JAVIER GIL DIEZ-CONDE
y sus
FARGEDIAS

LA LEY Y LA SANGRE	SEXO, RELIGIÓN Y MUERTE

Estamos en el futuro y han desaparecido los actuales países. Sólo existen repúblicas ínfimas como la República Taifa de Hesperia.

• En Hesperia suceden los hechos que narro. Cuando Sófocles escribió Antígona se caminaba hacia la ley, hacia la democracia. La tragedia tenía un sentido de construcción de la democracia ateniense. Lo que he hecho es llevarlo al terreno contrario. La democracia se está yendo al carajo. Se defiende la sangre, el hecho de ser consanguíneo y no se defiende un estado de ciudadanos. La democracia es un recuerdo y el juez protagonista es una especie de héroe solitario que mantiene el hilo sujeto a la ley. 

Quien habla así es Javier Gil Díez – Conde  - Santiago de Compostela, La Coruña, 1953), cuya vida ha transcurrido entre Hondarribia e Irún (Guipúzcoa) -, con motivo de la publicación de su texto teatral: Fargedias: La ley y la sangre (Fargedia Cruel) y Sexo, religión y muerte (Fargedia de Carnaval) que publica Tabula Rasa Ediciones y que se ha presentado el 30 de abril de 2008 en la librería Lagún de San Sebastián (Guipúzcoa). El actor Fernando Mikelajauregi se encargó de presentarlo.

LA “COMEDIA CRUEL”, IDENTIDAD DE JAVIER GIL

Licenciado en Filología Románica – Universidad de Valladolid – y profesor de Literatura y Teatro en el Instituto Pío Baroja de Irún, fundó en 1981 Katamitus Teatro, que dirigió hasta 1994. Con otros compañeros creó la Muestra de Teatro Joven en Irún. Durante varios años he dirigido obras de otros autores, pero será en 1986 cuando me decido a dirigir mis propias obras. Entre ellas destacan Fasltaff no cree en la otra vida (Premio Francisco de Avellaneda), Teleogonía (gira en 1992 por varias Universidades del Estado de Nueva York). 1994 comienza una nueva etapa literaria con lo que se ha llamado “comedia cruel”. Hermana y esclava y Rosa del jardín prohibido forman el volumen Escena Cruel.

JAVIER GIL DIEZ-CONDE

• Fargedias es un colofón de lo que comencé con “la comedia cruel”. Aquel ciclo partía de la imposibilidad de la tragedia, algo que ya señalaron Valle Inclán y Sastre.

FARGEDIAS Y NO TRAGEDIAS

Según Javier Gil, sus tragedias son más bien antitragedias y por ello fargedias. Lo son porque en ellas no escribo sobre algo heroico ya que en el mundo actual no caben los dioses y los héroes. Bueno, hay algunos, pero son los creados por los medios de comunicación, así que son virtuales. Esa virtualidad de la que habla, ha hecho preguntarse, a algunos, si su teatro se centra en la política o en la telerrealidad.

• No sé si hago crítica política. En todo caso lo es en cuanto que se centra en la Polis, la ciudad, el Estado. A lo más es crítica social y ello bajo el prisma del humor, pero no un humor por el humor sino con sentido crítico. El humor del bufón suele ser un escudo para no perder la cabeza, pero también es crítico. Humor y crítica no son antagónicos. Y en cuanto a la telerrealidad no lo es, sino que es la realidad televisiva, a veces irrealidad.

LA LEY Y LA SANGRE,
¿LEGALIDAD O CONSANGUINIDAD?

La primera de las obras que componen Fargedias es La ley y la sangre. En ella se enfrenta el concepto de una ley igual para todos y la que surge de la consanguinidad. Como referencia se toma el mito de Antígona.

Antígona es solo una referencia. En el mito clásico Antígona intenta poner por encima de la ley los derechos emanados de la familia. No pretendo enmendar la plana a Sófocles. Ofrezco un punto de vista diferente, porque estamos ante un Estado no democrático como aquel. Se podría decir que es el mito pero al revés. Se defiende la ley frente a la pura consanguinidad. En realidad se plantea el conflicto de lo legal frente a lo tribal.

ANTÍGONA y el cuerpo de POLINICES

La ley y la sangre es la obra de mayor extensión en este volumen.

SEXO, RELIGIÓN Y MUERTE,
EL RECHAZO DE LO DIFERENTE

Sexo, religión y muerte, está basada en otro mito: Otelo.

Aprovecho este mito shakesperiano para exponer las pocas posibilidades de éxito para una persona de cultura diferente en el mundo occidental y su inevitable precipitación a un final trágico por un camino farsesco y antitrágico. No hablo del tema de Othello, como tal. Un grupo de actores tratan de crear un performance en el metro de una gran ciudad, en el que se produce un atentado terrorista. Uno de los actores va disfrazado de Othello, el Moro de Venecia. Es de origen magrebí. Inmediatamente se convierte en sospechoso y nadie le cree.

• Lo veo difícil, pero están las lecturas dramatizadas, que es una fórmula útil para que puedan llegar a la escena, aunque sea de una manera incompleta.

Varios Premios son los que han caído sobre Javier Gil:

• 1976: 2º Premio de Teatro Infantil (Valladolid) con el grupo " La Fábula".

• 1978: Finalista del concurso de cuentos "Ciudad de San Sebastián" con la obra Las moscas.

• 1998: Premio de la Muestra de Teatro Joven del Ayuntamiento de Irùn al conjunto de su obra.

• 2000: Premio Serantes del Ayuntamiento de Santurzi (Vizcaya), por Sueños de identidad.

La obra de Javier Gil abarca once obras estrenadas y siete publicadas, distribuidas en seis libros, a las que se añade Fargedias.