Tragicomedia de Don Duardos. Imprimir
Escrito por José R. Díaz Sande.   
Miércoles, 17 de Marzo de 2010 14:20

 






TRAGICOMEDIA DE DON DUARDOS
de GIL VICENTE Y ANA ZAMORA

[2006-03-26]

Gota a gota y sin interrupción ha ido llegando el Teatro Renacentista de la mano de Ana Zamora. Todo comenzó en el 2001 cuando Ana funda la Compańía Nao d'amores Teatro.


TRAGICOMEDIA DE DON DUARDOS
de
GIL VICENTE Y ANA ZAMORA

Gota a gota y sin interrupción ha ido llegando el Teatro Renacentista de la mano de Ana Zamora. Todo comenzó en el 2001 cuando Ana funda la Compañía Nao d’amores Teatro. Allí se reúnen gentes profesionales en el Teatro Clásico, Teatro de Títeres y de Música Antigua. De ese collage surgen textos que suben al escenario puntualmente:

  • Comedia llamada metamorfosea (2001)
    (Premio José Luis Alonso de las ADE a la mejor dirección)
  • Auto de la Sibila Casandra
  • Auto de los Cuatro Tiempos de Gil Vicente

Gil Vicente (1465 – 1535) vuelve de la mano de Ana Zamora, después de que la directora haya dirigido otros textos y se haya incorporado como ayudante de dirección a la Compañía de Teatro Clásico. Experta en Gil Vicente, se enrola en la dirección de, tal vez, uno de sus textos cumbres: Tragicomedia de Don Duardos (1522/1525 ¿?).
 

  • La Tragicomedia de Don Duardos, es la pieza más ambiciosa y elaborada de Gil Vicente – opina Ana. Surge de la capacidad de este grandísimo autor para retratar la condición humana. Supo construir en su particular búsqueda hacia la armonía y la perfección, una obra que habla del amor como destino ineludible: un amor idealista, mezcla perfecta de lo etéreo y lo carnal, al que hay que encaminarse por méritos propios y no por rango, pues en su misma génesis está la búsqueda de la individualidad humana.

GIL VICENTE

El arremeter con los textos antiguos por parte de Ana se apoya en la reflexión de Stephen Reckert – maestro de vicentistas:
 

El Renacimiento debería tal vez definirse como un estado del espíritu: una sensibilidad globalmente renovadora, en el sentido de que busca en lo antiguo un rumbo nuevo.
  • Imaginar un tiempo pasado para construir un mundo soñado – confiesa Ana -, paraíso perdido más allá de la realidad cotidiana, es lo que me ha llevado una y otra vez a Gil Vicente. En concreto de Don Duardos, me fascinó que se basara en una novela de caballerías. Pero en seguida pensé: “En el mundo en que vivimos, y voy a contar una historia de caballeros andantes, de que ante el amor y la fortuna no hay defensión ninguna”. Entonces hemos partido del mundo simbólico que subyace en los versos de Gil Vicente, que es espejo de nuestras inquietudes y nuestras miserias... para descubrir, detrás de todo, el eterno viaje que no es más que la búsqueda de uno mismo: el conocimiento a través del reconocimiento, algo tan renacentista como actual.
La historia es la de Don Duardos, caballero andante e hijo del rey de Inglaterra, el cual llega a la corte de Palmerín, emperador de Constantinopla, para exigirle justicia contra su hijo Primaleón en singular combate, vengando así la muerte de Perequín, caballero de la bella Grimanesa. La princesa Flérida interviene para impedir que ambos contendientes se den muerte. En ese mismo momento Don Duardos se enamora de ella. Para impedir que le quieran por ser príncipe se disfraza de hortelano. Pero Flérida no se atreve a corresponderle a pesar de sentirse enamorada, porque le mira como un imposible en la escala social. A partir de ahí comienza un nuevo camino para ambos.

Para Eduardo Vasco, director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Gil Vicente es uno de los grandes nombres en la Historia del Teatro español
 

  • Está considerado como el padre y fundador de la tradición literario-dramática portuguesa. Un autor importante para el teatro e indispensable no solo por su poética, incipiente, sino sobre todo por su espectacular aportación a la poesía lírica. En su obra encontramos algunos de los momentos más intensamente bellos y delicados de la literatura castellana, portuguesa y universal.

Gil Vicente representa al hombre renacentista. Hombre de múltiples aptitudes artísticas: poeta, dramaturgo, músico, actor..., es un hombre de teatro en toda la plenitud de la palabra.

  • Como escritor, bebe de fuentes literarias muy diversas y por lo tanto tiene que inventarse fórmulas que le permitan componer para los diferentes formatos de espectáculo que construye. Es un director de escena, es músico, y sus modelos precedentes son para teatrales como las mascaradas, los momos cortesanos o la propia liturgia con la que su teatro se funde en ocasiones.

Coetáneos son Juan de la Encina y Lucas Fernández. Ellos serán la inspiración de sus primeros autos. Pronto transita por sus propios caminos y pone las bases de lo que será la comedia del Siglo de Oro.

  • Lo que sí le ayuda en su trabajo es el ser, en la corte, el maestro de ceremonias, organizador de espectáculos y fiestas religiosas o profanas. Tales eventos se desarrollan en un contexto para el que, además, representa su teatro; que habita salones, iglesias o conventos.

Copilaçam de todas las obras
de Gil Vicente
Gil Vicente ha escrito en portugués (15 obras) y en castellano (11 obras), ya que el bilingüismo era frecuente en la corte de la época – el rey Manuel (1495 – 1521) y João III (1523 – 1557). Tragicomedia de Don Duardos es editada por primera vez por su hijo Luis Vicente en 1562 dentro de Copilaçam de todas las obras de Gil Vicente y posteriormente en 1586, con variaciones significativas, en la segunda edición de Copilaçam. Lo que hace Gil Vicente es partir de la novela de caballerías el Primaleón y adaptarla a la escena mediante una selección de escenas de posible representación, construyendo diálogos y versificándolos.

DRAMATURGIA PARTICULAR

Ana Zamora ha trabajado sobre la dramaturgia en la que se mezcla la poesía, el canto, la música y la danza. Una dramaturgia no muy habitual sobre nuestros escenarios, según Eduardo Vasco, y que una institución como el Teatro Clásico debe apoyar.

  • Desde una institución como ésta, uno de los empeños necesarios de normalización cultural tiene que ver con que se empiece a considerar el repertorio en toda su extensión y con todas sus particularidades, se investiguen las posibilidades de llevarlo a escena y se muestre al espectador, propietario también de ese patrimonio. Son los riesgos y las ventajas del teatro público.

Si Gil Vicente había trasplantado la novela a la escena, Ana Zamora realiza un nuevo trasplante.
 

  • Hemos encontrado un modo de hacer. Sobre los hallazgos de Gil Vicente hemos seguido investigando y hemos intentando llegar al final de sus posibilidades. Elementos a los que hemos recurrido son la música, títeres de sombras que ya están en la propia obra original. También utilizamos la danza la de la época y con ello cumplo algo que intenté en la Comedia llamada Metamorfosea. De aquella no nos podíamos permitir el lujo de investigar, cosa que sí puedes hacer en un teatro
    nacional.

Una de las incógnitas de Ana era ver si podía conseguir lo que ya había logrado con su grupo de teatro: una sintonía común hacia lo antiguo.

  • Falta una formación sobre este aspecto. En el colegio no te lo enseñan y menos en el entorno familiar. Yo he tenido la suerte de vivir en una familia donde cantábamos romanes. Ello me familiarizó con esos mundos. Nuestro trabajo ha sido conocer las fuentes de donde bebíamos. En total somos cuatro músicos y catorce actores que bailan, cantan, manejan sombras. Esto era muy importante, por ello antes que firmaran el contrato les expliqué de que iba esto.
La concepción del teatro de Ana circula por la simplificación en el modo de contar. Su base es alguien que habla directamente al público y le enseña el truco.
  • En todo lo que monto por naturaleza es metateatral, porque creo que el teatro por naturaleza es metateatral. Lo que pido es muy elemental, por otra parte. Pido que se a muy lúdico y absolutamente verdad.
EL MONÓLOGO DEL VAQUERO,
SEGÚN LO REPRESENTABA GIL VICENTE
(VISIÓN DEL PINTOR PORTUGUÉS ROQUE GAMEIRO)

Don Duardos es Fernando Cayo.

  • Mi personaje - aclara Fernando - es un caballero medieval que deja su condición social par encontrar el amor puro. Busca que le quieran por sí mismo y no por su status social. Cuando conoce a la princesa Flérida (Clara Sanchís), toda su obsesión es conquistarla. Por ello se disfraza de hortelano. La búsqueda del amor en Don Duardos es casi esotérica.
  • Flérida – completa Clara Sanchíses una princesa de cuento: responsable, buena, juguetona. Se siente prendida por el hortelano por su cultura, su modo de cortejarla. Sólo un bebedizo mágico le hará decidirse por él, pero la duda acude al ver una barrera infranqueable su condición de princesa y la del hortelano Duardos.

La historia recurre al esquema el teatro dentro del teatro. Una compañía de teatro representa una obra y se dirige al público aclarando todo lo que ocurre sobre la escena.

Gil Vicente no es un dramaturgo original, pero, en opinión de Ana Zamora

  • Lo que hacía lo hacía mejor que nadie.


José Ramón Díaz Sande
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Última actualización el Sábado, 24 de Abril de 2010 18:06