LAGRIMAS DE CERA
CLAUSURA EL IX FESTIVAL INTERNACIONAL MADRID SUR E INAUGURA LA TEMPORADA DEL CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL
Fotos Madrid: Marek Raczkiewicz
Fotomontaje: J.R. Díaz Sande |
UN
MOMENTO PARA QUE LA DEMOCRACIA RECUERDE
(…) Y
UNAVEZ MÁS POR LOS CAMPOS DE BATALLA
Y OTRA MÁS POR LOS OJOS DE LOS NIÑOS
Y AUNQUE NADIE ENTIENDE POR QUÉ MUEREN
LLORAN LÁGRIMAS DE CERA VEINTE (MILES) DE
CIRIOS.
Casto Márquez |
Una
explosión y otra y se llamó el 11M. Una inmensa tragedia que –
las coincidencias son así – desahogó su dolor con una lluvia
recogida sobre una plataforma de paraguas, el día de la
manifestación contra la violencia y la guerra. En los días
siguientes esa lluvia se convirtió en “lágrimas de cera”,
mediante una estática e interminable procesión de cirios
anclados días y días, en los lugares de la tragedia.
-
“Asocio la tragedia con las velas de Atocha que
desafortunadamente han desaparecido”.
Son las palabras de Roberto Cerdá, artífice de este
“Poema
Escénico” u “Oratorio”, para explicar el por qué del título
Lágrimas de cera. Gerardo Vera – nuevo director del Centro
Dramático Nacional – confío en mí, lo que agradezco, y 1 de
agosto me dijo: “Queremos un
espectáculo sobre Madrid en el 11 de marzo” .
Este deseo provenía de un entente de Gerardo Vera con José Mauleón –
“amigo, hermano y mi maestro, pues me inculcó, hace
mucho tiempo, el teatro comprometido con el hombre y la
sociedad” - en el que una vez que en el Festival de Madrid Sur,
cuyo director es José Mauleón, se había tratado el tema de la
guerra en diversas ciudades – Hiroshima, Sarajevo, Nueva York,
Bagdad -, parecía obvio el dedicar un espectáculo a una tragedia
tan cercana y cuyos testigos hemos sido los madrileños. La
quinta ciudad sería Madrid.
Iniciar la nueva andadura teatral con un testimonio así
“hace
que el CDN se acerque a los ciudadanos del 11M”, corrobora
Gerardo Vera. Por lo tanto esta obra clausura el Festival Madrid
Sur y abre las puertas del Centro Dramático Nacional.
Para Mauleón:
-
“estar aquí en el CDN
y que se trate de las víctimas civiles de la violencia, me
parece emocionante y es significativo. También el que
participen – a través de su poesías – una legión
de intelectuales árabes y mostrar a Occidente que Arabia no es
sólo el terrorismo y menos Bin Laden. En este poema hay letras
árabes, andalusís y nuestras. El espectáculo cierra esa
reflexión de ver cómo se utiliza a la población civil para
asustar. La técnica que nos proporcionó los aviones en la
segunda guerra y con los que pensábamos que iban a salvarnos,
resulta que se encargan de soltar bombas sobre las ciudades.
Todos estos espectáculos son un homenaje a las ciudades que han
soportado la tragedia. La lista de las ciudades posibles es
interminable. Troya es el arranque de una memoria manipulada,
porque si cuantos conocen Las Troyanas de Eurípides, han
lamentado el destino de las nobles mujeres derrotadas, lo cierto
es que se nos ha hurtado la imagen de las troyanas anónimas que
desaparecieron, simplemente porque fue arrasada la ciudad. El
último espectáculo homenaje al anonimato civil es: Lágrimas de
cera”.
Hay algo más al introducir este tipo de espectáculo en el teatro
público. Se trata de retomar un antiguo discurso sobre la
finalidad del teatro y, en concreto, del teatro público, que
Mauleón expresa:
-
El teatro tiene que tomar la
palabra y en este caso, quiere
ser un homenaje a los miles de heridos. Estoy seguro de que
valdrá la pena. De este modo el teatro cumple su función de
servir a la sociedad y no a ningún partido o a un gobierno en
concreto.
GENESIS DE LÁGRIMAS DE CERA
Estas “lágrimas” se confeccionan con un cante, el del
Lebrijano,
con una serie de poetas de las tres culturas: árabe, andalusí y
española y cómo símbolo, con el título que Casto Márquez da a su
poema Lágrimas de cera.
Roberto Cerdá explica su proceso de creación como un magma que a
medida que pasan los días va tomando forma a través de ideas,
personas y actores:
“Me puse a recordar lo que me pasó el 11 M. Fue un caos desde la
Televisión con aquellas imágenes, los políticos hablando, las
víctimas. Caos y más caos durante 2, 3 , 4 días. Escuché las
canciones del Lebrijano y luego las velas y velas. Vino a mí
aquel texto del escritor Eduardo Galeano: “la democracia tiene
miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir”.
Evidentemente es el tiempo del miedo. Por este motivo creo que
la mejor manera de acercarnos sin miedo a los atentados de marzo
en Madrid es comenzando por la palabra. La palabra de los que
sufrieron y sufren todavía el dolor y el desgarro, sus
testimonios, sus esperanzas y su futuro si es que pueden
encontrarlo. Es necesario recordar porque es necesario decir. La
palabra del Político y su gran mentira; y aunque todavía sea
pronto para analizar la Historia, sus declaraciones, sus gestos
esquivos y sus deseos ocultos no deben olvidarse”.
En un primer período se recoge información de aquí y de allá y
se habla con quienes tienen el sentimiento dentro de lo acaecido
y se les pide que lo expliciten. Unos narran realísticamente el
horror que les invadió, otros, los poetas, se lanzan
“a escribir
sus sentimientos en aquellos días de marzo”. Este escribir es
imprescindible para después leerlo y subirlo a la escena. De
este modo,
-
“Se puede intentar comprender lo sucedido, si es que algún día
podemos ordenar racionalmente el absurdo de la guerra y el
terror”.
Multitud de poemas se han escrito y se han publicado. Poemas de
niños, poemas irónicos preguntando a Busch o a Aznar. De todo
ese maremagnum y gracias al trabajo de los actores viene la
austera y profunda selección.
La fusión con la cultura árabe le corresponde a Juan Peña El
Lebrijano con sus poemas cantados. “Su emotivo canto tiene el
poder de conjugar el dolor y el amor del ser humano al mismo
tiempo que nos traslada a espacios diferentes, a mundos
soñados…” Si alguien es puente entre las dos culturas es él ya
que hace años alojó en su casa a músicos árabes que fueron
creciendo con él, hasta formar la orquesta andalusí.
LOS ACTORES, PIEDRA ANGULAR
Lola Casamayor, Miguel Cubero, Chete Lera,
Lidia Otón y Rafael
Rojas, son los actores que “en tan poco tiempo han hecho posible
este poema. Han sido una pieza fundamental en el desarrollo del
espectáculo”.
Su trabajo no ha sido fácil.
“Hemos conseguido distanciarnos, lo cual nos ha hecho trabajar
en el buen camino. Ello nos ha permitido indagar en los por
qués”. |
Lola Casamayor, Miguel Cubero,
Lidia Otón, Rafael Rojas. |
No existen personajes. No se ha tratado de construirlos. No se
pretende imitar a nadie. Más bien se trabaja sobre actitudes, lo
cual permite cambiar y pasar de un sitio a otro.
PRESENCIA Y AUSENCIA EN LA PUESTA EN ESCENA
La lluvia, lágrimas de cera |
Este Poema Escénico se resume en un verso que nos habla de la
presencia y la ausencia. Un plano acoge a El Lebrijano y la
orquesta. Un plástico cubre una serie de sillas. Sustituyen a
las víctimas. La iluminación las evoca. La música apoya las
texturas emocionales de los actores. Y esas lágrimas de cera,
penden de lo alto como un inmenso cielo de velas.
Ese inmenso cielo es el recuerdo. Un recuerdo limpio totalmente
contrario a lo que, en palabras de José Mauleón, es la mala conciencia: |
-
La mala conciencia lo resuelve poblando el planeta de
monumentos y arcos dedicados a las víctimas desconocidas. Pero
algo rompe el poema, cuando pensamos en la condición de esas
víctimas, cuya inocencia se refleja, precisamente, en el hecho
de que fueran “desconocidas”, sin papel alguno en la gestación
de la barbarie. (Las ciudades asoladas) han vivido su propia
crónica de muerte. En todas ellas la población civil se ha visto
arrastrada por los hilos que tejen los grandes intereses y los
dogmas… para quienes hablan de globalización, las víctimas
debieran estar más presentes que los mercados; para quienes
gobiernan, más que cualquiera de sus victorias puntuales; para
todos, debieran ser la experiencia que fortalezca el
enfrentamiento con todos los integrismos.
Esta Lágrimas aparecen – en palabras de Mauleón y Vera -
como
-
“una repulsa de todos los fanatismos y su identificación con
las víctimas del atentado perpretado en Madrid por el terrorismo
islamita. Para ello ha contado actores, cantaores y músicos, de
origen español y magrebí, se reúnen para compartir con el
público la emoción y la reflexión, para hacer del teatro una
experiencia de concordia frente a cuantos quieren imponer al
mundo su dios o cultura”.
Lágrimas de Cera cumple las condiciones del instante como lo
fueron aquellas explosiones del 11M. Un solo espectáculo en el
Teatro García Lorca de Getafe, el 14 de Noviembre de un 2004.
Cumple así el carácter efímero del teatro, opinan algunos
organizadores. Lo que sucede que cada día el teatro es efímero,
porque cada día el público es nuevo y la representación, al ser
en vivo y estar en contacto con diversos públicos impregnados de
diversas emociones, también es nueva. En Getafe se va a
”recordar” por vez primera y a rendir homenaje al anonimato de
todas las víctimas inocentes de todas los tiempos y todas las
culturas. No queda descartado que las Lágrimas de cera, puedan
derramarse escénicamente en más ocasiones.
Esta tragedia entregada a músicos, poetas y actores, tuvo otros
intérpretes anteriormente: las propias víctimas – unos actores
mudos y otros con un hilo de voz – que, así es este mundo de la
información, terminaron por ser como ellos mismos dicen “actores
forzados”, ante las cámaras.
El espectáculo termina con un símbolo en el cante de El
Lebrijano. Un símbolo que tiene nombre: Alicia. Nació hace unos
meses de una mujer embarazada que vivió la tragedia. La vida
comenzaba de nuevo.
Espectáculo clausura del
IX Festival Internacional Madrid Sur.
Título: Lágrimas de cera, cedido por Casto Márquez,
autor del
poema homónimo.
Dramaturgia y dirección: Roberto Cerdá.
Escenografía y vestuario: Susana Uña.
Iluminación: Baltasar Patiño.
Composición musical: Fernando Egozcue.
Espacio sonoro: Borja Andrés.
Ayudante de dirección: Víctor Criado.
Coproducción: Centro Dramático Nacional y Festival Internacional
Madrid Sur.
Actores: Lola Casamayor, Miguel Cubero, Chete Lera, Lidia Otón,
Rafael Rojas.
Voz y concierto en directo: Juan Peña El Lebrijano con la
Orquesta Andalusí.
Orquesta Andalusí: Pedro María Peña Dorante (guitarra), Tete
peña (percusión), Facial Kourrich (violín), Reduan Kourrich
(teclados y coros), Joseph (Darbuka), Juan Reina y Rosario
Villar Amador (coros).
Piano en directo: Laura Pedreira.
Cello en directo: John Stoks.
Poemas: Casto Márques, Benjamín Prado, Pablo garcía Casado,
Felipe Benítez Reyes, Enrique García Trinidad, Antonio Orihuela,
Antonio Gamoneda, Gerardo Markuleta y Antonio de Padua Díaz.
Material sonoro cedido por la Cadena Ser de su emisión del 11 de
marzo de 2004.
Estreno en Getafe: Teatro Federico García Lorca, 14 – XI - 2004,
20 horas (función única).
www.madridteatro.net
|