El cielo es demasiado bajo. Crítica. Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande.   
Domingo, 28 de Marzo de 2010 17:33

EL CIELO ES DEMASIADO BAJO
EL TERRORISMO A ESCENA

[2008-02-13]

El cielo es demasiado bajo es la historia de un secuestro aéreo llevado a cabo por joven marroquí dispuesto a volar el avión si no se satisfacen sus peticiones.


 

EL CIELO ES DEMASIADO BAJO
El terrorismo a escena

Título: El cielo es demasiado bajo.
Autor: Ahmed Ghazali.
Traducción: Mirela Estrada.
Dramaturgia: Joseph Pere Peyró.
Escenografía: Eduard Búcar y Max Bònas.
Iluminación: Ignasi Morros.
Diseño musical, audio y sonido: Quino García Curado.
Diseño gráfico: Guilm Cardona
Fotografía Loal Rovira
Construcción escenografía:
Amadeu Ferré (Clap Realitzacions S.L.)
Efectos escénicos: Miquel Fuster y Pedro Fluxa
Ayudante de dirección y coordinación técnica: Jordi Vall
Producción:
Miriam Sadurni Font
Compañía: La Invenció
Intérpretes: Ali El Aziz, Jorge Yamam, Magall Mestre, Richad Felix, Marc Pociello, Roberta Paquinucci y Josep Mèlich.
Dirección: Joseph Pere Peyró.
Idioma: español y árabe
Duración aproximada: 1hora y 10 minutos
Estreno en Madrid: Sala Cuarta Pared, 1- II - 2008.



FOTO: LUISA XARNACH
El cielo es demasiado bajo es la historia de un secuestro aéreo llevado a cabo por joven marroquí dispuesto a volar el avión si no se satisfacen sus peticiones. Lo que presenciamos es el pánico de pasajeros y tripulantes ante la amenaza terrorista, su convencimiento de que el fanático individuo cumplirá su amenaza guiado por su odio hacia unos seres a los que identifica con el país culpable de la invasión de Irak y de la suerte del castigado pueblo palestino, y a su angustia ante la dificultad para resolver una situación que no controlan y que les acerca, a    cada minuto que pasa, a una muerte cierta. Nada nuevo que no conozcamos a través de las descripciones que, con todo lujo de detalles, nos dan los medios de comunicación cada vez que se produce uno de estos sucesos o que no hayamos visto hasta la extenuación en el cine de acción, tan rico en argumentos que sitúan a los viajeros en situaciones extremas. El interés de esta obra del marroquí Ahmed Ghazali radica en el diálogo que el secuestrador mantiene con un compatriota que viaja en el avión, el cual trata de hacerle recapacitar sobre el sinsentido de su acción utilizando todos los razonamientos dialécticos a su alcance. Así, llamará su atención sobre la inocencia de los secuestrados o  sobre el efecto que su martirio provocará en sus seres más queridos, uno de los cuales, su padre, matarife de profesión, está presente a un lado del escenario ejerciendo su oficio. Durante el desarrollo del secuestro procede, en una acción que se ajusta al tiempo real de la función, a descuartizar un cordero siguiendo al pie de la letra la práctica musulmana, sobre la que una voz en off nos ilustra.


FOTO: LUISA XARNACH
Uno de los aspectos más interesantes de este espectáculo, que justifica plenamente su inclusión en una muestra dedicada a la escena contemporánea, es la puesta en escena que Josep Pere Peyró, ligado en sus inicios profesionales al Teatro Fronterizo de Sanchis Sinisterra, ha planteado a partir de la propuesta del autor. Aunque Ghazali, autor de textos de gran interés, como El cordero y la ballena y Tombuctú, cincuenta y dos días en camello, vive fuera de su país –actualmente reside en Barcelona, después de haberlo hecho en París y Montreal-, su teatro es deudor de esa tradición árabe que representan los narradores de cuentos que actúan al aire libre rodeados de un público expectante. Desde esa perspectiva, la cuarta pared propia del teatro a la italiana es una barrera que trata de romper con el propósito

FOTO: LUISA XARNACH
de reunir a público y actores en un espacio común. En esta ocasión, la propuesta contempla que un cierto número de espectadores ocupe los asientos del avión secuestrado, confundiéndose, de ese modo, con los actores. El resto se instala, en el proyecto original, en sendos graderíos dispuestos a ambos lados del avión. El experimento, al menos en la represtación que aquí se comenta, no alcanza los objetivos pretendidos. Puede deberse, en parte, a que, a pesar de poder hacerlo, no se ha roto la disposición a la italiana de la sala de Cuarta Pared. El avión ocupa el escenario habitual y el público se sitúa frente a él. Pero en lo que falla la propuesta es en la escasa colaboración del grupo de espectadores incorporados a la acción. En vez de aprovechar la oportunidad de crear su papel e integrarse en la acción, permanecen impasibles ante lo que sucede a escasos centímetros de ellos. ¿Se les brinda esa posibilidad?, es la pregunta que subyace.
El caso es que el resto de espectadores percibe esa pasividad, inconcebible en seres sometidos a una situación de tanta tensión. Con todo, este reparo no significa que el esfuerzo no haya merecido la pena. Son estos planteamientos arriesgados los que contribuyen a romper moldes
.


José Ramón Díaz Sande
Copyright©diazsande


Sala Cuarta Pared
Dirección y Programación: Javier G. Yagüe
C/ Ercilla,17
(Metro Embajadores)/ Bus 36 y 55
28005- Madrid
Tel. 91 517 23 17
Fax: 91 517 11 44
email: Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
http://www.cuartapared.es

 

Última actualización el Domingo, 02 de Mayo de 2010 05:56