La duda. Crítica. Imprimir
Escrito por Jerónimo López Mozo.   
Sábado, 27 de Marzo de 2010 12:29

LA DUDA
El abuelo de Galdos

[2007-01-28]

A propósito  de La duda, Juanjo Seoane, su productor, ha dicho: "Hago teatro de museo porque, al fin y al cabo, es donde se guardan las obras de arte depuradas por el tiempo".


LA DUDA
El abuelo de Galdos

Título: La duda (Basada en la Novela El Abuelo de Benito Pérez Galdós)
Autor: Benito Pérez Galdós
Adaptación: Juan Altamira y Carlos Villacís
Escenografía: Alfonso Barajas
Iluminación: Juan Gómez Cornejo (A.A.I.)
Vestuario: Javier Artiñano
Producción: Juanjo Seoane
Intérpretes: Esperanza Alonso (Gregoria), Zorion  Eguileor (Venancio), Manuel Aguilar (Don Salvador), Carlos Manuel Díaz (Senen), Patricia Ponde de Leon (Dolly), Esther Palomo (Nelly/Dolly), Nerea García (Nelly/Dolly), Nati Mistral (Doña Mariana), Jorge Merino (Don Carmelo), Emiliano Redondo (Don Pío), Marisa Segovia (Doña Lucrecia).
Dirección: Ángel Fernández Montesinos.
Duración: 2 horas (con intermedio)
Estreno en Madrid: Centro Cultural de la Villa, 
16 – I - 2007

PATRICIA P. DE LEÓN/
ESTHER PALOMO
FOTO: JAVIER NAVAL


NATI MISTRAL/ CARLOS M. DÍAZ
FOTO: JAVIER NAVAL
A propósito  de La duda, Juanjo Seoane, su productor, ha dicho: Hago teatro de museo porque, al fin y al cabo, es donde se guardan las obras de arte depuradas por el tiempo. No lo dice, pues, el crítico, sino el responsable de haber programado, en los albores del siglo XXI, este melodrama basado en la novela decimonónica El abuelo, de Galdós. Se esté o no de acuerdo con el contenido de la declaración, hay que agradecer la sinceridad de su formulación, pues nadie que acuda a ver el espectáculo lo hará engañado respecto a lo que se le ofrece. Al descorrerse las cortinas del escenario, el espectador se sumerge en un mundo pretérito que le aleja de la realidad que sigue desarrollándose a sus espaldas. Todo cuanto sus ojos contemplan remite a aquellos tiempos en los que el teatro era feudo exclusivo de una burguesía que disfrutaba con las puestas que reproducían elegantes estancias habitadas por personajes representados por reconocidas y adoradas figuras de la escena. Una burguesía dispuesta a soportar las críticas vertidas sobre sus pecados habituales, siempre, claro está, que el desenlace incluyera su absolución. Tiempos en los que, como aquí sucede, la entrada a escena de la primera figura provocaba una oleada de aplausos que paralizaba durante unos instantes la acción.


JORGE MERINO/ MANUEL AGUILAR
MARISA SEGOVIA
FOTO: JAVIER NAVAL
Así, pues, nadie debe llamarse a engaño. Esto es lo que se ofrece y justo es decir que se hace con abundancia de medios y con la calidad que suelen poseer los espectáculos producidos por Seoane. La duda es una adaptación para la escena de El abuelo, novela de Benito Pérez Galdos, quién también hizo, con éxito, una versión teatral de ella. La novedad de la actual es que el abuelo creado por el escritor canario, ha mudado en abuela. Por otra parte, Juan Altamira y Carlos Villacís, responsables de la versión, han relegado a un segundo plano el retrato social que de la época en que se desarrolla la acción había en el original galdosiano. Se nos muestra, pero no se hace excesivo hincapié en ello, una aristocracia rancia venida a menos y el ascenso al poder económico de quienes fueron sus criados, embrión de lo que,

ZORION EGUILOR/
ESPERANZA ALONSO
EMILIANO REDONDO
FOTO: JAVIER NAVAL
con el tiempo, llamaríamos “los nuevos ricos”. Lo que importa en esta propuesta es la melodramática historia que se cuenta: la de una abuela que ostenta el titulo de condesa que, tras la muerte de su único hijo y en el tramo final de su vida, pone todo su empeño en averiguar cuál de sus dos nietas lleva su sangre, pues la otra es fruto de una relación extramatrimonial de su nuera con un pintor. Lo que la anciana pretende es hacer depositaria a la nieta legítima del legado moral de la noble familia, único bien que posee, pues la fortuna de antaño se ha esfumado. Cuando está convencida de saber la verdad, descubrirá su error, pues la niña que muestra mayor apego por ella es la hija del pintor. La  sangre y el honor no van, pues, de la mano.

 


No faltan, como corresponde al género, escenas cargadas de emoción y situaciones desgarradoras que persiguen conmover al espectador sensible. A conseguirlo contribuye el trabajo de todo el equipo, empezando por la pulcra dirección de Ángel Fernández Montesinos, que ha subrayado las situaciones extremas, poniendo buen cuidando, al mismo tiempo, en que los personajes no sean de cartón piedra. La sólida escenografía concebida por Alfonso Barajas, una inmensa sala de una casona cántabra decorada con atrezzo de lujo, es el espacio adecuado para enmarcar la acción y el vestuario diseñado por Javier Artiñano, de gran belleza, reproduce  con fidelidad el de la época en que se desarrolla.
NATI MISTRAL/MARISA SEGOVIA
FOTO: JAVIER NAVAL

Nati Mistral es la protagonista indiscutible. A su alrededor giran los demás personajes. A quiénes los interpretan, todos actores solventes, no les faltan ocasiones para mostrar su talento, pero cuando la Mistral entra en escena, precedida de las notas potentes de una música con reminiscencias cinematográficas, se adueña de ella. Es como si regresáramos al tiempo de las grandes divas. Hace uso de todos sus recursos, que administra con habilidad para que el público se rinda a su talento. Se diría que la anciana condesa es ella, al fin y al cabo otra aristócrata, en este caso del teatro. No cabe duda de que el personaje le viene como anillo al dedo.


JERÓNIMO LÓPEZ MOZO
Copyright©lópezmozo


Centro Cultural de la Villa de Madrid
Directora: Mora Apreda
Sala II
Aforo: 316
Pz/ de Colón, s/n
28001 - Madrid
Metro: Colón, Serrano
Bus: 5/14/27/45/21/53/150/1/9/19/51/74
RENFE: cercanías.
Entradas: Caixa Catalunya en
www.telentrada.com y
Tf. 902 10 12 12
Tel-reservas grupos: 91 480 03 33 37
Email: Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla

 

Última actualización el Sábado, 01 de Mayo de 2010 09:19