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DANZA EN EL CENTRO CULTURAL
DE LA VILLA DE MADRID
RECREACION PRIMITIVA
LA CALEBASSE DE MERLÍN NYAKAM |
Título: Recreación primitiva
Coreografía: Merlín Nyakam
Compañía: La Calebasse de Merlín Nyakam.
Bailarines: Merlín Nyakam, Clarisse Doukpe, Tony Kouad, Richard
Anegbelé, Gerard Diby.
Dirección: Merlín Nyakam
Estreno en Madrid: Centro Cultural de la Villa, (Los Veranos de
la Villa), 9 – VII - 05 |
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Comencemos por el final. Tras el saludo, Merlín Nyakam – el
director y coreógrafo de esta compañía - se lleva al público de
calle. Hemos asistido a unas contorsiones de los cuerpos,
rozando el mundo primitivo, nada familiares a nuestra cultura,
salvo lo que hayamos podido ver en el Holliwood fílmico de una
época. Merlín nos revela el secreto de cómo componer tales
movimientos y cómo aplicarles la canción ancestral. Pide, con
humor, colaboración y el público participa e imita todo lo que
Merlín propone. Se ha creado la comunión entre escena y platea y
la gente, sale esponjada, divertida. Y es que cierto grado de
diversión tiene el propio espectáculo, ya que frecuentes trazos
de humor lo recorren.
Las tradiciones del Camerún, totalmente ajenas a la mayoría del
público, es la base para desarrollar un discurso acerca del
hombre y la naturaleza. Nyakam construye un espectáculo
partiendo de la danza tradicional africana, en la que - para el
mundo occidental – el movimiento, una vez filtrado por Nyakam,
alterna las contorsiones de tipo animaloide con el agitado ritmo
corporal de la danza humana. Y aquí hay como un estudio. Esa
danza humana de gran poder rítmico se tiñe en muchos momentos de
movimientos muy familiares, los de nuestra cultura actual,
acercando de ese modo el mundo ancestral africano con el de
nuestros días.
La música, preferentemente percusionista – admirables los
intérpretes – casa perfectamente con los ritmos actuales. Desde
este punto de vista lo que vemos sobre el escenario comienza a
sernos familiar y a inyectar en los espectadores la necesidad
del movimiento. Toda la escena se llena de líneas coreográficas
muy rítmicas, que encuentran su tiempo. Esta visión del hombre y
la naturaleza está transmitida con gran sentido del humor tanto
en el movimiento, a veces expresionista, como en la expresión de
los rostros. La hora y 15 minutos que dura el espectáculo, es
como una gran fiesta en la que el optimismo y la vitalidad se
proyecta desde el escenario. |