Colaboran: Video efecto, Urano, Ajuntament de Gavà.
Intérpretes: Teresa Vallejo (Madame), Jorge Flores (Dr. Flo) (Dolmacé), Damià Plensa (Giovanni), Sonia Segura (Eugénie) (nota, en la versión estrenada en el 2003, los hombres eran Pedro Gutiérrez y Pau Gómez).
Actores PRIVATE pregrabados: Sophie Evans, Celia Blanco, Claudia Claire, Toni Ribas y Ramón Nomar.
Ayudante de dirección: Valentina Carrasco.
Directores artísticos: Miki Espuma, Pep Gatell, Jürgen Müller, Àlex Ollé, Carlos Pradissa, Pera Tantiñá.
Dirección: Àlex Ollé y Carlos Pradissa (La Fura dels Baus)
Web: www.lafura.com
Estreno en Madrid: Teatro Madrid, 11–IX-2003.
Reposición en Madrid: Teatro Madrid, 8–IX–2004.

En 1980, la compañía GAD estrenó en el Centro Cultural de la Villa una obra titulada Sade en el boudoir. Se trataba de una versión libre de La filosofía en el tocador, del marqués de Sade, siguiendo la traducción española de Agustín García Calvo. El espectáculo pretendía, según sus responsables, hacer reflexionar sobre el daño causado por una moral que rechaza el principio del placer, tan presente en la vida y tan denostado por los guardianes de la moral occidental, como motor del desarrollo del ser humano. De lo que se trataba, en definitiva, era de lanzar desde el escenario una invitación a enrolarse en la ideología de la libertad. En vísperas del estreno, llegó a decirse que estábamos ante uno de los acontecimientos teatrales llamados a dejar huella en el tiempo. Para ilustrar el discurso filosófico, el escenario se llenó de actores desnudos que recreaban las acciones descritas con todo lujo de detalles en la novela. Lejos de alcanzar los objetivos propuestos, que quizás, vistos los resultados, nunca se los planteó la compañía, todo se redujo a un espectáculo pornográfico y chabacano, uno más de los muchos que surgieron a raíz de la desaparición de la censura. Al usar como pretexto una obra de claro contenido revolucionario en material de moral, habían dado, como suele decirse, gato por liebre.

Casi un cuarto de siglo después, La filosofía en el tocador, ha vuelto a inspirar otra aventura teatral, esta vez protagonizada por la Fura dels Baus. Como sucediera entonces, hay un discurso que invita al espectador a sumergirse en los fantasmas de su conciencia y en las fantasías sexuales que anidan en cada uno. Y aún se añaden, por si el aval de Sade no fuera suficiente para convencer del carácter filosófico de la propuesta, los de Jorge Manrique, Teresa de Jesús y Oliverio Girando, de cuyas obra han tomados prestados algunos fragmentos. Sin embargo, este espectáculo, como aquél, pertenece a la categoría de lo pornográfico y como tal debe ser juzgado, dejando a un lado cualquier intento, por otra parte inútil, de buscarle algún contenido intelectual, por la sencilla razón de que no existe. A menos que se le dé esa categoría a la afirmación de que la obscenidad no está en la pornografía, sino en las portadas de los periódicos. Para ese viaje no hacían falta tantas alforjas.

¿En qué se diferencian ambos espectáculos? Sólo en que el de la Fura está envuelto en el celofán de las avanzadas tecnologías a cuyo empleo es tan proclive la prestigiosa compañía. A la presencia física de los actores se añaden imágenes virtuales, resultando, de esa fusión entre lo tradicional y los nuevos recursos proporcionados por el video y el ordenador, lo que han dado en llamar teatro digital. Resulta extraño que en él tenga cabida la invitación a subir al escenario que los actores formulan al público. La intervención, tal como está planteada, es desafortunada y cutre, y recuerda a las provocadoras intervenciones de las vedettes en los viejos teatros de revista. Hecha esta salvedad, el espectáculo tiene calidad propia de los productos que salen de esa factoría teatral en la que se ha convertido la Fura. Pero hay que decir que esa mercancía, que lleva la garantía de su sello y que es tan cotizada en festivales y otros eventos internacionales, no es muy del agrado de este crítico, que echa de menos la frescura de sus antiguas y transgresoras propuestas.

(Crítica publicada en la revista Reseña, Octubre 2003, n. 353, pp.18).


Jerónimo López Mozo
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Teatro Madrid
Director: José Manuel Garrido
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