EL BUFÓN BAJO LA TORMENTA
TRÁGICA MEDITACIÓN
El
Canto de la Cabra celebra su décimo aniversario.
Una labor día a día comprometida con la vanguardia
teatral y de danza. Sala de reducidas dimensiones,
encuentra mayor respiro en el verano. La plazuela,
esquina calles S. Gregorio y Góngora, se acota y da
lugar a un sugestivo escenario al aire libre preñado
de connotaciones poéticas.
El olivo, sembrado en medio de la plaza y con el
tiempo más añoso, y los enhiestos árboles con el
verdor en las alturas parecen más creaciones
artificiales escenográficas que habitat natural. Un
espacio irregular y caprichoso en el que se consigue
adaptar los textos con habilidad. |
Andrés Corchero |
Título: El bufón bajo la tormenta
Coreografía y danza: Andrés Corchero
Música original: Joan Saura
Técnico de luces: Oriol Blanch
Voces en off: Feliu Formosa, Xavier Ripoll, Octavio
Paz
Texto: Octavio Paz
Otras músicas: Caetano Veloso
Producción: Rara Avis, Rosa Muñoz y S.C.P, en colaboración con
Festival GREC de Barcelona.
Compañía residente en l‘Estruch de
Sabadell.
Plan de Residencias del Departamento de Cultura de la
Generalitad de Catalunya
Estreno en Madrid: el canto de la cabra, 4 de
agosto de 2004 (Veranos de la Villa)
Hoy nos
ocupa Andrés Corchero, no nuevo en la plaza madrileña. Para él y
su puesta en escena termina por ser crucial, sobre todo en el
final, el mencionado olivo. Ha integrado su coreografía de tal
modo en el espacio olivarero que, no es fácil imaginarla sin él.
La danza de Andrés Corchero, después de su ida a Tokio, ha
quedado muy influenciada por la danza Butoh que aprendió de Min
Tanaka y Kazuoh Ohno. En El bufón de la tormenta, hay una
predominio de elementos sacados de este estilo nipón. Por eso
encasillar a Corchero en el genérico de danza moderna, se presta
a equívocos. Andres Corchero ha terminado por ser Andrés
Corchero, que, dentro de su primera formación balletística
moderna de sus comienzos, ha sabido integrar los elementos del
Butoh con un discurso particular. Esto mismo puede llevar a
engaño a un ingenuo espectador que espere presenciar
composiciones coreográficas al uso o movimientos rítmicos al son
de tal o cual melodía. Hay que hacerse un lavado de cerebro de
todo eso y partir de una no premisa, una no acción balletística
tradicional o una diáfana historia.
Como ya lo ha hecho en otras ocasiones con otros músicos y
poetas, este proyecto nace de una colaboración con el músico
Joan Saura y el poeta Feliu Formosa, para el Festival En Pe de Pedra, de Santiago de Compostela y para el
Festival D’Estiu de
Barcelona Grec 2002. Aquel original es reelaborado de nuevo para
este espacio olivarero de Madrid. Ello explica que no desentone
la coreografía en tan insólito marco. La acomodación es tal, que
parece haber nacido para ese lugar.
No es fácil el discurso si uno se mueve en la filosofía de la
idea clara y distinta cartesiana. Tampoco interesan mucho sus
reflexiones en el programa de mano para un mayor
esclarecimiento, sí, en cambio, para comenzar a orientarse por
un camino muy personal. Después hay que dejarse llevar. El
bailarín y coreógrafo, controla perfectamente cada uno de los
músculos de su rostro, así como los movimientos corporales para
expresar una cierta angustia y melancolía, muy apoyada por los
acordes de Saura en una “no música” que ensambla como un
“colage” sonidos, acordes electroacústicos, armonías
desajustadas, voces, melodías tradicionales inteligibles como el
tema leif - motiv felliniano del film Amarcord, que creó Nino
Rota. Música hostil y de desasosiego con mínimos respiros y que
se hace más agobiante con la ausencia - de longitud temporal
inexplicable - del bailarín que, sin razón alguna, desparece
entre cajas. ¿Se trata de dejarnos huérfanos y trasladar al
espectador la inquietud del personaje?
Lo más interesante es que, poco a poco, hacemos nuestras sus
inquietudes y entramos en comunión con el personaje.
El bufón (el hombre) bajo la tormenta (la propia existencia
agresiva), termina por ser una meditación sobre el
incomprensible existir y su destino final. La imagen de Corchero
sobre el Olivo, al final, posee una gran fuerza y expresividad. |