LA GRAN VÍA
UN BONITO Y SIMPATICO ESPECTACULO
QUE SUENA MUY BIEN
Título:
La Gran Vía
Libreto: Felipe Pérez González
Música: Federico Chueca y Joaquín Valverde
Escenografía: Ópera Cómica de Madrid
Realización de escenografía: Altamira
Vestuario: Mariana Mara
Realización de vestuario: Cornejo
Coreógrafo: Marco Berriel
Maquillaje y peluquería: Jesús Gil Bermúdez
Iluminación: Pedro Pablo Melendo
Realización de iluminación: Centro Cultural de la
Villa
Jefe técnico: Alfonso Cogollo
Regidor: Alicia Velasco
Atrezzo: Mateos-Ópera Cómica
Sastrería: M. Teresa Becerro/Alejandro Carrasco
Coordinación Ensamble Instrumental Madrid: Andrés
de Nevreze
Maestros repetidores: Juan Ignacio Martínez
Ruiz/Celia Laguna
Coordinador de prensa: Alicia Rubio Martínez
Ayudante de Producción y Diseñador gráfico:
Juan
Fernando de Nevreze
Transporte: Isidro San Román
Sala de ensayos: El Progreso Musical
Producción: Ópera Cómica de Madrid
Producción ejecutuva: Concerto XXI
Director-gerente: Fernando Pobrete
Director: Francisco Matilla
Intérpretes:
Thais martín De la Guerra ( la Menegilda), Francesca
Calero (el Eliseo),
Miguel Solá (el Caballero de Gracia), Ángel
Walter (el paseante en corte),
Carmen Rossi (mamá - doña
Virtudes), Juan Manuel Cifuenes
(el paleo, el rata, el comadrón,
el niño, gas natural, y paleto),
Javier Ibarz (Prosperidad,
petróleo, húsar, dependiente 3 y rata 3),
Carmen Arribas (calle
de Sevilla, injurias, luz eléctrica, fuente taurina, zurda y
dependiente 1ª)
Coro de Ópera Cómica de Madrid
Orquesta: Ensamble Instrumental de Madrid
Director musical: Wolfgang Izquierdo (días 26,
27, 28, 30 y 31 de junio),
Carlos Cuesta (días 1, 2, 3 y
4 de junio)
Duración: 1 hora y 35 minutos (incluido un
intermedio)
Estreno en Madrid: Centro Cultural de la Villla
de Madrid , 26–V-2006
El segundo programa de Ópera Cómica ha sido La Gran Vía. Título
de sobras conocido y siempre en el repertorio. Siendo fiel a su
espíritu de investigación, Ópera Cómica no se ha conformado con
montar el libreto de siempre. La Gran Vía tras su éxito, circuló
por todo el mundo y al subtitularse “Revista de actualidad”, se
sintió en la obligación de actualizarse continuamente. Ello le
llevó a añadir nuevos números, que unas veces utilizaban las
mismas melodías y otras añadían nuevas composiciones.
Recapitulando todo este material, la versión que se nos ofrece
viene a durar una hora y media y trabaja sobre la edición
crítica publicada en 1997 por el Instituto Complutense de
Ciencias Musicales de Madrid.
FELIPE PÉREZ GONZÁLEZ
con Los Ratas
(Autor del libreto de
La Gran Vía) |
De entre lo añadido están la respuesta de
Doña Virtudes al tango
de la Menegilda, Pobre Chica con el Pobre Ama, que utiliza la
misma melodía. El número tradicional de los marineritos es ahora
el de las empleadas de un almacén de juguetes. Hay también
algunos fraseos musicales: el patinaje de la alta sociedad y el
número de los policías y los burócratas.
Tras el preludio a telón cerrado – recupera la forma tradicional
del preludio sin visualizarlo con danzas o una historia sobre la
escena -, sorprende favorablemente la concepción escenográfica:
un espacio neutro de puntos luminosos cuando la luz incide de
forma especial, para indicar el espacio no figurativo y
simbólico de un Madrid como proyecto de una nueva ciudad. Una
gran ventana alfondo se abre a colores diversos según el
recorrido crítico de El paseante y el Caballero de Gracia. Al
final a través de esa gran ventana contemplaremos la Gran Vía
esperada. Pero esa Gran Vía será toda una sorpresa que hace
soltar la carcajada y que no conviene desvelar. |
Otro de los alicientes, desde el punto de vista plástico, es
ofrecer un Madrid cosmopolita y no reducirse solamente al
aspecto castizo, que también lo hay en algunas situaciones y
personajes. Acierto al vestir al baile de El Eliseo – personaje
simbólico - con un traje masculino de fantasía al estilo
cabaret, en vez de recurrir al traje de mangas de farol y el
mantoncillo. El casticismo lo pone en las parejas. Igualmente
sucede con la variedad de vestuario más cosmopolita en el número
de Los Ratas, así como en los viandantes que visten de forma
variopinta, pero no reduciéndose al trillado vestuario. Todo
ello da una visión de un Madrid como ciudad abierta a la
modernidad de principio del siglo XX que va a venir.
Como viene siendo habitual en esta compañía se cuida con
especial esmero la parte musical. Caben destacar, prácticamente,
todos los solistas. Miguel Sola compone bien un Caballero de
Gracia, tanto en la parte musical como en la interpretativa.
Francesca Calero, como El Eliseo, destaca por su melodiosa voz y
su talante interpretativo con ciertos toques de personaje de
showman de cabaret. Thais De la Guerra, su voz pastosa, compone
bien una castiza Menegilda. Juan Manuel Cifuentes (D. Hilarión
en la versión que ha montado este año el Teatro de la Zarzuela
de La Verbena de la Paloma y el Sancho Panza de
El Hombre de la
Mancha) – desdoblado en múltiples papeles – posee una gran
versatilidad interpretativa, amen de su voz. Parabienes también
para el coro.
Punto aparte, en la parte musical, es la veterana y siempre
eficaz como actriz Carmen Rossi. Interpreta a Doña Virtudes y le
endilgan la partitura de Pobre Ama, con la melodía del Pobre
Chica. Su voz, cuando se sube al terreno musical, nada tiene que
ver con el resto de los cantantes. Por lo general este tipo de
personajes – los característicos – los interpretaban las
cantantes de una cierta edad, en las que la voz comenzaba a
declinar. En Carmen Rossi no ha declinado, porque su menester no
ha sido cantante de zarzuela, sino actriz del llamado teatro de
prosa, aunque intervino en la versión de José Luis Alonso de
El
Dúo de la Africana en el Teatro de la Zarzuela. Pero no importa
porque con su simpatía, veteranía y habilidad nos deleita con un
Pobre Ama que han adaptado a su tesitura. Como contrapartida su
texto se entiende perfectamente, lo cual no es habitual en las
voces belcantistas.
Toda la obra está muy bien movida y se consigue un buen ritmo
así como el crear situaciones de una gran simpatía, apartándose
de los caminos de toda la vida.
Hay, no obstante, algo que se me escapa: el número inicial de la
salida de las calles y plazas en manifestación. Se ha cambiado
por una especie de colegio de chicas, bajo el mando de una monja
con la banda de la “Orden Callejero”. No se ve la razón de este
cambio, sobre todo porque no queda claro la tradicional
manifestación de las calles y las plazas. Imagino que se ha
querido decir otra cosa, que desconozco.’
En conjunto es un simpático y bonitos espectáculo que suena muy
bien.
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