JOHAN INGER,
NUEVO DIRECTOR ARTÍSTICO
DEL CULLBERG BALLET
(1 de julio de 2003)


ES IMPORTANTE ABRIR LAS PUERTAS
A NUEVOS COREÓGRAFOS

En el catálogo que nos enviaron el Royal Swedish Ballet, fechado en 1989, con motivo de una de sus visitas a Madrid el nombre de Johan Inger, aparece todavía en el reparto de “Corps de Ballet” entre otros dos nombres: Carl Inger y Mats Jansson. Curiosamente los tres se han vuelto a encontrar en el Cullberg Ballet.
 

Foto: The Royal Swedish Ballet.
1989: Cuerpo de Baile de The Royal Swedish Ballet.

En pie: Johan Inger, Anders Nordström, Per Sacklén.

Sentadas: Karin Forslind, Katarina Wester, Ann Brattselius.

Johan Inger. (22 años)

Johan Inger (Estocolmo, 1967) se había educado en la Escuela de la Royal y en la Escuela del Ballet Nacional en Canadá. Su debut como bailarín en la Royal será en 1985, ingresando en el Cuerpo de Baile.

Cuatro años después, en 1989 – el catálogo mencionado tendrá que modificar sus fotos - J. Inger pasaría a ser solista. Un año y da el salto al Nederlands Dans Theater (NDT), en 1990. Su permanencia en esta institución tendrá una gran influencia en su posterior estilo y el tal estilo se llama Jiøí Kylián.

  • Aprendí su técnica. Antes ya había hecho algunas coreografías en la década de los setenta, para ópera en la University College de la Opera de Estocolmo, pero vengo a ser conocido como coreógrafo a nivel más amplio – en términos taurinos sería “tomar la alternativa” - con Mellantid (1995), para el NDT. A partir de entonces, casi una coreografía por año, para esa compañía.

Mellantid sería nominada en el 2001 en el Reino Unido para el premio Laurence Olivier como mejor producción de Nueva Danza. Será en el mes de octubre de ese mismo año cuando recibirá el premio Lucas Hoving por Drean Play (2000) y Walking Mad (2001). Un premio que conceden los teatros holandeses a la mejor producción.

 

Coreografías para la University College
 de la Ópera de Estocolmo.
1969: The Bird.
1970: Paris and Elena.
1970: La flauta mágica

Coreografía para teatro en television:
1973: A Shadow.

Coreografías para el
Nederlands Dans Theater I, II y II

1995: Mellantid. (NDT II)
1997: Sammanfall (NDT II)
1997: Couple of moments. (NDT III)
1998: Livnära (NDT I)
1998: Round Corners. (NDT II)
1999: Among others. (NDT I)
2000: Dream play. (NDT II)
2001: Walking Mad. (NDT I)
2002: So Now Then (NDT I)
2002: Out of Breath. (NDT I)
2003: Pneuma. (NDT I)

Coreografías para el Cullberg Ballet.
2002: Home and Home
2003: Phases
2003: In two.

En una entrevista que Lena From hace Inger, éste desvela su proceso de creación y su poética sobre la danza:

  • Nunca soy capaz, yo solo, de idear una coreografía. ¡El resultado sería demasiado elemental! Para mí la danza y, especialmente, los duetos, tienen que crearse directamente en complicidad con los bailarines. Cuando sugiero algo, es importante que el proceso continúe, es decir que yo reciba el Feed back (retroalimentación) de los bailarines. Algunas veces los fallos, así como también los tropiezos, pueden dar lugar a movimientos nuevos.

Tal poética se basa en experimentar continuamente nuevas posibilidades y así encontrar el movimiento adecuado:

  • Hay muchos coreógrafos que trabajan así actualmente. Si eres bailarín, es mucho más interesante sentirse parte del proceso creativo Fue esta motivación la que me llevó a hacerme coreógrafo.

Jiøí Kylián
Se le ha achacado que sus coreografías participan de dos lenguajes: el de Kylián y el de Ek. El primero se asoma en la intensidad con que configura los pasos a dos y el segundo le aporta el sentido del humor incluso en las narraciones más serias. Inger corrobora estas dos influencias pero se rebela un poco.
Mats Ek
  • Kylián está en mi sangre. Fue mi director durante trece años, o sea que ha sido una persona muy importante en mi carrera. He cogido lo que considero que es bueno de todo lo que aprendí en la NDT. Mats es otra cosa. Con Mats comparto una cultura, un lenguaje y una historia. Los dos somos suecos. El que Kylián y Mats hayan sido mi fuente de inspiración no me asusta en absoluto. Pero esto no quiere decir que me limite a ellos. Para mí es muy importante beber también de otras fuentes. De hecho esta influencia está dejando paso a mi propia expresión artística, de la que me siento cada vez más seguro.

Por lo contemplado en este Festival de Otoño, hay bastante de abstracción en su coreografía. La abstracción es una de las líneas investigativas de su proceso coreográfico. En la misma entrevista a Lena corroboraba esta tendencia.

  • Para mí no es el momento, ya, de contar historias sino de reiniciar un proceso de abstracción.

De todos modos Inger no hace de la abstracción su único camino y como director piensa que su misión, aceptado el cargo de director es:

  • Mantener unida la compañía y desarrollar mi trabajo como coreógrafo creando nuevas piezas para ella. Pienso que la compañía evolucionará en la misma medida que mi trayectoria lo haga como coreógrafo y desde esta perspectiva me preocupa cada vez más explorar la naturaleza humana. Por esto esta razón lo que sí tengo claro es que nunca me dedicaré a lo abstracto con exclusvismo.

10 hombres y 10 mujeres que proceden de 10 nacionalidades distintas, forman el Cullberg Ballet.

  • Esta diversa procedencia se funde con el bagaje de los bailarines que tradicionalmente han estado junto a Mats Ek. El resultado es una variada gama de experiencias y esto es lo que más me interesa.

El Cullberg Ballet no cuenta con una sede estable. Esto, les fuerza a estar continuamente de gira y les proporciona una mayor libertad desde el punto de vista creativo, ya que no se sienten obligados a tener una programación determinada y paralelamente promueve la vida en común entre los bailarines.

Un término que sale en la conversación es el del sentimiento.

  • Si la danza es buena, puedes llegar y mirarla, un sentimiento que no surge en una situación aislada sino que emana de toda la obra: cómo se estructura, cómo vibra, cómo huele.

Este aspecto del “sentimiento” parece ser esencial en sus coreografías porque según nos relata Lena From ella misma comprobó que durante los ensayos una de las instrucciones de Inger era aclararles los “sentimientos” que desea que los bailarines deban transmitir en sus movimientos. El lo explica de esta forma.

  • Quiero que exista concentración y sinceridad en lo que hacemos. No obstante, siempre intento hallar una imagen o un sentimiento con el que los bailarines puedan identificarse.

Además de sus colaboraciones con el NDT, también lo ha hecho como invitado en diversas compañías extranjeras, cuya enumeración es profusa:
 

Gran Théâtre de Geneva.
Teatro Filarmónica de Verona.
Royal Ópera de Estocolmo.
The Óstgóta Ballet de Linkóping.
Gothenhurg Opera Ballet.
Nederlands Dans Theater de La Haya.
Kibbutz Dance Company de Israel,
Norwegian Opera de Oslo.
Finnish national Ballet de Helsinki.
Stuttgart Ballet, Lyon Opera.
Scapino Ballet de Rótterdam.

Metropolitan Opera de Nueva York.
Hamburg Ballet de Hamburgo.
Opéra Garnier de París.
Bayerisches Staatsballet de Munich.
Deutsche Opera m
Rhein de Dusseldorf.
La Scala de Milán.
Zürich Opera Ballet.
Dresden Ballet.
Poznan Dance Theatre.
American Ballet Theatre de Nueva York.
Compañía Nacional de Danza de España.

Cuatro décadas avalan al Cullberg Ballet como una de las principales compañías de danza que se mueven en el terreno de vanguardia en la danza moderna. Su influencia en el ballet sueco e internacional ha sido notable y la línea de continua investigación hacia nuevas formas fue la idea de Birgit Cullberg cuando en 1950 estrenaba Miss Julie. Esta pieza marcó una línea y en el panorama danzístico ha sido una de las obras que más se ha bailado. Pasión y humor es lo que puede definir a la concepción coreográfica de Birgit. Su hijo Mats ha heredado ese sentido humorístico al plantear sus coreografías. Ese humor no se ha perdido en la nueva figura que es Johan Inger.

En la programación de este año son dos los consagrados – Kylián y Ek -, pero el Cullberg no pretende enclaustrase en coreografías de las grandes figuras de la danza.

  • Ha durado demasiado la programación de las grandes figuras. Obviamente si Mats Ek nos ofrece nuevas coreografías estaremos encantados, igual que si lo hacen Kylián o Nacho Duato, pero creo que es importante dar nuevas oportunidades. Hay que abrir las puertas a nuevos coreógrafos.


José Ramón Díaz Sande
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