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MADRID EN DANZA
PRELUDIO PARA
LA
SIESTA DE UN FAUNO/
LA CONSAGRACIÓN DE
LA PRIMAVERA
Exquisitez y perfección técnica
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Título: Preludio para la siesta de un fauno.
Compañía: Marie Chouinard.
Dirección artística y coreografía:
Marie Chouinard.
Música: Prélude à
l´après-midi d´un faune, Claude Debussy, 1894.
Iluminación:
Alain Lortie.
Vestuario:
Luc Courchesne, Louis Montpetit, Marie
Chouinard.
Maquillaje: Jacques-Lee Pelletier
Bailarina:
Carol Prieur. |
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PRELUDIO
A
LA SIESTA DE
UN FAUNO |
Título: La consagración de la primavera.
Concepto, coreografía y dirección
artística: Marie Chouinard.
Vestuario: Vandal.
Iluminación: Marie Chouinard.
Utilería: Zaven Paré
Maquillaje: Jacques-Lee Pelletier
Música: Signatures sonores, Rober Racine, 1992.
The Rite of Spring, Igor Stravinsky, 1913.
Bailarines: Kimberley
de Jong, Mark Eden-Towle, Carla Maruca, Lucie Mongrain, Carol Prieur, Manuel Roque, Dorotea Saykaly, James Viveiros, Masaharu Imazu y Won Myeong Won.
LA CONSAGRACIÓN DE
LA PRIMAVERA |
FotoS: Marie
Chouniard |
Directora de ensayos:
Pamela Newel
Director de la gira:
Lybe Côté
Director técnico y de Iluminación:
François Marceau
Técnico de sonido:
Pierre Olivier-Perron
Regidora:
Marilène Batien
Fotografía:
Marie Chouniard
Producción: Compagnie
Marie Chouniard en corodución con The Nacional Arts Centre (Ottawa) y The
Laidlaw Foundation (Toronto)
Estreno en Madrid: Teatro
Albéniz, 13 – IV - 2008.
La XXIII edición de Madrid en Danza se abría con la compañía de
Marie Chouinard. La bailarina de
Montreal comenzó su actividad profesional el 1978 y en 1990 formó la
compañía que lleva su nombre. Desde entonces ha desarrollado una
brillante y fecunda trayectoria –merecedora de numerosas distinciones y premios
- y ha configurado un lenguaje ecléctico y muy elaborado, de procedencias
múltiples, integradas en su propia y muy personal concepción de la danza. La
coreografía de La consagración de la
primavera se estrenó en 1994 en el Festival
Internacional de danza de Taipéi y los organizadores sugirieron que se
añadiera al programa un solo anterior de Marie Chouinard, el Preludio
para la siesta de un fauno,
que, por vez primera bailó otra intérprete de la compañía.
VASLAV NIJINSKI
El mediodía de
un fauno
(29/5/1912) |
La apertura de Madrid en danza ofrece este programa doble
basado en dos piezas míticas de la historia de la música y de la danza. Como es sabido, El mediodía de un fauno (O La
siesta de un fauno, como a veces se traduce) y La consagración de la primavera fueron estrenadas en París por los
ballets de Diaghilev en 1912 y 1913 respectivamente, con coreografía e
interpretación de Nijinsky sobre las
respectivas composiciones de Claude
Debussy y de Igor Stravinski.
Para la segunda, Nijinsky contó con
la colaboración de Marie Rambert, ya
que Stravinski tenía poca confianza
en la preparación de Nijinsky como
coreógrafo capaz de trasladar su música
al escenario. La coreografía de La
consagración de la primavera se perdió un tiempo después, aunque ha habido
alguna tentativa de reconstruirla. Tanto El
mediodía de un fauno como La
consagración de la primavera se saldaron con mayúsculos
escándalos en sus
respectivos estrenos. |
El
lenguaje de Marie Chouinard se
caracteriza por su luminosidad, su perfección técnica, la plasticidad de sus coreografías y una conjunción de lo
pasional y lo armónico.
El mediodía de un fauno, la primera de las piezas, destaca
por su pulcritud y su exquisitez, por su notable belleza formal, aunque el
trabajo acaso resulta más previsible y menos sorprendente.
Respecto a La
consagración de la primavera, Chouinard imagina su propio trabajo
como una sincronización en la que está ausente el desarrollo, y lo evoca como una
explosión de luz y de vida. La música de Stravinski
le sugiere ese mundo primigenio de sensualidad y de pasión que Chouinard encauza mediante una
coreografía en la que diez bailarines – hombres y mujeres, cuyos cuerpos
apuntan, mediante el vestuario y la caracterización, hacia una singular y
deliberada semejanza - ejecutan con precisión inusitada unos movimientos en los
que las simetrías parecen contener o
limitar una fogosidad poderosa, ritual y casi salvaje, inquietante, que
resulta, sin embargo, más gozosa que amenazadora. La violencia y la tensión conviven con un
extraño equilibrio y una
extremada
delicadeza en los movimientos.
En suma, un espectáculo de impecable factura formal, de un cuidadoso acabado, que recuerda ciertamente,
acaso demasiado a la estética de los noventa.
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LA
CONSAGRACIÓN DE LA
PRIMAVERA
Foto: Marie
Chouniard |
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