ÁCARS (ÁCAROS)
por la
COMPAÑÍA TEATRO DE LOS MANANTIALES
de
VALENCIA
FOTOS: MIGUEL ÁNGEL ALTET |
llega a la
SALA EL CANTO DE LA CABRA
en los
VERANOS DE LA VILLA.
Ácars (Ácaros) se asienta del 6 al 17 de julio en la Sala
El Canto de la Cabra, inaugurando así los Veranos de la
Villa en dicha sala. Ácars ya había aterrizado antes
en Madrid, con motivo de la muestra Escena Contemporánea,
dos días - el 17 y 18 de Febrero de 2005 – en el espacio
Guindalera Escena Abierta. Un abrir y cerrar de ojos.
Ácars, texto de Xavier Puchades tiene, ya, unos
añitos, pues se escribió a finales del siglo XX. Quien lo monta
es la Compañía Teatro de los Manantiales (Valencia) y un
poco a contrapelo de su poética teatral, en la se han embarcado
desde hace unos años. La tal poética prefiere un tipo de teatro
que surge del colectivo y que emplea todo tipo de recursos
escénicos, pero que no parte de un texto escrito por un autor.
- En este caso
– concreta Ximo
Flores, director de la compañía –
partíamos de un texto escrito. Lo que sucede es que
Xavier
– el autor –
pertenecía a nuestro colectivo y aunque sabía que no
estaba en la línea de lo que hacíamos lo escribió.
La circunstancia de ganar un premio y contar con una
subvención, nos indujo a intentar el montaje. De
repente vemos que el texto no lo percibimos como un
texto escrito que hay que respetar y trabajarlo a
nivel tradicional. A pesar de su clasicismo
– un autor que escribe primero
el texto y después se hace la puesta en escena –
descubrimos que tenía disciplinas más
contemporáneas.
|
|
Es de sobras conocida la pelea entre autores y aquellos
directores que construyen una dramaturgia al margen de las
acotaciones del autor y se permiten el lujo de “corto aquí y
añado allá”. Unos autores son más flexibles y otros más
intransigentes. De ahí que muchos directores prefieren a los
autores muertos porque ellos ya no – por el momento – podrán
levantarse de la tumba. Aquí no se daba el caso, continúa
Ximo, porque:
|
-
Xavier
es autor de nuestro entorno y conoce nuestro modo de
trabajar. Así que el texto nos ha servido como motor
de arranque, y, en general para nosotros eso es para
lo que nos sirve cualquier texto que un autor ha
escrito ante su mesa. A partir de ahí hemos
estudiado qué es lo que se puede adaptar a algo más
escénico o incluso improvisar sobre el mismo texto e
ir dándole vueltas para ver qué es lo mejor. De
hecho, el final que ofrecemos en el montaje actual
surgió a través de los ensayos. A
Xavier le gustó más que el que él había
ideado y volvió a reescribir dicho final. Ha habido
como una autorealimentación entre el y los
intérpretes durante los ensayos.
|
Tal poética no siempre fue así en la Compañía pues si uno
recorre el currículo de estos diez años vemos que en una primera
fase se trabajan con textos consagrados,
“aunque no los considerábamos intocables”,
advierte Ximo:
1995 - Ligazón de Valle Inclán.
1997 - Las criadas de Jean Genet. |
1998 - Final de Partida de Samuel Beckett
1999 - Acera Derecha de Rodrigo García |
Posteriormente surgen títulos en los que el autor o no aparece o
es autor de “motor de arranque”:
2000 – Escoptofilia
2000 – Camisetas blancas de manga
larga de mujer
de Daniel Verones
2001 – Rey Lear de Rodrigo García |
2002 – Morir debería ser tan simple
como perder el equilibrio
2003 – Desideria de Teatro de Los
Manantiales
2004 – Ácaros de Xavier Puchades |
Quiere esto decir que las fases por las que ha pasado la
Compañía son tres:
1.- Obras de texto
2.- Obras creadas por el Colectivo
3.- Vuelta al texto – Ácaros - pero “sui generis” |
Elisa Gálvez – directora y programadora junto a Juan Úbeda de
las actividades de El Salto de la Cabra – define la poética
teatral de Los Manantiales como:
- Un grupo en el que el texto y la palabra están muy presentes
pero impregnadas de otras disciplinas: Performance, danza,
audiovisuales… La creación propia es lo que les define. Sus
montajes surgen del propio escenario y buscan siempre un
lenguaje de hoy para el espectador de hoy.
El escenario – cuna de sus montajes - condiciona el tratamiento
escénico primero original y el posterior, cuando éste se
encuentra en gira. Algo de esto ha sucedido con la Sala El Canto
de la Cabra.
Para quienes no la conozcan, habría que hablar de El Canto de la
Cabra en invierno y en verano. La Sala de invierno es interior y
de reducidas dimensiones. En verano se desparrama hacia el aire
libre y valla la placita de la calle de San Gregorio – por los
entornos de la plaza Chueca y frente al monasterio de las
popularmente llamadas Góngoras (madres Mercedarias) - respetando
el sugerente y poético olivo que hay en medio.
- Cuando
estuvimos en la Guindalera, el montaje
podía encajar. Pero al ofrecernos este espacio
al aire libre y con el olivo en mitad de
la escena sentí como miedo y me encontré
descolocado
– confiesa
Ximo. Lo que sucede en un
metro ¿cómo podíamos llevarlo al aire libre?
Pronto comprendí que sí se podía compaginar. Y
esto se ha convertido en una nueva experiencia
teatral que proporciona al montaje una nueva
dimensión. Por ejemplo, hay cosas tan sencillas
como el obligado oscuro total que necesitábamos
para una serie de cambios y acciones. Aquí es
imposible. Siempre está la vigilante farola que
da el resplandor y que no se puede apagar. Y
aunque no estuviera, las
Grandes ciudades están repletas del
resplandor de todas sus luces. Los cambios los hacemos, pues,
bajo esa luz y vemos que no sólo no cambia sustancialmente la
obra, sino que es mejor. Da una dimensión nueva y algo que hemos
tenido que adaptar a la fuerza te hace preguntarte “¿cómo no lo
pensé antes esto?”. Me lo ha tenido que decir una farola de
Madrid.
|
|
En el montaje prevalece la acción física.
- El texto
– especifica
Ximo – puede arrastrarte, pero una de
las facetas nuestras es detenerlo y al vivir en una cultura más
visual, buscarle acciones físicas. Se sacrifica el texto para
entregar la idea a la escena, por ejemplo en este caso jugamos
con una caja iluminada de metacrilato que puede transmitir muy
bien lo que el texto dice de palabra. Otro de los elementos
importantes es el sonido y por ello cuidamos y hemos trabajado
mucho el espacio sonoro. De hecho, es un texto que se podría
hacer de modo realista al estilo tradicional en el que unos
actores emiten un texto, pero hemos preferido lo visual.
A pesar de todo lo dicho, la presencia del actor, como tal actor
y el uso de su voz es crucial. Son cuatro los actores que dan
vida a cuatro personajes: dos mujeres y dos hombres.
Maribel Bravo, Nando Pascual, Miguel Àngel Altet y Sonia Ortiz.
Los cuatro forman una familia: El padre, la madre, el hijo y su
novia. Cuando la novia entra a formar parte del núcleo familiar
es cuanto todo comienza a descomponerse, porque Ácaros
Narra el enfrentamiento entre dos familias; una en proceso de
descomposición (padre/madre) y otra (hijo/novia) que no acaba de
formarse. Un conflicto generacional donde terminamos por
empeorar la herencia de nuestros mayores. Todos buscamos la
familia que no tuvimos, que creímos que nos merecíamos, en otro
lado. Y, al final, todas las familias son iguales. |
Para Ximo lo que más le gusta del montaje es el trabajo de los
actores.
Miguel Ángel Altet, es el padre. Actor que ha circulado
preferentemente por los vericuetos de la escena contemporánea –
teatro alternativo, teatro Pradillo, Rodrigo García, la
Carnicería teatro - sobre todo en Madrid, se relaciona con el
teatro de Los Manantiales ya en su composición.
- El texto
es un placer. Al principio me resultó
chocante porque no es nuestro estilo contar
con un texto de antemano. Pero ha sido un
auténtico placer y un proceso de trabajo muy
agradable y nada conflictivo a pesar de
éramos actores distintos y con unos modos de
trabajar bastante diferentes.
Ximo
marcaba unas pautas y a partir de ellas cada
actor se expresaba y después se iba
encauzando todo. Ha sido igualmente un
placer el poder romper ciertos tópicos del
tratamiento en el teatro contemporáneo, como
es el no teatralizar, y el lanzarse a otros
estilos como, por ejemplo: el expresionismo.
Se experimentaba una gran libertad
interpretativa. Mi personaje es un hombre
que ha perdido la capacidad de sentir. Algo
propio de quienes vivimos en las grandes
ciudades, que nos movemos por el simple
dominio sobre el otro, lo cual hace que
perdamos otras capacidades. Los padres
vienen a ser como animales, muy propio de
las ciudades. Algo que no se da en los
jóvenes.
|
|
Nando Pascual es el hijo que rehuye esa forma de ser de sus
padres.
|
- Pero al
final uno es atrapado por esa misma forma
educacional y termina siendo como su padre.
Es texto, pues, en palabras de Ximo, acerca de
- Las perversiones que se heredan de padre a hijo. Yo he tenido
esa misma experiencia a nivel personal. He tenido dos niños y me
he visto sorprendido reproduciendo sistemas de educación de mis
padres, que no me gustaban. Y esto es Ácaros. Tener conciencia
de ir en contra y sin embargo reproduces los mismos
comportamientos y palabras de lo que dices que estás en contra.
La educación recibida te cala más adentro de lo que piensas y te
sale cuando menos te lo esperas.
|
Ácaros ha recibido varios premios:
Premio Castell d’Alaquás
mejor texto dramático y mejor proyecto de puesta en escena
(2003)
Premio Max Aub
mejor texto dramático de las Artes Escénicas
de la Generalitat Valenciana (2005)
Nominación
mejor dirección de escena en los premios
de las Artes Escénicas de la Generalitat Valenciana (2005) |
El reconocimiento de los premios, su llegada a Madrid y el haber
sido seleccionado para la Red de Teatros qie le permite girar
por varias salas, es importante de cara al grupo:
- Por lo general
– advierte Miguel Ángel – las compañías que
trabajan en Provincias mueren allí mismo y no tienen posibilidad
de que sean conocidas fuera. Este montaje nos ofrece la
oportunidad de verse fuera.
|
La Compañía Teatro de los Manantiales ha sido de lo más
“underground” de Valencia. Comenzó por lo que algunos teóricos
del teatro han clasificado como Teatro de Bolsillo. La primera
sala – 1995 - fue la propia casa de su director Ximo. El aforo
se reducía a 12 personas. Se fueron manteniendo y recibiendo el
premio de la crítica año tras año. Posteriormente, en el 2002,
se abre una nueva sala con un aforo de 70 espectadores en la
calle Alzira nº 9 de Valencia. Uno de los impactos para Ximo fue
el ver reconocida la labor de la Compañía: |
- Yo me sentí impactado al verme nominado junto a otros
espectáculos de grandes formatos y grandes presupuestos. Mi
espectáculo tenía un presupuesto de 50.000 pesetas y Las
Troyanas 300.000.000 de pesetas.
Este espectáculo es el primero que se monta con presupuesto, que
se traduce en poder pagar a los actores y demás.
Actualmente la sala de la Compañía es un espacio que produce los
espectáculos y también invita a otras compañías, una filosofía
similar al Canto de la Cabra.
En toda rueda de prensa es casi inevitable que se deslicen o
apunten temas muy relacionados con el teatro, labor de
las Instituciones, afluencia discreta del público etc. Adria Mora
– directora de los Veranos de la Villa – es consciente de toda
esa problemática.
- Por parte de las Instituciones
– aclara – somos conscientes de
que nunca se va a satisfacer a todos, pero lo que sí tenemos
claro es la idea de ir apoyando las diversas tendencias, siendo
conscientes de que no se puede llegar a todo. Pero el
reconocimiento a través de los premios quiere decir que la
institución está atenta y tiene interés.
La reticente asistencia del público al teatro es otro de los
caballos de batalla, tanto a nivel institucional como a nivel de
los protagonistas del teatro, como son las compañías. El
fenómeno madrileño es que el teatro de siempre o el de gran
formato suele tener público. Menos el de las Salas Alternativas.
O al menos no parece que el público madrileño tenga “mono del
teatro alternativo”. Algo diverso, en palabras de Miguel Angel,
de lo que sucede en valencia. Allí el gran teatro está vacío,
mientras que la sala alternativa está llena.
Juan Úbeda - codirector y coprogramador de El Canto de la Cabra
– se inclina por
- Romper con una
estética teatral preconcebida y eso desde algo
tan elemental como son los carteles de teatro.
Es muy curioso como el mundo de la música ha
encontrado a ese nivel cartelista una
comunicación con el público, mientras que. Por
lo general, los carteles de teatro espantan a
cualquiera. De todos modos, respecto a la
escasez del público podemos darle la vuelta y en
vez de decir: “solamente han venido 20”,
pensar de otro modo: “¡qué bien que han
venido 20!”.
|
|
Miguel Ángel aporta una idea crucial en esa respuesta
teatro-publico.
- Hay una cosa fundamental y es saber ser respetuosos con el
público. Yo sé, según el espacio en el que trabajo, lo que puedo
comunicar y a quién. Es cierto que las salas pequeñas tienen
dificultades de subsistencia muchas veces, pero el que tenga
vida día a día es algo que hay que valorar.
Ácars ha encontrado una nueva ubicación al pairo de un auténtico
olivo en una plaza y con una farola que ha dado lecciones de
dramaturgia. No hay tantos olivos repartidos por las escenas
teatrales ni tantas vigilantes farolas. Ello da pie a Juan Úbeda
para el éxtasis y abundar en el teatro como hecho único e
irrepetible en comparación con otras artes:
- El teatro siempre ha sido un hecho único, sobre todo éste al
aire libre y en esta plaza con ese olivo. Cuando el 17 de julio
el espectáculo deje de existir, los que no acudan se habrán
perdido ese hecho único.
|