Squash, una aguda reelectura. Crítica Imprimir
Escrito por Eduardo Pérez Rasilla   
Sábado, 06 de Febrero de 2010 20:30

SQUASH
UNA AGUDA RELECTURA

Título: Squash.
Autor: Ernesto Caballero.
Producción y vestuario: Tríodelavana.
Escenografía: Almudena López Villalba.
Iluminación: Esther Zalamea Lobo.
Intérpretes: Laura Hernando (Piedad), Belén López-Valcárcel (Juliana), Jesús Teyssiere (Eladio).
Dirección: Luis Moreno.
Estreno en Madrid: Teatro Victoria, 1 – XII - 2005.

A mediados de los ochenta, Squash se burlaba desenfadadamente de las pretensiones estridentes de una sociedad española, pagada de sí misma, insolidaria y ridícula. Un entonces joven dramaturgo, Ernesto Caballero, advertía con agudeza lo que de presuntuoso e injusto había en los abusos de los procedimientos para la selección del personal que necesitaban las empresas, y que se nutrían de los ejércitos que proporcionaban los altos índices de desempleo y la necesidad de encontrar un trabajo, aún a costa de humillaciones y fatigas de todo género. Frente a ellos, una legión de supuestos triunfadores, orgullosos del papel que la sociedad les otorgaba, y dispuestos a disfrutar de su posición preponderante y de convertirla en un método más de diversión, en este caso no sólo gratuita, sino bien remunerada. Caballero perfilaba ya las que serían las líneas principales de su trabajo: una combinación de realismo testimonial, comprometido y crítico, no exento de una cierta dosis de fantasía- con el humor -tierno y ácido a la vez- que hacía más eficaz e inquietante esa crítica. A estos elementos se añadía un dominio de las técnicas de composición y de las estructuras dramáticas, que alejaban a su teatro del territorio pedestre de la pretendida reproducción fiel de la realidad.

Squash, irreverente, divertido y lúcido, supuso entonces un antídoto contra la autocomplacencia de la sociedad del momento, que parecía gozar inconscientemente de las prebendas de las que se creía merecedora, sin advertir lo que de perverso y de absurdo tenían aquellos patrones de conducta. Después, otros han explorado esos territorios con comedias exitosas, pero la obra de Caballero no sólo se adelantó en casi dos decenios a estos planteamientos, sino que, todavía hoy, ofrece una imagen mucho más poderosa y sarcástica de esta competencia por un puesto de trabajo bien remunerado.

Ahora, un grupo joven, emergente también, el Tríodelavana, retoma aquel “sainete al revés”, como entonces se subtituló, y, con la connivencia del dramaturgo, lo transporta al momento presente, sin alterar apenas la literalidad del original, con la mera transformación de las dos mujeres aspirantes al puesto de trabajo en dos emigrantes latinoamericanas, circunstancia que aporta inusitadas posibilidades a la lectura del texto. La propuesta, sencilla, intensa y atenta a la esencia del texto, incide menos en los elementos farsescos y propios del sainete, para hacer hincapié en el aspecto humano y en la dimensión moral y crítica de la historia, en el perfil de los personajes sometidos a vejaciones tan innecesarias como estúpidas. Pero no por ello esta versión de Squash prescinde del humor, que se mantiene en la propuesta, con resultados un poco distintos, quizás, de los que produciría mediante un tratamiento más próximo al viejo sainete remozado, pero con similar eficacia teatral y crítica. Y en la propuesta resalta también ese camino de la historia hacia el grito de rebeldía final, acaso más voluntarioso y simbólico que efectivo, pero capaz de dignificar a quienes lo pronuncian y de estimular con su ejemplo a todos.

La interpretación actoral, sobre la que descansa esta sobria propuesta, es vigorosa, fresca, imaginativa y equilibrada, sobre todo en el caso de los dos personajes femeninos. Laura Hernando y Belén López-Valcárcel son dos actrices prometedoras de las nuevas promociones que surgen del la Real Escuela Superior de Arte Dramático, ajenas a modas, campañas interesadas de promoción u otras estridencias, pero generosas, entregadas y plenas de talento en muchos casos.

Al goce que produce este espectáculo ha de sumarse la buena noticia que supone el inicio de la actividad teatral en este Teatro Victoria, situado en la calle Pizarro, esquina Calle Pez, muy próximo al Alfil. Enhorabuena y que sea capaz de mantener la calidad y la ilusión.

 


Eduardo Pérez – Rasilla
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Última actualización el Jueves, 06 de Mayo de 2010 08:38